Ficha técnica de El crack
Título original: El Crack
Nacionalidad: España
Duración: 119′
Música: Jesús Gluck
Montaje: Miguel González Sinde
Ficha artística
Alfredo Landa – Germán Areta – «piojo»
Miguel Rellán – Cárdenas «el moro»
José Bódalo – D. Ricardo «abuelo»
María Casanova – Carmen
Manuel Tejada – Alberto «el guapo»
Raúl Fraire – Francisco Medina
El crack es mi película española favorita
Cuando me di cuenta de que me acercaba al comentario de la película número 200 en el fancine to tuve claro. Supe que esta entrega tenía el nombre de un director y una película:
José Luis Garci + El crack
Si encima eres madrileño… qué os voy a contar de El crack.
Y si tu colegio estaba en la Calle Princesa… Y pasabas todos los días del curso por la Plaza de España… O comprabas cómics y cosas de cine, como postales, o carteles y carátulas de películas en las tiendas que hay entre San Bernardo y Gran Vïa… Qué queréis que os diga sobre lo que siento cuando veo esta peli.
Madrileño, cosecha del ’74
Cuando veo todos los cines de la Gran Vía, en los que nació mi amor por el séptimo arte. Las salas que siguen abiertas y las que cerraron por el camino. Las conozco y reconozco todas ellas. Y de muchas guardo grandísimos recuerdos disfrutando el cine.
El crack es un paseo por Madrid
Hay una perspectiva de la Gran Vía, tomada seguramente desde la Torre de Madrid que resume muchos años de mi vida. Plaza de España, el edificio que hace esquina: Esas dos terrazas que se observan en primer plano. Qué buenos recuerdos guardo de ellas, pues tuve ocasión de disfrutarlas a fondo, ambas dos.
Y la propia Torre de Madrid. En la que, si no me falla la memoria, estaba la sede de Dinamic. Una marca de juegos para ordenador. En una planta muy alta que visitabamos en la media hora del recreo para ver si nos caía algún videojuego. Terminábamos comiendo el bocadillo en la azotea, mirando Madrid.
Veo la peli y veo los autobuses que doblaban allí: el Circular, el 46 y el 75. Nostalgia. Y si encima nos dejamos embaucar por la musiquita de Jesús Gluck a lo largo de la peli… Nostalgia X2.
Nostalgia… y cine, porque El crack es cine en estado puro
Homenaje a Dashiell Hammett
Sin ir más lejos, la escena de la cafetería en la que Areta se está metiendo un filete entre pecho y espalda me parece todo un estudio sociológico de aquella época.
Paquete de cigarrillos encima de la mesa, para empezar. Los dos ladrones que entran a robar y lo que más me llama la atención de todo es el suelo, Plagado de servilletas usadas y basura por todas partes.
Todo esto lo vemos en El crack
Un Madrid en el que los personajes juegan al mus en vez de al póker
Madrid… y Nueva York
Areta es carácter filtrado a través de su mirada
La investigación empieza en la Cadena SER
Consejos, advertencias y amenazas…
Ahora se dedica a la seguridad privada. Es un matón de tomo y lomo que trabaja para peces gordos. Los mismos peces gordos que frecuentan a las muchachas de la madame.
Y hasta aquí puedo leer…
Una historia de amor
Un amor que hará que deje aflorar el lado más oscuro y mezquino de su propio ser. El Areta vengativo y obcecado que removerá Madrid con Nueva York para terminar lo que ha empezado.
¿O no?
Alfredo Landa
En la peli veremos miradas tiernas, cariñosas, viciosas, odiosas, temerarias, vengativas, pérfidas, perdidas y duras.
Muchas de ellas en los ojos de Areta. Magistralmente interpretado por Alfredo Landa, para sorpresa de todos que no veían en él más que al «landismo«. Un «landismo» que marcó otra época de nuestro cine y que, a más de uno ha hecho carcajear. A mi entre ellos.
Un areta silencioso. Cauto. Discreto… Sus ojos hablan más que él. Dicen más que él. Expresan más que él. Habla con y por los ojos y con sus ojos lo analiza todo, lo asimila todo y lo analiza. En silencio. Nervios de acero.
Toda esa fuerza de carácter de Areta se la debe a Alfredo Landa.
Estrené el troblogdita con Alfredo Landa, en 2013
Estaba escribiendo el mensaje de bienvenida a mi blog para los nuevos lectores cuando escuché en la radio la noticia de su fallecimiento.
Ni corto ni perezoso, publiqué la bienvenida y, sobre la marcha, le dediqué unas palabras a quien tanto me había hecho disfrutar durante años: Hasta siempre Alfredo Landa.
Acabo de releer esta entrada y me doy cuenta de que en ese primer artículo (amén de la bienvenida) ya se la dediqué a este «crack» del cine y a la película que hoy nos ocupa. Tal era mi admiración a Don Alfredo, tanto como para estrenar un blog de ocio con su obituario.