Ficha técnica de Érase una vez… en Hollywood
Título original: Once upon a time in Hollywood
Nacionalidad: USA, Reino Unido
Montaje: Fred Raskin
Producción: David Heyman, Shannon McIntosh y Quentin Tarantino
Productora: Columbia Pictures, Bona Film Group, Heyday Films y Visiona Romantica
Distribuidora: Sony Pictures Releasing
Ficha artística
Brad Pitt – Cliff Booth
Margot Robbie – Sharon Tate
Emile Hirsch – Jay Sebring
Margaret Qualley – Conejito o Pussycat
Timothy Olyphant – James Stacy / Johnny Madrid
Julia Butters – Trudi Fraser
Austin Butler – Charles «Tex» Watson
Dakota Fanning – Lynette «Squeaky» Fromme
Bruce Dern – George Spahn
Mike Moh – Bruce Lee
Luke Perry – Wayne Maunder
Damian Lewis – Steve McQueen
Al Pacino – Marvin Schwarz
Rafal Zawierucha – Roman Polanski
Lorenza Izzo – Francesca Capucci
Costa Ronin – Woijiech Frykowski
Damon Herriman – Charles Manson
Kurt Russell – Narrador
Os advierto que voy a hacer spoiler
Por lo que más te vale dejar de leerme si no has visto la peli.
No te la quiero reventar.
Te recomiendo que te saques una entrada y la disfrutes del primer hasta el último minuto, como hice yo. Después, si te apetece, vuelve a «el fancine» y retoma este comentario de la peli, para contrastar nuestros pareceres.
Rick Dalton & Cliff Booth
La peli nos presenta a los dos desde el primer minuto. Los están entrevistando para una cadena de televisión y así, desde esa primera escena sabremos quién y qué es cada cual.
Rick Dalton es una estrella a punto de apagarse
Cliff Booth está peor
El tiempo los unió e hizo que forjaran una entrañable amistad.
El único sustento de Booth será «ser el hombre para todo de Rick Dalton», su solucionador personal. Por esto le pagará. Nunca sabremos cuánto ni cuándo, pero no puede ser mucho porque también veremos que Booth vive en una caravana rodeado de mierda. Cosa que contrasta con la mansión de Dalton en Cielo Drive. Y luego volveré sobre esto último. Eso sí, Cliff tiene un perrazo y lo controla mediante silbidos. Incluso habla con él y éste parece entender todo cuanto le dice.
Comida para perros, el toque de Tarantino
Son amigos y residentes en Hollywood
Pero ya no es el protagonista
Me vuelve a la cabeza Cielo Drive…
A partir de aquí empezaremos a entrelazar otros temas y otros personajes
Para empezar veremos una pelea amistosa que nos marcará un poco el carácter de Booth. El carácter y sus habilidades. Creedme cuando os digo que lo veremos pelear con el mismísimo Bruce Lee. Uno de los ídolos de mi infancia.
Me fascina Bruce Lee
Su buen gusto peleando. Su estilo, su porte y su capacidad para cubrir una pelea de 360º con más de media docena de combatientes. Quien haya saboreado eso sabrá cuán difícil es mantener la visión y los reflejos operativos, sin bloquearte y que tu cuerpo responda a tu instinto por encima de a la lógica.
Todo eso lo hacía Bruce Lee, dentro y fuera de la pantalla.
Dentro de la pantalla veremos a Bruce Lee en películas míticas como Operación Dragón. Insuperable en su género.
Fuera de la pantalla era todavía más increíble. Para empezar os diré que fue discípulo del mismísimo Ip Man, a quien dediqué una entrada a propósito de su biopic.
Pero por encima de eso…
¿Bruce Lee ridiculizado?
No lo creo yo así
Bendito Tarantino
Esos hippies le devolvieron mi confianza.
No solo hace que los protagonistas se refieran a ellos como «putos hippies«. Tarantino va más allá. No nos dibuja a unos hippies idealizados como los que vimos en En el nombre del padre.
