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Érase una vez… en Hollywood

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Érase una vez… en Hollywood

Título: Érase una vez… en Hollywood
Título original: Once upon a time in Hollywood
Director: Quentin Tarantino
Nacionalidad: USA, Reino Unido
Año: 2019
Duración: 161′
Guión: Quentin Tarantino
Fotografía: Robert Richardson
Montaje: Fred Raskin
Producción: David Heyman, Shannon McIntosh y Quentin Tarantino
Productora: Columbia Pictures, Bona Film Group, Heyday Films y Visiona Romantica
Distribuidora: Sony Pictures Releasing
                

Ficha artística

Leonardo DiCaprio – Rick Dalton
Brad Pitt – Cliff Booth
Margot Robbie – Sharon Tate
Emile Hirsch – Jay Sebring
Margaret Qualley – Conejito o Pussycat
Timothy Olyphant – James Stacy / Johnny Madrid
Julia Butters – Trudi Fraser
Austin Butler – Charles «Tex» Watson
Dakota Fanning – Lynette «Squeaky» Fromme
Bruce Dern – George Spahn
Mike Moh – Bruce Lee
Luke Perry – Wayne Maunder
Damian Lewis – Steve McQueen
Al Pacino – Marvin Schwarz
Rafal Zawierucha – Roman Polanski
Lorenza Izzo – Francesca Capucci
Costa Ronin – Woijiech Frykowski
Damon Herriman – Charles Manson
Kurt Russell – Narrador
 
Logré entrar en la sala de cine de CINESA La Moraleja sin haber visto un trailer entero de Érase una vez… en Hollywood.
 
Es difícil. Conforme se aproxima un estreno (pasa con esta y con todas las demás pelis) más difícil todavía. Sobre todo si además consumes blogs, podcast de cine y te mueves en el mundillo, como es mi caso.Entrar en la sala, sentarte, ver cómo se apagan las luces y empiezan a proyectar una película que llevas medio año esperando sin saber nada, absolutamente nada de ella tiene su mérito. Y cuando os digo «nada», es nada.
 
Salvo que la dirigía Tarantino y la protagonizan Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. A priori una bomba de relojería. Uno de mis actores prefieridos, DiCaprio, y mi favorito sin dudarlo: Brad Pitt. Tenía que verla y, si Tarantino no me la volvía a jugar, como me pasó con Los odiosos ocho, todo sería gozar.

Os advierto que voy a hacer spoiler

Por lo que más te vale dejar de leerme si no has visto la peli.

No te la quiero reventar.

Te recomiendo que te saques una entrada y la disfrutes del primer hasta el último minuto, como hice yo. Después, si te apetece, vuelve a «el fancine» y retoma este comentario de la peli, para contrastar nuestros pareceres.

Rick Dalton & Cliff Booth

La peli nos presenta a los dos desde el primer minuto. Los están entrevistando para una cadena de televisión y así, desde esa primera escena sabremos quién y qué es cada cual.

Rick Dalton es una estrella a punto de apagarse

Antaño fue un actor de renombre con un gran caché y fue el protagonista deseado para muchos directores y otras tantas películas. Westerns o películas de acción. Todo tipo de cine, anuncios y con el tiempo alguna que otra serie de televisión.
 
Ese es el pasado de Rick.
 
Está a punto de terminar su carrera.
 
No sabe adaptarse al «nuevo cine» y cada día que pasa en la Industria de Hollywood le sienta como una década entera. Ha perdido fuelle y no logra recuperar el aliento. Está terminado. Aunque todavía no lo sabe.

Cliff Booth está peor

Si Dalton no encuentra un trabajo digno acorde a su experiencia, Booth no encuentra nada. Nada relacionado con su oficio: especialista. De hecho era el doble de Dalton cuando rodaba películas que incluían escenas de acción. Ahora ni eso.
 

El tiempo los unió e hizo que forjaran una entrañable amistad.

El único sustento de Booth será «ser el hombre para todo de Rick Dalton», su solucionador personal. Por esto le pagará. Nunca sabremos cuánto ni cuándo, pero no puede ser mucho porque también veremos que Booth vive en una caravana rodeado de mierda. Cosa que contrasta con la mansión de Dalton en Cielo Drive. Y luego volveré sobre esto último. Eso sí, Cliff tiene un perrazo y lo controla mediante silbidos. Incluso habla con él y éste parece entender todo cuanto le dice.

Comida para perros, el toque de Tarantino

Me parece alucinante el modo en el que Tarantino se recrea con la comida para perros cada vez que Cliff abre una lata para dar de comer a su mascota. Entran ganas de estirar la mano, y el dedo, para meterlo en esa masa informe y repugnante para comprobar su textura. Algún osado hasta la probaría… se me revuelve el estómago.
 
Cliff será el chófer de Dalton. Su electricista. La persona que le arregla la antena de la televisión y su Pepito grillo personal. A cambio de un sueldo, sí, pero mediando amistad y el cariño que otorga pasar media vida con un amigo.

