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Entrevista con el vampiro

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Entrevista con el vampiro

Título: Entrevista con el vampiro
Título original: Interview with the vampire
Director: Neil Jordan
Nacionalidad: USA
Año: 1994
Producción: David Geffen y Stephen Woolley
Productora: Geffen Pictures
Distribuidora: Warner Bros. Pictures
Duración: 122′
Guión: Anne Rice (novela Entrevista con el vampiro de Anne Rice)
Música: Elliot Goldenthal
Fotografía: Philippe Ousselot
                       

Ficha artística

Tom Cruise – Lestat
Brad Pitt – Louis
Christian Slater – Daniel Molloy
Kirsten Dunst – Claudia
Antonio Banderas – Armand

Entrevista con el vampiro y Dracula, de Bram Stoker

Son mis dos pelis favoritas de vampiros.

Guardo sendos recuerdos inmejorables de ambas pelis. De la primera vez que vi cada una de ellas: Dracula en Mineápolis y ésta en Madrid. Después de verlas en el cine se convirtieron en dos VHS imprescindibles para mis noches de viernes universitarias.

Un antes y un después del género en el cine

Hasta ella se comprendía al vampiro como una bestia inmunda, un monstruo del que huir. Incluso en Dracula lo veremos como tal, pero será en esa misma peli donde empezaremos a titubear a la hora de huir del vampiro… En ella empezaremos a sentir la tentación de querer ser mordidos, como en la escena del castillo con Monica Bellucci. En Dracula odiaremos y amaremos a un conde que mata, asesina y devasta todo por amor descubriendo el lado más humano de un ser inhumano.

Hemos visto algunos vampiros en el cine

El primero data de 1896, en La mansión del diablo. Hace la friolera de 122 años… En 1913 se adaptó El vampiro de Ruyard Kipling. Y un sinfín de adaptaciones (directas o indirectas) de Dracula y su submundo de ultratumba. Hasta llegar a las consabidas Nosferatu, cual bestia impenitente y el vampiro «Lord» de Lugosi. Con éste parecía que el personaje cobraba una nueva dignidad huyendo del animalismo y abrazando la aristocracia.

Hammer

Pero la Hammer reventaría el tópico y explotaría las películas de vampiros con vísceras por doquier. Ojo, en España tuvimos nuestro propio Conde Dracula encarnado por Paul Naschy en El gran amor del conde Dracula. Y si no recuerdo mal la adaptación de otro «El vampiro» esta vez el de Polidori. Aunque el verdadero fuerte de Paul Naschy fue siempre el hombre lobo.

Por ver, vimos hasta un Blackula (y nos reíamos de Brácula) en medio de la ola «afroamericanizadora» del cine.

Hemos visto alguna comedia como El baile de los vampiros, tan desternillante como recomendable. Se suceden algunos títulos canallas como Jóvenes ocultos y por fin llegamos a Dracula, de Bram Stoker y ésta: Entrevista con el vampiro. Estas dos supusieron tocar techo en el espectro «vampiril«.

Luego vinieron Abierto hasta el amanecer, Blade… y un montón de ruido y pocas nueces como La sombra del vampiro, Buffy y, siento hacerlo pero he de mencionarla: Crepúsculo. Sin olvidar Hotel Transilvania. Hay más, pero me he limitado a destacar las más célebres para lo bueno y para lo malo.

Crepusculo…

Sí.

Vuelvo de la farmacia. He tenido que hacer un alto para tomarme un Almax y superar la mención a Corpúsculo. Perdón, Crepúsculo. No se salva ni uno… Dan ganas de… Pero no, aprovecharé que ha salido la peliculilla para abordar un tema subyacente en la filmografía vampiril: la sexualidad.

La erótica del vampiro

Si hay un personaje sensual en la ficción (literaria y cinematográfica) ese es sin duda el vampiro. El hombre invisible quizás. Pero «no lo veo» claro. El vampiro lleva una carga de sensualidad y sexualidad que lo hacen irresistible.

Ya comenté que Dracula era una historia de amor, y lo mantengo. Me refiero a su adaptación cineamtográfica, a la de Coppola. Pero incluso detrás de ese amor la química de la sangre burbujea.

