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American History X

Tabla de contenidos

Ficha técnica de American History X

Título: American History X
Título original: American History X
Director: Tony Kaye
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 1998
Duración: 118′
Guión: David Mckenna
Fotografía: Tony Kaye
Música: Anne Dudley
Producción: John Morrissey
Productora: Turman-Morrussey Company
Distribuidora: New Line Cinema
                 

Ficha artística

Edward Norton – Derek Vinyard
Guy Torry – Lamont
Edward Furlong – «Danny» Vinyard
Beberly D’Angelo – Doris VInyard
Ethan Suplee – Seth Ryan
Fairuzza Balk – Stacey
Avery Brooks – Dr. Robert Sweeney
Elliot Guld – Murray
Stacy Keach – Cameron Alexander
 

American History X es violencia

Supremacistas blancos contra supremacistas negros

No es la primera peli relacionada con la ultraviolencia que comento en el fancine. Ya han pasado por el blog clásicos como La naranja mecánica, Hooligans, Quadrophenia, Rebeldes y The Warriors, entre otras… Cada una de ellas ejemplar dentro del género (si es que hay tal para la violencia en el cine). Y del subgénero particular (unas son cómicas, otras plantean futuros inquietantes, otras son ficciones o simplemente cómics…).

En esta peli no habrá maniqueísmo entre buenos y malos.

Veremos blancos y negros

Me referiré a ambos con naturalidad. Para evitar perífrasis verbales y no alargar el texto en demasía. Os decía que veremos negros y blancos y pocos, muy pocos de ellos merecerían el calificativo de «buenos«.

Todos son delincuentes: los unos y los otros. Quizás la única cordura en toda la peli la pongan el protagonista blanco y reciclado, Derek. Un profe judío y el director del instituto, negro.

El resto, de una y otra raza serán personajes que viven al límite. Si la Ley se pintara en el suelo con una línea ambos bandos caminarían a ratos a un lado de la Ley y a ratos fuera de la Ley. Exceptuando ese trío de personajes mencionados, el resto son de armas tomar, y nunca mejor dicho.

Farming y The believer

Para rizar el rizo no tardará en salir una película que aborda el mundo Skinhead desde un punto de vista anodino. Se llama Farming y nos narra la vida real de un Skinhead negro y racista hacia su propia raza. Si cabe The Believer sería todavía más rocambolesca al presentarnos a un Skinhead de origen judío. Hay pelis con policías infiltrados, periodistas, el FBI y hasta una finlandesa en la que un musulmán y un Skin terminan ayudándose.

El componente racial desemboca sin remedio en la política.

He comentado pelis violentas relacionadas con fútbol, música, clases sociales… pero esta es la primera que aborda el fenómeno político y racial. En concreto aborda el fenómeno de las bandas de Skinhead , tan populares entre los años 80’s y 90’s.

Skinheads de los 80s y los 90s

Podría haber abordado el mismo tópico comentado otras películas, la australiana Romper Stomper (protagonizada por el mismísimo Russell Crowe) o Diario de un Skin, española.
 
pero estas dos últimas son tan malillas e intrascendentes que quizás vuelva sobre ellas en otro momento, pero no hoy. La australiana no me fascina porque empieza fortísima y creo que pierde fuelle a medio metraje. La española no es mala en si misma, y de hecho está basada en un hecho real. Pero la interpretación es tan flojita y sobre actuada que hace que entre y salga de la peli tantas veces que al final me hace perder el interés.
 
Es imposible abordar el tema «skins» sin tirar de topicazos. Pero en el fondo, de todas ellas, la más rescatable es precisamente ésta, American History X. Y quizás porque sea la única que aborda la violencia racial desde los dos prismas enfrentados.
 
Cierto es que el principal protagonista (ideológico, no en cuanto a personaje) es la supremacía blanca en los Estados Unidos. Un tema abordado desde diferentes prismas en el fancine: en su origen con El nacimiento de una nación y en su evolución a mediados del pasado siglo, con Arde Mississippi y cómo lo combatió el FBI.

En los USA será el FBI contra todos

Un FBI ocupado siempre en combatir todos los elementos transgresores que pueden reventar la convivencia cívica dentro de los Estados Unidos. Institución ligada a la figura de Hoover, confeso anticomunista que no desdeñó combatir al neonazismo dentro de los Estados Unidos. Ambos, nazismo y comunismo como extremos violentos de un socialismo que nunca ha ocultado sus tendencias violentas y, a ratos antisistema. O por lo menos tolerantes con éstas cuando le conviene.
 
Haciendo un esfuerzo interpretativo (no en cuanto a actuación, si no a «interpretación de los hechos«) casi me atrevería a incluir una peli más en este razonamiento: Matar a un ruiseñor.
 
No lo había pensado cuando barruntaba la introducción para éste comentario. Pero creo que no está de más terminar de apuntalar la presentación de American History X apuntando a esos años 30’s en la américa profunda y destacando la figura de Attikus Finch encarnado por un Gregory Peck superlativo.