Son amigos y residentes en Hollywood

Afortunadamente esta pareja de personajes ha huido de la especulación moderna y progresista de «quizás sean gays» que empaña cualquier amistad masculina en una película o serie en nuestros días. Que se lo digan a Epi y Blas, o a Frodo y Sam… Cuánto daño hace ese tipo de comentarios que pretende hacernos pensar, dudar, temer que no puede haber amistad entre dos hombres sin que se rocen.
 
Dicho esto, y tras conocer a los dos protagonistas veremos a Dalton sentado con su representante (o con «un representante«, o productor, no me quedó claro). Y lo veremos encajar más golpes que a Cinderella Man en un ring de boxeo.
 
Marvin Schwarz, el tipo en cuestión, se revela, cuando menos, como un admirador de Dalton y un consumidor compulsivo de cine.
 
Creo que Dalton queda con él en la confianza de recibir un papel protagonista en alguna peli y se quedará estupefacto cuando Schwarz le demuestre un par de cosas. Primero la admiración verdadera que siente por él. Segundo nos dejará, bueno, le dejará claro al propio Dalton, que está apurando sus últimos pasos en la vía láctea hollywoodense.
 
Recibe encargos para series, cierto.

Pero ya no es el protagonista

Está interpretando a los malos que reciben las palizas de los buenos. En el cine esto es un síntoma del declive. Equivale a un actor (protagonista) que pasa de interpretar al bueno y dar palizas a los malos a interpretar al malo y recibir las palizas del bueno (y  claro está, del protagonista).
 
Los directores y productores lo quieren para que haga de relleno en sus pelis. Para subir el caché con un malo (de los buenos) que caerá de un puñetazo. Para, sobre sus despojos, reforzar el valor de la nueva estrella emergente.
 
Dalton sentirá que el mundo se abre bajo sus pies cuando Schwarz le insinúe, y proponga, saltar el charco para hacer algún papel protagonista en Italia. En algún espagueti western. De hecho creo recordar que se habla de actuar para «el 2º mejor director italiano«. No se menciona su nombre pero es obvio que el primero sería Sergio Leone.

Me vuelve a la cabeza Cielo Drive…

Retomo el tema.
 
Ya he hecho las presentaciones. A falta de algún detalle menor y sin importancia. Quizás que Booth no encuentra trabajo porque arrastra su propia leyenda negra. La gente rumorea a su paso que asesinó a su mujer, pero que se libró de la cárcel por ser un héroe de guerra.
 
Estos son los protagonistas. Un par de amigos que viven del recuerdo y sobreviven como pueden malviviendo el uno (con su perro en una caravana) y viviendo de las rentas y a espaldas de la realidad el otro. Hasta que se sienta a hablar con el representante del que os hablé.

A partir de aquí empezaremos a entrelazar otros temas y otros personajes

Para empezar veremos una pelea amistosa que nos marcará un poco el carácter de Booth. El carácter y sus habilidades. Creedme cuando os digo que lo veremos pelear con el mismísimo Bruce Lee. Uno de los ídolos de mi infancia.

Me fascina Bruce Lee

Su buen gusto peleando. Su estilo, su porte y su capacidad para cubrir una pelea de 360º con más de media docena de combatientes. Quien haya saboreado eso sabrá cuán difícil es mantener la visión y los reflejos operativos, sin bloquearte y que tu cuerpo responda a tu instinto por encima de a la lógica.

Todo eso lo hacía Bruce Lee, dentro y fuera de la pantalla.

Dentro de la pantalla veremos a Bruce Lee en películas míticas como Operación Dragón. Insuperable en su género.

Fuera de la pantalla era todavía más increíble. Para empezar os diré que fue discípulo del mismísimo Ip Man, a quien dediqué una entrada a propósito de su biopic.

Pero por encima de eso…

¿Bruce Lee ridiculizado?

Su aparición en la peli me hizo sonreír desde el instante mismo de su aparición por el papel que le pone Tarantino. Hoy mismo he leído críticas en Facebook de gente que dice que se ha humillado a Bruce Lee y se lo ha ridiculizado.

No lo creo yo así

Ya sabéis cuánto me gusta el personaje desde hace décadas. La licencia que se toma Tarantino es en clave de humor. Esta peli no la podemos entender sin sentido del humor y con ironía.
 
En la peli empezará hablando de sus habilidades como luchador. de cómo dejaría paralítico a Alí en una hipotética pelea. Sin embargo terminará mordiendo el polvo cuando se mida con Booth en combate singular. Me partía de risa, os lo prometo.
 
Hay otros personajes que por un momento me asustaron.
 
Cuando vi aparecer a los primeros hippies en escena temí que salpicaran el resto de la peli con el buenismo de nuestros días en el que cualquier antisistema se convierte en héroe. ¿Habré tirado los 11€ a la basura? Pensé. Y un escalofrío recorrió mi espalda.
 
Pero no.

Bendito Tarantino

Esos hippies le devolvieron mi confianza.

No solo hace que los protagonistas se refieran a ellos como «putos hippies«. Tarantino va más allá. No nos dibuja a unos hippies idealizados como los que vimos en En el nombre del padre.

Y digo esto en el año en el que se conmemora Woodstock… y parece que todo el mundo tenga que hablar del concierto como una de las mayores maravillas de arte universal.

