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Vencer o morir

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Vencer o morir dignifica el cine francés.

No soy el meyor, ni el mejor, fan del cine francés. Aunque lleve dos pelis francesas consecutivas, pues la anterior que comenté fue Los tres mosqueteros: D’Artagnan.

Y hace justo ahora un año, en septiembre de 2022, comenté Delicioso. Una peli que, en si misma estaba muy bien, y tenía una bella fotografía pero pecaba de lo que peca la opinión pública del siglo XXI: tolerancia hacia las dictaduras. Tolerancia hacia los tiranos. Digo «tolerancia«, pero quiero decir, tolerancia y sometimiento. Así está nuesta vieja Europa. Rendida a todo lo que rezume tiranía. Pues en esa peli coquetean con las bondades de la revolución que viene a traernos la Libertad. Lo que no vemos en esa peli es que traían su libertad y la manera de imponerla era la guillotina.

Vencer o morir, de Puy du Fou, cambia mi percepción del cine francés

Hasta la fecha ha sido un cine que me causaba rechazo. El actual y contemporáneo, no hablo del cine francés de los 80s y de antes de los 70s. El que se hace a partir de 2000 es el que me satura: ver a sus actores sobreactuando, gesticulando en demasía y haciendo un humor sin gracia. Por no mencionar una tasa woke que terminó por hacerme sentir mal en frente de la pantalla y dejar de ver su cine. De la tele, por lo general, porque raro es que vaya al cine para ver una peli francesa. Por todo lo anterior.

Pero esta vez sí he ido al cine, por cortesía de mi amigo Chema, que me ha sacado de casa para invitarme a ver la película.

He de deciros que desde el minuto 1 de la película los de Puy du Fou me habían ganado para su causa. Y su causa no es que me agrade o no su película. No. Su causa es la recuperación de la historia de Europa. Y con películas como esta van por buen camino.

Permitidme que divague antes de entrar en materia. Los que me leáis desde 2008 sabréis que me gusta contextualizar las películas, no sólo comentarlas. Y esta peli tiene miga. Espero saberme explicar y que los lectores franceses, o los de Puy du Fou, que se pasen por el fancine, entiendan mis palabras.

Para empezar…

Europa tiene que superar sus diferencias

Empezando por mi mismo.

Y antes de sumergirme en el propio cine.

No toca vivir del pasado que nos enfrentó entre nosotros. Toca comprender que nos enfrentamos a un reto supranacional del que saldremos unidos, o no saldremos.

La pérdida de identidad

Conlleva la pérdida de nuestros valores. De nuestra cultura. La pérdida de nuestras tradiciones y la pérdida de todo cuanto nos hizo libres y nos permitió sentirnos orgullosos de ser europeos. Tradiciones, fiestas, arquitectura, Artes y demás manifestación de nuestras liebrtades.

Lo conseguimos con la sangre derramada de nuestros predecesores. Ellos dibujaron y borraron fronteras. Seleccionaron idiomas nacionales que nos permitieran comunicarnos. Nos dieron una fe, una cultura, y tras mucho pelear entre nosotros, nos dieron la paz y la prosperidad. Nuestra generación lo está tirando a la basura porque no comprendemos el precio que pagaron los europeos que nos precedieron. Y porque no parece que estemos dispuestos a pagar ningún precio por salvaguardar Europa, como tal: la suma de sus naciones y, lo que es más importante, de sus gentes. Sin comprender que si no queremos pagar un precio por conservarlo, el precio final será perderlo todo.

Me aplico el cuento yo mismo.

Lectores franceses, sobre todo los que me leáis desde la marca Puy du Fou… leedme hasta el final. Y superad lo que os tengo que decir al principio para comprender lo que os terminaré diciendo al final. Y no me refiero a la rama española de la marca, sino a la esencial y primigenia francesa.