El mismo problema, en el mismo sitio, en otro momento

Es el mismo problema visto con los ojos de la sociedad en distintos estadios de su historia y evolución: Desde la guerra de secesión americana, allá por los años 60’s del s. XIX, a las décadas de los 30’s, 60’s y 90’s del s. XX en Estados Unidos. Se trata del mismo problema, el racismo, en distintas épocas, sin resolverse del todo.
 
Antes dije que en American History X se abordaba el racismo desde dos prismas pero no terminé de desarrollarlo. Obviamente prima el racismo blanco contra los negros. Pero, a diferencia del resto de las películas, en ésta vemos también el racismo del negro hacia el blanco, y eso hace que sea todavía más recomendable ésta película y gane peso para terminar en el fancine.

Racismo de ida y vuelta

En ella vemos a un muchacho blanco pateado en los baños del instituto. Y vemos cómo aparece uno de los skins protagonistas de la peli y se enfrenta al cabecilla de los negros.

Ambos violentos, ambos despreciables por su odio al distinto

Tan es así que el skin se sentirá peor con el blanco acobardado que con el negro agresivo. Ambos hablan el mismo idioma, el del odio y la ultraviolencia y en ese terreno se entienden a las mil maravillas. Luego volveré sobre los personajes y sobre esta escena que termina con la cara del negro rociada de humo a modo de máscara del Ku Klux Klan metafórica cubriendo el rostro del negro. O de piel blanqueada, como veremos en Farming, cuando llegue.
 
El único negro que logró cambiar de color, del negro al blanco, fue Mickael Jackson. ¿Lo hizo por racismo?
 
Una escena que duele a la vista pero que está preñada de simbolismos muy bien destilados.
 
Un día se me ocurrió calificar El nacimiento de una Nación como «Una película de odio en blanco y negro«. Mal está que uno se cite a si mismo, pero creo que la frase la resume a la perfección. Y creo que también serviría para ésta. Aunque afortunadamente vemos en ella algunos destellos de amor. No diré de «amor interracial» y no me refiero a «sexual«. Me refiero a cómo vemos un punto de inflexión en la película y cómo vemos, en este caso sí, evolucionar a los personajes principales.
 
Pero no nos saltemos etapas.
 
Hecha la presentación de la peli, voy a explicaros su trama y os daré a conocer a sus personajes principales, blancos y negros. Espero estaros descubriendo una película digna de verse y, como decía nada más empezar, digna de ser apreciada a pesar de su dureza.
 
En mi comentario de La historia interminable destaqué que era la versión de una novela narrada con dos colores diferentes: rojo y verde, para distinguir los sucesos en el mundo real y los de el mundo de Fantasía. No, tranquilos, no estableceré ningún paralelismo entre ambas. Es tan solo rescatar ese juego de colores en las tintas para trasladarlo a ésta peli que veremos a tramos en color y otras veces en blanco y negro.
 
El color se utilizará para enmarcar al espectador, o mejor dicho, para que el espectador enmarque la escena en el presente de la acción. El blanco y negro se usa para hacernos comprender que esas escenas son parte del pasado de los protagonistas. Hecho este juego de fotografía color/blanco y negro comprendemos mejor que Derek, el protagonista, está expiando sus pecados del pasado y paga, en el presente, sus deudas de cuando era un poco más joven.

La peli se podría dividir en tres actos:

  1. Antes de que Derek vaya a la cárcel
  2. Derek en la cárcel y
  3. Derek al salir de la cárcel
 
Si mi interpretación de La naranja mecánica era que Kubrick negaba la reinserción social a través de la cárcel, ésta película nos plantea todo lo contrario. Nos habla del sistema penitenciario como «reseteador» de conciencias y posibilitador de nuevas vidas para quienes comprendan que llegaron a la cárcel porque estaban haciendo algo mal.
 
Eso es lo que le pasará a Derek al final del segundo tercio de la peli. Pero permitidme echar el freno de mano para no precipitarme. Volvamos al «antes de la cárcel«. Cuando Derek es un cabeza rapada diferente a los demás. Es guapo, fuerte, inteligente y, además de todo eso, tiene don de gentes y cada vez que escupe un discurso por su boca gana nuevos adeptos para su causa.

Vive para el nacional socialismo

Derek es un Skinhead

Esto es una tribu urbana.

Mods y rockers, por ejemplo, eran otras tribus que basaban su pertenencia a un grupo en el gusto musical. Con cierto grado de conciencia de clase, pero fundamentalmente radicalizados en cuanto a la música.

El Skin era militante de la extrema derecha, aunque…

Los primeros Skinheads fueron de ultra izquierda

Comunistas autodenominados Red Skins o SHARP
Ambos, cabezas rapadas de derechas o de izquierdas tenían una profunda conciencia de clase. Se consideraban trabajadores y explotados.

Originales de la Inglaterra de los 70’s, el skin es la evolución radicalizada (y politizada) del Mod, y la música negra SKA, de origen jamaicano.

Su rival era otro Skinhead pero comunista, y fuera de este movimiento, el punk por anarquista y anti-sistema (como si ellos no lo fueran). Fuera de estos dos grupos (comunista y anarquista) el Skin rivalizaba con casi todas las demás tribus por igual: rockers, heavis, siniestros (aunque estos iban a su bola), después lo raperos… Con casi todos menos con los Mods, con quienes coexistían en cierto grado y convivían.

