Luego iré profundizando. Ahora sólo apuntaré a los aspectos técnicos y de producción, como aquello que sí me ha gustado. Hasta la interpretación y la dirección. Pero si todo eso fuera el continente de la película, setía su contenido lo que me ha defraudado.
No sabes describir el tacto en las yemas de tus dedos.
Sientes las manos de Todd en tus tobillos. Ahora aprietan firmes y esa sensación rígida te aporta seguridad. Estás tan alto, allí, entre las nubes. No sabes ni el qué ni por qué, pero estás gozando y disfrutando. Tú sólo no habrías podido llegar hasta ahí, Todd te ha aupado y su fuerza se llama Joaquin Phoenix.
El carácter, la fuerza, la firmeza y la credibilidad de Phoenix te arrullan y te sientes arropado, ensimismado y seguro con las manos de Todd ahora en tus tobillos.
Abres un ojo y tu pupila dilatada lucha con la claridad del sol reflejado en las nubes para contraerse y permitirte enfocar la realidad. El acto reflejo de tu músculo ocular responde con lentitud al impulso de tu cerebro. Y cuando lo hace te sientes agresivo y violento y sediento de sangre conforme caes al abismo. Pero no caes, algo te propulsa.
Son las manos de Todd
Las mismas que te alzaron con ternura te precipitan ahora contra la corteza terrestre hasta reventarte contra el suelo. Sus brazos parecen descoyuntarse al propulsarte del cielo al suelo sin poder escapar a la presa de unas uñas, como garras, clavadas en tus tobillos. Describes un arco violento que no tiene otro final que reventarte contra el asfalto llevándote por delante a un puñado de payasos sedientos de sangre en un éxtasis anárquico de extrema violencia.
Algunos despertamos justo antes de estamparnos, y miramos a los títulos de crédito obnubilados. Ha terminado la película pero sigues ahí, hundido en tu butaca. No sabes si has visto una obra maestra o funesta. Pero ves pasar los títulos sin reaccionar. Casi sin aliento. Empapado en un sudor frío que no recuerdas haber sentido al terminar de ver ninguna película con anterioridad.
Así estaba yo al terminar de ver JOKER en Cinesa de La Moraleja Green…
Cara de Joaquin Phoenix y expresión de «no sé qué he visto«
Y así me quedé cuando vi que las dos personas que acababan de llegar, tarde, se acomodaban y sacaban dos ensaladas y se ponían a aderezarlas con aceite de oliva, sal y vinagre… ¡En el cine!
Para no desviar la atención de la película comentaré, en «el troblogdita» ese episodio que, he de confesaros, me arruinó la película JOKER en…
Ya os contaré, ya…
Vuelvo con la peli. A decir verdad, empiezo.
Todd Phillips propone lo imposible: Joker sin Batman
Joker nació para ser el enemigo íntimo de Batman. Un arcoíris alocado frente a la sobriedad del negro. Una lengua dicharachera para desquiciar a quien calla más que habla. Una sonrisa engañosa y asesina frente al rictus serio de quien sabe que hace lo correcto. Lo histriónico Vs. lo moderado. Ese es el Joker, en contraposición a Batman.
Y sin Batman, lo siento, pero el Joker no termina de cuadrar.
Pero no nos engañemos, es éste JOKER el que no cuadra. Más bien chirría.
Orígenes del Joker hay muchos, tantos como el propio personaje se inventa para mantener a la parroquia confundida y desorientada. Todo en su vida es un caos, y su origen no iba a serlo menos. Porque eso es Joker, Caos, odio, violencia, anarquía y una inagotable sed de sangre constante. Por diversión. Por costumbre, porque sí.
En
Batman (Tim Burton, 1989) se popularizó el Joker fruto de un percance con el propio héroe y el baño de ácido: correcto. El Joker del Batman de Nolan, cuya presencia se avisa desde
Batman begins, será un delincuente, un asesino y ladrón que apunta maneras desde el principio. Aunque no roba por ánimo de lucro, sino por el hecho de transgredir.