Nadie discute la valía de los grupos que participaron, ni de la trascendencia del concierto. Pero al final era una tropa de emporrados que lo mismo correteaban en pelotas por el barro que se pasaban medio día sin dominio sobre su cuerpo.

Y si no, echad un vistazo a la intervención de Jefferson Airplane cantando White rabbit (mi 2ª canción favorita) para ver que no me alejo mucho de la realidad.

No.

Presenta a los hippies como ratas buscando comida en la basura

Luego profundizaré en este tema.
 
Por el momento me quedo con los sobacos peludos y los pies sucios de una angelita repartidora de felaciones. Una muchacha preciosa y menor de edad que se ha escapado de casa para terminar con el cerebro lavado por una comuna en la que la meten proclamas políticas disfrazadas de «conciencia social» entre felación y felación.
 
No debemos olvidar que justo en esos tiempos de Guerra Fría los Estados Unidos tenían al enemigo en casa. Los comunistas habían logrado trufar de activistas políticos las ONG’s y las falsas organizaciones pro derechos humanos. Estaban carcomiendo a la juventud estadounidense desde dentro. De ahí la importancia de estos hippies y la del héroe de guerra con el que no tardarán en cruzar sus caminos.

¡Cielo drive!

Ya caigo.
 
¡Guauuu!
 
Por esto me gusta intentar no ver los trailers de las películas. Y no enterarme de nada antes de verla. Cielo Drive… hippies y los vecinos de Dalton, nada más y nada menos que Polanski y Sharon Tate.
 
Esta vez me remuevo en la butaca con ansiedad.
 
 

En la peli Dalton lamentará vivir al lado de una de las mayores personalidades en su actualidad cinematográfica: Polanski. Sobre todo porque ve que el polaco está saboreando las mieles del éxito mientras él tiene que agacharse para lamer las migajas del suelo.

En la realidad el cruce entre el nombre de la calle, Cielo Drive, el director de cine polaco, Polanski y los hippies me hace temer lo peor… ¿vamos hacia la familia Manson?

 
Si lo he visto en la peli… o por lo menos ahora ato cabos y comprendo que el melenudo que acecha la casa de los Polanski era el mismísimo Charles Manson. No me lo puedo creer.
 
Hasta este punto la película me estaba encantando.
 
Por momentos veía, o mejor dicho, escuchaba la película como si fuera un American graffiti, por la presencia abrumadora de la radio a lo largo de toda la peli… Una película lenta. Pausada. No la firma Kurosawa, pero bien podría haberlo hecho. Y de pronto empiezo a atar algunos cabos que no esperaba encontrarme por el camino. ¿Se atreverá Tarantino a meterse con los asesinatos de la Familia Manson? No lo creo, pero desde luego si hay un grillado capaz de hacerlo… ése es el director de ésta película.
 

Me quedo pensando en ello mientras veo a Brad Pitt cambiar de coche. Deja el clásico de Rick y se sube a su tartana, (que ya querría yo para mi). Cambia de maneras y sale quemando rueda de la zona residencial.

A partir de aquí me parece que me salgo de una película para meterme en otra.

Si cambiamos Hollywood por Madrid…

Si en vez de Hollywood fuera Madrid me creería que estoy acompañando al «piojo» en El crack de Garci.

Me apasionan esos paseos interminables en coche: Elipsis narrativas entre escenas… Y me fascina ir viendo las calles según avanza con el coche. Los carteles de cine, el tráfico y la vida de la ciudad mientras suena la radio de fondo. Carteles que, irremisiblemente me teletransportan en el tiempo a mi juventud. Por dos motivos: por los carteles de cine que había en la Gran Vía madrileña, cuando aquello parecía el Broadway europeo. Y también por esos mismos carteles pues los dibujaba el padre de uno de mis amigos de la infancia, Tomás Fernández Zarza. Era cartelista (o como se llame) y muchos de esos cines madrileños lucieron sus carteles.

¿Habrá visto Tarantino El crack de José Luis Garci?

En los últimos días he escuchado alguna crítica que decía que Tarantino abusa de la radio en esta película. Y se quedaban tan anchos.

Ya he mencionado American graffiti, y El crack. Pero podría incluir The Warriors, por ejemplo, y algún ejemplo más de películas cuyo sonido de fondo es una emisora de Radio.

Podcast y Radio

En aquellos días la radio formaba parte de la vida cotidiana de mucha gente. Diría que sigue haciéndolo. Yo me levanto con la radio, vivo y trabajo escuchando la radio. Conduzco con la radio y duermo escuchando la radio. En los últimos tiempos también algún que otro podcast… pero el efecto es el mismo.

Si consumes radio la consumes a todas las horas del día. Para informarte, entretenerte y distraerte. Sirve para todo. Por eso inauguré este blog de cine haciendo un homenaje a la Radio con Historias de la Radio.

Tampoco se nos escapa el gusto musical de Tarantino. ¿O no se ceba (para bien) trufando sus películas con músicas geniales?

A mi por lo menos no me extraña que use la radio del coche como hilo conductor y como transición entre escenas y acciones. Es más, me apasiona. Y cuanto más lento, mejor: así me recreo viendo los carteles y escaparates. El propio Tarantino los mandó hacer para la peli y tuvo que pedir permiso tanto a las autoridades como a los propietarios para remozar la ciudad y darle ese toque que vemos en la peli. Muchos de ellos han mantenido las fachadas artificiales tras finalizar el rodaje, a modo de reclamo vintage para los turistas.

