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Jasón y los argonautas

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Jasón y los argonautas

Título: Jasón y los argonautas
Título original: Jason and the argonauts
Director: Don Chaffey
Nacionalidad: Reino Unido
Año: 1963
Duración: 104′
Guion: Jan Read y Beverly Cross
Fotografía:  Wilkie Cooper
Música: Bernard Hermann
Efectos especiales: Ray Harryhausen
Producción: Charles H. Scheneer y Ray Harryhausen
Productora: Morningside Productions
Distribuidora: Columbia Pictures
 

Ficha artística

Todd Armstrong – Jasón
Nigel Green – Hércules
Douglas Wilmer – Pelias
Gary Raymond – Acasto
Patrick Troughton – Fileo
Niall MacGinnis – Zeus
Lawrence Naismith – Argos
Nancy Kovak – Medea
Honor Blackman – Diosa Hera
Michael Gwynn – Hermes
Jack Gwillim – Rey Aeetes
 
 

Esta película te enamora del cine

Por lo menos eso fue lo que me pasó a mi. Junto con Furia de titanes. Son dos de mis películas favoritas porque estimularon mi imaginación, de pequeño. Y me hicieron soñar como había soñado con muy pocas películas.
 
Hoy la compartiré con todos vosotros porque, no siendo lo mejor del género, era una peli que me hechizaba en frente de la tele cuando era pequeño. Por eso y porque no ha perdido su magia todavía.
 
Si aguantáis hasta el final, al término del este artículo os regalaré también otras curiosidades sobre algunos personajes y objetos míticos de la peli relacionados con la Historia real que llega hasta nuestros días. Sólo os pido un poco de paciencia…
 
Estamos ante una de esas películas que no son una obra maestra. Ni tampoco entra en una lista de «películas buenísimas«. Su guion es mejorable, por lo menos en los diálogos. Pero así y con todo, me gusta. Y me gusta mucho. Y cada vez que la veo vuelvo a ser el crío atontado en frente de la pantalla.
 
Sobre todo si me remonto a la primera vez que la vi. Terminé de verla ojiplático y la rebobiné para volver a verla. Y creedme que sigo haciéndolo. No «rebobinarla«, porque ya no tengo VHS. Pero sí dando para atrás para repetir. Si no entera por lo menos toda la última escena.

Ray Harryhausen

Pura magia del cine

Magia de la buena. Suple presupuesto con ingenio para sacar todo el partido posible a los efectos especiales. Y eso sí, con uno de los mejores dentro del equipo: Ray Harryhausen.
 
Probablemente, el mayor genio del Stop Motion.Sin el probablemente. Él es el culpable de mis rebobinados. Él me desencajó la mandíbula cuando vi a sus esqueletos correteando por la pantalla.
 
Fue capaz de dar vida a los muñequitos. Armado de paciencia y pulso. Jugando con sus articulaciones. Cambiando la postura, haciendo una foto. Pausa. La movía otro milímetro, otra captura… Y así hasta, como os decía, hacer su magia y dejarme con cara de tonto.

Ray Harryhausen producirá años más tarde Furia de titanes

Todavía faltan 18 años para la otra, (de 1963 a 1981). Harryhausen deja bien claro en esta peli quién manda en los efectos especiales. Excepto por la diosa encarnada en la nave de Jasón… que telita con la falla valenciana que se nos marcó el amigo. Pero ni así dejaría de ver la peli. 

Luego vendrá Colin Arthur

Otro grande de los efectos especiales. Y claro… juntos en Furia de titanes imaginaros la que liaron a basde de Stop Motion y sin CGI. Y, aunque esta no sea esa peli, no puedo dejar de compararla, incluso esta otra, con la versión, o remake, de Furia de titanes, la de 2010. No tiene pecado: delito. Claro ejemplo de cómo se intenta suplir, en la actualidad, la falta de talento con sobredosis de efectos digitales y diálogos y tramas imposibles por ridículos.
 
Decía que esta observación, hecha a propósito de Furia de titanes, sirve de igual modo para Jasón y los argonautas. Por eso he dado rienda suelta al comentario. Porque las dos clásicas, la protagonizada por Jasón, o la de Perseo son magia. Y la otra de 2010 son trucos de prestidigitador. Que te engatusa y te engaña, pero no te enamora. Con Harryhausen y Arthur, y con los guionistas de las clásicas, gente leída e instruída, continente y contenido van de la mano.