Si al concepto político americano le sumamos el futbolístico europeo (que vemos en Hooligans, aunque sin tribus), no era difícil ver a mods y skins juntos en una misma grada.
 

Los Estados Unidos son harina de otro costal

 
Allí también hay tribus. Pero su radicalización puede llegar a ser de tal medida que se podría decir que una banda es la verdadera dueña de su territorio. Una radicalización agudizada, en gran medida, por el fácil acceso a las armas de fuego. Si no has visto Amerivan History X quizás me comprendas si conoces la serie Hijos de la Anarquía. Son casos diferentes, claro está, pero ambos ilustran a la perfección la violencia desmedida que te puede otorgar sumar balas y pólvora a ideologías extremas.
 
En el caso de la peli, el principal componente del odio es la raza.
 

En American History X el negro odia al blanco tanto como el blanco odia al negro

 
Como veréis el punto de partida ofrece pocas posibilidades para que ambos puedan compartir su espacio vital y coexistir respetuosamente.
 
Eso vemos en American History X.
 
Y lo vemos, como suele pasar, en grupos enfrentados que basan su identidad y su seguridad en su comunidad. En ser pandilla, en pertenecer a algo más grande que uno mismo en solitario. Un lobo blanco es un lobo solitario. Lo mismo que un lobo negro, que es otro lobo solitario. Pero cuando un lobo negro se une a muchos otros lobos negros se convierten en manada. Y cuando el blanco hace lo propio, nace otra manada y ambas manadas competirán, sin remedio alguno, por el territorio.
 
En los animales esto es así desde que echaron a andar millones de siglos atrás. Y nosotros no dejamos de ser animales, con algunos hasta inteligentes.
 
Esto es así desde el principio de los tiempos, y por mucho que queramos evitarlo, seguirá siendo así. Negarlo es de necios.
 
La sensación de pertenencia a un grupo la vemos en la decoración del cuarto de Danny, el hermano menor de Derek. En la ausencia de su hermano se verá arropado, fortalecido y estimulado a ser un miembro activo de esa comunidad que se ha convertido en su segunda (y verdadera) familia.
 
Cuando no haya grupos separados por conceptos raciales los habrá por ideas musicales, si no por la rivalidad entre equipos de fútbol. Y si todas estas rivalidades se difuminaran como por obra de magia, surgirá otra revalidad que justifique (dentro de sus leyes y sus códigos) una nueva guerra, que es la misma de todos los seres vivos: la hegemonía. Pasa entre casi todos los animales, incluso entre los vegetarianos.
 
Eso mismo lo veremos después, en la segunda parte de la peli… cuando Derek entre en la cárcel.

¿Por qué se convierte Derek en Skinhead?

Lo iremos viendo poco a poco según avance la peli.

Por la influencia de su padre.

O mejor dicho, de las ideas de su padre.

Un bombero asesinado por traficantes de drogas negros.

Hemos de comprender el simbolismo que imprime el hecho de ser un bombero en los Estados Unidos, una profesión que, junto con la de policía, recibe casi adoración por parte de la población. Representan el espíritu abnegado de quien lo da todo por el prójimo. En esta peli es un pilar fundamental porque esa autoridad moral, aderezada con comentarios racistas hará que Derek empiece a alimentar ciertos resentimientos hacia los negros (me figuro que también contra los hispanos, orientales…) que no hacen más que explotar cuando muera el padre.

Muerto el padre y con una madre que no comparte, o no comprende, la semilla ideológica del padre…

Derek buscará refugio en una banda de Skinheads neonazis

Al principio se conformarán con ser malotes y enfrentarse a otros igual de malotes pero negros. Uno de los ejemplos es cuando se disputan las canchas de baloncesto en un partido.
 
Los blancos están hartos de no poder jugar en las canchas que han jugado toda la vida porque ahora se sienten invadidos por negros que ponen sus reglas y no les dejan jugar. Se jugarán el derecho en propiedad de las canchas a un partido. Ni que decir que Derek encestará la última canasta y los skin echarán a los negros de su territorio.
 
Este es uno de los episodios… El tema irá a más, a mucho más, provocando que esos mismos negros acudan a la casa de Derek para robar. Cuando se activa la violencia se desarrolla tal espiral que es difícil ponerle final.
 

Aquí se sucederán los hechos y los acontecimientos se precipitarán de mala manera. Derek protegerá su casa con un arma. Hasta ahí, en los Estados Unidos, es normal.

Allanan tu morada y tú la defiendes aún a costa de la vida del agresor. Lo que pasa en la película es que esa sed de justicia y de venganza perderá a Derek y al olor de la sangre caliente sus hormonas le harán perder la conciencia y entrar en paranoia, como la furia del berserker que comenté el a peli de Los vikingos.

Derek, armado, se enfrenta a los tres ladrones armados

Uno pone pies en polvorosa, el otro huye y un tercero será el detonante de todo el drama que es o será esta película.
 
Aquí es cuando Derek se gustará tanto a si mismo que perderá el norte rezumando testosterona por las orejas.
 