Legado francés en España

Hasta la fecha no podía sentir mayor desprecio hacia Francia. Por su ocupación de España y por el reguero de sangre que dejaron a su paso. Sangre, odio, desprecio, violaciones, robos y vete tú a saber qué más fechorías harían en nombre de la Francia Imperial.

Ahora hago un alto.

Al ver Vencer o morir he comprendido que, de aquellos polvos vienen estos lodos. Pues Napoleón es el resultado de la Revolución francesa. Sin la segunda el primero no habría sido emperador. Es decir, que los responsables de bañar de sangre España fueron los herederos de la revolución que bañó de sangre la Vendée.

Y fue justo ahí, en la sala de cine, viendo esta película que comprendí que los muertos franceses de la Vendée murieron como los españoles. A manos de la República los primeros y del ejército imperial francés, o napoleónico, los segundos. Esos vandianos católicos que murieron por su fe, por su tierra, por su libertad y por su rey. Nuestros compatriotas cayeron igual, sometidos al terror. Es decir, que Napoleón hizo que esa revolución y ese liberalismo político, radical y anticlerical, terrorista y sediento de sangre llegara a España.

Es este punto el que me hizo sentir piedad por las víctimas de la Vendée. Y me hizo sentirme identificado con ellos. Esto no lo había hecho antes. Por obra y Arte de Puy du Fou. Quizás tarde, pero al final he comprendido que para que la tiranía napoleónica llegara a España y asolara nuestra tierra las primeras víctimas fueron los propios franceses.

La Revolución francesa fue una Dictadura Popular

Libertad, Igualdad y Fraternidad… ¡o muerte!

El mundo entero proclama el lema como paradigma de la solidaridad humana. Como epítome de la Justicia, cuando si algo faltó entonces fue precisamente eso: Justicia.

Hoy en día se habla de la Revolución fancesa y todo el mundo sonríe y piensa en las mocitas y en los mocitos cantarines de Los miserables. Y miserables eran, desde luego. Cuánto daño hizo Victor Hugo con su novelita. El mismo que la peli de 2012. Dando carta de naturalidad a la sublevación popular. Al asesinato de quien no piensa como los sublevados.

La guillotina es el símbolo de la Revolución francesa

Que es muy bonito proclamar Libertad, Igualdad y Fraternidad pero pasar por la guillotina a quien no abrace a la Dictadura del pueblo, y exterminar a quien se opusiera, o sencillamente discrepara… Esa actitud intolerante y dictatorial tira por tierra el lemita.

  • ¿Libertad? Mentira. Si no estabas con la revolución te asesinaban, sin juicio y sin defensa posible
  • ¿Igualdad? Mentira. Solo si puedes ser diferente tiene sentido la igualdad, en la Libertad de elección, si la primera falta la segunda vela por su ausencia
  • ¿Fraternidad? Mentira. Porque cortarle la cabeza al que no piense como yo pienso… poco tiene de fraternal, que yo sepa

La Revolución francesa nació para destruir un sistemas sociale y para someter al pueblo engañado, y convertir una monarquía en una república, que impuesta por la fuerza responde al nombre de dictadura. Popular, pero dictadura.

No hay más que ver la peli, o leer El primer naufragio, de Pedro J. Ramírez, para ponerte a temblar. Asambleas populares; la voluntad del pueblo, Justicia popular… Cuando todo se somete, se refugia y se justifica en lo «popular» mal vamos.

La guerra de la Vendée

Llegamos a la película.

Y a La guerra de la Vendée. Por fin. Todo este rodeo para deciros que Vencer o morir me ha acercado a Francia, y a los franceses, más de lo que jamás había estado antes. Porque las primeras víctimas de esa sucesión de tiranía francesa fueron, precisamente, sus compatriotas.

Y eso vemos en la película.