Y vuelven los hippies

Aunque en su versión limpia y aseada.

Digamos que la rama sociable de un movimiento insociable o asocial. Esa rama que, como ocurrió con los «grunch«, en los 90’s, salpica a famosos y estrellas que esconden sus joyas entre harapos, también de marca para limpiar sus conciencias y hacerlos sentir cercanos a la plebe.

Era la moda de entonces.

Años de agitación social en los que los Estados Unidos estaban defendiendo a la Democracia en Vietnam. Luchaban contra el comunismo y éste se había infiltrado en la sociedad estadounidense. Como decía antes, entre activistas, periodistas y algún que otro actor.

No niego que hubiera hippies convencidos que lo fueran por su amor al prójimo. Que los habría. Pero la mayor parte, víctima de las drogas y de la manipulación ideológica, iban sin norte de aquí para allá. Pero yendo sin rumbo se permitían protestar contra quienes sí dedicaban su vida a labrarse un porvenir. La eterna historia de la hormiga y la cigarra. La eterna historia del capitalismo y el comunismo. Y eso harán en esta peli… pero no he llegado a ello todavía.

Los vecinos de Rick Dalton: Roman Polanski y Sharon Tate

El primero era, por aquel entonces, un director de cine glamuroso y prestigioso. Vivía en los Estados Unidos, pese a ser de origen polaco y cosechaba un éxito detrás de otro. Éxitos que coincidían con la caída en picado de nuestro protagonista.

Su mujer, Sharon Tate. Modelo y actriz prometedora. Con un gran futuro por delante.

Origen de la palabra «paparazzi«

Los paparazzi (adjetivo sobrevenido del sustantivo Paparazzo) se disputaban las mejores fotos de una pareja en la cresta de la ola.

Paparazzo fue un personaje secundario en La dolce vita. Un fotógrafo que perseguía a los famosos para robarles instantáneas y vendérselas a la prensa del corazón. Tuvo tanto peso su figura en la peli y la peli en la sociedad contemporánea (finales de los 50’s y principios de los 60’s) que terminó dando nombre a todos sus colegas de profesión. Paparazzo, en plural paparazzi.

En la peli los veremos rodeados de glamour en las mejores fiestas de Los Ángeles. Incluso los veremos en la mansión Playboy, en donde Steve McQueen nos narrará en una de sus apariciones en la peli la turbia vida amorosa y sexual de estos vecinos.

Años más tarde Polanski huirá de los Estados Unidos para evitar entrar ne la cárcel tras violar a una menor de edad. Cogió un avión rumbo a Paris y si te he visto no me acuerdo. Huyó de Estados Unidos y de la Justicia americana. A diferencia de la europea, que premia al delincuente, allí, si la haces (y te pillan): la pagas.

Pero eso no ha pasado todavía en el momento en que transcurre la película.

Y del cielo caemos, de golpe, al suelo.

Volvemos con Rick y Cliff

Como os decía, un actor venido a menos y su doble, que casi no recuerda lo que es ponerse delante de una cámara. Sin embargo mantienen su amistad. Es más, la cultivan día a día, a pesar de haber dejado atrás sus años de gloria.

Rick, que sobrevive gracias a pequeños papeles, a su nombre y a la mansión que le recuerda cada día que pertenece al mundo del espectáculo. No dudará en ejercer esa amistad buscando trabajo para su amigo y procurándole actuaciones a pesar de la mala fama del doble. Por aquello del rumor de que ha matado a su mujer. Es un rumor, no sabemos si tiene fundamento o no, pero le cierra las puertas.

La peli no está exenta de escenas conmovedoras

La decadencia de Rick hará que una niña, una actriz de la nueva hornada le arranque unas lágrimas.

Será ella, junto con la conversación con Marvin Schwarz cuando Dalton asuma su realidad. No es que no lo supiera de antemano, pero simplemente seguía avanzando, como podía, aceptando esos papeles de villano que le hacían morder el polvo una vez detrás de otra. Cerraba los ojos y seguía caminando hacia delante.

Esta niña demostrará una profundidad inaudita en alguien de su edad y contribuirá a hacer ver a Dalton que está obsoleto. Que su método para estudiar los papeles ya no se estila. Puesto de whisky hasta las cejas y ensayando por inercia esos papeles menores.

Lo veremos actuar interpretando a uno de esos malos y veremos cómo se olvida de sus líneas de texto y se pierde en el diálogo. Esto le pasará cuando dialogue con otro personaje, Johnny Madrid, el bueno de su nueva peli. Madrid… Es la segunda vez que veo, oigo y leo una referencia a «Madrid» en una película (ésta) y en una serie (la 2ª temporada de Stranger Things, en el monopatín de Mad Max). Me gusta… 😉

Como os decía, hace el ridículo y se refugia en su caravana.

A propósito de la escena de la caravana…

No había texto en el diálogo. De hecho no había nada. Tarantino soltó a DiCaprio dentro de la caravana le puso una cámara y le dijo que improvisara e improvisó una de las mejores escenas de toda la película.

