el fancine - Web de cine - Blog de cine - Podcast de cine - AlvaroGP SEO y contenidos digitales
FX - Efectos mortales - el fancine - Blog de cine - AlvaroGP SEO - SEO Madrid - Cine digital - ISDI - MIB - MIBer - Digitalización - Pelis para MIBers

F/X

Tabla de contenidos

F/X es una gran desconocida…

Muy de nicho…

Locura ochentera para los amantes de los efectos especiales

Porque de eso va esta peli, de efectos especiales.

No creo que lleguéis a verla en ningún TOP10 del cine ochentero. Ni en un TOP100, me temo. De hecho me juego el pellejo a que alguno de los que hacen esas listas TOP no saben de qué peli estoy hablando. Habrá muchos de ellos que miren el título «F/X» y no tengan ni idea si no le pongo la coletilla que le pusimos en España:

F/X: Efectos mortales

Y alguno seguirá sin tener ni idea.

Aunque, si he de seros sincero, y si peco de algo es de serlo… demasiado. He de deciros que si la buscáis la encontrareis unas veces como F/X y otras como F/X: Efectos mortales. De hecho en inglés pasa lo mismo, unas veces será F/X y otras F/X: Murder by illusion.

No culpo a nadie. Esta peli, como decía al inicio, se muy de culto y para muchos será, o fue, de usar y tirar. Es decir, que la verían y conforme terminara la olvidarían. Y tampoco culpo a nadie porque tampoco es para tirar cohetes. Es más bien un placer culpable, una de esas hamburguesas de cine que me gusta tomar de vez en cuando…

Es un Buckaroo Banzai de los 80s, un Bill y Ted, incluso un The faculty de los 90s… Esas pelis que sabes que nunca destacarán salvo en tu registro de pelis recurrentes para uso y disfrute personal. A veces incluso en secreto, para que nadie se entere de que lo pasas en grande viendo The faculty… Pero la disfrutas a más no poder.

Eso me pasa a mi con F/X

Sencillamente me encanta. Y me encanta desde que la vi por primera vez, a finales de los 90s. Esta sí que fue de videoclub en VHS, porque recuerdo haberla visto alguna mañana de sábado, o de domingo. Era cuando volvía de los partidos de fútbol y me duchaba y, si estaba solo en casa, me ponía la peli en el vídeo y hacía tiempo hasta la hora de comer.

Era la hora para ver El Señor de los Anillos, o 20 docenas de hijos… a veces con pausa obligatoria para ver el capítulo de ALF. Con estas referencias os ireis haciendo una idea de mi quinta, cosecha de 1974. Ya lo dije el pasado 14 de noviembre, cuando me autorregalé el comentario de Cyrano de Bergerac por mi 48 cumpleaños.

La clave está en los efectos especiales

No es que sean la repera, porque no lo son, así que no os esperéis, con mi comentario y con el título de la peli, que no deja de ser la abreviatura en inglés de eso, los «efectos especiales».

Su originalidad radica en que es una película de cine negro con un planteamiento diferente. Y os cuento, aunque al contaros destripo y hago spoiler, así que si alguno quiere verla este es el momento para que pares de leerme y vuelvas en unos días, cuando la hayas visto.

El protagonista, Rollie Tyler es un especialista de los efectos especiales. Quizás estaría entre los tres mejores de su especialidad. O dos… Y lo vemos en acción desde el final de la primera escena, cuando un gánster acribilla a todo quisqui en un restaurante, creo recordar que por un ataque de cuernos porque se cepilla también a su ex. Esta escena sigue en una secuencia que nos desvela que esa escabechina forma parte del rodaje de una película. A su término todos aplaudirán y felicitarán a Rollie, por su gran trabajo y el realismo que sus efectos han dado a la escena: cuando el matón aprieta el gatillo agujerea a todo bicho viviente dentro del restaurante. Los disparos y sus impactos son el trabajo de Rollie, y la verdad es que están bastante logrados.

Al terminar la grabación todo ha salido OK y dan el día libre a todos los del equipo: actores, técnicos… y ahí veremos, entre bambalinas, que el director de los efectos especiales está liado con la protagonista. Y en medio de las presentaciones aparecerá un productor que quiere contratar a nuestro protagonista para una peli. Intercambio de tarjetas y hasta mañana. El resto de la tarde, y de la noche, tengo una cita con mi novia y no vamos a salir de la cama. Eso no lo dice, pero lo hace y lo vemos.

El productor se presenta por la mañana en su estudio

Entra y lo primero que hace es pegarse un susto de muerte porque Rollie tiene un monstruo en la entrada, uno de sus pelis. De hecho tiene el estudio plagado de marionetas y muñecos.

