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El crack cero

Tabla de contenidos

Ficha técnica de El crack Cero

Título: El crack cero
Título original: El crack cero
Director: José Luis Garci
Año: 2019
Nacionalidad: España
Duración: 122′
Guión: José Luis Garci y Javier Muñoz
Fotografía: Luis Ángel Pérez
Música: Jesús Gluck (derechos cedidos por sus familiares)
Vestuario: Noelia García Lorite
Maquillaje: Montse Adams
Productora: Nickel Odeon Dos
 

Ficha artística

Carlos Santos – Germán Areta
Luis Varela – Rocky
Patricia Vico – Remedios
Miguel Ángel Muñoz – Moro
Macarena Gómez – Luisa
Pedro Casablanc – Don Ricardo «el abuelo»
Luisa Gavasa – Moli
María Cantuel – Adela
Ramón Langa – Vergara
Andoni Ferreño – Luengo
Raúl Mérida – Johny Olas
Cayetana Guillén Cuervo – Conchita

He leído en algunos sitios que esta peli es casposa. Por su director, por remontarse a 1975 y por estar filmada en blanco y negro. Sopeso esas palabras mientras recuerdo que al día siguiente de verla en el cine, Franco sobrevoló Madrid en helicóptero, un 24 de octubre de 2019.

 
He visto múltiples entrevistas previas al estreno de la película. Sobre todo las de Europa Press en su canal de Youtube y me parece lamentable que casi todas las preguntas (a Garci, a las actrices…) giran en torno a dos temas fundamentales: la violencia de género y Franco.

Madrid y España de los años 70’s

La película transcurre en 1975 y sus protagonistas son testigos de la muerte de Franco. De nuevo, como en los otros Cracks, tendremos oportunidad de vivir la España de los años 70’s a través de su Radio.
 

En las dos pelis anteriores lo hicimos a través de la Cadena SER (El crack) y de Antena 3 (antes del «Antenicidio», en El crack 2). Esta vez creo que es Radio Nacional la emisora que transmite la muerte de Franco.

Yo nací en 1974 y nunca viví, de un modo consciente, una dictadura.

El crack cero refleja la España que se queda huérfana tras vivir 40 años tutelada por alguien que tomaba todas las decisiones en tu nombre. Y de golpe y porrazo se muere el padre de la Nación y a más de uno le tuvo que recorrer un escalofrío por la espalda. ¿Y ahora qué? ¿Volveremos a los asesinatos de cristianos a manos de los comunistas? ¿Los franquistas darían el paseíllo a algún rojo, a modo de escarmiento?

No.

La España que vemos en El crack cero estuvo a la altura de las circunstancias. Los comunistas de entonces parecían haber saciado su sed de sangre y los franquistas sabían que tras Franco ellos no serían la solución, sino el problema.

Unos y otros enterraron el hacha de guerra. Los «rojos» aceptaron que las Instituciones estaban por encima del Partido y los «nacionales» comprendieron que la Democracia llamaba a la puerta y el mejor servicio a España era aceptándolo.

El crack cero refleja la España de la Transición

Dos Españas reñidas entre si que supieron limar sus asperezas para ser una España hermanada. Rojos y nacionales dejarían de lado sus etiquetas para remar con un mismo rumbo. Por fin. Se cierra una etapa de la Historia de España en la que República y Dictadura se creyeron dueñas de las vidas de los españoles en función de su orientación política.

Esa es la España que vemos reflejada en la retina de Areta cuando escucha que Franco ha muerto. La España en la que se dejaría de matar por política. Una España reconciliada que sabría mirar al futuro a pesar de las víctimas que seguiría dejando ETA por el camino. Os recomiendo leer el comentario de El Lobo.

Como os decía antes, a muchos españoles les tuvo que recorrer un escalofrío por la columna vertebral. Los responsables políticos estuvieron a la altura de las expectativas de los españoles. Es más, dejaron boquiabiertos al mundo entero cuando izquierdas y derechas se dieron la mano. Las cortes franquistas se autoinmolaron y cedieron el paso a los partidos políticos.