Entonces se obrará el milagro.

Dalton volverá al escenario y sacará el actor que lleva dentro e interpretará su papel y su escena con tal rabia y tal intensidad que dejará a todos boquiabiertos y se llevará el mayor aplauso que ha recibido en un montón de tiempo.

Por si eso fuera poco conmovedor, la niña, que forma parte esencial en la escena, le confesará que ha sido la mejor interpretación que ha visto jamás.

Los entresijos del rodaje

Lo que más me gusta de esta escena es que vemos a los actores frente a las cámaras. Vemos al director, al apuntador (en la escena anterior tuvo que tirar de él cuando olvidó sus líneas de diálogo) y vemos a todos los técnicos haciendo sus respectivos trabajos. Maquillaje, sonido, iluminación…

Los oportunistas dirán…

«Vemos el amor al cine de Tarantino«, o «es cine dentro del cine«, incluso «Tarantino homenajea al cine y lo refleja desde dentro«. Cursiladas a parte, Tarantino demuestra su mano y no precisamente por sacar a los técnicos en medio del rodaje.

No.

Ahí no está su mérito.
 

El mérito de Tarantino llegará más tarde

Exactamente, un par de escenas después. Pues mientras Dalton interpreta su papel en el set de rodaje Booth hará un viaje en el tiempo.

Un falso Western

Cuando Cliff Booth se adentre en el Rancho Spahn’s. Ahí detecto yo el amor al cine de Tarantino. Cuando nos haga sentir que estamos en un western y nos haga pensar que Cliff es el cowboy que se adentra en una ciudad hostil rodeado de maleantes.

Pero… ¿Cómo llega hasta ahí? Y ¿por qué?

Os lo diré.

Dejamos a Dalton en el rodaje.

Veremos a Cliff sucumbiendo (hasta cierto punto) a la tentación… A una tentación primero para después caer en otra.
 
Paciencia. A ver si sé explicarlo.
 
A lo largo de la peli Cliff se da unos cuantos paseos en el coche de Dalton. Yendo a recogerle, llevándole a casa… recordad que es poco más o menos que su chófer. Y varias veces se cruzará con los «putos hippies» (son sus palabras, no las mías). Y de entre esos hippies destacará una muchacha preciosa. La vio cuando llevaba un frasco de pepinillos rescatado de un contenedor de basura. La vio un par de veces más haciendo autostop y ella le vio a él todas las veces. Y parece que le gustó. Una de esas veces poco menos que ella se le insinúa, pero él, yendo en sentido contrario al de ella (que hace auto stop) la deja plantada.

A la tercera vez que coincidan, y ella vuelve a pedirle que la lleve, él la recogerá en el coche y la llevará hasta su casa.

El Rancho Spahn’s

Bueno, hasta el Rancho Spahn’s en el que vive en comuna. Como el irlandés Gerry Conlon en Londres, a quien vimos en En el nombre del padre). Entre medias ella le ofrecerá hacerle una felación. Él resistirá esta primera tentación porque ella resulta ser menor de edad y pasa de movidas con la Justicia.
 
Pero hay una segunda tentación… Cliff no comprende que esos hippies vivan en ese rancho. Más que nada porque él trabajó allí cuando tenía papeles como doble y conocía a su dueño. No parecen encajar las piezas de este puzzle.
 

Aquí viene el western

Cuando él cruce el rancho entero para ir a ver al viejo colega de trabajo. Para ver qué se cuece y qué hay detrás de todo esto. A paso lento, sin levantar polvo.

Sí. Tarantino ha sido capaz de recrear un Western descontextualizado en el tiempo. En el guión y en los personajes, que no en el escenario.

Esto ocurre también cuando vemos a Dalton en el estudio de grabación. Su paseo desde el coche hasta el set; lo poco que nos incomoda ver la cámara en medio de la filmación… Todos esos logros los alcanza Tarantino con una iluminación increíble, naturalidad absoluta por parte de los actores, que también ponen su granito de arena y un fluir constante en la escena. Hace que terminemos dando por bueno que todo lo que vemos forma parte de otro todo superior que es esa película.

Volvemos al rancho con Cliff y mascamos la tensión

Los hippies van saliendo de las diferentes casas como ratas olisqueando un queso curado puesto en medio del salón. Es la viva imagen del sheriff que avanza hasta el saloon y va viendo pistoleros en los tejados.

Cliff no hace ningún aspaviento.

Se limita a transmitirnos su seguridad dando pasos firmes sin titubear. Van cercándolo, a una distancia prudente, pero cercándolo al fin y al cabo. Como cuando se manifiestan en masa. Amenazan en silencio. Le hacen sentir su presencia para intimidarlo. Son pacifistas pero no son pacíficos. Esperan su oportunidad. Son Banzai y Ed, de El rey león. Son hienas.

Ahí está el amor de Tarantino por el cine

O ahí lo detecto yo.

Superpone un género sobre otro. Introduce un western del s. XIX dentro de un «dramedy» (o drama/comedia) en el siglo XX.

Ahí radica su talento. 

Para que veáis que no es pecata minuta, os pondré un ejemplo de un intento similar que arruinó una gran escena literaria al llevarla al cine.