Lejos de limitarse a reducir al tercer asaltante, que habría contado con la comprensión de la misma policía (otro de los profesionales idealizados por los americanos), se ensaña con el ladrón, o asaltante.
 
La verdad es que llegados a éste punto lo mismo da que quisieran robar o ajustar cuentas con Derek por lo del baloncesto.

Se les va la cosa de las manos

A unos y otros y, en este caso, el que sale peor parado es el tercer asaltante que termina mordiendo el bordillo con los dientes a punta de pistola.
 
Insisto.
 
Con las leyes americanas (creo), Derek habría quedado en libertad si se hubiera limitado a defender su propiedad. Incluso si le hubiera disparado y después alegado que lo ha hecho en defensa propia.
 
El matiz que hace que pase de víctima a victimario es la clave para toda la película. Si hubiera reducido al asaltante la policía se habría limitado a tomar declaración a Derek. Incluso si lo hubiera matado a punta de cañón, quizás se habría ido de rositas si hubiera podido demostrar el conjunto de la escena y hacer ver a un juez que se limitó a defender lo suyo y a los suyos.
 
Pero no.
 
Tuvo que ensañarse. Tuvo que arrastrar al asaltante rendido y encañonarlo. Y después de encañonarlo ponerle los dientes en el bordillo y ejecutarlo de un pisotón. Ahí cambia todo.

Lo vi en Dortmund…

Tuve la ocasión de presenciar esto mismo en Alemania, en 1994, en la entrada al Westfalen Stadium, (ahora Signal Iduna Pak), para ver un Borussia Dortmund – Werder Bremen y no se olvida con facilidad.
 
Volviendo a Derek, hace una defensa desproporcionada, ensañándose con (su ahora) víctima y matándolo sin mediar necesidad ni compasión.
 
Traspasa la línea de lo legítimo a lo ilegítimo. Lo sabe él (Derek). Lo sabe su hermano (Danny), lo sabe el negro al que está a punto de asesinar y lo sabe el policía que le da el alto y lo detiene.
 
Y llegado el asesinato llegamos, también, a una escena escalofriante en la que comprendemos a la perfección el portento que es Edward Norton. Ahora caigo en que la única peli suya en el fancine es «Alita«. Qué pena… con las pelis que tiene… Prometo hacerle justicia y rescatar alguna de sus películas. El increíble Hulk (por momentos incluso mejor que HULKinterpretado por Eric Bana), El club de la lucha… Sí. Sé que es el Rey Balduino en El reino de los cielos. Pero no se quita la máscara para ocultar su lepra…
 
Os decía que asistimos a una escena escalofriante. Y no es para menos.
 
Primero vemos cómo se le inyectan los ojos en sangre cuando el asalto a su casa interrumpe un rato de sexo con su novia. Solo tiene tiempo para enfundarse unos calzoncillos y sus botas. Coge el arma y sale a repartir estopa como si no hubiera mañana. Y para él no lo habrá.
 
Después veremos esa mirada de perro rabioso y sólo echaremos en falta ver salir la espuma por su boca acariciando el gatillo con ternura y tensión, casi, sexual.
 
Esa sensualidad con la que saborea el crimen que está por perpetrar contrasta, fotograma a fotograma con las emociones que transmite con los gestos de todos y cada uno de los músculos de su cuerpo y con su mirada.
Una mirada tensa, desafiante, vengativa, agresiva y arrogante
Esa mirada que, conforme se le enfría la sangre se transmuta en orgullo, desdén, piedad por su hermano, mezclada con soberbia.
 
Una mirada que según tensa su cuerpo para irlo plegando en postura sumisa hacia la policía, sigue cambiando, mutando y modificando su mensaje postulándose como ejemplo a seguir y transmitiendo el testigo a otro miembro de la manada.
 
Veremos en su mirada que lo pierde todo, incluso la humanidad, menos la arrogancia. En sus músculos veremos cómo se afloja y se suaviza como el lobo que ha matado a otro lobo y lame la sangre de su víctima de su hocico aún cliente y viscosa.
Todo su cuerpo vibrará y se tensará al sentir el frío del acero de las esposas en su piel
Ahí sus ojos parecen inyectarse en algo más doloroso que el odio sinrazón. En en saberse presa de la razón de la sinrazón y haber cometido la torpeza de creerte intocable.
 
Ese frío helará la piel de sus muñecas, traspasará su carne y llegará hasta la sangre aria de sus venas que se congelará y subirá helada hasta el corazón. Ya no hay marcha atrás: has cometido un asesinato y la policía te acaba de detener. Has vuelto a nacer. Darás con tus huesos en la cárcel.
 
Aquí hago un alto.
 
Hago un alto solo para contaros una de esas experiencias mías que hacen de «el fancine» un blog de cine diferente. O al menos eso espero.
 
Hubo un tiempo en el que estuve a tiempo de jugar como portero de fútbol sala profesional entrando a formar parte de la plantilla del CES, la Universidad Europea, en la Liga de Plata del fútbol sala español.
 
Y digo casi porque al final no lo logré. Pero lo intenté.
 