El Joker de Phillips es una trampa
Y bien pensado, quizás por tramposo sea el mejor de todos.
¿O no?
No.
Un rotundo NO.
La trampa no es del Joker a un Batman futurible. Ni de un Joker a la policía, los medios de comunicación ni para sus vecinos, en general. Si así fuera lo daría por bueno: un Joker perverso que tergiversa y confunde todo para, cual calamar, dejar tras de si una estela de tinta que desoriente a sus perseguidores.
No.
La trampa no nos la pone el Joker sino Todd Phillips.
Esa es la verdadera trampa en toda esta película.
Por eso os decía que me chirriaba y, llegado al final de la película, y digerida por entero, me inclina a deciros que no me ha gustado. Luego destacaré aspectos que sí, que son grandiosos, pero empiezo por lo malo, que de puro malo, es peligroso.
El cine actual adolece de buenos guionistas
No estoy descubriendo nada.
De ahí todos los remake y las secuelas y precuelas desafortunadas de películas consagradas:
Los siete magníficos sería un ejemplo fabuloso. Y lo es en dos sentidos: porque Los siete magníficos es un remake en si mismo, de
Los siete samuráis, y porque siéndolo, es magnífica, como sus protagonistas. Y sigue siendo un gran ejemplo por el remake de 2016, cuyos guionistas habrían hecho bueno que se reabriera el debate sobre la cadena perpetua.
El Joker es el malo y así tiene que seguir siéndo
Pintarnos un Arthur Fleck desvalido, disminuido, retraído y enfermo cual deshecho de la Sociedad es trampa. Inocularnos que es bueno y su personalidad se pudre a golpes de la Sociedad, es trampa. Hacernos pensar que Arthur Fleck se convierte en el Joker empujado por la Sociedad, es trampa. Hacernos ver que un loco asesino es el bueno de la peli, es trampa, y en los tiempos que corren: un peligro.
No me sirve que el pobre Arthur, que lo es, porque da pena, se vuelva malo porque unos desalmados le den una paliza. Odio que me manipulen. Y Phillips pretende hacerlo proyectando la drogodependencia de un Joker que acumula tantas drogas como enfermedades mentales se debe a la Sociedad. Y no me sirve que la solución que nos propone el buen Todd sea que la vía de escape radique en erradicar a los ricos de la ciudad.
Eso es un maniqueísmo repugnante
Si os fijáis, los malos de esta película no son el Joker que va matando a diestro y siniestro. Más bien a diestro, los siniestros de la siniestra se echarán a las calles para regocijarse en la anarquía nacida de los actos del protagonista. Es decir… el malo de la peli es Thomas Wayne. Hay que tener valor Sr. Todd: mucho valor y ninguna vergüenza.
¡El padre de Batman!
Si Thomas Wayne es perjudicial para Gotham Amancio Ortega lo es para España
Esa es la trampa de fondo en toda esta película
La familia Wayne es multimillonaria. Es verdad. Pero no es menos cierto que buena parte de su fortuna la dedica a la Sociedad. Hospicios, comedores sociales, infraestructuras de la propia ciudad, edificios, urbanismo… Muchas de esas cosas, en Gotham, salen de su bolsillo porque es un tipo altruista de buen corazón. Todas esas y miles de puestos de trabajo directos y otros muchos indirectos para sus conciudadanos.
Y Todd nos lo pinta como un cerdo arrogante que se jacta de su posición y oprime al populacho.
Las acciones del Joker, que pasan por asesinar a varias personas, provocan una revolución social en la que la anarquía se adueña de las calles. Cócteles Molotov, marabuntas encapuchadas, palizas a policías, palizas a periodistas, saqueo de comercios robando televisores en medio de una manifestación orquestada por terroristas urbanos… Hablo de Gotham, no de Barcelona.
Pero por esa similitud con la realidad os digo que este Joker de Todd es un crimen contra DC Comics, contra el cómic en general, contra el cine y contra los valores que han hecho de Occidente el motor de nuestra Humanidad.