Humanidades

Al final el problema del cine actual es la desaparición de las Humanidades.
 
Y más para pelis de este género. Sin una base de cultura general. Careciendo de nociones, no ya conocimientos, de mitología, por ejemplo…
 
Caemos en el error laicista de Troya y de la versión que decía antes, de 2010, de Furia de titanes. En una prescindimos del aspecto mitológico de las interferencias divinas en las vidas humanas y en la otra encontramos mensajitos de protagonistas que han perdido la fe. Muy señores míos (me dirijo a los guionistas): La mitología, sin deidades, no es mitología. El resultado son pelis de aventuras con carga ideológica que nos cuela el director, (en el caso del remake). Pero no es mitología.

Jasón y los argonautas

Pelías ambiciona el trono de Tesalia

Un trono que pertenece a su hermanastro Esón, a la sazón, el padre de Jasón. El oráculo predice que arrebatará el trono a Esón sin necesidad de mediar la fuerza y le sigue hablando de un vellocino de oro… Pelías pasa «olimpicamente» del vellocino y quiere saber más sobre su hipotética usurpación del trono.
 
Pelías atribuirá a Zeus la voluntad del cambio de monarca. Pero el oráculo le dice, sin inmutarse, que igual que Zeus le quiere dar el trono, el mismo Zeus hará que Jasón, el hijo de Esón se lo arrebate. Eso y que podrá identificarlo porque se presentará ante él un hombre que ha perdido una de sus sandalias: ese será Jasón.
 
Pelías parte para Tesalia. Se apodera del trono y elimina a las dos hermanas de Jasón, pero éste último se le escapa.
 
Aquí hago un alto para apuntar un detalle crucial para entender ésta película. Bueno, la película y toda la mitología griega de la que bebe.

Mitología griega con dioses y humanos en escena

A lo largo de la peli iremos dando saltos de la tierra al Olimpo. Como apuntaba antes a propósito de las HUmanidades.
 
Los personajes humanos se intercalan e interactuan (a veces desde el desconocimiento) con personajes divinos. Muchos de los actos y acontecimientos de los protagonistas humanos vendrán condicionados, cuando no empujados, precipitados o ejecutados, por los mismísimos dioses. Estos no dudaban en intervenir en las vidas mortales a su antojo.
 
Era algo propio en la mitología helénica. Aunque como vimos en Beowulf la mitología tiene rasgos comunes sea griega o nórdica. Venga de donde venga.
 
Los dioses tenían poderes, por supuesto, pero también tenían los vicios de los humanos. Era una humanización de la deidad que se metía en las vidas mortales, unas veces por interés. Otras para huir del tedio de la vida en el Olimpo y otras por mera lujuria.

Los humanos éramos juguetes en sus manos

Piezas en un tablero. Las más de las veces con un desconocimiento total. Otras con cierto grado de conciencia, pero muñecos al fin y al cabo.
 
Cada deidad tendrá sus favoritos entre los humanos. De ahí las debilidades y sus vicios «humanos«. Y por estos favoritos se arriesgarán. O simplemente jugarán para entretenerse o para favorecer a alguno de ellos. Los habrá, incluso, que tengan descendencia con un humano y, claro está, ese hijo se convierta de facto en el favorito que os decía y será protegido excediendo los límites de la lógica para cualquier intervención divina.
 
Pues bien, esto es precisamente lo que veremos en la película. Una película valiente porque se atrevió, allá por los 60’s, a intercalar, con bastante acierto y buen tino, humanos con deidades.
Jasón y los argonautas, como peli, fue más valiente que Troya
Y sin los medios que había en 2004.
 
No es moco de pavo esto que os digo.
 
Troya se filmó en 2004. 68 años después de Jasón y los argonautas. Y 3 años después de La Comunidad del Anillo, de Peter Jackson. O sea, que ya había medios, dinero y equipo.
 