Y me diréis, y con razón, ¿qué tiene que ver eso con American History X? Bien visto nada. Pero si me dais un par de minutos, veréis que todo y que ese todo puede ayudar a mejor comprender lo que sigue en la peli.

Un partido en la cárcel de Ocaña

Hice la pretemporada como segundo portero de la Universidad Europea. Y dentro del calendario se incluyó un partido que jamás olvidaré. Se trataba de un amistoso que enfrentaba a la Universidad Europea contra el equipo de reclusos de la cárcel de Ocaña, en Madrid. Y allí que nos fuimos para jugar.
 
Esa ha sido la única experiencia que he tenido jamás con la cárcel. Entré y estuve allí dentro durante unas cuatro horas. Entiendo que la inmensa mayoría de quienes estéis leyendo esto no habréis tenido ni si quiera ese mínimo contacto con un centro penitenciario.
 
Cuatro horas eternas del primer al último minuto.
 
Recuerdo la experiencia con cierta angustia.
 
Recuerdo llegar todos los integrantes del equipo y sentir cómo se cerraban las puertas a nuestras espaldas.
¿Os acordáis cómo se cierran las puertas de Moria con las garras de la bestia del pantano? Sí, en La Comunidad del Anillo… cuando suena el golpe seco que sella las puertas (y las derrumba). Pues aquí no hubo derrumbamiento alguno, pero fue cerrarse la puerta a nuestras espaldas y sentir una opresión en el pecho que no sabría cómo definirla.

Opresión y presión

He hecho mucha espeleología y os prometo que en ninguna cueva, por angosta que fuera, sentí tanta claustrofobia como en ese instante. Y luego avanzamos por la galería rumbo a los vestuarios. Una galería dividida en secciones y entre sección y sección, una puerta que se sellaba a nuestras espaldas con un impacto seco. El paladar más seco todavía.
 
Llegamos al vestuario y nos metimos para cambiarnos. Se cierra la puerta y en ese instante me sentía como los gladiadores antes de salir a la arena del coliseo. Estaba todo herméticamente cerrado y no obstante se oía retumbar el rumor lejano y cercano de los reclusos que jaleaban a su equipo mientras nos esperaba en el patio de la prisión.
 
Imaginad por un instante qué debía sentir Derek cuando se abre su celda y sale al pasillo rodeado de negros que le miran como si fuera un trofeo que añadir a sus CV’s tan delictivos como el suyo.
 
Se nos unió un Guardia Civil (creo recordar que lo era) y nos acompañó hasta el patio. El perímetro del campo se delimitaba por las clásicas vallas de obra y la única presencia policial estaba allí arriba en lo alto de una garita. Abajo estábamos nosotros y todos los presos que nos esperaban.
 
Deciros que empatamos a 2 goles y las patadas volaron en uno y otro sentido. Allí me astillé la tibia dando y recibiendo una patada disputando el balón con un delantero que era pura fibra. Con esa tibia astillada entrené una semana más (3 horas por la mañana y otras 3 por la tarde) y jugué un campeonato amistoso en el que vencimos y paré dos dobles penaltis en la final sin poder posar el pie… y así con todo, no logré el puesto porque, si bien recuerdo, el Interviú les cedió a su tercer portero con la condición de foguearlo y hacerle jugar. O al menos eso me dijeron a mi y yo me lo creí.
 

Os cuento todo este rollo para deciros que esas cuatro horas pesaron sobre mi conciencia como cuatro meses.

Al finalizar el partido nos fuimos al salón de actos y policías, reclusos y nosotros nos tomamos un ágape al que nos invitaron y hablamos sin parar. Miento. Escuchamos sin interrumpir porque esos hombres compartieron con nosotros sus experiencias como si no hablaran con una cara nueva desde hacía meses, o años.

Fue una experiencia enriquecedora y dura

Como lo es ver esta película, os lo aseguro.
 
Después de vivir esa mini experiencia veo con otros ojos a los presos en las películas…

Y Derek no es una excepción.

De serlo todo en su barrio y en su localidad, pasa a ser carne de cañón en la cárcel. Es un asesino y merodea solitario por los pasillos. Tiene que buscar un grupo que lo arrope y lo proteja mientras esté encerrado y siendo un Skinhead, comprendemos que se arrime a los cabezas rapadas de la prisión, aunque sea echando toda la carne en el asador y paseando la esvástica por el patio rodeado de todo tipo de pandillas y de pandilleros.
 
Se tiene que ganar un sitio entre la hermandad aria dentro de la cárcel
 
Eso conllevará que redoble sus papeletas de recibir la del pulpo por parte de otros colectivos: negros, chicanos…
 
Pero es lo que hay y en su mundo tiene sentido: hay que pertenecer a un colectivo cuyos principios radican en ser opuestos al del resto de colectivos. Y ahora dejamos a Derek haciendo amigos en la cárcel y nos vamos con su hermano menor, Danny.
 
Un Danny que, vaya por delante, es interpretado por Edward Furlong. Si no os suena su nombre… ¿Y si os digo que seguro que le habéis visto como lider de la resistencia humana y que en él depositaremos toda la experanza de nuestras supervivencia como especie? Es el mismísimo John Connor de Terminator 2. ¿Lo reconocéis ahora? En la otra tenía más pelo.
 