La España que vemos en El crack cero es la España que tuvo que tomar esa decisión:

¿Nos hermanamos o nos matamos?

Y decidieron hermanarse con una transición ejemplar vigente hasta que llegó Zapatero, tras el 11M en 2004, y decidió descoser heridas, desenterrar muertos y enfrentar, de nuevo, a los españoles. Su Ley de Memoria Histórica vino a rellenar un programa electoral carente de iniciativas que debería ser compensado con ideología.

44 años después fui a ver El crack cero el 23 de octubre de 2019. Y salí de la sala empezado el 24 de octubre, día en el que Pedro Sánchez desenterró a Franco para terminar de dinamitar nuestra transición, nuestra convivencia y la paz entre hermanos.

Franco podría ser considerado como un personaje secundario en El crack cero. Para ser justos, Franco ha sido el protagonista, o como poco «coprotagonista» en muchas películas del cine español desde 1975.

Quizás sería un detalle por parte de la Academia de Cine Español aprovechar que lo han sacado de su tumba para concederle un Goya honorífico a su trayectoria cinematográfica. Por todo lo que ha hecho (por pasiva) para nuestro cine. Por todos los directores, guionistas y actores que han vivido a su costa. Sin ir más lejos la última peli en la que aparece es la de Amenábar, Mientras dure la guerra. Ya la veré en la tele.

Suelo decir, a modo de chascarrillo y con ánimo de hacer gracia que…

Franco merece un Goya

Franco merece un Goya honorífico al Mejor Actor de reparto en casi todas las películas del Cine Español

Ya he contextualizado El crack cero

Ahora iré con otros aspectos, como su protagonista…

Cuando supe que se estrenaría El crack cero se me hizo un nudo en el estómago. No me podía imaginar al Piojo con otro rostro distinto al de Alfredo Landa. Por aquellos días, cuando estaba escribiendo para alguno de mis clientes me sorprendía a mi mismo saboreando un café y pensando «es imposible«.

Muchos sabréis ya que El crack es mi película española favorita

El crack fue la número 200 en el fancine y por eso he retrasado esta entrada, para que coincidiera con el número 300 y hacer de Garci mi director fetiche que cierre por todo lo alto un nuevo centenar de películas.

De ahí mis miedos. Viendo cómo se las gastaron con las pelis de Star Wars cuando decidieron reabrir el melón… Y viendo cómo se estrelló el propio Peter Jackson al ponerse con El hobbit después de El retorno del Rey… Por eso temí esta nueva película. Por eso y porque, como dije antes, la original es mi preferida. Y sobre todo porque Alfredo Landa es irrepetible e irreemplazable para Piojo, Areta, y para el cine español en general.

Carlos Santos es Areta y, sobre todo, Alfredo Landa

Sin querer faltar al respeto, me dirigí al propio Carlos Santos vía Twitter diciéndole «debes tenerlos muy bien puestos para ponerte en el pellejo de Alfredo Landa«. Y para colmo me contestó, con una enorme humildad, diciendo: «Espero sinceramente no defraudarte. Abrazo!«.

Pues sí. Los tuvo bien puestos.

Carlos Santos no se puso en el pellejo de Alfredo landa interpretando a Areta. Se puso en el de Areta y haciéndolo, se hizo con el personaje desde la primera escena.

Os prometo que estaba esperando verle para poder compartir mi reflexión. Sobre su papel, su interpretación y sobre la peli en general.

Los prejuicios son malos

Y os prometo que desde antes de ver la peli tenía dos ideas preconcebidas para el comentario. Si no me hubiera gustado habría apuntado que era lógico, que seleccionar a otro actor para interpretar al Piojo era como empujarle al suicidio. Ahora concibo «simplista» mi propio planteamiento preconcebido. Si sí me hubiera gustado habría pecado de soberbia, (la mía), y sin pretenderlo habría desmerecido a Carlos Santos diciendo que había estado a la altura de Alfredo Landa. Igual de simplista.