Se filmó casi 70 años más tarde y, aún así, no vemos un dios en toda la película. ¿Error, incapacidad, desgana o laicismo? Lo mismo me da. Si es laicismo haber buscado otra obra en la que no aparecieran decenas de dioses mayores y menores y deidades de todo pelaje. No te cargues la historia. Si es desgana no tiene perdón de los mismos dioses. No creo que fuera un error, es más, pienso que responde al odio a todo lo divino que destila el cine actual. Donde sí dudo es en incapacidad… Si no tienes capacidad para aceptar la religión ¿cómo vas a ser capaz de transmitirla?
Troya no se entiende sin la intervención divina
Reducen una década de batallar sin cesar a una batallita. Pero es precisamente la ausencia de divinidad lo que deja huérfana a una película que, por lo demás, es muy buena. No se puede entender la antigua Grecia sin sus dioses metiendo las narices en los problemas humanos, o causándolos.
 
Dicho esto, vuelvo a la trama de la peli.

Volvemos a la sandalia

Y no me refiero a la de La vida de Brian. A la de Jasón.
 
La (diosa) protectora de nuestro protagonista forzará una caída al agua de Pelías y, ¡oh, casualidad! Jason pasaba por allí, salta al agua sin dudarlo, salva a Pelías y lo saca a tierra.
 
Pelías reconocerá a Jasón inmediatamente porque al salir del agua habrá perdido una de sus sandalias en el rescate. Es el hijo de su difunto hermanastro Esón. Se lo lleva a su campamento.
 
En este momento, en el campamento, Jasón se nos revela tal cual es: Un tipo guapo, fuerte, caballeroso, cortés, valiente y bocazas.
 
Porque es bocazas el muchacho. Nada más coger un mínimo de confianza con Pelías, aunque aclaro que Jasón desconoce el nombre de la persona a la que ha salvado, le abre el corazón y mete la pata hasta el corvejón. Uno no va andando por ahí deseando cortar la cabeza a otra persona, y si lo hace… Por lo menos con la discreción de no irlo pregonando. Pues a Jasón le falta solo coger un megáfono para que no se le escape a nadie.

Le dice a Pelías que él es Jasón, hijo de Esón

Y está dispuesto a recuperar el trono de su padre por ser el legítimo heredero. Y de paso se quiere cargar a Pelías. Se lo cuenta así, con pelos y señales, sin guardarse ni un poquito de su plan.
 
Pelías es muy zorro. Además goza de la experiencia que te da la edad. Cierra la boca y distrae la atención de Jasón quien le hablará a Pelías del vellocino. Y de que lo quiere llevar a Tesalia para ganarse el favor del pueblo cuando mate a Pelías. Mejor no contarle un secreto al tal Jasón porque lo casca a la primera.
 
Pelías ve el punto débil de Jasón, que está en su vanidad, y le incita a cumplir esa misión. Ir en busca del vellocino y traerlo para matar a Pelías. A él mismo.
 
Solo habrá un testigo de esta conversación: Acasto, hijo de Pelías. En cuanto Jasón se marche a descansar Acasto incitará a su padre a matar a Jasón para, muerto el perro… Pero Pelías le dice que matando a Jasón se mataría a si mismo. En el fondo tiene razón. Él cree que la historia del vellocino es una locura. No le da credibilidad y de dársela, sabiendo que está al final del mar, mientras Jasón esté navegando de un lado para otro él seguirá vivo.

Al final del mar…

Con «al final del mar» no se especifica si ese mar del que hablan es el Mediterráneo, que tendría toda lógica o si es «el mar» en general.
 
Aunque sí menciona la Cólquida. Recordemos que estamos miles de años antes de que Juan Sebastián Elcano de la vuelta al mundo y demuestre que la Tierra es redonda. Esto implica que, en el mejor de los casos Pelías esperaba dejar fuera de juego a Jasón como poco, unos añitos más. De hecho el vellocino estaría por la actual Georgia, luego os contaré…
 
Vuelven los dioses. Jasón se cruzará con Hermes, aunque no lo reconocerá. Y éste habla sobre teología con el protagonista. Si Jasón no cree, que no cree, en los dioses, no podrá recibir respuesta alguna a sus plegarias. Así pues, Hermes humanizado (se parece al mismísimo Michael Palin) se revela a Jasón como quien realmente es: un dios.

