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TRON

Tabla de contenidos

Ficha técnica de TRON

Título: Tron
Título original: Tron
Director: Steven Lisberger
Nacionalidad: USA
Año: 1982
Producción: Donald Kushner
Productora: Lisberger/Kushner / Walt Disney Productions
Distribuidora: Buena vista Pictures
Duración: 96′
Guión: Steven Lisberger
Diseño de vestuario: Moebius
Música: Wendy Carlos, antes Walter Carlos
Fotografía: Bruce Logan
Montaje: Jeff Gourson
 

Ficha artística

Jeff Bridges – Flynn / Clu
Bruce Boxleitner – Alan Bradley / Tron
Cindy Morgan – Lora / Yori
David Warner – Dillinger / Sark / Voz Programa Control Maestro
Dan Shor – Ram
 
Menudo veranito ochentero que os estoy dando… Juegos de guerra, Buckaroo Banzai… Pensaba quedarme en Tron, aunque se acumulan títulos: La historia interminable, El último Starfighter y Los caballeros de la mesa cuadrada, ahí es nada…
 
Y si me apuráis, hasta TOP GUN, ahora que anuncian la secuela (comentada nada más ir a verla: TOP GUN: Maverick). Cuando entra el gusanillo… entra, y no hay otra manera para expulsarlo que comentar alguna peli de tu infancia. Puede que intercale alguna otra peli entre estas, o que se cuele alguna actual, como Érase una vez… en Hollywood. Pero estas irán cayendo por su propio peso.
 
Como veréis, y teniendo en cuenta que comento las pelis en mi tiempo libre… (mis horas de trabajo las dedico a escribir también, pero para mis clientes) hay semanitas que ocupo casi en su totalidad, a escribir y escribir sin parar.

Ya os hablé de Fran Calvo cuando comenté Batman

Entonces mi mejor amigo de la infancia. Con él viví un sinfín de cosas pues, no obstante, fuimos amigos y vecinos desde parbulitos hasta pasados los 30 y tantos. También tengo anécdota con él en esta peli.
 
O mejor dicho, con el juego de esta peli y su Spectrum. No obstante jugábamos en el equipo de fútbol del cole y competíamos los sábados por la mañana. Algunos de esos sábados, me levantaba más de media hora antes para, antes de irnos con el equipo, echarnos unas cuantas partidas al juego de Tron, eso si cargaba la cinta externa en el Spectrum.

Hoy me enfrento a TRON

Un clásico, con mayúsculas, de los 80’s. Clásico e incomprendido, como pasó con Blade Runner. Si cabe incluso más, porque su estética, (la de TRON), supuso un obstáculo insalvable para muchos espectadores. Eso y que siendo de Disney, todos dieran por supuesto, en su día, que era una peli infantil y de infantil nada de nada. En algunos aspectos veremos algunos paralelismos conEl Señor de los Anillos, la de Ralph Bakshi, de 1978. Pero ya profundizaré en ello un poco más tarde.
 
Estamos ante una peli tan, tan, tan tan innovadora que hasta los Oscar la pasarían factura, para mal. De hecho no la concederán el Oscar a los Mejores Efectos Especiales precisamente por ser tan vanguardista. Tanto que los miembros de la Academia la descalificarán en la final de esta categoría justificándose en que habían hecho trampas. Y lo decían porque TRON incluye en torno a 20 minutos de CGI. La base de los efectos especiales de hoy en día, pero de hace casi 30 años.
 
Por eso mismo la incluiré en mis Pelis para MIBers. Dentro del aspecto digital la compararé con Wejoyn (mi Wejoyn), que murió de éxito aclamada por la crítica profesional pero el público (usuarios) la dieron la espalda por salir antes de tiempo. Eso pasó con mi red social Wejoyn y eso pasó con TRON.
 
Vayamos con la peli.

TRON podría ser El conde de Montecristo

El del siglo XX, incluso del XXI.

El protagonista es Flynn. Y lo digo porque yo mismo esperé que fuera TRON, pero no, es Flynn. El de la foto de arriba.
 
Flynn es un programador con un futuro envidiable que se ve relegado a trabajar en un salón de juegos recreativos (la de partidas que habré echado yo en los de la Plaza de los Cubos, en Madrid) con su propio nombre.
 
¿Por qué termina regentando el «arcade»? O garito de recreativos…
 
Por Dillinger, el tipo que sale en la foto anterior a la de Flynn, el que se parece al Sorrento de Ready Player One (y no me explico que no salga TRON en esté refrito de los 80’s. Salvo por motivo de derechos o porque se me haya escapado). Bueno, Sorrento de Ready Player One y Orson Krennic de Rogue One. En el fondo es el mismo actor interpretando al mismo personaje en dos pelis distintas.
 
Se parece a Sorrento/Krennic y os lo razono: es un torpe e inepto que asciende dentro de la macro empresa ENCOM a base de dar codazos y poner zancadillas a todo el que le hiciera sombra. Qué asco me dan esos tipos, dicho sea de paso. Será por los codazos y las zancadillas que he recibido en mi vida que los desprecio.