Veréis que no salgo bien parado en ninguno de los dos supuestos precisamente porque yo había prejuzgado la interpretación de Carlos Santos sin haberle dado la oportunidad para demostrarme que me estaba equivocando.

Como veréis es malo preconcebir algo. Prejuzgar… Acepto mi propia reprimenda, por merecida.

Carlos Santos me sacó del error

Del doble error preconcebido.

Ha sido capaz de hacer algo que yo habría negado y renegado que fuera posible hacer: evitar condicionar El crack a la imprescindible presencia de Alfredo Landa.

Insisto, ha sido Carlos quien me ha abierto los ojos y me ha hecho comprender que el Areta de Landa es brutal, pero el suyo también.

Y digo «el suyo» porque este Areta no es el de Landa

No caeré en el maniqueísmo de poner a uno sobre otro enfrentándolos. Se trata de un personaje extraordinario, para mi está en todo lo alto del cine español. Esto es subjetivo, por supuesto, parto de mis propios gustos. Y siéndolo he aprendido (Carlos Santos «me ha enseñado«) a entender que un mismo personaje puede estar encarnado en dos actores y sobrevivir.

Hace suyo al «piojo» y se lo mete en el bolsillo. Es inevitable verle y, en algunas escenas, evocar a Landa. Es natural y es lógico, pero he logrado no compararles. Y fuera comparaciones, éste actor me ha demostrado que también en España puede haber buenos actores con buenas interpretaciones.

El moro…

Otro hueso duro de roer era «el Moro». Antaño Miguel Rellán. Hoy Miguel Ángel Muñoz. He de confesaros que este actor siempre me ha caído muy bien y siempre me ha gustado. Y he de confesaros que nuevamente celebro al personaje, esta vez reencarnado en Miguel Ángel.

Ahora bien, Moro y Piojo… ambos dos reencarnados. Ambos personajes míticos de nuestro cine… y ambos genialmente reinterpretados… ¿Tiene algo que ver Garci en todo esto?

«Garci es un director de actores»

No lo digo yo, lo he escuchado en alguna entrevista.

Que disfruta trabajando con ellos. Dirigiéndoles… y que ellos disfrutan trabajando con él y para él.

Mucho me temo que es demasiada coincidencia que dos grandes actores del momento sean capaces de reinterpretar (y luego explico por qué no digo «interpretar«) a dos grandes personajes interpretados en su día por dos grandes actores.

Ahora explico ese «reinterpretar«: Muñoz y Santos no interpretan a los Moro y Piojo. Ya estaban interpretados por sus actores originales. Han reinterpretado a los personajes rehaciéndolos y aportando sus propias pautas interpretativas. Y ahí radica el éxito: han hecho suyo lo que yo concebía como de otros.

Y buena mano habrá tenido ahí Garci transmitiéndoles paz y serenidad, y una enorme dosis de confianza sacando a dos de sus grandes personajes del baúl de los recuerdos para regalárselos a ellos.

Si Landa y Rellán encarnaron a Piojo y Moro al interpretarlos, justo es decir que Santos y Muñoz los han reencarnado al reinterpretarlos.

Para que entendáis cuánto admiro a Alfredo Landa, y por ende cuánto me costó hacerme a la idea ver a otro piojo, comprended que mi blog de ocio lo estrené en 2013 dedicando mi primer artículo a despedir a Alfredo Landa en el día de su muerte en el troblogdita.

No puedo decir lo mismo de otros personajes

Sí me ha gustado, y mucho, Pedro Casablanc en el papel de Don Ricardo «el abuelo«. Me parece que está genial y me encanta porque me ayuda a terminar de entender su personaje en las siguientes entregas (las primeras), cuando esté en Navacerrada.