Os hablo de la entrada de los tres cazadores y el caballero blanco en Meduseld. Son los restos de la Comunidad del Anillo, cuando se adentran en Rohan Rohan. Hablo de la adaptación cinematográfica de Las dos torres. En esa peli Peter Jackson pretende implantar una escena tipo western en un escenario de fantasía. En un ambiente medieval, o vikingo, cuando entran Gandalf, Aragorn, Legolas y Gimli en el palacio de oro para hablar con Theoden Rey. El resultado es un esperpento que avergüenza al más pintado.

Tarantino sí lo logra en esta peli

Y, lográndolo, nos regala una escena que será pata negra del cine.

Vemos al protagonista avanzar con sus mocasines indios. Yo tuve unos igualitos que me regaló un indio en Minnesotta. Calzado con ellos avanza entre los forajidos que se han adueñado de un poblado.

Son Los siete magníficos en un único magnífico

Vemos las Harleys en la entrada del salón. Sólo las falta mover el rabo para espantar las moscas atraídas por los hippies. Lo vemos avanzar a paso lento y decidido.

De nuevo Steve McQueen

Ahí está Steve McQueen, escoltando a Yul Brinner para enterrar al indio que lleva Brad Pitt en sus pies. Es la cuarta vez que tenemos presente a McQueen en la peli.

Recordad…

  1. La primera en la mansión Playboy, interpretado por Damian Lewis
  2. La segunda es cuando dice (Dalton) que él estuvo a punto de interpretar el papel a Steve en La gran evasión. Una escena al más puro estilo Forrest Gump que hizo que me partiera de risa
  3. Y la tercera es la serie que protagonizó Danton, «Bounty Law«sobre un cazador de recompensas. En ella emula a una serie real protagonizada por McQueen «Wanted: dead or alive». Setreaduciría como «Se busca, vivo o muerto«)
  4. Esta es la cuarta, pero no nos lo evidencia, hay que verlo. Entreverlo. Más bien intuirlo, o deducirlo. Y yo lo vi y lo disfruté recordando ese coche funerario rifle en ristre…

Por eso esta escena es mi favorita en Erase una vez… en Hollywood

Porque empieza en Los siete magníficos y termina en Snatch: Cerdos y diamantes. Cuando Cliff Booth revienta al hippie que le ha pinchado la rueda. Es pura poesía de principio a fin y termina en un crescendo que me hizo disfrutar de lo lindo.

Conejito es el apodo por el que conocen a la menor de edad que ha llevado a Cliff hasta el antiguo rancho. Ella presentó su «familia» a Booth. Una familia compuesta por despojos de la sociedad arracimados en torno a un líder espiritual que responde al nombre de Charles Manson. Así conoceremos a la «Familia Manson«.

La familia Manson

Siempre que hay un grupo de tontos podemos reconocer a uno que destaca y manipula a los primeros. El tal Manson era ese listo. El resto sus esclavos sexuales, o simplemente quienes lo mantenían.

Ahora bien, dejadme hablaros un poco de esta joyita… Poco, porque tampoco merece mucho tiempo ni yo estoy especializado en la materia.

¿Quién era el tal Charles Manson?

El tal Manson acabó en California tras pasar un tiempo en la cárcel.

Anhelaba ser músico pero no tenía el talento necesario. Por eso empezó a ir, de aquí para allá, hasta terminar ocupando éste rancho. En él se erigió en líder espiritual de unos emporrados que solo sabían ponerse hasta las cejas y ver la tele. La comida la mendigan o la sacan de la basura para no perder el tiempo trabajando.

No deja de ser paradójico que los hippies de la peli estén enganchados (amén de al peyote, el ácido y a la marihuana) a la serie de televisión FBI.

Siendo precisamente el FBI quien los vigilaba de cerca

No podemos desdeñar que había hippies, artistas, periodistas y activistas a sueldo subvencionados por Rusia. Estaban infiltrados para perturbar la paz americana, denigrar a sus ejércitos que estaban combatiendo en Vietnam y organizar revueltas sociales.

Aunque su mayor logro fue arruinar la vida de muchos chavales. Adolescentes ingeniuos e inconscientes de una generación que confundió Libertad con libertinaje. Todo valía: amor libre, comunas, mendicidad… una generación que quiso hacer de la holgazanería un modelo de vida. Esto impulsó a envidiar a quienes trabajaban y defendían su propiedad privada, ganada con el sudor de su frente, trabajando. Porque antes dije que para os hippies valía todo, menos trabajar.

Pues bien…

Charles se hizo con un grupo de seguidores: Después de que les echaran de algunos sitios, terminaron en el rancho. Por supuesto que no pagaban ni un céntimo de alquiler. Manson se las ingenió para obligar a todas sus seguidoras a tener sexo esporádico con el dueño, un octogenario casi ciego que terminó absorbido (seso & sexo) por todas esas muchachas obedientes y sumisas.
 
Aquí aparecerá otro macho Alfa, o aspirante a serlo: Tex Watson. Un tejano.
 

Se avecina el Apocalipsis

 
Los Manson irán y vendrán de un rancho a una casa y a un refugio. Cuando los echaban de un sitio se iban a otro. Entre medias Charles predice el apocalipsis y empieza a preparar a la Familia Manson para el mismo.
 