Quizás sea la transgresión moral de arrebatar la vida y condenar a la víctima, a veces a la amada, a una «no vida» eterna. Quizás la verdadera transgresión sea física, perforando la piel, la carne y hasta la vena de la víctima para robar su flujo vital y absorberlo hasta convertirte en juez y verdugo y decidir si perdonas la vida, la quitas o condenas a cambiar de condición al desdichado.

Sensuaidad y sexualidad…

Y todo esto saboreando su sangre tibia con el placer a flor de piel. Un mordisco embriagador que parece la muerte dulce del submarinista. Pierdes la consciencia sobre ti mismo y te abandonas al placer de sentir placer (valga la redundancia) hasta perecer.

Todo lo descrito tiene su carga de sensualidad, y el mordisco de la sexualidad.

Unas veces adornada con un erotismo supino. Otras con el ardor de la bestia que no es capaz de controlar sus impulsos. Bestialismo… Sometimiento y sufrimiento, anhelo y desesperanza. Promesas de vida eterna y realidades putrefactas. Sea cual sea la versión del vampiro su índole fuerza un punto común, desde el más digno vampiro de Lugosi al más abofeteable, el de Crepúsculo. Todos los vampiros subsisten arrebatando el calor del cuerpo de sus víctimas succionando su sangre para terminar dejando carcasas inertes, vacías y frías.

Hacer presa con un mordisco…

Hacer presa en el cuello de otra criatura hasta someterla e inmovilizarla… ¿tiene o no tiene carga sexual? Como mínimo sensual.

Pues bien, superado el baño de testosterona de Jóvenes ocultos llegará Dracula de Bram Stoker para devolvernos al clásico salpicado de bestialismos y erotismo concubino en grupo con Bellucci y sus amigas.

Acto seguido llegará Entrevista con el vampiro, para rescatar la sensualidad y trasladarla hasta nuestros días.

La erótica del poder

Habrá quien quiera ver algún rasgo homosexual entre los protagonistas de esta peli, pero recordad que la erótica del vampiro, pese a llevar la pátina sexual es la erótica del poder.

Poder sobre sus semejantes y poder sobre los seres humanos. Esta es la única erótica interpretable en esta película en unos vampiros que por mucho perder, cuando pierden algo es sangre. Y esto por la sed de venganza, el odio y la incapacidad de contención del lado más bestial de seres sobrenaturales tan sexuados como asexuales.

Gestos, modales, ropas, decoración, peinados y hasta las maneras no son reflejos de una condición sexual, sino de una época.

Estamos en los mismos años en los que se desarrollan Master and Commander y Los duelistas. Dos ejemplos claros de testosterona varonil. Violencia masculina y ardor guerrero. Todo esto con los mismos gestos, los mismos modales, las mismas ropas, la misma decoración, los mismos peinados y hasta las mismas maneras. Y nadie osaría tachar de homosexuales a los protagonistas de estas otras películas.

Tengo entendido que en la novela, no obstante (para que veáis que no tomo partido), comparten ataúd. Pero mirad el sótano en donde se supone que lo hacen… No puede ser más frío e inhóspito. De hacerlo estoy seguro que lo hacen para darse calor y no del que estáis pensando.

Toda esta parrafada me ha venido al mencionar la sexualidad y, de soslayo, Crepúsculo.

Nada más lejos

Crepúsculo cruza a pandilleros (como en Rebeldes, con Tom Cruise) con críos dignos de sobredosis de bromuro. Si Torrente se convirtiera en vampiro sería su líder

Del mismo modo que hoy en día están de moda las noticias fake, los vampiros de Crepúsculo serían los fake del género. Volveré a mencionar a Paul Naschy ahora que recuerdo los «hombre lobo» de esta saga. Y no desperdiciaré la oportunidad para recomendaros ver Un hombre lobo americano en Londres. Y ya puestos, Teen Wolf.

Nuestro hombre lobo les habría hecho saber, de un zarpazo, quién es el macho alfa y quién manda en una manada y Félix Rodríguez de la Fuente lo habría inmortalizado en uno de sus documentales. No sé quién ejerce más de mandril descontrolado, los personajes interpretados en la saga de marras o las quinceañeras ávidas de ver la versión vampírica del Cristo de Borja.