Pero hay dos actrices cuyas interpretaciones dejan bastante que desear…

Una actriz por defecto y otra por exceso

Cayetana Guillén Cuervo es inexpresiva. No me transmite nada. No interpreta, según mi limitado entendimiento en la materia interpretativa, se limita a soltar su texto sin transmitir nada. De carrerilla, como quien sale a dar la lección ante el profesor. En esta o en cualquier otra interpretación suya.

Luego está Macarena Gómez. Genial para La que se avecina, pero no para una película de este nivel.

Si Cayetana peca de falta de expresividad, Macarena (e insisto que hablo a partir de mi propio gusto) sobreactúa. Ambas me sacan de la película cuando aparecen. Cada una a su manera.

Aún así, y lo digo desde el respeto y la admiración, al final se compensan mutuamente y eso aporta cierto equilibrio a la parte femenina de la interpretación.

Las demás: Patricia Vico, Luisa Gavasa y María Cantuel están fenomenal

Estamos ante una película difícil de emular. Las habrá mejores, peores, más originales… pero Garci puede presumir de ser un director de cine fiel a si mismo. Es capaz, cuando el cine de nuestros días se dopa hasta las cejas de efectos especiales y diálogos ridículos, de hacer su película a la antigua usanza.

Siempre digo que el cine de nuestros días suple la carencia de guión con todos esos efectos espaciales. Cuando digo «diálogos ridículos» me refiero a que los guionistas, que no saben escribirl Quizás porque tampoco habrán leído. Y quieren, eso sí, presumir de retórica. Se meten en unos berenjenales, y escriben unas tonterías, que sólo las pueden aceptar espectadores con la misma capacidad intelectual y los periodistas y críticos de cine. No sé si acabo de hacer una redundancia… Aclaro que yo no soy ni lo uno ni lo otro.

Con Garci no pasa eso

Garci vive el cine. Transmite cine. Con sus películas respiras cine, sientes el cine, ves cine, escuchas cine, lo palpas… y sus guiones te arrullan y podrías cerrar los ojos y limitarte a escuchar sus diálogos, sonidos y banda sonora sin echar nada en falta, porque en el buen guión reside su éxito.

Luego te podrá gustar una película suya o no. Pero lo que nadie podrá negar es lo artesanal de su cine, su amor a su obra y su dedicación.

Adentrémonos en El crack cero

Este Crack, el «cero«, se adelanta en el tiempo al crack original y nos presenta a los protagonistas de las otras dos películas en sus estadios iniciales. Sobre todo en cuanto a la relación con el Piojo.

Veremos al barbero ensoñado con el boxeo cuyos diálogos celebramos en las entregas anteriores y en esta peli vemos de dónde y desde cuándo viene esa relación de amistad en la que dos aficionados al boxeo intercambian críticas y alabanzas a sus boxeadores preferidos. Entre ellos destacan a Alí, todo un campeón con una biografía desmesurada.

Cuál será su pasión que, el pasado viernes, al salir del cine Kinepolis Diversia, de ver Le Mans ’66, a eso de la 1’30 de la madrugada, yendo de camino hacia Las Tablas puse esRadio y ahí estaba Garci. Hablando de Mike Tyson, Evander Holyfield y compañía…

Para quienes se pregunten por la abundancia de boxeo y radio en sus Cracks os diré que son dos aficiones que han acompañado a Garci desde siempre y gracias a las cuales, (sobre todo a la de la Radio) he tenido ocasión de aprender mucho de cine, escuchándole. De cine, literatura, historia y sobre cócteles que todavía no he catado. Como no podía ser perfecto, os diré que Garci es del Atleti.

Oficina de investigación

Recupera la esencia de su Crack planteando un caso simple que se enturbia según acerca su mirada el detective, que no es otro que el propio Areta.

En El crack Cero veremos cómo se organiza y cómo crea esa oficina de investigación a partir del Policía que fue y que se retiró por serlo de corazón.

Huye de un cuerpo de Policía corrupto y se instala en su despacho, en Madrid, para seguir ayudando a la Sociedad, esta vez en solitario.