Igual de pendenciero, pero melenudo, con Guns & Roses de fondo y esas cosas.
 
Aquí interpreta al hermano menor de Derek, lo que equivale a decir al hermano menor de toda una institución dentro de su submundo de delincuencia. A Danny lo tratan con reverencia los demás Skins. No por mérito propio, no. Por ser el hermano de Derek y por ser Derek el mejor de la camada y un gran líder en el discurso retórico del nazismo y en la acción violenta de la pelea.
 
Por todo eso, mientras Derek está en prisión y alcanza cotas de idolatría insospechadas, los demás Skinheads protegen y ensalzan al hermano menor del héroe. Y estas alabanzas injustificadas ejercen de fuerza centrífuga que atrae a Danny hacia la misma causa de su propio hermano: convertirse en neonazi y raparse la cabeza.
 

Por si alguno se lo está preguntando… sí

 
Es Danny el que protagoniza la escena del negro blanqueado por el humo de su cigarro. El skinete (por skin joven) que sale a proteger al chaval blanco al que están propinando una paliza varios negros por el hecho de ser blanco.
 

Os recuerdo, en esta peli no creo que haya ni buenos ni malos. O sí, malos unos cuantos, buenos… con los dedos de una mano: el director, el profesor, el amigo negro que hace Derek en la cárcel y el propio Derek al salir de la cárcel.

Esa intervención le granjeará un enemigo que le pasará factura al final.

Pero volvamos al principio.

El origen de «American History X»

La película debe su nombre a Danny. O mejor dicho, a un trabajo de Historia que tiene que presentar a su profesor para poder aprobar el curso. No perdamos de vista un par de datos. Su profesor es judío, y rechaza un trabajo sobre el libro que Adolf Hitler escribió en la cárcel: Mi lucha. Entra en escena el director, negro, quien reconduce a Danny para que haga un nuevo trabajo, encargado por el profesor, que aborde un tema histórico, americano y de actualidad.

Estos dos profesionales de la enseñanza serán los dos buenos y los dos con las mejores intenciones de toda la peli, como apunté al principio. Dentro de un rato se les sumará Derek, pero por el momento estará inmerso en su infierno personal.

Danny elige la historia de su propio hermano que saldrá de la cárcel ese mismo día y nombra a su trabajo American History X.

Sale de la cárcel… cambiado.
 
Más que cambiado, sale derrotado. Abatido, contrariado, traicionado, desfondado y amargado. No, amargado no. Todo lo demás sí, pero ese será el infierno al que hacía referencia antes.
 
Al principio del comentario os dije que su primera misión dentro de la cárcel sería buscar un grupo en el que hacerse y sentirse fuerte. Y lo encontró. Tampoco tuvo que rascar demasiado para caer en gracia a los Skinheads con los que compartiría unos cuantos años a la sombra.
 
Su CV, sus antecedentes, su planta y su arrogancia racial le facilitarán una buena posición dentro del grupo neonazi y eso será una bendición. Bendición que se truncará en maldición.
 
Al poco tiempo de convivir con los Skins de la cárcel observará que la moral aria de sus camaradas deja mucho que desear.
 
Derek fue a la cárcel por asesinato. Un asesinato que tuvo lugar porque sentía una profunda superioridad racial y moral sobre el negro al que mató. Derek pertenece a ese grupo de escogidos blanco, anglosajón, protestante y americano.
 

Dejadme dar un rodeo para meternos en su mente

 
Si os acordáis de tantas y tantas pelis en las que os he explicado el concepto del Mito de la frontera, y su origen moral/religioso, en los neonazis estadounidenses reaflora ese concepto supremacista pero aderezado con el matiz del odio racial germánico. Si el KKK es un movimiento nacional, Derek se considera nazi, lo cual es supranacional.
 
El miembro del Ku Klux Klan es todo lo anterior de puertas para adentro. El nazi lo es de puertas para afuera. Es lo mismo pero con ánimos expansionista. El KKK abogaba (aboga, que yo escribí una noticia sobre una cruz del KKK ardiendo en un jardín de Minnesotta en 1993, cuando colaboraba con un periódico local mientras estudiaba COU) por la separación, no ya racial, que por supuesto, sino de los estados del Sur. Son localistas. Los nazis pretenden abarcarlo todo y después seguir creciendo.

Derek fue a la cárcel por estos ideales

Reclutó a jóvenes para inculcarles estos valores

Él mismo sintió el orgullo de apretar el gatillo porque es un nazi convencido y no le importa tener que pagar las consecuencias que sean necesarias. Es más, el único conflicto moral, o intelectual, de tener que ir a la cárcel por matar a un negro sería, precisamente eso, ¿la vida de un negro vale la libertad de un blanco? Creedme, ese es el nivel de dudas que podría albergar.
 
Pero lo hizo y lo haría incluso si ello supone pasar por el purgatorio del presidio. Antes dije «infierno». No me he confundido. El purgatorio será tener que pagar por su delito y tenerse que hacer fuerte con otros neonazis en la cárcel.
 
