Las alucinantes aventuras de Bill y Ted

Título: Las alucinantes aventuras de Bill & Ted
Título original: Bill & Ted’s excellent adventure

Director: Stephen Herek
Nacionalidad: Estados Unidos

Año: 1989

Duración: 90′
Guión: Ed Solomon

Fotografía: Tim Suhrstedt
Música: David newman
Producción: Joel Soisson
Distribuidora: Orion Pictures

                

Keanu Reeves – Ted Logan
Alex Winter – Bill Preston
George Carlin – Rufus

 

Se los llevará a la Francia napoleónica para ver al futuro dictador Napoleón.

En la peli no lo explican, pero Napoleón será la conclusión de un período revolucionario en el que el protoproletariado dará el primer golpe de estado contra una monarquía europea. Cortarán las cabezas a los monarcas, a la clase dirigente, a los militares que se opongan, a todas las personas de bien que tuvieran un negocio y al clero. Se dieron un baño de sangre y de terror y se les terminaría escapando de las manos.

 

Entonces llegará el tal Napoleón y se hará con el poder instaurando su propio imperio y terminando de destruir Francia y lo que es peor, se llevó a España por delante. La revolución francesa fue la semilla que después retomarían los bolcheviques para repetir todo lo dicho, cortar cabezas (a todos) y erigir una dictadura de terror.

Pero sigamos con la peli…

 

 Llegarán a Francia y, por error, se llevarán consigo a Napoleón. Menudo marrón.

 

Pero éste marrón les dará una idea…

 

Viajarán en el tiempo, sí, y visitarán todos los períodos que tienen que estudiar y a todos los personajes que destacaron en ese momento y sitio. Irán al sitio y se traerán, si hace falta a rastras, al personaje de turno.

 

Para poderse ir de viaje dejarán a Napoleón con el hermano de Ted.

 

Los dos primeros fichajes serán Sócrates y Billy el niño. Menuda parejita.

 

Todo esto aderezado con algunas aventuras. Dentro de sus viajes y fuera de ellos, en el San Dimas actual. En su ciudad tendrán que esquivar una y otra vez al padre de Ted.

 

Un padre que demuestra cuánto confía en su hijo teniendo comprado, de antemano, el billete de avión para Alaska, un par de horas después de la hora del examen. Vamos que tiene meridianamente claro que su hijo fracasará y en menos de 24 horas tendrá la cabeza rapada y estará desfilando para hacerse un hombre y quitarse las tonterías del rock de encima.

 

Las aventuras dentro de la propia aventura temporal se sucederán escena tras escena.

Cuando recluten a Billy el niño tendrán que huir de una pelea en un bar y desaparecerán, junto con el pistolero, justo cuando van a recibir una descarga de disparos a cargo de todos sus perseguidores que se quedan ojipláticos cuando ven que se volatilizan.

 

También se enamorarán, en un viaje a la Edad Media. En Inglaterra conocerán a las hijas de un noble que las va a casar con dos pedorros y ellas no quieren casarse, pero eran otros tiempos. Entonces llegan estos dos saltimbanquis y se las meten en el bolsillo. A las chicas, porque el padre los apresa y los condena a muerte. Se escaparán al más puro estilo Robin Hood: El príncipe de los ladrones. Vamos, que por los pelos.

 

Ellos huirán pero las bellas doncellas se quedarán atrás…

 

A esta peli la mencionan en Avengers: Endgame, cuando Ant Man intenta explicar a los demás los viajes en el tiempo y se genera un debate en torno a todas las películas de ficción que usan este tipo de viaje como argumento central para su trama. Antes mencioné Terminator 2, pero ¿qué me decís de Regreso al futuro? También hablan de Time Cop (no la tengo en el fancine). Star Trek (no creo que comente ninguna de esta saga porque nunca he terminado de ver ninguna de ellas). En todas las pelis con viajes en el tiempo se tiene presente el peligro de las paradojas temporales.

 

Pues bien, esa es la preocupación moral de quien tiene la llave para viajar en el tiempo, y lo vemos en todas las películas (que sean o aspiren a tratar el tema con seriedad).

El mejor ejemplo es El final de la cuenta atrás. En esta película Kirk Douglas (el de Los vikingos) es el capitán del portaaviones Nimitz en el año 1980. Su buque atravesará una tormenta que, en realidad, es un agujero de gusano y aparecen en el mismo sitio, Hawaii, pero justo antes del ataque japonés a Pearl Harbor.