Y digo esto en el año en el que se conmemora Woodstock… y parece que todo el mundo tenga que hablar del concierto como una de las mayores maravillas de arte universal.
Nadie discute la valía de los grupos que participaron, ni de la trascendencia del concierto. Pero al final era una tropa de emporrados que lo mismo correteaban en pelotas por el barro que se pasaban medio día sin dominio sobre su cuerpo.
Y si no, echad un vistazo a la intervención de Jefferson Airplane cantando White rabbit (mi 2ª canción favorita) para ver que no me alejo mucho de la realidad.
No.
Presenta a los hippies como ratas buscando comida en la basura
¡Cielo drive!
En la peli Dalton lamentará vivir al lado de una de las mayores personalidades en su actualidad cinematográfica: Polanski. Sobre todo porque ve que el polaco está saboreando las mieles del éxito mientras él tiene que agacharse para lamer las migajas del suelo.
En la realidad el cruce entre el nombre de la calle, Cielo Drive, el director de cine polaco, Polanski y los hippies me hace temer lo peor… ¿vamos hacia la familia Manson?
Me quedo pensando en ello mientras veo a Brad Pitt cambiar de coche. Deja el clásico de Rick y se sube a su tartana, (que ya querría yo para mi). Cambia de maneras y sale quemando rueda de la zona residencial.
A partir de aquí me parece que me salgo de una película para meterme en otra.
Si cambiamos Hollywood por Madrid…
Si en vez de Hollywood fuera Madrid me creería que estoy acompañando al «piojo» en El crack de Garci.
Me apasionan esos paseos interminables en coche: Elipsis narrativas entre escenas… Y me fascina ir viendo las calles según avanza con el coche. Los carteles de cine, el tráfico y la vida de la ciudad mientras suena la radio de fondo. Carteles que, irremisiblemente me teletransportan en el tiempo a mi juventud. Por dos motivos: por los carteles de cine que había en la Gran Vía madrileña, cuando aquello parecía el Broadway europeo. Y también por esos mismos carteles pues los dibujaba el padre de uno de mis amigos de la infancia, Tomás Fernández Zarza. Era cartelista (o como se llame) y muchos de esos cines madrileños lucieron sus carteles.
¿Habrá visto Tarantino El crack de José Luis Garci?
En los últimos días he escuchado alguna crítica que decía que Tarantino abusa de la radio en esta película. Y se quedaban tan anchos.
Ya he mencionado American graffiti, y El crack. Pero podría incluir The Warriors, por ejemplo, y algún ejemplo más de películas cuyo sonido de fondo es una emisora de Radio.
Podcast y Radio
En aquellos días la radio formaba parte de la vida cotidiana de mucha gente. Diría que sigue haciéndolo. Yo me levanto con la radio, vivo y trabajo escuchando la radio. Conduzco con la radio y duermo escuchando la radio. En los últimos tiempos también algún que otro podcast… pero el efecto es el mismo.
Si consumes radio la consumes a todas las horas del día. Para informarte, entretenerte y distraerte. Sirve para todo. Por eso inauguré este blog de cine haciendo un homenaje a la Radio con Historias de la Radio.
Tampoco se nos escapa el gusto musical de Tarantino. ¿O no se ceba (para bien) trufando sus películas con músicas geniales?
A mi por lo menos no me extraña que use la radio del coche como hilo conductor y como transición entre escenas y acciones. Es más, me apasiona. Y cuanto más lento, mejor: así me recreo viendo los carteles y escaparates. El propio Tarantino los mandó hacer para la peli y tuvo que pedir permiso tanto a las autoridades como a los propietarios para remozar la ciudad y darle ese toque que vemos en la peli. Muchos de ellos han mantenido las fachadas artificiales tras finalizar el rodaje, a modo de reclamo vintage para los turistas.
Y vuelven los hippies
Aunque en su versión limpia y aseada.
Digamos que la rama sociable de un movimiento insociable o asocial. Esa rama que, como ocurrió con los «grunch«, en los 90’s, salpica a famosos y estrellas que esconden sus joyas entre harapos, también de marca para limpiar sus conciencias y hacerlos sentir cercanos a la plebe.