Flynn tenía un futuro brillante por delante

Era una de las grandes promesas de ENCOM hasta que llegó Dillinger. En sus ratos libres Flynn dedicaba su sapiencia a desarrollar juegos para las máquinas, («arcade»). Y era tan bueno que el tal Dillinger le robó los cinco juegos que había programado y los registró a su nombre, con lo que siguió ascendiendo al tiempo que pisaba el cuello a Flynn, que terminó fuera de ENCOM.
 
Por eso Flynn se colará en ENCOM una y otra vez (hackeando su propio programa) y hackeando al propio ENCOM con el fin de encontrar algún tipo de rastro que le permita demostrar la autoría de esos programas. Programas que, para colmo, «lo petan» en su propio arcade con filas de personas esperando para jugar en ellos. ¡Y son sus propios juegos!
 
De ahí su ánimo de revancha, porque no ve ni un centavo (ni un duro) de todo lo que generan los derechos de esos juegos. Y, de paso, se queda con la gente que alucina viéndole jugar al Cowboy del espacio (Space cowboys) o «vaqueros espaciales».
 
Sus amigos Bradley y Lora descubrirán que Flynn es el inventor de Paranoides espaciales. Uno de los juegos. Entre otras cosas porque se lo cuenta el propio Flynn para hacerles entender por qué tiró su carrera por la ventana. Está intentando manipular el sistema para poder demostrar que esos juegos son suyos y serán sus amigos quienes lo pongan sobre la pista de cómo acceder al control central mediante el «programa TRON» que le abriría el sistema. Y ahí empieza a liarse todo.

El láser de ENCOM

ENCOM ha desarrollado un láser capaz de volatilizarte y trasladarte del mundo real al virtual.
 
Para quienes hayan visto Stranger Things será más fácil de comprender. No dejas de entrar en una realidad paralela, en un universo paralelo que convive con el nuestro.
 
Y eso será, precisamente, lo que le sucederá a Flynn.
 
Cuando obtenga ayuda de Bradley y de Lora para infiltrarse en ENCOM y poder así entrar en los programas de la empresa para intentar descubrir el rastro de su trabajo para recuperar la autoría de sus juegos se encontrará, por sorpresa, con el láser que lo transportará al mundo virtual desmaterializándolo y convirtiéndolo en un personaje de uno de los juegos.
 
Dejará de ser una persona y se convertirá en su propio personaje.
 
El mundo digital está habitado por «gente». No como la conocemos, si no digital, o mejor decir «digitalizada». Sus habitantes son los programas, representados por esas personas (digitalizadas). Por tener, tendrán hasta una especie de religión en la que creen que ellos (los programas) que son controlados por otras personas (los usuarios). Y creados por los programadores.
 
Esta será una de las grandes barreras que provocaron…

El fracaso de TRON

Recordad que estamos a principios de los 80’s. En aquellos años eran muy pocas las personas que tenían un ordenador en casa. Ya os he hablado del Spectrum de mi amigo Fran Calvo. Yo tendría, unos años después, un AMSTRAD CPC 472… como complemento a un curso de programación que daba en el colegio. Eso al principio, al final serviría básicamente para jugar.
 
Green Beret; Ghosts and goblins; Elite; Arkanoid; Gauntlet; Dragon’s Lair y mis favoritos por aquel entonces: Codename Mat y Bruce Lee (por mi pasión por Operación Dragón de 1973).
 
Éramos muy pocos, sobre todo si lo comparamos con la implantación digital actual, con Smartphones, Smart TV, iPad y demás cachivaches imprescindibles hoy en día.
 
Por lo tanto el lenguaje de la película y sus diferentes capas de interpretación (filosófica, digital, religiosa y empresarial) hacían de TRON un hueso duro de roer. Y si a todo esto le añadimos su estética, el guión (fabuloso) y el vestuario… más de uno dejó de verla a medias y nunca se volvió a enfrentar a ella.

Disney 💔 TRON

Disney ❤️ TRON

Esos rasgos serán los mismos que, con el paso del tiempo, harán de TRON un clásico. Y que Disney haya visto con buenos ojos la recuperación de una inversión multimillonaria que sólo con los años se alcanzó gracias a la autenticidad de una película que ha tenido (en 2010) una secuela (TRON: Legacy) bastante buena.
 
TRON fue vanguardista y arriesgada. Por eso se estrelló, hasta cierto punto, en su época. Algo patrecido a lo que le pasará a Juegos de Guerra un año después, al partir de la idea de un «hacker» que se infiltra en los sistemas de empresas, incluso en los de los sistemas de Defensa. Eran conceptos inauditos por aquellos días porque no estaban en boca de la gente y los habría (a puñados) que se perderían con los conceptos.
 
Dicho esto, Flynn entrará de lleno en el sistema de ENCOM y se las tendrá que ver con Sark, el alter ego digital de Dillinger.
 
Sark será lo más parecido a un dictador dentro del entorno digital. Hará y deshará a su antojo pero siempre sometido al Programa de Control Maestro, quien le obligará a «reclutar» a Clu, el alter ego de Flynn para adiestrarlo y eliminarlo en los juegos. Unos personajes que formarán parte de las partidas de los propios juegos que, al perder la vida (en el juego) perderán la vida (real, en lo digital).
 
