Ficha técnica
- Título original: Flash Gordon
- Director: Mike Hodges
- Nacionalidad: U.S.A.
- Año: 1980
- Productor: Dino De Laurentis
- Duración: 115’
- Guión: Lorenzo Semple Jr.
- Fotografía: Gilbert Taylor
- Música: Queen
- Escenografía y vestuario: Danilo Donati
- Montaje: Malcolm Cooke
Ficha artística
- Sam J. Jones (Flash Gordon)
- Max von Sydow (Emperador Ming Merciless)
- Melody Anderson (Dale Arden)
- Chaim Topol (Dr. Hans Zarkov)
- Timothy Dalton (Principe Barin)
- Ornella Muti (Princesa Aura)
- Brian Blessed (Principe Vultan)
- Peter Wyngarde (General Klytus)
- Mariangela Melato (General Kala)
- Richard O’Brien (Fico)
- John Hallam (General Luro)
- William Hootkins (Munson, asistente del Dr. Zarkov’s)
- George Harris (Principe Thun)
Voy a comentaros una película que supura años 80’s por los cuatro costados.
Para ponernos en contexto, no está entre las 10 mejores películas de la historia, tampoco entre las 10 mejores del fancine, ni si quiera de los 80’s. No tiene los mejores efectos especiales, ni goza del mejor maquillaje. El vestuario es de verbena y el guión está cogido con alfileres. La fotografía deja bastante que desear, la interpretación es sensiblemente mejorable y la música… Ojo con la música porque rescata a toda la película, viene en su auxilio y la contextualiza de golpe y porrazo en una generación (la de los 80’s) en un género musical: hard rock y corre a cargo del mejor grupo musical de todos los tiempos: Queen.
Así pues, si la película en si misma no es de lo mejorcito del cine de ficción (del cine en general), ya solo por su banda sonora merece un respeto. Pero no sería objetivo si por este único motivo incluyera a Flash entre mis películas comentadas. Flash Gordon tiene suficiente chicha como para hacerse un hueco aquí por mérito propio. Os comento…
Para empezar Flash Gordon es una película de cine fantástico adaptada a partir de un cómic (nada menos que de los años 30). En la película, el protagonista, Flash, es un jugador de fútbol americano cargado de laca (en el cómic era jugador de polo) que por un cúmulo de casualidades se encuentra a bordo de un avión con Dale Arden cuando una serie de extraños comportamientos meteorológicos hacen que desaparezcan los pilotos y se estrellen (menos mal que Flash también sabía pilotar: que no aterrizar) contra un laboratorio.
En este laboratorio descubriremos a un científico algo chiflado que tiene preparada una nave espacial y está seguro de que la luna se va a estrellar contra la tierra. Mete a Flash y a Dale en la misma, bajo engaño, y a punta de pistola los retiene. El caso es que terminan en órbita y aterrizando en un planeta extraño.
El planeta de Ming, un personaje tenebroso que va a eliminar la tierra, por entretenimiento, porque se aburre. Esto lo decimos de su conversación con Klytus (si no me equivoco con el mismo doblaje al español que Lex Luthor (Gene Hackman) en Superman), pero antes de hacerlo ha decidido jugar un rato con ella, de ahí la locura climatológica que estaban viviendo los “terrícolas”.
Flash, el Dr. Hans Zarkov y Dale son conducidos ante Ming, quien se nos revela como “malo maluto” sin escrúpulos y decide, sin más, acoger a Zarkov como científico, eso sí previo lavado de cerebro (o vaciado), casarse con Dale y eliminar a Flash.
Veremos un intento de sublevación por parte de Flash que incluye el partido de fútbol americano (como Un domingo cualquiera pero en plan patio de colegio) más extraño de la historia del cine. En él veremos a Flas hacer de quarter back e iremos comprendiendo que toda la audiencia presente: variopinta y de muy distintos lugares, no ven con malos ojos darle un sisto a Ming y sus esbirros, hasta que el Dr. Zarkov mete la pata y le da un balonazo en la cabeza a Flash. Balonazo o lo que quiera que sea eso con lo que juegan: una suerte de urna, quién podría descifrarlo.
Vemos que Ming se vuelve loco con Dale, pero su hijita no le va a la zaga. Según avanza la peli vamos descubriendo que tampoco pierde el tiempo: casi todos los personajes masculinos (de buen ver) de la película se van revelando como ex amantes, actuales amantes o futuros amantes de la muchacha… Más volcánica que el padre. La pobre necesita apagar el fuego que lleva dentro. Un fuego incombustible.
Será precisamente esa mecha ardiente la que salve a Flash pues no puede dejar pasar una oportunidad como este rubio de élite. Lo rescata, se lo lleva y se lo encasqueta a su “amante oficial”, para que lo proteja, el Príncipe Barin, a quien le hace la gracia justa se toma “casi” la justicia por su mano.
Cada vez que aparezca la Princesa Aura la temperatura de la sala sube un par de grados centígrados, incluso cuando regresa con su padre y resulta capturada y torturada por traidora. La tortura está a cargo del General Kala, que también se las trae embutida como está todo el rato en látex o cuero negro…
A partir de aquí asistimos a una fiesta visual. Muy propia de la época. La batalla con los hombres halcón, nunca la olvidaré. Nos precipitamos hacia un final (sin final) que hará que la peli, sin pretensiones, va de menos a más de principio a fin.
Flash Gordon lo tiene todo menos ser una buena película (en si misma). Los componentes los reúne sin duda alguna. Tiene al héroe que no pretendía serlo y termina siéndolo, tiene a la dama desvalida que depende del héroe, tiene aventura y fantasía a raudales, tiene ficción: naves, reinos extraños, planetas nuevos… Y es que no podemos, ni debemos olvidar que Flash Gordon era un héroe de los años 30’s, como decía al principio, y que Lucas no la hizo por casualidad, es más, si la hubiera hecho, como era su intención, quizás no habríamos visto jamás La guerra de las galaxias (ahora Star Wars), puesto que ésta es el resultado de no haber podido filmar Flash Gordon. Incluso en algún momento me remonto un poquito más en el tiempo (sin perder la perspectiva ni olvidar que el cómic ya existía desde los años 30) cinematográfico y veo incluso algún guiño a THX 1138.
Es una peli muy de su época en la que (y no pretendo hacer sangre por la baja calidad) encontramos todo lo necesario para pasar un gran rato y también para casi treinta años después remover Roma con Santiago hasta encontrar una peli, a priori descatalogada: a la sazón, mi primera compra en Amazon.
Qué friki se puede llegar a ser… 😉