Era la moda de entonces.
Años de agitación social en los que los Estados Unidos estaban defendiendo a la Democracia en Vietnam. Luchaban contra el comunismo y éste se había infiltrado en la sociedad estadounidense. Como decía antes, entre activistas, periodistas y algún que otro actor.
No niego que hubiera hippies convencidos que lo fueran por su amor al prójimo. Que los habría. Pero la mayor parte, víctima de las drogas y de la manipulación ideológica, iban sin norte de aquí para allá. Pero yendo sin rumbo se permitían protestar contra quienes sí dedicaban su vida a labrarse un porvenir. La eterna historia de la hormiga y la cigarra. La eterna historia del capitalismo y el comunismo. Y eso harán en esta peli… pero no he llegado a ello todavía.
Los vecinos de Rick Dalton: Roman Polanski y Sharon Tate
El primero era, por aquel entonces, un director de cine glamuroso y prestigioso. Vivía en los Estados Unidos, pese a ser de origen polaco y cosechaba un éxito detrás de otro. Éxitos que coincidían con la caída en picado de nuestro protagonista.
Su mujer, Sharon Tate. Modelo y actriz prometedora. Con un gran futuro por delante.
Origen de la palabra «paparazzi«
Los paparazzi (adjetivo sobrevenido del sustantivo Paparazzo) se disputaban las mejores fotos de una pareja en la cresta de la ola.
Paparazzo fue un personaje secundario en La dolce vita. Un fotógrafo que perseguía a los famosos para robarles instantáneas y vendérselas a la prensa del corazón. Tuvo tanto peso su figura en la peli y la peli en la sociedad contemporánea (finales de los 50’s y principios de los 60’s) que terminó dando nombre a todos sus colegas de profesión. Paparazzo, en plural paparazzi.
En la peli los veremos rodeados de glamour en las mejores fiestas de Los Ángeles. Incluso los veremos en la mansión Playboy, en donde Steve McQueen nos narrará en una de sus apariciones en la peli la turbia vida amorosa y sexual de estos vecinos.
Años más tarde Polanski huirá de los Estados Unidos para evitar entrar ne la cárcel tras violar a una menor de edad. Cogió un avión rumbo a Paris y si te he visto no me acuerdo. Huyó de Estados Unidos y de la Justicia americana. A diferencia de la europea, que premia al delincuente, allí, si la haces (y te pillan): la pagas.
Pero eso no ha pasado todavía en el momento en que transcurre la película.
Y del cielo caemos, de golpe, al suelo.
Volvemos con Rick y Cliff
Como os decía, un actor venido a menos y su doble, que casi no recuerda lo que es ponerse delante de una cámara. Sin embargo mantienen su amistad. Es más, la cultivan día a día, a pesar de haber dejado atrás sus años de gloria.
Rick, que sobrevive gracias a pequeños papeles, a su nombre y a la mansión que le recuerda cada día que pertenece al mundo del espectáculo. No dudará en ejercer esa amistad buscando trabajo para su amigo y procurándole actuaciones a pesar de la mala fama del doble. Por aquello del rumor de que ha matado a su mujer. Es un rumor, no sabemos si tiene fundamento o no, pero le cierra las puertas.
La peli no está exenta de escenas conmovedoras
La decadencia de Rick hará que una niña, una actriz de la nueva hornada le arranque unas lágrimas.
Será ella, junto con la conversación con Marvin Schwarz cuando Dalton asuma su realidad. No es que no lo supiera de antemano, pero simplemente seguía avanzando, como podía, aceptando esos papeles de villano que le hacían morder el polvo una vez detrás de otra. Cerraba los ojos y seguía caminando hacia delante.
Esta niña demostrará una profundidad inaudita en alguien de su edad y contribuirá a hacer ver a Dalton que está obsoleto. Que su método para estudiar los papeles ya no se estila. Puesto de whisky hasta las cejas y ensayando por inercia esos papeles menores.