La película es fascinante porque con el armamento con que cuenta el Nimitz, y los aviones, podría haber salvado a todos los americanos que murieron en el bombardeo del 6 de diciembre de 1941 y haber terminado la guerra mundial en un abrir y cerrar de ojos. Pero el capitán sabía que no debía interferir en el curso de la Historia, a pesar de sus ventajas. No sólo armamentística, también conociendo, a través de haber estudiado la Historia, todos los movimientos que iban a hacer los japoneses a lo largo de la guerra.

 

Incluso se topan con sus «otros yo» que vienen a advertirse a si mismos de lo que tienen o no tienen que hacer para lograr su objetivo. Es más, y aquí retomo lo de Matrix que apunté sin desarrollar al principio. ¿Os acordáis? Dije que Reeves interpreta algunas cosas aquí, en Bill & Ted, que luego repetirá en Matrix.

 

Pues bien, si habéis visto Matrix recordaréis la primera vez en la que Morfeo habla con Neo. Cuando Neo es ajeno a Matrix y le llega un teléfono por el que Morfeo le da indicaciones para poder huir de la empresa sin que le vean correteando por los pasillos. Aquí pasa lo mismo, 10 años antes de rodar la de los hermanos Wachowski, y esto sí que no es una paradoja temporal.

 

El caso es que seguirán haciendo acopio de personajes históricos.

 

Juana de Arco, Lincoln, Beethoven, Freud, y hasta Gengis Kan harán de las suyas por San Dimas.

 

Y cuando digo que hacen de las suyas, es porque lo hacen.

 

Para empezar se desmadrarán en un centro comercial y nos brindarán escenas tan anodinas como a Gengis Kan bateando un maniquí y huyendo de los guardas de seguridad en monopatín.

 

Veremos a Juana de Arco dando lecciones de aerobic en una clase. La veremos frenética hasta casi descoyuntarse las articulaciones.

 

Y así todos y cada uno de ellos, por ejemplo Beethoven se marcará un concierto con varios teclados a lo Nacho Cano que dejará flipando a toda la parroquia congregada alrededor.

 

Y todo esto sucederá mientras dejan a los personajes históricos tomando algo y haciendo tiempo porque Bill y Ted tienen que irse a buscar a Napoleón y se enteran de que se le ha perdido a su hermano. Sin perder de vista que Napoleón está pasando los mejores días de su vida comiendo helados como un cerdo, jugando a los bolos y tirándose por los toboganes de un parque acuático llamado Waterloo.

 

Y para colmo vemos las escenas de corso saltando en ropa interior con la música de los suecos ABBA, para más INRI, la canción que suena es Waterloo. Por cierto, la semana pasada estaba en Suecia, en Estocolmo, y el Museo de ABBA fue el único que no visité a mi paso por la isla de Djurgarden… y no me arrepiento.

 

Al final terminan todos los personajes, menos Napoleón, en la comisaría, encerrados en una celda por diferentes tipos de desórdenes públicos en el centro comercial. Bill y Ted lograrán sacarlos de allí, siguiendo las indicaciones que ellos mismos se dan desde el futuro y poniendo pies en polvorosa rumbo al examen de Historia.

 

Un examen que aprobarán y sí, sacarán Matrícula de Honor por la puesta en escena con todos estos personajes traídos del pasado.

 

Pero…

 

Quizás deberían buscar al profesor y despedirlo.

 

¿Qué han aprendido de Historia?

 

Nada.

 

Se lo han pasado bomba: sí.

 

Han aprendido algo: no.

 

¿Entonces por qué sacan esas Matrículas? Ni idea.

 

De hecho la puesta en escena, que sí, es divertida, no aporta nada de nada ni demuestra que sepan el mínimo aspecto histórico que identifique a cada uno de los personajes secuestrados. Porque todo hay que decirlo: son secuestrados.

 

Secuestradores y, por cierto, meros delincuentes al haber hecho escapar a unos presos robando las llaves del sheriff (el padre de Ted). Eso y algo pervertidos, sobre todo Bill, con su madrastra. Claro que dicha madrastra tiene su edad e iba a su misma escuela y se casó con padre… pero esa es otra historia 😉

 

Así con todo Bill & Ted se harán famosos y se convertirán en semidioses y toda la Humanidad, y muchos extraterrestres seguirán sus enseñanzas para ser excelentes los unos a los otros y disfrutar al grito de «Party On!»

 

No me preguntéis ni cómo ni por qué, pero esta peli tuvo secuelas y serie de televisión y, si no me equivoco hasta una serie de animación.