El esfuerzo sobrehumano de una región francesa que se negaba a someterse a los contravalores revolucionarios. Católicos y monárquicos que vivían en paz y con felicidad a quienes de la noche a la mañana, como al resto de los franceses, les quisieron quemar la cruz y cortar la cabeza a su Rey. Bueno, quemaron la cruz y decapitaron al monarca. Para que veais que no tuvieron libertad para mantener su identidad. No tuvieron igualdad para poder decidir y la fraternidad la conocieron en las fosas comunes, que llenaron entre amigos, vecinos y familiares.

Porque esos son los verdaderos protagonistas de esta película…

Vencer o morir

Amigos, vecinos y familiares.

Esos fueron los que se echaron a la calle para defender su tierra. Porque el ejército estaba sometido a la dictadura de la República. Con sangre fría, repletos de odio. Superion que una región no acataba la República y allí mandaron al ejército.

Un ejército republicano que incluía soldados reclutados por sorteo. La verdadera profesionalización vendrá después, con Napoleón y su Grand Armee. Como os expliqué en Waterloo. Dicho sea de paso, se avecina película de Napoleón y me da miedo ir a verla porque harán del dictador un héroe… o eso me temo.

Ejército revolucionario francés

No daban puntada sin hilo. Es decir, que no había margen para las casualidades. Que sortearan soldaditos para mandarlos al frente, para ser «carne de cañón» como vemos en la peli, no es casualidad. De hecho los primeros en engrosar esas filas de soldados para mandarlos a morir, y no sólo a la Vendée, sino a cualquier frente y a cualquier frontera, fueron burgueses, y sobre todo a sus hijos. Para enviar a la muerte a quienes podrían oponerse a la Revolución. No les cortaron el cuello en las guillotinas, pero los enviaron a morir a los campos de batalla.

Así empieza la peli. Reclutando por la fuerza a soldados para frenar el ímpetu de los vandeanos. Todavía sin ejército. Pero dispuestos a no acatar el cambio de régimen y a no someterse a la República.

Cuando ven que los dictadores les piensan enviar a su ejército, desde París, deciden organizarse y prepararse para resistir.

Ahí entra el protagonista de la película.

Athanase Charette de la Contrie

Marino de guerra retirado. Había participado en dos frentes de la Guerra de Independencia estadounidense y, tras la emancipación, siguió sirviendo en otros frentes y en otros mares. Hasta que se licenció y se volvió a su Vendée.

Si bien era de buena familia, ésta nunca destacó ni estuvo entre las más renombradas de la nobleza francesa. Cuando se casó y se mudó a un castillo recién heredado se lió la marimorena y sus conciudadanos, sabedores de que ha guerreado en distintos frentes, acudirán a sus posesiones para pedirle que lidere el ejército popular que hará frente al Ejército Revolucionario Francés.

Un hombre que luchó por su Patria, por su Fe y por su Rey. Aunque le cortaron la cabeza, y después hasta se expuso a una rebelión entre sus seguidores cuando pareció flaquear frente a la Repíublica, aunque lo hacía, en secreto, era velar por rescatar a un posible heredero al trono de Francia.

Lo de Ejército Popular es un decir

Aldeanos, labradores, ganaderos y agricultores.

Ese es el ejército que acude a su casa para pedirle que les lidere. Cosa que le provocará algunas reticencias. Sabe que no tienen nada que hacer para oponerse a un ejército que, quitando a los que

alistan a las fuerza y por sorteo, no deja de estar preparado. Tendrán que luchar con guadañas y hoces contra mosquetes con bayoneta, espadas y fuego de artillería. Mujeres, ancianos y niños contra soldados jóvenes y lozanos. Tendrán que proteger sus granjas, sus hogares y sus cultivos y ganados, de soldados, en su mayoría adoctrinados y obligados no sólo a guerrear, que es lo suyo. Dispuestos a aniquilar, arrasar, quemar, robar y violar. Matarían a todos los hombres, arrasarían con todo cuanto pudieran robar para comer y para violar a mujeres y niñas. Eso era la República.

Y contra ese ejército habría que oponer al pueblo mal armado.

Casi como en época del despotismo ilustrado, solo que sin Ilustración que valga, sólo despotismo.