Lo veremos actuar interpretando a uno de esos malos y veremos cómo se olvida de sus líneas de texto y se pierde en el diálogo. Esto le pasará cuando dialogue con otro personaje, Johnny Madrid, el bueno de su nueva peli. Madrid… Es la segunda vez que veo, oigo y leo una referencia a «Madrid» en una película (ésta) y en una serie (la 2ª temporada de Stranger Things, en el monopatín de Mad Max). Me gusta… 😉
Como os decía, hace el ridículo y se refugia en su caravana.
A propósito de la escena de la caravana…
No había texto en el diálogo. De hecho no había nada. Tarantino soltó a DiCaprio dentro de la caravana le puso una cámara y le dijo que improvisara e improvisó una de las mejores escenas de toda la película.
Entonces se obrará el milagro.
Dalton volverá al escenario y sacará el actor que lleva dentro e interpretará su papel y su escena con tal rabia y tal intensidad que dejará a todos boquiabiertos y se llevará el mayor aplauso que ha recibido en un montón de tiempo.
Por si eso fuera poco conmovedor, la niña, que forma parte esencial en la escena, le confesará que ha sido la mejor interpretación que ha visto jamás.
Los entresijos del rodaje
Lo que más me gusta de esta escena es que vemos a los actores frente a las cámaras. Vemos al director, al apuntador (en la escena anterior tuvo que tirar de él cuando olvidó sus líneas de diálogo) y vemos a todos los técnicos haciendo sus respectivos trabajos. Maquillaje, sonido, iluminación…
Los oportunistas dirán…
«Vemos el amor al cine de Tarantino«, o «es cine dentro del cine«, incluso «Tarantino homenajea al cine y lo refleja desde dentro«. Cursiladas a parte, Tarantino demuestra su mano y no precisamente por sacar a los técnicos en medio del rodaje.
No.
El mérito de Tarantino llegará más tarde
Exactamente, un par de escenas después. Pues mientras Dalton interpreta su papel en el set de rodaje Booth hará un viaje en el tiempo.
Un falso Western
Cuando Cliff Booth se adentre en el Rancho Spahn’s. Ahí detecto yo el amor al cine de Tarantino. Cuando nos haga sentir que estamos en un western y nos haga pensar que Cliff es el cowboy que se adentra en una ciudad hostil rodeado de maleantes.
Pero… ¿Cómo llega hasta ahí? Y ¿por qué?
Os lo diré.
Dejamos a Dalton en el rodaje.
A la tercera vez que coincidan, y ella vuelve a pedirle que la lleve, él la recogerá en el coche y la llevará hasta su casa.
El Rancho Spahn’s
Aquí viene el western
Cuando él cruce el rancho entero para ir a ver al viejo colega de trabajo. Para ver qué se cuece y qué hay detrás de todo esto. A paso lento, sin levantar polvo.
Sí. Tarantino ha sido capaz de recrear un Western descontextualizado en el tiempo. En el guión y en los personajes, que no en el escenario.
Esto ocurre también cuando vemos a Dalton en el estudio de grabación. Su paseo desde el coche hasta el set; lo poco que nos incomoda ver la cámara en medio de la filmación… Todos esos logros los alcanza Tarantino con una iluminación increíble, naturalidad absoluta por parte de los actores, que también ponen su granito de arena y un fluir constante en la escena. Hace que terminemos dando por bueno que todo lo que vemos forma parte de otro todo superior que es esa película.
Volvemos al rancho con Cliff y mascamos la tensión
Los hippies van saliendo de las diferentes casas como ratas olisqueando un queso curado puesto en medio del salón. Es la viva imagen del sheriff que avanza hasta el saloon y va viendo pistoleros en los tejados.
Cliff no hace ningún aspaviento.
Se limita a transmitirnos su seguridad dando pasos firmes sin titubear. Van cercándolo, a una distancia prudente, pero cercándolo al fin y al cabo. Como cuando se manifiestan en masa. Amenazan en silencio. Le hacen sentir su presencia para intimidarlo. Son pacifistas pero no son pacíficos. Esperan su oportunidad. Son Banzai y Ed, de El rey león. Son hienas.