Grabarán un disco apocalíptico y prepararán acciones que ayuden a la llegada del fin del mundo predicho por su gurú. Un fin que, o llega por si mismo o ellos harán llegar mediante el uso de la violencia extrema. Eso sí, sin dejar de estudiar todas las rutas que atravesaban el desierto para asegurarse vías de escape para después de sus actos. Para huir de la Justicia.
 
Sabían, o creían, que habría una revuelta negra en las principales ciudades americanas y querían mostrarles el camino. No olvidemos lo que dije antes sobre los infiltrados en todas las organizaciones de derechos civiles para desestabilizar a la nación que mantenía la tiranía a raya al otro lado del Muro de Berlín. Si a eso le sumamos algunos pirados como éste… una bomba de relojería.
 

Secuestraron a Gary Hinman, el «political piggy«

 
Para que os hagáis una idea, antes del drama que desencadenaron, secuestraron a Gary Hinman. Querían que les entregara una herencia que sabían que había recibido. Ahí es nada.
 
Le cortaron la oreja y como no cedió a la tortura lo apuñalaron y dejaron su cuerpo tirado. Antes de irse pintaron con su sangre en la pared «Political piggy» con el dibujo de una pata de pantera. Lo hicieron para echar el marrón sobre los Panteras negras: Una organización de socialistas revolucionarios negros.
 

Charles Manson y Sharon Tate

 
Charles Manson no quería (no tenía la voluntad expresa de) matar a Sharon Tate, la mujer de Polanski.
 
Recordad que en la peli los Polansky eran los vecinos de Rick Dalton.
 
De hecho no sabía que vivía en su casa la primera vez que hicieron una visita. Ella no era su objetivo: iban a cazar al anterior inquilino. No lo encontraron y se marcharon. Días después volvieron los hippies, sin Manson, con el encargo de matar a todos los que encontraran en la casa. Ahí noqedaba la cosa, tenían que asesinar a todos del modo más horrible posible.
 
Manson envió a Tex Watson con una escolta de tres mujeres aleccionadas para obedecer al tejano en todo lo que ordenara.
 

Hippies y ultraviolencia

 
Sin recrearme en detalles, deciros que estos miembros de la familia Manson vaciaron muchos cargadores de pistola en los cuerpos de los que se encontraban en la casa. Rompieron una de las pistolas golpeando el cráneo de uno de los invitados y asestaron más de 100 puñaladas a otras amigas del matrimonio que se encontraban allí e intentaban escapar.
 
Solo quedaba Tate con vida, embarazada y atada a un cadáver
 
La descubrieron intentando huir y la apuñalaron 16 veces. Con su sangre escribieron la palabra «pig» en la puerta de la residencia.
 
Al día siguiente repitieron la aventura en el domicilio de la familia LaBianca. Esta vez liderados por el propio Manson y volvieron a recrearse en otra orgía de sangre, vísceras y torturas hasta terminar con sus vidas.
 
Estos son los hippies del «Haz el amor y no la guerra»

Y todavía los hay que se pintan el símbolo de la paz evocando a un pacifismo que nunca existió. La paz, cuando se alinea política e ideológicamente con un bando, y pasa a ser su patrimonio, deja de ser paz, como la ecología.

Bien…

Dicho esto, me refiero a lo de la Familia Manson. Comprenderéis que no diera crédito a lo que veían mis ojos cuando todo parecía apuntar a que la peli iba a dar un giro hacia ella.
 
Repito que entré en la sala sin saber nada de nada sobre la peli. Sólo que estaban Brad Pitt y Leonardo Di Caprio en el mundo de Hollywood allá por los 60’s. Y nada más. De ahí que esperara con ansiedad que llegara el hecho histórico que os acabo de contar.
 
Y tratándose de Tarantino… Esperaba algo digno de La naranja mecánica. No me lo podréis negar.
 
Insisto…

¡Estamos viendo una película de Tarantino!

Así pues, olvidad todo lo que os he contado del episodio real e histórico de la Familia Manson porque nada sucederá en la peli como sucedió en la vida real.
 
No…
 
Paciencia.
 
En la vida real ganaron los malos. Esos hippies que se liaron a cuchilladas con una muchacha embarazada y sus amigos inocentes.
 
En la película de Tarantino nos hace un Django.
 
Gozamos, y sobre todo gozarán los americanos de bien, viendo cómo el malo muere reventado. Como Hitler en la otra peli de Tarantino protagonizada por Brad Pitt: Malditos bastardos

Ardiendo. Como tantos veteranos de guerra vieron caer ardiendo a sus camaradas mientras defendían los derechos de los mismos que los apuñalan por la espalda al volver a casa. Porque eso hacían en Vietnam. Luchar por la Libertad.

Y Cliff es un veterano de guerra.

De Historia a historia… o de History a Story

Aquí dará un giro radical toda la película. La Historia se convertirá en historia. En inglés se entiende mejor el cambio de Historia a historia – «History» por «Story«. Entendiendo Story como cuento o narración.

Tarantino ha puesto a Cliff y a Dalton en la antesala de la casa de los Polanski.