Pero pronto dejará atrás el purgatorio y su paso por la cárcel se truncará en infierno.

No tardará en ver que la moral aria es demasiado laxa entre la comunidad Skin de la cárcel. Sus camaradas, que por tal los tenía, se permiten tener buenas relaciones con presidiarios de otras razas. Esto resultará anodino a sus ojos. Denunciará esos trapicheos y hablará con el líder dentro de la cárcel para quejarse de la deslealtad que muestran los traidores a su causa. Pero el jefe le dará a entender que las normas cambian al pasar por la puerta de la cárcel y que…

La segregación racial es válida intramuros, hasta cierto punto

Él mismo irá cediendo, aún sin saberlo, a entablar una buena relación con su compañero en la lavandería. Se llama Lamont y es negro. Eso hará que, como comprenderéis a estas alturas de la peli, Derek reniegue de él.
 
Pero Lamont no desiste. Erosiona el prejuicio racial de Derek bromeando y siendo sincero. Más sincero de lo que ningún miembro de la Hermandad Aria le fue en su estancia en la cárcel. Y además compartirán pasión por el baloncesto. Por ahí empezará a rebajar la tensión racista y empezará incluso a bromear con su compañero de trabajo.
 
Aquí empieza el infierno.
 
Al final reniega de sus compañeros de filas y éstos le demostrarán quién manda dentro de la cárcel.
 
Los neonazis le romperán el alma. Y para disgusto suyo, el alma no será lo único que le rompan. Lo violan en las duchas para humillarle y vejarlo y reducirlo a añicos morales.
 
Sólo una persona acudirá en su auxilio después de forzado y arrinconado. El director Sweeney, también negro, le arropará y cuidará de él. En estos primeros instantes Derek sigue firme en sus convicciones morales, políticas y raciales. Ergo comprenderemos el debate interno al que se somete al ser violado por los suyos y auxiliado por un enemigo.
 
Y será el director quien le alerte sobre el camino que está siguiendo su hermano Danny. A la sazón se ha afeitado la cabeza y sigue sus propios pasos dentro de la banda de neonazis.
 
¿Os acordáis?
 
Era el hermano del héroe local. Se le sube a la cabeza y por momentos se cree su propio hermano.

Las malas compañías y una familia hecha añicos harán el resto

Derek se derrumba del todo y pide auxilio a Sweeney para que le saque de ese infierno en el que él solito se ha metido que es la cárcel.

Derek se aislará de la Hermandad Aria y está siempre alerta porque puede morir tanto a manos de sus excamaradas como a manos de los negros a los que desairó al llegar restregándoles la cruz gamada.

Vive solo y sobrevive leyendo los libros que le trae su antiguo director y, ahora, pasito a pasito, nuevo amigo.

Y a ratos se relacionará con Lamont, el único capaz de hacerle reír de vez en cuando. Pasará el tiempo y llegaremos a un punto en el mismo que será la intersección entre su historia y la historia de su hermano Danny: el día de su salida de la cárcel.

Entonces, y sólo entonces, comprenderá Derek algo más profundo todavía. A estas alturas habrá renegado del sentimiento racista, ario, supremacista y nazi que le llevó a la cárcel. Pero el miedo le ha acompañado día tras día. Miedo a volver a ser violado. Miedo a recibir una paliza en el calabozo, y miedo a que le saquen las tripas los blancos o los negros.

Manadas y lobos solitarios

Al principio os hablé de la importancia de constituirse en manadas para no vagar como lobos solitarios. Pues en eso mismo se convertirá Derek en la cárcel. No puede pedir ayuda a nadie porque todos quieren asesinarlo. Solo contra el mundo. Solo con sus libros y solo con Lamont en la lavandería.

Y entonces entenderá que si los negros no han hecho ni amago para agredirle. Habiendo tenido todas las oportunidades del mundo para haberlo asesinado, es porque Lamont lo ha estado protegiendo todo el tiempo. Sin decírselo, pero abogando por Derek.

Cuando Derek sale de la cárcel ya no es el mismo

Ya no se reconoce cuando se mira en el espejo. O mejor dicho, sí, se reconoce, pero no reconoce los tatuajes que lleva en su piel.

Ya ha salido, está vivo. No entero, pero sí vivo. Y en su falta de integridad física, pues recordemos que fue violado, radica el cambio de su personalidad y su madurez como ciudadano.

Aunque le quedan algunos obstáculos que superar.

Sobre todo cuando se vea forzado asistir a una fiesta en su honor para recibir al héroe que vuelve de la cárcel tras cumplir pena por haber matado a un negro.

El resto de Skinheads sobreentenderán que Derek está en deuda con todos ellos porque, en su ausencia, han cuidado de Danny. A su manera. Ofreciendo protección a cambio de sumarse a su causa.

Ese es otro momento clave. Cuando reniegue públicamente de la antigua manada a la que pertenecía. Pero no sólo renegará, se enfrentará al macho alfa y se enfrentará todos los que él pensaba que eran sus amigos.

Hasta que entró en la cárcel

Hace un tiempo él habría dado su vida por todos y cada uno de ellos. Ahora comprende que vivía engañado y que necesita sacar del mismo engaño a su hermano.