Hago un alto en el comentario para rescatar el:

Rotoscopio en la película de Ralph Bakshi: El Señor de los Anillos

Volveremos a ver negativos coloreados…

Que es la base del rotoscopio, en vez del positivo al natural. Pero en TRON irán un paso más allá al presentarnos una imagen (y una estética) tratada por capas. Empezarán por lo más visual, que es fondos negros y trajes blancos para, mediante tres capas regalarnos una orgía visual como nunca antes habíamos visto en una peli.
 
A esos contrastes reales le sumaremos el tratamiento, primero, de la ropa (texturas y colores) sobre los que pondrán los efectos digitales de las luces y, al final, mediante ese rotoscopio, rematar la estética dando vida real a las partes de carne y hueso que vemos ne los personajes: caras y manos.
 
Aunque nos desborden su estética y su fotografía, hay que decir que no todo es CGI. También hay animación con luz de fondo que, intercalada con el rotoscopio y con el propio CGI nos proporciona (o contribuye a ello) la imaginería de la película.

CGI

Las naves serán CGI. Un CGI incipiente y experimental con ordenadores hechos casi ex profeso para esta película.
 
Las naves… y las motos de TRON.
 
Como veréis no escatimaron en imaginación, en recursos, en talento y en desarrollo en estado puro.
 
No olvidemos que los espectadores no se habían enfrentado a nada parecido hasta la época. No os hablo ya de los aspectos del guión que mencioné antes. Hablo de una estética y una fotografía difíciles de encajar y de asimilar. Algunos hilarán más fino y comprenderán a qué me refiero al hablar de los trajes si os digo que su autor fuer un tal Moebius. El mismo que «parió» los bichos de Alien y que después volvería al cine con DUNE.

¿Quién o qué es TRON?

Esta es la madre del cordero.
 
Por el título de la peli debería ser el protagonista de la película homónima. Es decir: si hay un personaje decisivo que lleva el nombre de TRON y la película recibe su nombre por éste personaje, lo lógico sería pensar que, avanzada la peli y ya dentro del entorno digital, el personaje que da nombre a la peli adquiriera tal protagonismo que fuera el verdadero protagonista.
 
Pues no es así.
 
Tron es un programa de seguridad creado por Bradley, el amigo de Flynn. Un «programa de seguridad». Algo parecido a un cortafuegos o a un antivirus, aunque no exactamente.
 
El caso es que TRON, junto con un tal RAM (por la memoria) harán equipo con Clu (el alter ego de Flynn, el verdadero protagonista). Harán equipo saltándose las normas del juego de las motos y a partir de ahí se enfrentarán al sistema operativo.
 
Hay que aclarar que al principio se pasará por Clu, porque es un programa que había programado con anterioridad, pero al final ganará reputación y peso específico siendo Flynn dentro y fuera del juego.
 
El matiz radicará en que es un programador mezclado con los programas (casi un Jesucristo en la tierra, como en La pasión de Cristo). Pero este es peleón y su viacrucis será dejando víctimas por el camino.

Lo de las motos en TRON es gloria bendita

Harán que disfrutemos de lo lindo y, desde que son una barra de color (como veis en la peli) hasta que se conviertan en motos, y después compitiendo a vida o muerte con los rivales, serán, por lo menos para mi, lo mejor de toda la película.
 
No soy capaz de concebir las horas de trabajo en diseño y programación que debieron invertir para darlas vida, como se la dan y regalarnos algunos de los mejores efectos visuales (a veces hasta especiales/digitales) de la historia del cine.
Os recomendaría ver esta peli ya solo por sus carreras de motos
Participan en un juego en el que las motos casi vuelan por la pantalla generando una estela que sirve para, mediante curvas (de 90 grados) ir creando un laberinto en cuyos muros tienes que conseguir que se estrellen tus rivales para vencer al sobrevivirlos. Conforme avanza la partida se consume el espacio porque lo vas delimitando allá por donde circulas hasta que los rivales ven agotado su espacio vital y se chocan de frente con tu estela. O tú con la del rival.
 
TRON, Flynn y RAM lograrán hacer una brecha en la programación de uno de los juegos y, como os decía, se lanzarán a por ENCOM sin piedad. Para más INRI, los programas tienen la cara de sus programadores, por lo que será más fácil identificarlos. Pero lo será para nosotros como espectadores y para Sark e el juego.
 
Al final la contribución de TRON será crucial para derrotar tanto al avatar de Dillinger, Sark, como al programa de control maestro.
 
Esto permitirá que vivamos un final feliz viendo cómo Flynn recupera su puesto y es felicitado al reconocerse su autoría sobre los juegos de marras de los que hablaba al principio.
 
Incluso la mesa de Dillinger será un reto técnico porque era de cristal y se suponía que él controlaba el ordenador tecleando como si fuera un iPad sobre la mesa. Cosa impensable para su época y que no veríamos materializado hasta décadas después con la irrupción de la revolución digital que seguimos viviendo en nuestros días.

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