A Todd le importa un bledo que el Joker sea un personaje ficticio
Le importa el mensaje revolucionario
Eso sí, cuando percibe que la historia se le escapa de las manos tira de Bruce Wayne para mantener una mínima conexión con la realidad ficticia que son ambos personajes y su futurible enfrentamiento.
Desde el principio veremos que Arthur no está sano y vemos que vive en un ambiente insano.
En dos planos. Los sindicatos y los servicios de limpieza de Gotham se declaran en huelga y la ciudad en la que se desarrolla la película está repleta de bolsas de basura sin recoger. Activistas de izquierdas (entiendo que tienen que serlo pues su ataque furibundo a los asalariados y a los empresarios hasta celebrar sus asesinatos no se alinean con el espectro de centro derecha) están tomando las calles y generando un clima de violencia social con difícil solución.
Eso de puertas para afuera porque, de puertas para adentro, su madre está, si cabe, peor que él, y el ambiente en el que viven y conviven es demencial. Madre demente, hijo demente y sociedad demente…
¿Es que no se pueden inventar otro modo para despistar a los perseguidores?
Cada vez que veo una película que incluye una persecución y el perseguido, ¡o, casualidad! se adentra en un desfile, fiesta, carnaval… se me abren las carnes. Tópico sobre tópico copiando escenas de otras películas. Si encima van disfrazados, o si pueden robar por accidente una capucha, una gorra o algo que haga que se diluya entre la muchedumbre… Por favor qué falta de recursos.
Pues bien, aquí el payaso se difuminará entre payasos, como decía arriba. Y se quedan tan anchos y los espectadores nos lo tragamos como si fuera un Big Mac haciéndonos creer que ese Big Mac, por estar hecho con ternera española, es bueno. La carne será buena, lo malo es todo lo que la rodea.
En este caso, payasos, y me refiero a los guionistas
A este punto llegaremos tras superar una serie de episodios tristes en la vida de Arthur. Todd se encargará de señalar con el dedo a todas las personas e instituciones que sustentan la microsociedad que compone Gotham.
En sus ensoñaciones, pues como tal podríamos interpretarlas, Arthur se sueña a si mismo como un monologuista de éxito. Como si fuera posible subirse a un escenario y enfrentarte al público al estilo de los
Comikazes, (aprovecho para deciros que te partes de risa en sus espectáculos).
En la peli acudirá a un bar en el que los monologuistas, como si habláramos del Beer Station en Madrid, hacen disfrutar al público. Lo curioso de éste espectáculo es que, al parecer, dejan subir a monologuistas amater para que debuten o hagan sus pinitos de humor en público.
Desequilibrados acaparando las redes sociales y los Medios
Pensar en esta interpretación de «el mundo en el que vive Arthur» me da miedo al retomar el concepto de su novia. Si no lo es… entonces impone congoja (eufemismo de «acojona«) por cómo se va tomando ciertas libertades, cómo se ensueña con su (posiblemente también) fantasía erótica con la vecina y cómo la expone al miedo provocado por un psicópata que irrumpe en su vida para arruinársela.
Digo «psicópata» aunque desconozco el diagnóstico que le haría un psicólogo. Entiendo de cajón que Arthur padecería múltiples desórdenes psicológicos… Reforzados por cuidar de una madre igualmente perjudicada y sentirse responsable de ambos dependiendo, al mismo tiempo, de los siete fármacos que se mete para el cuerpo día tras día.
Su madre… También zumada
Su madre, como decía antes, también tiene ciertas taras agudizadas por la edad y una demencia senil galopante. Si Arthur está como una regadera parece que su madre no se queda atrás. Y encima depende física y económicamente de Arthur. A lo largo de la peli observamos que el caldo de cultivo propuesto por Todd va arrinconando poco a poco a Wayne hasta que nos lo plantea como candidato para ser alcalde poniendo en su boca palabras tendenciosamente desafortunadas para dar la razón a quienes quieren pasarlo por la guillotina.