Un hermano que, de buenas a primeras, se siente descolocado cuando, pletórico de orgullo por el regreso del héroe, vea que su hermano ha perdido la cabeza y ha salido tarifando con el jefazo y con todos sus colegas, amigos, camaradas…

Danny, inmerso en un mar de dudas, no dará crédito a Derek. Llegará incluso a enfrentarse a su hermano. Pero Derek se lo lleva consigo y, por duro que sea, le cuenta la verdad de su experiencia para sacarlo del engaño y hacerle comprender que no puede vivir en la ignorancia para no ser manupulado.

Danny no lo sabe, pero cuando él quiere recorrer el camino, Derek está de vuelta y sabe cómo llegarle al corazón a su propio hermano.

Derek tiene ahora una misión: arrancar a Danny de las garras de la banda de Skinheads antes de que se meta en un lío y tenga que lamentarlo.

Y lo va logrando.

Despacito.

Cuesta mucho superar los prejuicios

Cuesta horrores tomar la decisión de abandonar una manada y vagar en solitario.
Hay un momento crucial: cuando se deciden a quitar la bandera nazi del cuarto. Parece algo trivial casi simbólico, pero es el momento más difícil.

Cuando uno pertenece a un colectivo lo hace en grupo, fuera del hogar. Pero ese sentimiento se refuerza y se retroalimenta con las cosas que pones en las paredes de tu habitación de adolescente. Te acuestas y te duermes mirando esa bandera que refuerza tus (falsas) convicciones noche tras noche. Amanece y lo primero que ves es la bandera. Entran los amigos en su habitación y saludan a la bandera. Hablas con ella y con ella te confiesas. Miedos, anhelos, vergüenzas y deseos… La bandera se convierte en un tótem y preside tu cuarto.

Cuando te decides a arrancarla de la pared y tirarla a la basura, estás curado. Y eso es lo que logra Derek con Danny: en cierto modo, curarlo.

Pero la vida es caprichosa.

¿Recordáis la cuenta pendiente de Danny?

La que dejó abierta cuando exhaló el humo en el rostro del negro que estaba pateando al blanco en el cuarto de baño del colegio.

¿Lo recordáis?

Pues bien.

Cuando Danny se reconduce y decide seguir los pasos de Derek, esta vez los correctos, llega el muchacho del humo y se cobra la deuda pendiente acrivillando a Danny a balazos en el mismo escenario de la escenita del cigarro.Derek lo intuye.

Estas cosas pasan.

No ser testigo de algo que está sucediendo y, sin embargo, tener la absoluta certeza de que está pasando.

Se llama instinto

Instinto animal.

Cuando Derek quiere llegar para auxiliar a su hermano ya es demasiado tarde.

Danny muere en sus brazos.

Sin remedio.

Es el sino. Otros lo llaman karma. Otros dicen que la vida es una puta mierda. Y otros comprenden demasiado tarde la importancia de sus actos. La trascendencia de las decisiones que tomas en la vida. Nada sale gratis. Pero unas cosas salen más caras que otras.

Y esta vez a Danny le sale a pagar y el IVA de su odio racial le vacía las venas de sangre.

Y Derek se castiga.

Se castigará de por vida.

Eso no lo vemos en la peli, pero puede intuirse.

Si la peli continuara narrando la vida de Derek creo que él mismo se castigaría día tras día y se dormiría noche tras noche tras horas desvelado mirando al techo y viendo el cuerpo inerte de su hermano reposando en su regazo. Y Derek se culparía por haber arrastrado a Danny a la muerte por seguir la estela de su propia vanidad. Sin poder olvidar el olor de su sangre.

El director aguarda fuera. Triste. Rumiando qué habrá hecho de mal él mismo permitiendo que estas cosas lleguen a pasar dentro de su propia escuela. Pero es bueno. De principio a fin es bueno. Inmutable en sus valores y valiente en sus actos será el único que se coma su orgullo para tender la mano a un enemigo que le pide ayuda.

Seguro que en esos instantes de silencio en los pasillos del aula se martiriza y se castiga y se lamenta por Derek. Sabe el esfuerzo y el sufrimiento que habrá padecido en la cárcel teniendo que arrancar el odio de su corazón y lográndolo para terminar con su hermano frío y desangrado en sus brazos.

¿Habrá merecido la pena tanto esfuerzo?

Claro que sí.

Danny se condenó por sus actos tiempo atrás. Pero Derek, al menos Derek se salvará y con un poco de suerte ayudará a otros muchachos a dar el mismo paso duro y valiente que dio él mismo para recuperar sus vidas y vivirlas en paz.

Al salir de la cárcel Derek termina un drama, aunque empieza otro tras perder a Danny. Un drama que ya no tiene solución. Es la misma vida.
 
Pero vemos al muchacho que apretó el gatillo y comprendemos en su mirada que la peli termina con otro drama. La vida que le espera al crío que asesina a Danny. Reformatorio, cárcel, bandalismo, asesinatos y, quién sabe, quizás terminar sus días en una zanja a veinte metros de cualquier carretera.
 
Y es que..

La violencia engendra violencia

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