Jasón habla con Zeus y Era en el Olimpo

Hermes se lleva a Jasón al Olimpo y allí podrá hablar con Zeus y Era, su protectora.
 
En esta conversación se revelará como auténtica la existencia del vellocino. Zeus ofrece su ayuda a Jasón pero éste la rechaza. Lejos de molestarse, el dios celebra su autosuficiencia y pregunta al mortal cómo suplirá el auxilio de una deidad con la ayuda solo de los humanos.
 
Jasón explica que convocará unos juegos en honor a Zeus. En ellos explicará a los participantes que los ganadores serán elegidos para la empresa de traer el vellocino. Solo los mejores hombres en el barco más recio que se haya construido jamás.

Juegos en honor a Zeus

Y así conoceremos a los miembros de su tripulación. Incluido Hércules. Hércules, y Fineo, el hijo de Pelías, que logrará entrar en el barco y se convertirá en el clásico emponzoñador y sembrador de cizaña. Yo lo habría tirado por la borda… no digo más.
 
Acto seguido vemos cómo Jasón compra un barco a su amigo Argos y le pone por nombre el del propio amigo, Argos, de ahí lo de «argonautas«. Una nave con una peculiaridad, el mascarón de proa está en la popa y lleva la forma de Era… la protectora de Jasón.
 
Ya tenemos líder, barco y tripulación, nos falta el vellocino. Aunque lo vemos en la vela… presidiendo la singladura.

Los argonautas a bordo de Argos

Hasta aquí la peli ha tenido su parte de aventura, pero queda lo mejor. Lo que hará que, vista con ojos de niño, una vez que la veas te enamores de ella, como decía al principio. A pesar de todas sus imperfecciones.
 
Las penurias de la tripulación son las mismas que pasarán todos los navegantes intrépidos que zarpen rumbo a más allá de lo conocido.
 
Hago otro alto para comentar alguno de mis chascarrillos.
 
En aquellos tiempos la navegación era de cabotaje. Recordemos que no conocían la redondez del mundo. Los instrumentos de navegación no se habían desarrollado todavía, salvo los más básicos. Por eso los barcos de entonces navegaban por la costa, sin dejar de tener tierra a la vista. Para no perderse.

Navegando a cabotaje

No está claro del todo de dónde proviene la expresión «cabotaje«, pero una de las teorías sería que un barco partía de un cabo y navegaba hasta el siguiente cabo y así sucesivamente. Era el punto que había que alcanzar para sobrepasarlo y seguir hasta el siguiente. Siempre tierra a la vista. Adentrarse en alta mar podría acarrear la pérdida del rumbo por perder la referencia de la tierra en el horizonte. Y adiós barco y adiós tripulación.
 
Aquí comentaré una curiosidad, o dos…
 
Si un barco, por descuido, osadía o por la mediación de una tormenta, era impulsado hacia dentro del mar, ¿cómo volvía a tierra? Mediante las gaviotas. O mejor dicho «la gaviota«. Muchos de estos barcos llevaban una gaviota atada con un cabo al palo mayor. Se le ataba el cabo a una de las patas y cuando no veían tierra, insisto, por despiste o por lo que fuere, la empujaban al aire y al echar a volar, por instinto, la gaviota ponía rumbo a tierra firme. Y así reconocían el rumbo a tomar.

De gaviotas y camaleones

Pero todavía puedo ir un poco más allá en las curiosidades. No sé si sabréis que en Huelva hay camaleones. Sí… anómalo, pero los hay. Ahora dicen que son autóctonos, pero en su día fue una especia invasora llegada a la Península Ibérica a bordo de los barcos de los fenicios. Éstos usaban el camaleón con el mismo fin que se usaban las gaviotas, solo que en vez de volar se ponía tieso mirando hacia tierra.
 
Comercio, algún naufragio… pudo haber decenas de motivos, o todos ellos juntos, que hicieran que el camaleón diera con sus huesos en Huelva y, siendo un paraíso natural, que lo es, se acomodara a su clima y a su naturaleza.
Volvamos a Jasón.
 
Un apunte antes… La importancia de la gaviota será tal que en las antípodas se sustituirá por el albatros y a su vida, o muerte, dedica Colleridge su magnífico poema Rima del antigo marinero. No lo explicaré aquí, porque ya lo hice en mi entrada de Master & Commander. Podéis leerlo allí.
 