Todo manga por hombro. Vemos una botella de lavavajillas en la misma mesa en la que se supone que los tortolitos celebraron una cena romántica. Platos de la cena sin recoger, copas de vino, la botella y el lavavajillas. Esto es solo un ejemplo del caos que tiene en la casa. Si en vez de seguir con la mirada a los personajes te fijas en lo que tiene por medio te volverás loco. ¿Hay gente que puede vivir en semejante pocilga? La pena es que sí…

Se pira la novia y sube el productor que resulta no ser tal. Pertenece al Departamento de Justicia y viene a ofrecer una suma de dinero más que apetitosa a cambio de sus servicios como especialista.

Estos serán colaborar con la Justicia para fingir la muerte de un gánster que se ha acogido al programa de protección de testigos.

Tiene que elaborar un plan para que, a vista de los clientes de un restaurante, parezca que muere acribillado a balazos. De este modo los demás gánsteres le darán por muerto. A él le cambiarán de identidad y vivirá protegido por el FBI mientras delata a sus compañeros y se sale de rositas.

Si bien al principio Rollie se niega a colaborar, firme en sus principios, porque es contrario a la protección de testigos precisamente, como bien dice, porque pueden pasarse toda la vida siendo criminales y al final, cuando se ven en la cárcel o enterrados vivos, sin mediar arrepentimiento alguno, reciben protección por parte del Estado. Pero poderoso caballero es Don Dinero… El caso es que terminará cambiando de postura y metiéndose un fajo de billetes en el bolsillo.

La magia de esta peli será que no vemos cosas que se sobreentienden. Vemos al especialista preparando el material que usará para dar vida a la ficción. De este modo veremos cómo elabora el molde de escayola del busto del gánster, para preparar máscaras. Lo mismo le vemos preparar una especie de chaleco antibalas, de escayola, o de algún producto especial para poderle instalar los sensores de control remoto para detonar los falsos disparos y fingir balazos y charcos de sangre.

Lo que nadie había explicado al especialista es que el gánster lleva un marcapasos, cosa delicada al funcionar todo el mecanismo mediante descargas eléctricas.

Su trabajo lo hace a medias entre su estudio y una furgoneta que usa para llevarla a los rodajes de películas, es el sitio en el que maquilla y prepara todos los efectos especiales de las películas.

Cuando todo está listo para el falso asesinato los miembros del Departamento de Justicia le pedirán que sea él quien apriete el gatillo porque es quien mejor sabe cómo funciona el mecanismo que ha ideado y eso hará que sea mas realista el asesinato. Vuelve a bajar la cabeza con otro fajo de billetes y ahí lo tenemos con sombrero, gabardina y un bigote postizo. Prepara su disfraz mientras se pone nervioso porque el agente que lo ha contratado no hace más que jugar con el revólver y teme una bala perdida…

Llega al restaurante y acribilla al gánster ante las miradas atónitas de todos los presentes.

Pero lo mata de verdad. Las balas no eran de fogueo sino reales.

A pesar de que él es el responsable del mecanismo y de haber sido él quien ha cargado el revólver con balas de fogueo. No ha podido ser otro que Martin Lipton, el que se había hecho pasar por productor. Y aquí empieza de verdad la película. Cuando comprenda que ha sido utilizado para convertirse en un prófugo sospechoso de asesinato. Y de haber asesinado, ni más ni menos, que a un gánster cuyas confesiones podrían llevar a la cárcel a muchos colegas suyos… Es más, le han cargado con el marrón de ser la cabeza de turco y a quien echar la culpa del asesinato. Para poner a la poli y a la mafia en su contra.

Y la poli entrará en acción. El teniente McCarthy tomará las riendas de la investigación policial y, tras una primera entrevista con Edward Mason sabrá que hay gato encerrado.

Su trayectoria como poli le hace pensar que Mason, el jefazo del Departamento de Justicia, el que ha orquestado toda la operación, aunque de esto nada sabe el policía, se guarda algún as en la manga o, sencillamente: miente.

Mason tiene que hacer desaparecer a Tyler o será él quien se meta en un buen lío. Y Tyler, que huye, sabe que le están buscando pero no alcanzará a comprender el calado del asunto hasta que vuelva a visitar a su novia, la actriz, y vea cómo la asesinan con un disparo de francotirador a través de su ventana.

Es más, en un momento dado, Tyler pedirá auxilio a Mason, en la creencia de que Lipton podría estar metido en algo y ser el único responsable de lo que está sucediendo. Mason parecerá querer enviarle socorro pero lo que envía son unos matones.

Me encanta una escena que termina en persecución con un coche estrellado contra un muro lleno de carteles de Acorralado.

A partir de aquí huirá hacia delante.