A estas alturas de la película habremos sido testigos de un hecho que marcará un antes y un después en la vida de Arthur. De un hecho. mejor diré de: tres cosas en paralelo que comentaré a continuación.
Por un lado uno de los payasos con los que trabaja le ha regalado una pistola. Regalado… aunque esto es lo que él vivirá en su ensoñación. El otro payaso alegará un rato después que Arthur le ha perseguido pidiéndole que le proporcionara el arma. Llega un momento, como decía antes, en el que nado entre dos aguas y no termino de saber qué partes son reales y cuáles ensoñaciones.
Pero el caso es que tendrá ese arma y Arthur matará a varias personas con él
Entre esas personas a tres muchachos que Todd se encarga de presentárnoslos como tres yupis imbéciles para hacernos cómplices en el deseo de darles matarile. Todd aprovecha un desorden emocional (de tantos) de Arthur. En concreto uno que el hace reír a carcajadas cuando la tensión le sobrepasa. Y en el metro le sobrepasó porque era testigo de cómo estos tres (pretendidamente) cretinos agobian a una muchacha y terminan pateando al payaso por reírse (aparentemente) de ellos.
Empieza el delirius tremens de Arthur que le llevará de cabeza a convertirse en el Joker
Nadie conoce su identidad pero todos saben que fue un payaso quien mató a los tres chavales, a la sazón, empleados de Wayne. El caldo de cultivo zafio y simplón de Todd empuja a los que menos luces tienen a salir cual marabunta a la calle pidiendo el linchamiento que pide siempre la lucha de clases. Porque toda esta película se podría reducir a tres palabras: «lucha de clases».
De eso va toda esta peli.
Como casi todo el cine a partir de los 90’s.
El resto es atrezzo.
Y para ello no les ha temblado el pulso a la hora de apropiarse de la figura del Joker para, como dije antes, inocular el odio al empresario, al trabajador y a los poderes fácticos de una sociedad occidental y organizada: medios, policías, políticos, empresarios…
Y por si todo esto fuera poco… para colmo, su madre le dice que su padre es el propio Wayne. Menudo caldo de cultivo.
A locura, locura y media
A partir de este instante buscará y perseguirá a Wayne removiendo Roma con Santiago para pedirle que lo reconozca y le ayude a cuidar de su madre. Wayne le espetará la verdad dejándole claro (y luego lo cotejará en el archivo del hospital) que de aventura con su madre, nada y que no es su padre porque es un niño adoptado.
Lo poco que podía mantener relativamente cuerdo a Arthur se desvanece en este momento.
Veremos una escena inquietante cuando, en su locura, Arthur se acerque a la casa de Wayne y se tope con un niño al que engatusa con sus trucos de magia, como buen payaso que es. Ojo, hablando de niños… Arthur perderá su trabajao porque se le cae el revólver en un hospital actuando para niños… tela marinera.
Aquí le vemos peligrosamente cerca del hijo de Wayne, a la sazón un tal Bruce Wayne que no entiende nada de lo que está pasando con ese tipo raro que le habla a través de una cancela.
Este punto es crucial para dotar de sentido a toda la película
Hasta el momento podríamos estar hablando del Joker como de cualquier loco del universo. Nada había aterrizado el concepto Joker. Sí, estamos en Gotham, sí aparece Wayne… pero ay amigos, cuando aparece Bruce Wayne se nos eriza el
vello.
Os diría que, para mi, la mejor parte de toda la película es cuando el inminente Joker se enfrenta cara a cara a un niño que será el futuro Batman. Lo sabes tú, lo sé yo, pero ninguno de los protagonistas lo sabe.
Y Todd lo rematará al final de la película incluyendo el clásico asesinato del matrimonio Wayne a manos de un payaso seguidor del Joker. ¿Era necesario? En absoluto. Yo creo que lo incluye para introducir de lleno el universo Batman y dar sentido a una película que, como dije en mi tuit al salir de la peli, sin Bruce Wayne no habría tenido sentido alguno.