Empiezan sus aventuras, que no serán pocas.

Llegamos a Creta

Entre ellas se tendrá que enfrentar a Talos, el titán guardían de Creta. Tiene varias procedencias y entre ellas destaca la teoría del regalo de Zeus para el rey de Creta, la isla del laberinto.
 
Jasón sabrá, por Era, que puede tomar comida y bebida de Creta para salvar a la tripulación del Argos, pero nada más. En ese «nada más» se incluyen mujeres y objetos, cosa que desoirá Hércules pues toma una aguja del tesoro de Talos.

El titán Talos, guardián de Creta

Tengamos en cuenta que una aguja de Talos equivale a una jabalina de oro macizo para el mismísimo Hércules. Esta acción despertará al titán y dará pie a una de las tres mejores escenas de toda la película.
 
La desobediencia de Hércules acarreará la muerte de uno de los miembros de la tripulación y la marcha del héroe. Dos grandes pérdidas sin duda alguna. Ante la desesperación de los argonautas, Jasón pedirá a Era que le ayude y ésta lo hará por última vez: le indica que ha de dirigirse a Frigia para hablar con el ciego Fileo, el único que podrá marcarles el rumbo.
 
Esta será la última intervención de Era, pero sin saberlo será doble:
 
  1. Da la pista que seguirán Jasón y los argonautas
  2. Termina de convencer a los marineros de la conexión divina de su capitán con la diosa
 
Esto los unirá y fortalecerá en espíritu para compensar la pérdida en fuerza bruta tras la marcha de Hércules.
 
Antes dije que la escena del titán es una de las mejores de la peli, pues con ella está esta otra que no se queda a la zaga.

Las arpías o demonios alados

Aparecen estos demonios alados y atacan a Fileo el ciego. El anciano se protege a duras penas con su bastón. Un portento de los efectos especiales y del Stop Motion.
 
No sólo da vida a muñecos fotografiando un fotograma tras otro: lo hace con dos bestias aladas volando alrededor del ciego, redoblando la dificultad y redoblando, también, las muestras de talento de Ray Harryhausen.
 
Y no contento con eso, se permite la floritura de ponerlas comiendo, que era lo que realmente hacían: robar la comida al ciego.
 
El ciego, poco amigo de Zeus terminará rogándole que dejen de atormentarlo. Pero es el propio Zeus quien las envía para atormentarlo por su descreencia. En ese momento llegarán Jasón y los argonautas.
 
El ciego reconocerá al capitán y éste se interesará por dos cosas: el rumbo a seguir y el motivo del mal estado del ciego. Fileo le habla de las arpías, pues eso es lo que son las bestias aladas y le exige a Jasón que le libere de ellas para, a cambio, responder a su pregunta.
Jasón se medirá con las arpías
Incluso en contra de la voluntad de Zeus. Y logrará reducirlas haciéndolas caer en una trampa. Las arpías dejarán de robar la comida a Fileo y éste cumplirá su parte del trato marcando el rumbo a la Cólquida a través de las rocas fragorosas en el noroeste.
 
Las rocas fragorosas son un estrecho (no el de Magallanes) cuyas paredes se mueven para interceptar el paso de quienes osan cruzarlo.

Poseidón

De nuevo mediarán los dioses y si Zeus entrampa a los marineros Era envía a Poseidón para que mantenga un paso angosto con su propio cuerpo dejando pasar al Argos.
 
Otra escena maravillosa que hace diferente a esta película. El contraste entre los personajes humanos y la divinidad marina, de tamaño es inmenso. Hace que el Argos parezca el barco pirata de los clicks de Playmobil al lado del dios marino. Y sin embargo, ni rechina ni nos hace sonreír dada su bella factura.
 
Titanes, arpías… enemigos menores si los comparamos con el siguiente ¿rival? al que se tendrá que medir Jasón: una mujer.

Medea

La recogen a la deriva, inconsciente tras naufragar viniendo de la Cólquida, el destino anhelado por Jasón. Será una sacerdotisa llamada Medea, quien explica la esencia del vellocino de oro y la religión que se profesa en la Cólquida.
 
