Ficha técnica de Hotel Transylvania
Ficha artística
Estamos ante una historia de amor…terrorífica
Muy apropiada acercándonos a Halloween. Mejor dicho… dos historias de amor.
Dracula huye del mundo tras la muerte de su esposa. Se refugia en el Hotel Transylvania y lo regenta para huir de las tareas cotidianas previas a la muerte de su amada esposa, cuyo vacío quiere llenar a base de actividades, sin descuidar el fruto de ese amor, su hija Mavis. Una vampiresa que ronda la mayoría de edad (118 años). En ella vuelca todo su corazón, aunque de un modo erróneo.
El miedo a perder a su hija
Su segundo amor y todo lo que mantiene el aliento vivo de su esposa muerta hará que Drácula encierre a Mavis en una burbuja. Burbuja irreal para protegerla, cuidarla y mantenerla para siempre bajo su capa. Lo que en un vampiro equivaldría a decir toda la eternidad, que no es moco de pavo.
Dracula no escatima en nada. Ni en la creación del fabuloso hotel ni en los recursos necesarios para retener a Mavis.
Hotel para monstruos
El hotel es de super lujo. En él se albergan todos los monstruos de la mitología, y la sabiduría popular, a saber… momias, hombres lobo, Frankenstein, el yeti, esqueletos, brujas, el hombre invisible y todo lo que se os ocurra que sea raro y asuste… pues ahí pasará sus vacaciones alejado del mundo de los humanos.
Y este es el afán último y verdadero de Drácula. Él se mantiene apartado de los humanos. Alberga en su hotel a todos los que se retiran de vacaciones. Lejos de la civilización y, en el fondo, todo es una excusa para justificar y mitigar esa protección desmedida hacia su hija.
No hay fisura alguna en su plan maquiavélico.
¿O sí?
El show de Truman
Drácula permite a Mavis hacer una escapada para conocer a los humanos. Al menos esto es lo que ella se cree. Al más puro estilo El show de Truman todos los humanos que interactúen con la muchacha serán extras enviados por el conde. Son zombies interpretando un papel.
Mavis no lo sabe.
Tampoco lo sabe Jonathan. Un mochilero que se adentra en el bosque por curiosidad y por la misma curiosidad seguirá a los zombies hasta el Hotel Transylvania y la liará parda.
Mavis descubre a Jonathan y también Drácula. Ella queda “sorprendida” por el nuevo muchacho del hotel. El liante de su padre, para no defraudarla, inventa una farsa en torno a Jonathan presentándolo como organizador de fiestas. Se supone que lo habría contratado para amenizar y revitalizar el ocio en el Hotel Transylvania, haciéndose pasar por un Frankenstein.
Ahora que menciono a Frankenstein, no puedo dejar pasar por alto la pandilla de amigotes de Drácula: el hombre lobo (para mí el alma de la pantalla cada vez que aparece en escena, y su camada…). El propio Frankenstein, una momia indescriptible y el hombre invisible. Este último es coqueto como ninguno, cosa “que vemos” cuando se acicala frente al espejo. Más bien intuimos cómo se peina, acicala y prepara para estar guapo. Invisible, pero guapo. Más moral que el alcoyano.
Love is in the air…
En definitiva. Pasa lo que tenía que pasar. Vampiresa conoce a chico, vampiresa se enamora, chico conoce a vampiresa, chico se enamora y Drácula irrumpe en escena hecho un basilisco (avisado por la seguridad del hotel: fantasmas con armaduras, me encantan).
Drácula ve peligrar todo su plan para retener a su hija y Jonathan termina marchándose en contra de su voluntad.
A partir de aquí Drácula pierde el favor y el amor de su hija quien se entera de la farsa que está viviendo y protesta por lo injusto que resulta no poder saber si realmente ama a Jonathan por ser humano. Aunque está convencida de ello. Pero no nos engañemos, lo de ser humano es un “más que sumar”, pero el verdadero miedo que tiene Dracula es que Mavis deje el nido familiar.Dracula se rinde
Pero Drácula quiere tanto a su hija que comprende al final que Jonathan tiene que volver. A partir de aquí veremos una búsqueda frenética del muchacho, justo antes de terminar las vacaciones, Drácula recluta a su pandilla de amigotes y salen a buscar a Jonathan y encuentran algunas otras cosas por el camino que nos dejará a todos un gran sabor de boca.
Adam Sandler
Película producida por Adam Sandler, personaje queme provoca dos sentimientos enfrentados: pésimo actor (o pésimas películas) y gran monologuista.
Con todo lo hipersensible, sensiblero y azucarado que es cuando se pone delante de una cámara… Cuando no es el actor, es el humorista, aflora el salvaje que lleva dentro dando rienda suelta al humorista más descarado, mal hablado y grosero que se podría subir a un escenario. Es precisamente esta faceta, la gamberra y salvaje de comediante la que me gusta de él y os invito a ver agluno de sus espectáculos. Produce la película y pone voz a Drácula. Este sí podía ser calificado de un verdadero Dr Jekyll y Mr Hyde.
Uno esta película a mi colección de Pelis para ver en Halloween + Pelis para ver en Halloween 2.