Volvamos a nuestra peli…

Está narrada a modo de entrevista

Algo parecido a la relación entre Robert Walton y el Dr. Frankenstein en la novela Frankenstein. Daniel Molloy (Christian Slater, El nombre de la Rosa) entrevistará a un tal Louis (Brad Pitt) un vampiro que pulula por las calles de San Francisco.
 
En la novela mencionada el capitán Walton irá registrando una conversación con el doctor que le cuenta la histora de su criatura mientras agoniza. En el fondo siempre que veo esta entrevista (dentro de la peli) no logro dejar de desviar mi atención para recordar la estructura de Frankenstein.
 
Christian Slater y Brad Pitt, así, de sopetón. Lo curioso es que es una película de Tom Cruise pero con la «anomalía» de que la protagoniza un personaje que no es el suyo. Cierto es que toda la historia girará en torno a su Lestat, pero narrado por otro, vivido por otro y compartido por otro: Louis, Brad Pitt. Y quizás por eso «no se me hace bola» como en casi todas sus películas. Ya hablaba de ello en Al filo del mañana.

Tom Cruise, Brad Pitt y Christian Slater

Formarían un trío insuperable si no fuera por el cuarto invitado para esta partida de poker, el español (y orgulloso de serlo) Antonio Banderas.
 
El actor español que mejor carrera se ha labrado en los Estados Unidos. Actor de verdad, de los pies a la cabeza que por entonces rompía todos los corazones habidos y por haber a ambos lados del charco.
 
Esta película narrará tres vidas: la del propio Louis, la vida de Lestat (Tom Cruise) y la de una niña llamada Claudia (Kirsten Dunst, la futura novia de Spider-Man).

Narra sus vidas… o mejor dicho, «sus no vidas«, pues los tres están muertos y lo que veremos será su vida en las tinieblas.
 
Empezaré por hacer las presentaciones omitiendo al periodista pues no tiene más relevancia que ser el detonante de la narración, pero poco más.
 
Louis es un terrateniente sureño del siglo XVIII. A sus 24 años tiene grandes posesiones a modo de plantaciones trabajadas por esclavos. Su corazón dejó de latir al perder a su mujer y a su hija. Solo desea morir para volverse a reunir con ellas. Vive su vida desesperado y al límite buscando el riesgo innecesario, el placer extremo, para evadirse y una muerte fortuita.

Brad Pitt

Quienes sigáis habitualmente el fancine sabréis de mi admiración por la capacidad interpretativa de Brad Pitt. Lo alabo en Corazones de acero, en El río de la vida y por supuesto en Snatch: Cerdos y diamantes. Y creo que no es para menos. Cuando prescinde de gestos raros, tics falseados, me parece el mejor actor del momento.
 
Entonces se cruzará Lestat en su vida.

Lestat es el diablo encarnado en vampiro

Una criatura angelical que hace de la muerte su motivo para vivir. Huele las ganas de morir de Louis y le salva de una muerte indigna a manos de un proxeneta (eso no le habría pasado si hubiera llevado la tarjeta black de la Junta de Andalucía). Le salvó y le hizo morir y renacer a la no vida en forma de vampiro.
 
Lestat será su mentor y procurará enseñarle todo cuanto sabe. Con esto no quiero decir que todo el que se autocalifique «mentor» sea un chupasangres… cosa que sí pasa en esta película.

Louis se muestra respetuoso hacia la vida humana, cosa que desesperará a Lestat. Tanto que no se alimentará de sangre humana y le llevará a alimentarse con la sangre de animales. Lestat quiere someter al ser humano y Louis cree que ambas especies podrían convivir y respetarse.

Sus maneras delicadas y respetuosas hacia las personas harán que Louise sea la parte sensible de una pareja de cazadores de humanos y esto favorecerá que la audiencia simpatice con él por causa de «su humanidad».

Entonces aparece Claudia

Una niña huérfana que encandila a ambos vampiros y entre ambos la convertirán en uno de los suyos. Para su eterna desgracia, forzada a vivir durante siglos encerrada en el cuerpo de una niña. Pero todavía no lo sabe. Y mientras no lo sepa será la mejor alumna de Lestat. Una mala bestia, como su mentor. Ambos disfrutan sed de sangre; odio a los vivos y necesidad de matar por matar como una droga adictiva.