Huelga decir que voy a comentar cosas de la peli que, si la vais a ver y no la conocíais de antes, mejor parad de leer porque se avecina spoiler.

Tyler no tiene su furgoneta porque Lipton se ha encargado de que se la lleve la grúa. En ella tiene todo su arsenal de efectos especiales, por lo que tendrá que recuperarla. Para ello llamará a su empleada Andy, con cuya ayuda pretende recuperar la furgoneta, pero para ello tendrá que meterla en el fregado y exponer su vida.

Al principio no se lo toma muy bien, como es de recibo. Pero luego, una vez que la lían parda para recuperar el vehículo ella se irá metiendo en el papel y ganando protagonismo.

Nuestro protagonista no puede enfrentarse al Departamento de Estado, ni a los mafiosos. No tiene las armas ni la formación para luchar en su terreno. Pero sí tiene el valor para dejar de huir y convertirse en perseguidor, sobre todo cuando haga un descubrimiento que hará que le hierva la sangre: DeFranco no está muerto. No lo mató. Lo único cierto de su muerte, o del simulacro de su muerte, fue que le usaron para simular esa muerte. Después lo persiguen y acosan, no a de DeFranco, me refiero a Tyler, para dar credibilidad al asesinato de cara a la mafia. Por eso quieren darle caza.

Será entonces cuando Tyler deje de huir de sus perseguidores y se decida a ir él de cacería. Para ello sacará todo el ingenio que lleva dentro y se las arreglará para usar ese arsenal de efectos especiales que os decía que tenía en la furgoneta.

Y eso será precisamente lo más curios y entretenido de esta peli. Y será lo que termine de dar sentido pleno a la cinta: no luchará de tú a tú contra todos, sino que fingirá luchar engañando a todos con sus efectos especiales pues para eso estaba contratado.

Entre medias veremos la investigación del detective McCarthy que irá, pasito a pasito, juntando todas las pistas para ir esclareciendo un asunto que intuye pero no termina de ver. El monstruo ese que tenía Tyler en la entrada de su casa servirá para poner a McCarthy sobre su pista, lo que no sabremos ni os diré es si para protegerle o para encerrarle. Lo único es que el mafioso tiene un patrón de disparos en su cuerpo que el detective verá en el monstruo, y esas marcas serán clave para el futuro de la peli.

Hay dos cosas que me recuerdan a otra película, de 1993: El último gran héroe. El comisario negro, malhumorado y que saca del caso al poli bueno y la colección de ojos postizos, de pega, que nos muestra el protagonista en algún momento de la peli.

Y, para terminar, un detalle genial.

Para que los más jóvenes entendáis cuánto ha cambiado desde que nosotros éramos como vosotros. Y yo soy del 74, de hecho cumplí 48 años el pasado 14 de noviembre. Y por «éramos como vosotros» me refiero a cuando teníamos vuestra edad. Hoy en día todos tenemos, por lo menos, un móvil. Y si en algún momento tenemos que ponernos en contacto con alguien, incluso con la poli, podemos llamar desde donde estemos. Y podemos hacer una videoconferencia, o compartir nuestra ubicación y/o enviar archivos de imagen. En la peli vemos varias veces que alguno de los personajes tiene que hablar con otro. Y vemos cómo se las ingenian para buscar una cabina de teléfono.

Llegamos a ver, incluso, cómo un personaje será testigo de algo que tiene que poner en conocimiento de otro personaje. Para ello, en vez de sacar el móvil, veremos que abandona la escena del hecho o sitio que tiene que compartir con esa otra persona. Se sube al coche, se va en busca de una cabina, mete sus moneditas y llama por teléfono, comparte la información, cuelga, se vuelve a subir al coche y vuelve al lugar de la escena. Eso sería impensable en nuestros días, pero antaño era el pan nuestro de cada día. Íbamos con 15 pesetas en el bolsillo por si necesitabas hacer una llamada urgente.

El director es Robert Mandel. Un completo desconocido. Aunque casi se me salió el corazón cuando vi en Wikipedia que dirigió Indipendence Day. Claro que luego vi la fecha y vi que hacía referencia a una de 1983, no a la de 1996 de Roland Emmerich, el director de Midway, también.

No me resisto a terminar este comentario, que habréis visto que dejo son contaros el final, por que merece la pena que lo veáis, sin dejaros algunos enlaces a películas que, en mayor o menor medida, han contribuido al desarrollo de…

Efectos especiales en el fancine

Luego hay otras que mejor no mencionar, aunque unas sean para bien, como 

Los caballeros de la mesa cuadrada, de 1971, que sustituye a caballos por cocos y la maravillosa escena del misil que acaba con un helicóptero en la peli de 1985: El guerrero americano.

Ver F/X 2 en el fancine.

Otras películas

Ir al contenido