Y los ha puesto para reventar el final de una historia que pone los pelos de punta a quien la descubre: esa masacre que os he contado. Los pone y los vemos relamiéndose las heridas de un viaje a Italia. Porque al final Dalton viajará a Italia para protagonizar unas cuantas películas italianas y una española. Y volverá casado a los Estados Unidos.

Un matrimonio que hará que la pareja de amigos Cliff/Dalton tenga que deshacerse porque los Dalton no podrán seguir pagando los servicios de Cliff. Lo hablan sin rodeos y Cliff lo acepta. Se emborrachan y Cliff termina fumándose un cigarrito bañado en ácido que le compró a una hippy en un semáforo.

Cine en estado puro… alucine

A partir de aquí Cliff alucinará. Alucinará Tarantino y entre los dos nos harán alucinar a los espectadores.

Se queda en la cocina, para dar de comer al perro. Todo parece indicar que será la última noche que pase en la casa de su amigo.

Dalton, mientras tanto, echa a unos hippies que merodean por su casa y se lleva su jarra de margarita a la piscina para estudiar un papel.

Hippies con sed de sangre

Esos hippies volverán y aquí está el giro.

No entran en la casa de Polanski. Entran en la casa de los Dalton y se encuentran con Cliff.
 
Un Cliff emporrado que no da crédito a sus ojos cuando ve el acero brillar en la oscuridad. No se siente intimidado porque está alucinando y piensa que lo que ve es parte de esa alucinación. Aunque creo que éste Cliff tampoco se habría puesto nervioso en plenitud de condiciones.
 
Los hippies tienen la orden de matar a todo el que se cruce en su camino. Atacarán a Cliff y éste lanzará al perro contra alguno de los asaltantes. Conforme vaya despejándose se irá involucrando más y más en la pelea hasta terminar reventando sin piedad a los melenudos asesinos.
 
Y cuando digo «sin piedad» quiero decir…
 

«Sin piedad a nivel de violencia de Tarantino»

 
He oído alguna crítica en la que decían que esta pelea es un «fan service» para contentar a los seguidores de Quentin con un poco de vísceras derramadas por el suelo. Pues si lo es me da igual. Es un desenlace maravilloso en el que Tarantino se toma la libertad de hacer Justicia y revienta en la película a los que reventaron a Tate en la realidad.

¿Se le va la cabeza? ¿Irrespetuoso con la famila? ¿Irrespetuoso con la Historia? 

Quizas sí todo ello, o no también todo ello. A nadie le importó que abrasara vivo a Hitler en un cine francés. Pues lo mismo pasa ahora cuando Dalton se incorpora a la pelea y abrasa a un hippy con un lanzallamas.

El mismo lanzallamas que guardaba en el cobertizo del jardín de cuando rodó la película Los 14 puños de MacCluskey. Una película en la que quemaba a unos oficiales nazis al grito de «¿Alguien ha pedido chucrut frito?«. Para que esta escena tenga sentido debemos remontarnos al inicio de la película, cuando Dalton se sienta a hablar con el representante y el actor explica cómo se pasó tres semanas aprendiendo a usar el artefacto.
 

Justicia poética

 
La Justicia que se toma Tarantino resulta poética haciendo arder en dos películas suyas a los dos extremos de la familia socialista: nazis y comunistas.
 
La película iba a estrenarse el 9 de agosto de 2019 para hacer coincidir el estreno con el 50 aniversario del asesinato de Tate. Fecha en la que el movimiento hippie quedó desenmascarado y mostró su cara violenta.
 
Este «final alternativo» permitirá a los Polanski (sólo a Tate, porque Roman estará fuera de casa)interesarse por su vecino. En la ficción, claro está, tras sortear el asalto y evitar ser asesinados por los hippies.
 
Dalton será invitado por Tate a tomar una copa en su casa tras sufrir el asalto. Recordad: en la realidad ella es la víctima. Se supone que es el final perfecto porque los buenos viven, los malos palman y esa invitación supone una segunda oportunidad para Dalton porque quizás así logre terminar protagonizando el próximo gran éxito de Roman Polanski.
 
Quién sabe…

Tarantino en el fancine

Ya había comentado alguna en la que él participaba, de un modo u otro. Hablé de su influencia para que Sin City pudiera rodarse. Comenté su papel (literalmente) en Abierto hasta el amanecer. Y vimos, al principio de los tiempos del blog, la adaptación de una historia suya con Asesinos natos. Pero nunca había comentado una dirigida por él.
 
Esta es su 9ª peli y se supone que la penúltima. Ojalá sea un farol lo de grabar sólo 10 pelis. Pero conociéndolo solo caben las siguientes posibilidades:
 
  1. Que sea cierto y se retirecuando haga la 10ª
  2. Quizás, tras esas 10 pelis, se quede en segunda línea participando en las películas de otros
  3. Podría pensárselo mejor y seguir filmando pelis (mi opción favorita)
  4. O podría, y aquí se me irá la olla a mi, tener previsto un final apoteósico para cuando termine su 10ª peli y, como si fuera el personaje de una de ellas se vuele la tapa de los sesos para agrandar su propia leyenda

 

Tarantino es capaz de todo… menos de lo más convencional.

Otras películas

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