El tiempo pasará, pero como bien sabíamos, no crecerá.

Esto hará que vaya radicalizándose día a día, hasta el punto de desear la muerte para Lestat. Llegará a envenenarlo con láudano y hacer que Louis lo arroje a uno de los pantanos que rodean Nueva Orleans.
 
Pero no morirá y al volver tendrán que luchar.
 
Lestat sobrevivió con la sangre de un caimán y después con la sangre de todos los reptiles que llegó a necesitar para devolver la «no vida» a su cuerpo y regresar. Regresó para arder… y tras arder Louis y Claudia huirán poniendo tierra y mar de por medio navegando hasta el Mediterráneo y llegando por él a Francia y una vez allí, llegaron a París.

Armaand… Antonio Banderas

En París conocerá a un nuevo vampiro. Nuevo… al vampiro más viejo del mundo, un vampiro de 400 años, Armand (Antonio Banderas).
 
Nuestra pareja americana tendrá que asimilar que los vampiros del antiguo mundo tienen costumbres y poderes diferentes a los del nuevo.
 
Para empezar viven todos en común. Lo más parecido a los murciélagos que habitan una cueva y salen a cazar por la noche. Armand mostrará unas catatumbas en cuyos nichos han hecho sus nidos los vampiros. Los más afortunados tendrán su propio ataúd.
 
Armand verá en Louise, como he anticipado, el apoyo para no enfrentarse a una eternidad en solitario.

Armand, Louis, Claudia…

Tiene decenas de vampiros que matarían por ser su segundo, pero su servilismo no le convence. Sin embargo ve en Louis un carácter fuerte y con personalidad, pero Claudia parece ser un obstáculo que tendrá que quitarse del medio.
 
Mientras tanto Louis y Claudia irán distanciándose. Tanto como para que ésta se busque una nueva madre y quiera convertirla en vampiro para que la acompañe por el resto de la eternidad. Para someterla y doblegar su voluntad para siempre.
 
Pero ella no puede convertir a humanos en vampiros. Se lo negaron tanto Louis como Lestat cuando la convirtieron a ella. Necesita pues la colaboración de Louis para transformar a su nueva madre.
 
Este mordisco terminará de romper la relación entre ambos. El vampiro accederá con tal de quitársela de encima, aun a sabiendas de que con ese mordisco y con esa nueva vida arrebatada estará arrancando su último aliento de humanidad.
 
En lo sucesivo no podrá volver a ser el vampiro humano y delicado. Sabe que quitando la vida a esa mujer estará comprando un billete de ida a su propio animalismo. Lo paga a disgusto, pero lo paga.

Santiago, el vampiro español

En París habrá otro vampiro, un tal Santiago, español, que descubrirá el crimen cometido por los dos americanos: matar a Lestat.

Los vampiros europeos, a diferencia de los americanos, habrán desarrollado los mismos instintos pero en diferente sentido. En este caso Santiago lee la mente a Louis y se entera de que anda huyendo porque ha matado a otro vampiro, nada menos que a su mentor.
 
La muerte de Lestat a manos suyas implica haber matado a un semejante, el mayor delito para un vampiro. Esto valdrá la sentencia de muerte para los dos americanos.

No nos engañemos… Como dirían en El planeta de los simios…

Vampiro no mata vampiro

Seguro que sí, que un vampiro mate a otro será un pecado capital (valga la expresión) entre iguales. Pero Santiago quiere quitarse del medio a Louis porque sabe que Armand se ha encaprichado de él y cuando se convierta en su favorito él tendrá que ceder su escalafón al americano y vagar sin protector.

Serán condenados, no los dos, sino tres. La mujer «madre» morirá dos veces en un mismo día. Primero cuando Louis la quite su vida humana para convertirla en vampiro. Después cuando sea capturada y condenada a morir por sus nuevos semejantes.