Se suceden las cosas:
 
  • Jasón revela la perversa intención de Acasto de darle muerte por la espalda si osa acompañarle a la Cólquida para estudiar a sus nativos
  • Luchan, muere otro marinero y Acasto desaparece
  • Después viene una danza, ya en tierra, para mayor gloria de Nancy Kovak (Medea)
 

Si hay un punto que te saca de la película es precismente éste. Un baile ridículo a ojos del s.XXI. Pero muy apropiado para el público de los 60’s. Sobre todo en la Europa mediterránea (recreada en la peli) tan poco acostumbrada a ver tanta piel femenina al descubierto en un cine.

El rey de la Cólquida

El rey de la Cólquida agasaja a Jasón y a sus argonautas. Pero llegado el momento les tiende una trampa al conocer las intenciones de Jasón: apoderarse del vellocino de oro por las buenas, o por las malas.

Veremos un cruce de miradas que delatan desdén de Jasón para con Medea. Él está seguro de que ella es quien ha revelado a Aetes las intenciones de Jasón. Pero no, el traidor fue Acasto, que sobrevivió al mar y vendió a sus compañeros. Siempre un traidor, como sucedía con Efialtes en 300.

Medea tiene «el corazón partío«

Medea se debate entre su rey y su nuevo amor Jasón. Al final ayuda al héroe en su misión del vellocino.

A partir de aquí la aventura es total. Unos huyen y otros persiguen. Y por delante de todos Acasto, rumbo al vellocino, sin saber que está guardado por otra bestia.

Una hidra de siete cabezas

Incluso en la lentutid de los movimientos de esta nueva bestia vemos el valor y el ingenio de Harryhausen dando vida, a veces a trompicones, a las siete cabezas.

Muerto Acasto (por la bestia) y la bestia por Jasón, aparecerá Aetes con sus soldados.

Persecución, espadas, luchas y magia, mucha magia a cargo de Aetes quien incinera a la hidra, mediante un fuego mágico para apoderarse de sus colmillos. Para qué? En breve descubriremos. Mientras tanto tenemos la oportunidad de ver los poderes curativos del vellocino y todo nos lleva rumbo a la mejor escena de toda la película…

Los esqueletos

El momento en que Aetes usa los dientes del dragón (es una hidra) para invocar un ejército de esqueletos. El delirio de ésta película. Es el verdadero motivo por el que he preparado toda esta entrada: ensalzar los esqueletos que salen de la tierra para combatir contra los argonautas.
 
Esos mismos esqueletos, o similares, son los que usábamos en figuritas de plomo cuando jugaba las partidas de Dungeons & Dragons. El mismo juego que comenté en Stranger things y en Zero charisma. Así los imaginaba yo cuando nos tocaba enfrentarnos a unos esqueletos en medio de las partidas y así los recordaba.
 
Hacía tiempo que no veía la película y en este verano la he visto dos veces porque esta última escena ha envejecido infinitamente mejor de lo que esperaba y sigue regalándome un buen rato de placer cinéfilo.
 

El vellocino de oro

En la sección Cosas de cine amplío un pocola información del vellocino. Es más, tomo este elemento de la película, lo extraigo de la Mitología y lo meto en la Historia. Hasta el punto de vincular este vellocino de oro con la Casa Real de España.

Artículo: Vellocino de oro y la Casa Real de España

¿Por qué?
 
Porque el Rey, y la futura Reina de España, así como todos nuestros reyes han sido y serán, Grandes Maestres de la Orden del Toisón de Oro. Tradición vinculada a una Orden de caballería medieval que tiene por símbolo el vellocino. Por eso cuando lo leáis os sorprenderéis.
 
Y ya puesto, hablo del vínculo de Hércules con la fundación de España, y del Dólar estadounidense y los Reyes Católicos…

¿Por qué es de oro el vellocino?

El vellocino tomaba ese color por el oro.

Una vez esquilada la lana, el vellocino, se ponía a secar en un ciprés. Ese ciprés sobresalía del río que arrastraba pepitas y lascas de oro que, impulsadas por la corriente, salían despedidas. Algunas quedaban atrapadas en el pelo ensortijado del vellocino. Este se impregnaba y, una vez seco, su nuevo color era el dorado.

 

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