Ahí está el amor de Tarantino por el cine
O ahí lo detecto yo.
Superpone un género sobre otro. Introduce un western del s. XIX dentro de un «dramedy» (o drama/comedia) en el siglo XX.
Ahí radica su talento.
Para que veáis que no es pecata minuta, os pondré un ejemplo de un intento similar que arruinó una gran escena literaria al llevarla al cine.
Os hablo de la entrada de los tres cazadores y el caballero blanco en Meduseld. Son los restos de la Comunidad del Anillo, cuando se adentran en Rohan Rohan. Hablo de la adaptación cinematográfica de Las dos torres. En esa peli Peter Jackson pretende implantar una escena tipo western en un escenario de fantasía. En un ambiente medieval, o vikingo, cuando entran Gandalf, Aragorn, Legolas y Gimli en el palacio de oro para hablar con Theoden Rey. El resultado es un esperpento que avergüenza al más pintado.
Tarantino sí lo logra en esta peli
Y, lográndolo, nos regala una escena que será pata negra del cine.
Vemos al protagonista avanzar con sus mocasines indios. Yo tuve unos igualitos que me regaló un indio en Minnesotta. Calzado con ellos avanza entre los forajidos que se han adueñado de un poblado.
Son Los siete magníficos en un único magnífico
Vemos las Harleys en la entrada del salón. Sólo las falta mover el rabo para espantar las moscas atraídas por los hippies. Lo vemos avanzar a paso lento y decidido.
De nuevo Steve McQueen
Ahí está Steve McQueen, escoltando a Yul Brinner para enterrar al indio que lleva Brad Pitt en sus pies. Es la cuarta vez que tenemos presente a McQueen en la peli.
Recordad…
- La primera en la mansión Playboy, interpretado por Damian Lewis
- La segunda es cuando dice (Dalton) que él estuvo a punto de interpretar el papel a Steve en La gran evasión. Una escena al más puro estilo Forrest Gump que hizo que me partiera de risa
- Y la tercera es la serie que protagonizó Danton, «Bounty Law«sobre un cazador de recompensas. En ella emula a una serie real protagonizada por McQueen «Wanted: dead or alive». Setreaduciría como «Se busca, vivo o muerto«)
- Esta es la cuarta, pero no nos lo evidencia, hay que verlo. Entreverlo. Más bien intuirlo, o deducirlo. Y yo lo vi y lo disfruté recordando ese coche funerario rifle en ristre…
Por eso esta escena es mi favorita en Erase una vez… en Hollywood
Porque empieza en Los siete magníficos y termina en Snatch: Cerdos y diamantes. Cuando Cliff Booth revienta al hippie que le ha pinchado la rueda. Es pura poesía de principio a fin y termina en un crescendo que me hizo disfrutar de lo lindo.
Conejito es el apodo por el que conocen a la menor de edad que ha llevado a Cliff hasta el antiguo rancho. Ella presentó su «familia» a Booth. Una familia compuesta por despojos de la sociedad arracimados en torno a un líder espiritual que responde al nombre de Charles Manson. Así conoceremos a la «Familia Manson«.
La familia Manson
Siempre que hay un grupo de tontos podemos reconocer a uno que destaca y manipula a los primeros. El tal Manson era ese listo. El resto sus esclavos sexuales, o simplemente quienes lo mantenían.
Ahora bien, dejadme hablaros un poco de esta joyita… Poco, porque tampoco merece mucho tiempo ni yo estoy especializado en la materia.
¿Quién era el tal Charles Manson?
El tal Manson acabó en California tras pasar un tiempo en la cárcel.
Anhelaba ser músico pero no tenía el talento necesario. Por eso empezó a ir, de aquí para allá, hasta terminar ocupando éste rancho. En él se erigió en líder espiritual de unos emporrados que solo sabían ponerse hasta las cejas y ver la tele. La comida la mendigan o la sacan de la basura para no perder el tiempo trabajando.
No deja de ser paradójico que los hippies de la peli estén enganchados (amén de al peyote, el ácido y a la marihuana) a la serie de televisión FBI.