Armand es el líder de los vampiros europeos, pero no su jefe

Le siguen por carisma, pero no están sometidos a su voluntad. De haberlo estado no sabemos qué habría sucedido. Aunque Louis lo tendrá bien claro al final, cuando se despida de él. Dejará patente que sabe que la niña ha muerto por orden de Armand. Porque éste quería acaparar a Louis y hacer de él la pareja de viaje (interminable) que siempre ha anhelado predicando el no arrepentimiento y el sin escrúpulos.
 
Apresarán a la niña, la madre y a Louis para hacer justicia con ellos. A ellas las condenarán a morir abrasadas por la luz del sol y a él lo encierran en una caja y lo empaderan de por vida para que oiga a las hembras morir y su pánico, su terror y su sufrimiento le sirvan de tormento para toda la eternidad colgando boca abajo en un ataúd lapidado.
 
Será el mismísimo Armand quien libere a Louis. El americano entrará en barrena al descubrir las cenizas de la niña.

Venganza sin precedentes

Recordad que ha perdido su último vestigio humano. Ahora es tan bestia como todos los vampiros que lo rodean. Incluso como el propio Lestat, del que renegó. Ahora se plantea si no se habría equivocado al juzgar de inhumano a Lestat. Claro que era inhumano, pero por condición, no por comportamiento.
 
Al ver a Lestat reflejado en los hábitos de Armand comprende que el diferente es él. O lo era, porque ya ha madurado y está listo para morder y ser mordido.Quemará y rebanará a todos los vampiros parisinos en la propia mansión-catatumba en la que vivían. A todos menos a Armand.
Hago un alto en esta escena para destacar su bella factura.

Efectos especailes y CGI

Hablamos de una época en la que los efectos especiales todavía no se habían rendido al entorno digital y mucho menos al CGI.
 
La película rezuma belleza y buen gusto del primer fotograma hasta el último. Todo está medido, sopesado y bien traído. Vestuarios, arquitecturas, ambientes, decoración de los interiores, peinados… Todo es hermoso.
 
Como decía estábamos (entonces) a las puertas de una revolución digital que irrumpiría en breve en el cine. De momento los efectos especiales seguían siendo artesanales. Esto hará más destacable, si cabe, toda la escena de la venganza de Louis. Dota de verdadero valor interpretativo y creativo a todos los miembros del rodaje.
 
Esta venganza pondrá punto y final a la aventura europea de Louis.

Vuelta a los Estados Unidos

Se escurrirá entre sus calles y sus gentes durante décadas, procurando pasar desapercibido hasta el momento en el que comienza la película.

Vuelve a ser un nostálgico. Confiesa que, como vampiro, echa en falta un cosa: la sensación de ver un amanecer. Podrá dar gracias al tiempo que le ha tocado vivir (o no vivir) porque aparecerá el cine y podrá acudir a las salas para recrearse viendo los amaneceres artificiales en las pantallas.
 
De hecho la película dará un giro y nos sentará en una sala de cine, frente a una pantalla y nos regalará los mejores amaneceres que se han visto en la historia del cine. Como los besos en Cinema Paradiso, pero con amaneceres.
 
Le gustará ver cómo evoluciona la humanidad viendo las películas y veremos fotogramas de algunas de ellas: Nosferatu, Lo que el viento se llevóSuperman entre otras. Este detalle me parece sumamente curioso porque no hace más que repetir el homenaje al cine que vimos en Dracula, de Bram Stoker.Pero, como dice el refrán «bicho malo nunca muere». Y el malo era Lestat, qe sobrevivió al veneno, sobrevivió al agua y al final veremos que también sobrevivió al fuego.

Reencuentro de vampiros

Lestat seguía «vivo» a su manera, aunque muy debilitado. Louis rechazará la oferta de volver a vivir juntos y terminará la  con el

periodista diciendo que su vida está vacía y carece de sentido. La niña murió, Lestat está, otra vez, en paradero desconocido y se arrepiente de haberle contado todo al periodista. Éste no parece haber entendido nada y le pide que le convierta en vampiro.

Louis se largará sin más, pero los deseos del periodista se harán realidad cuando se suba a su descapotable y reproduzca el casette con el que ha grabado la entrevista y se vea sorprendido por el ataque repentino de un Lestat recuperado y protagonizando uno de los mejores finales de película de la historia del cine sonando Simpathy for the devil a todo trapo.

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