Su sentido del deber, su sentido de la integridad harán que su vida se dura y complicada. Y le entiendo. Será incapaz de dar su brazo a torcer ante la injusticia. No se doblegará ante los poderosos.

Tampoco se asusta cuando se mide a un enemigo más fuerte que él y para colmo no sólo no formará parte de todo lo oscuro que tiene el mundo en el que vivimos: tampoco se pondrá de lado. Saldrá a combatirlo desde su pequeña atalaya de dignidad personal y profesional

Todo esto nos lo transmite Carlos Santos a la perfección

Tal será su honorabilidad que, necesitando el dinero, como cualquier hijo de vecino, será capaz de rechazar algún caso que implique lavar la cara o la reputación de clientes podridos de dinero que han tenido algún desliz abusando de algún mancebo.

En la peli lo veremos sentado con antiguos compañeros suyos. A ninguno le dolerá en prendas aceptar que, sin duda, era el mejor investigador del cuerpo. E igualmente lo verán como un eterno dolor de muelas por esa honorabilidad que mencioné antes. Sirve a la Ley y persigue, implacable, a todo el que pose un pie fuera de sus límites.

Algunos compañeros suyos se dedicarán a la seguridad privada tras dejar el cuerpo y ganarán pingües beneficios haciendo de la corruptela su verdadera fuente de financiación.

El «Piojo» es pobre, pero honrado. Pero por encima de todo, es insobornable

Su aspecto y sus modales hacen de él una chinita en el zapato para cualquiera de sus rivales y un tipo entrañable para quienes le cogen cariño y con quienes baja su guardia. Mi frase favorita de la peli es cuando dice le dicen «me gusta tu cara» y él contesta «mi cara no se parece a mi».

Un poco antes mencioné la peli de Le Mans ’66. Un año rico en cuanto a películas que destacar como Joker y Érase una vez… en Hollywood. Me atrevo a colocar El crack cero entre ellas a la hora de recordar las pelis que más me han gustado de 2019. Es más, quitaría la del Joker, sin que me temblara el pulso, para colocar ésta entre las tres que mas me han gustado este año.

El crack cero es una historia de venganza superlativa

Al estilo de El conde de Montecristo en la que su protagonista hipotecará su vida hasta consumarla sin reparar en costes. Si Edmundo Dantés invierte toda su fortuna y talento en lograr hacer su Justicia, Germán Areta hará lo propio con su carrera profesional con tal de lograr poner a cada cual en su sitio.

Aunque parezca mentira incluiré esta película en mis Pelis para MIBers para explicar la digitalización a través del cine abordando algo tan de moda como la LOPD. Justo en unas fechas en las que el Gobierno español infringirá todas las leyes habidas y por haber en protección de datos para tener acceso a todas las líneas de teléfono de las grandes empresas de telefonía.

Podrá rastrear «anónimamente» cada uno de nuestros movimientos sin nuestra autorización, por espacio de una semana. Esto sería motivo para meter entre rejas a quien haya concebido la idea de espiar a la ciudadanía.Y a los responsables de dichas compañías, también. Aunque insistan que los datos estarán encriptados. Podría haberlo hecho abordando la inexistencia de verdadera tecnología digital en éste Crack, pero eso ya lo he comentado en La cabina, explicando cómo eran nuestras vidas antes de existir los móviles.

Esta vez abordaré esa digitalización, como decía, mediante el tratamiento de los datos personales aludiendo a la escena en la que Areta pide al Moro que hable con las aseguradoras más importantes para localizar las posibles pólizas de seguro del muerto, el sastre Narciso Benavides cuyo «suicidio» es puesto en entredicho por su amante, quien acude a Areta Investigación para intentar esclarecer lo que ella entiende que ha sido un asesinato.

Si te ha gustado éste comentario no dejes de leer lo que comenté en las dos películas que vieron nacer al Piojo: El crack y El crack 2.

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