Siendo precisamente el FBI quien los vigilaba de cerca
No podemos desdeñar que había hippies, artistas, periodistas y activistas a sueldo subvencionados por Rusia. Estaban infiltrados para perturbar la paz americana, denigrar a sus ejércitos que estaban combatiendo en Vietnam y organizar revueltas sociales.
Aunque su mayor logro fue arruinar la vida de muchos chavales. Adolescentes ingeniuos e inconscientes de una generación que confundió Libertad con libertinaje. Todo valía: amor libre, comunas, mendicidad… una generación que quiso hacer de la holgazanería un modelo de vida. Esto impulsó a envidiar a quienes trabajaban y defendían su propiedad privada, ganada con el sudor de su frente, trabajando. Porque antes dije que para os hippies valía todo, menos trabajar.
Pues bien…
Se avecina el Apocalipsis
Secuestraron a Gary Hinman, el «political piggy«
Charles Manson y Sharon Tate
Hippies y ultraviolencia
Solo quedaba Tate con vida, embarazada y atada a un cadáver
Estos son los hippies del «Haz el amor y no la guerra»
Y todavía los hay que se pintan el símbolo de la paz evocando a un pacifismo que nunca existió. La paz, cuando se alinea política e ideológicamente con un bando, y pasa a ser su patrimonio, deja de ser paz, como la ecología.
Bien…
¡Estamos viendo una película de Tarantino!
Ardiendo. Como tantos veteranos de guerra vieron caer ardiendo a sus camaradas mientras defendían los derechos de los mismos que los apuñalan por la espalda al volver a casa. Porque eso hacían en Vietnam. Luchar por la Libertad.
Y Cliff es un veterano de guerra.
De Historia a historia… o de History a Story
Aquí dará un giro radical toda la película. La Historia se convertirá en historia. En inglés se entiende mejor el cambio de Historia a historia – «History» por «Story«. Entendiendo Story como cuento o narración.
Tarantino ha puesto a Cliff y a Dalton en la antesala de la casa de los Polanski.
Y los ha puesto para reventar el final de una historia que pone los pelos de punta a quien la descubre: esa masacre que os he contado. Los pone y los vemos relamiéndose las heridas de un viaje a Italia. Porque al final Dalton viajará a Italia para protagonizar unas cuantas películas italianas y una española. Y volverá casado a los Estados Unidos.
Un matrimonio que hará que la pareja de amigos Cliff/Dalton tenga que deshacerse porque los Dalton no podrán seguir pagando los servicios de Cliff. Lo hablan sin rodeos y Cliff lo acepta. Se emborrachan y Cliff termina fumándose un cigarrito bañado en ácido que le compró a una hippy en un semáforo.
Cine en estado puro… alucine
Se queda en la cocina, para dar de comer al perro. Todo parece indicar que será la última noche que pase en la casa de su amigo.
Dalton, mientras tanto, echa a unos hippies que merodean por su casa y se lleva su jarra de margarita a la piscina para estudiar un papel.
Hippies con sed de sangre
Esos hippies volverán y aquí está el giro.
«Sin piedad a nivel de violencia de Tarantino»
¿Se le va la cabeza? ¿Irrespetuoso con la famila? ¿Irrespetuoso con la Historia?
Quizas sí todo ello, o no también todo ello. A nadie le importó que abrasara vivo a Hitler en un cine francés. Pues lo mismo pasa ahora cuando Dalton se incorpora a la pelea y abrasa a un hippy con un lanzallamas.
Justicia poética
Tarantino en el fancine
- Que sea cierto y se retirecuando haga la 10ª
- Quizás, tras esas 10 pelis, se quede en segunda línea participando en las películas de otros
- Podría pensárselo mejor y seguir filmando pelis (mi opción favorita)
- O podría, y aquí se me irá la olla a mi, tener previsto un final apoteósico para cuando termine su 10ª peli y, como si fuera el personaje de una de ellas se vuele la tapa de los sesos para agrandar su propia leyenda
Tarantino es capaz de todo… menos de lo más convencional.