En nombre del pueblo, pero contra el pueblo

Pero había factores clásicos en este tipo de contiendas. Por un lado los lugareños se conocían la región como la palma de su mano. Por otro lado se lo jugaban todo. Por lo que nada tenían que perder si abrazaban la causa y se hacían a la guerra.

Esto les sirvió durante algún tiempo. Primero cuando cogieron por sorpresa a los soldados, porque no esperaban una defensa férrea. Y segundo cuando optaron por el formato guerrilla. Escondidos, agazapados, ataques esporádicos, de máxima efectividad y retirada rápida. Es la única manera de hacer frente a un ejército pertrechado y armado de pies a cabeza. Sobre todo cuando quien se enfrenta a ese ejército es un puñado de aldeanos armados de buena fe.

Sobre todo de eso…

Buena fe

Porque luchaban por todo lo terrenal, pero también por lo trascendental.

La República era atea y negaba la libertad de culto. Por lo que los vandeanos luchaban también para poder seguir siendo creyentes y católicos. Cosa por la que se fusilaban franceses en toda Francia.

El resto, mal que pese, es puro romanticismo. Una huída hacia delante intentando lastimar sin ser lastimado. Porque los soldados que morían podían ser reemplazados, pero no había más aldeanos que los que le servían. Es como aquello de «no hay más cera que la que arde«, pero con aldeanos. Que ardían, por cierto, con las teas que empuñaban los soldados que, si no recuerdo mal el dato que dan en la película, pertenecieron a doce columnas cuya misión consistía exclusivamente en quemar todo.

Y por «quemar todo» me refiero a todo.

Campos de cultivo, granjas con el ganado dentro, granjeros, curas, iglesias, feligreses… todo cuanto se les interpusiera en el camino tenía que arder. Y todo en nombre de la Libertad, de la Igualdad y de la Fraternidad.

Gracias Puy du Fou

Por este peliculón. Que he escuchado en una entrevista, o tertulia sobre la peli, que nació para ser un documental pero se os fue de las manos y terminasteis convirtiéndolo en película. Gracias por rescatar este pedazo de vuestra Historia, la de Francia. De la Francia que sucumbió a la tiranía republicana. Una Historia incómoda de contar, que por descontado no se enseña en los colegios de la República. Porque no es estética. Porque no es buenista. Y porque tira por tierra la versión super guay que dice que la Revolución frnacesa fue pacífica y justa.

Y gracias Hugo Becker y compañía

Porque habéis dado credibilidad a vuestros personajes.

Sin sobre actuar. Sin extravagancias y con sobriedad. Habéis hecho cine del bueno y por una buena causa. Muy buena actuación y felicidades por doblarte a ti mismo en castellano para aportar tu carácter y tu personalidad al personaje.

¿Cómo poner 200.000 muertos en los libros de texto?

Pues lo obvian. Y vais vosotros y lo rescatais. Y os rodeais de un equipo de profesionales como la copa de un pino y hacéis una peli que da mil vueltas a todas las películas buenistas francesas de los últimos años. Sin inclusión forzada, sin desvirtuar la Historia. Sin manipularla. Tan solo reflejándola y regalándonosla.

Hacen falta muchas más películas así.

Creo haber escuchado al director de Puy du Fou España mencionando una película de Blas de Lezo. Dios le oiga. Y fijaros en un detalle: siempre habría preferido que no se hiciera, para que no pervirtieran al personaje ni lo mancillaran, como ocurrió con los héroes de Baler en la infame 1898: Los últimos de Filipinas.

Pero de vosotros, visto lo visto, sí me fío. Y estoy deseando asistir al hipotético estreno del biopic de nuestro gran héroe, tanto como he disfrutado viendo Vencer o morir. Película distribuida en España por Bosco Films.

Como os decía al principio… los europeos tenemos que aparcar nuestras diferencias y hermanarnos por el bien de Europa y de nuestro futuro.

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