Y todo esto aderezado con una herida en el amor propio
Antes comenté que actuó en un bar e hizo un monólogo que le cubrió de gloria. Pues bien… para colmo, Murray Franklin, su presentador favorito, con quien sueña y se ensueña imaginando participar en alguno de sus programas irrumpirá en la vida de Arthur.
Pero para mal. Claro.
No sabemos cómo pero se ha hecho con una copia de la actuación en directo de Arthur y lo pone en directo, en antena, para mofarse del monologuista frustrado. Esto alimentará un odio y un rencor en Arthur que excede lógica alguna. Y para rizar el rizo, Murray invitará a Arthur a su programa porque es tan pésima su actuación que le quiere hacer una entrevista.
Podríamos decir que Arthur va y pide ser presentado, por primera vez, como JOKER. Y también podríamos decir que la entrevista no se desarrollará por los cauces previstos por Murray…
Remato mi comentario de JOKER atendiendo a dos aspectos…
Joaquin Phoenix está para Matrícula de Honor
Puede tener mérito interpretando a un personaje complejo dentro de su contexto. Pero es que en esta peli el Joker está fuera de contexto. Y fuera de texto. No aflora hasta el tramo final de la misma, y hasta que lo hace, Phoenix es Arthur y lo interpreta como los ángeles podrían interpretar a un demonio.
El Joker es complicado para enfrentarlo a Batman, pero sin el murciélago el payaso ha de buscar un rumbo que seguir y ahí estaba un Phoenix fantástico que lo borda. Lo mejor de toda esta peli.
Para terminar incluiré JOKER en Pelis para MIBers y en aquel artículo explicaré la movilización social y digital
Aquí adelantaré la necesidad de cierto grado de coordinación para canalizar todo el caudal social a través de móviles, de redes sociales y aplicaciones Todas creadas para conjurar a todos los antisistema y convocarlos y, como estamos viendo poco a poco en Barcelona, movilizarlos, organizarlos y coordinarlos, amén de aleccionarlos.
Los entrenan en el manejo de instrumentos propios de las guerrillas urbanas para atentar contra las fuerzas del orden y tomar las calles mediante un caos aparente. Caos y una ausencia de lógica que, cuando rascas en la superficie con la uña comprendes que no tiene nada de improvisado y sí de organizado, manipulado. Todo esto gracias a los avances digitales en los que, para variar, el mal va por delante del bien.
Éste JOKER dota de glamour al malo
Ensalza al perturbado mental y glorifica al asesino de masas siempre y cuando mate por conciencia de clase
Ese no es el Joker que yo conocía. Estaba loco, sí, era un asesino de masas, sí, pero mataba personas como quien come palomitas, sin un propósito concreto ni escudándose moralmente en la Sociedad. Dotar de una voluntad concreta al Joker rebaja su personalidad y etiqueta una violencia que en él era natural y no coyuntural o motivada por un fin más allá que el entretenimiento y el sadismo.
Por eso no acaba de gustarme esta peli. No diré que hace apología a los antisistema. Ni que hace apología a la lucha de clases para justificar el asesinato del rico, que lo hace dentro de la propia peli. Pero sí diré que por un lado me parece poco o nada original: en ese mensaje clasista y en cómo agita la botella para que explote con el gas. Por otro lado, si bien celebro la aparición de Bruce Wayne esa misma aparición nos demuestra que, en toda su valentía para hacer un Joker sin Batman, Todd no se ha atrevido a cortar el cordón umbilical que une al payaso y al murciélago. Y en su error «comete» su mayor acierto.
Y es que en la peli, como en la vida misma, hay gente que sobrevive a quedarse en el paro. Gente que sobrevive a recibir una paliza, a ser estafado por un colega de trabajo. Y gente que sobrevive a ser atropellado. Todo esto sin tener que culpar a la Sociedad de todos sus males ni volverse loco y ponerse a pegar tiros.