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Un cadáver a los postres

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Un cadáver a los postres

Título: Un cadáver a los postres
Título original: Murder by death
Director: Robert Moore
Guión: Neil Simon
Producción: Columbia Pictures, Ray Stark
Nacionalidad: USA
Año: 1976
Duración: 94′
Música: David Grusin
Fotografía: David M. Walsh
Montaje: Margaret Booth
Vestuario: Ann Roth
Productora: Rastar
Distribuidora: Columbia Tri Pictures
 

Ficha artística

Peter Sellers – Inspector Sidney Wang
David Niven – Dick
Maggie Smith – Dora Charleston
James Coco – Milo Perrier
Peter Falk – Sam Diamond
Elsa Lanchester – Jessica Marbles
Truman Capote – Lionel Twain
Alec Guinness – Jameseñor Bensonseñora
James Cromwell – Marcel Cassette
 
Hoy no tenía previsto comentar esta película. No tenía previsto comentar ninguna, la verdad. Pero se echó la noche y me senté para ver una peli. Por inercia, pensando en mi padre (hoy es el Día del Padre) con un nudo en la garganta elegí ésta.

Un cadáver a los postres

Porque sería la típica peli que me habría visto con él sentados en una noche como esta.
 
Una de guerra… o una comedia. Esta estaba entre sus favoritas, junto con La vida de BrianLa vaquillaUno, dos, tres y El jovencito Frankenstein. Estos eran sus géneros favoritos, sin olvidar el Western, y en buena medida mantengo vivos sus gustos, compartiéndolos.
 
Existe otra comedia, La venganza de Don Mendo, que a él le gustaba por encima de todas las demás. Tardé en incorporarla a el fancine. No me costó comentarla, lo duro fue reuinir las fuerzas para enfrentarme a ella en solitario.
 
Por eso os digo que hoy habría sido una noche para ver una comedia. En concreto ésta. Cuyos diálogos íbamos recitando de memoria entre carcajadas, como la de Don Mendo.
 
Dejo de aburriros con mis batallitas y entro en materia.

Una comedia fabulosa

Se trata de una película fascinante en dos sentidos.
 
Primero como comedia. De verdad, si no la habéis visto tenéis que hacerlo. Es una sobredosis de buen humor y diversión. Ya os digo que más de una vez tendréis que rebobinar para volver a escuchar algo que no habréis oído entre risas.
 
Pero también es fascinante como cine negro. Como cine negro… o como parodia. Perdón, sirve como parodia pero, entre risa y risa proyecta la mejor y más descarnada crítica al género que haya escrito jamás un crítico literario o cinematográfico.

Trama y tema

Empezaré por plantearos su trama y después seguiré por el tema del cine negro.

Trama: investigar un crimen

Truman Capote (al que años más tarde encarnó Phillip Seymour Hoffman en Truman Capote) interpreta a un millonario «rarito» llamado Lionel Twain.
 
No he conocido (hasta la fecha) a ningún Lionel que no sea rarito. Sin que sepamos /todavía) por qué, cursará una invitación a un puñado de invitados que, a la postre, resultarán ser los detectives privados más afamados del universo de la novela negra, pero con otros nombres.
 
Los reune sin un propósito inicial, pero poco a poco, conforme avance la trama iremos viendo cómo sí existía tal propósito, para su regocijo. Reunir a todos (los detectives) y proponerles un juego: resolver un asesinato que se producirá esa misma noche al término de la cena.
 
Él compra la baraja, él baraja las cartas, las reparte, pone las normas del juego y da un paso atrás para ver cómo juegan sus respectivas manos los detectives.
 
Pero…
 
¿Por qué una crítica?

Tema: critica la novela negra, y el cine negro

Porque en su amor a la novela negra denuncia su odio a las trampas que se inventan los autores.
 
Ya os hablé un día de estas trampas. Sobre todo del pacto entre el escritor de una novela negra y su lector. Lo hice cuando comenté Una muerte improvisada, de Juan Solo.
 
Se trata de un género que me apasionó durante unos cuantos años pero que había abandonado por cansancio. Hasta que leí a Juan Solo y él me reconcilió con este tipo de novelas. Entonces os dije que él había reinventado el género y de verdad sigo pensándolo. Precisamente por este pacto al que hacía mención antes.
El pacto entre el escritor de novela negra y sus lectores
El pacto es el siguiente: El escritor de una novela negra (o guionista de una película de cine negro) escribe un guión, que es un reto. Un reto para el lector/espectador quien tendrá que resolver el misterio antes de que lo resuelva el protagonista. Para ello usará las pistas que siembra el autor/guionista a lo largo de la obra. Y tendrá que resolver el crimen por sí solo.
 
Este es el reto: te planteo un problema y antes de darte la solución me la tienes que dar tú.
 
Pero para que este reto funcione tiene que haber un pacto. O un compromiso por parte del autor/guionista: las pistas tienen que conducir a un personaje que haya aparecido a lo largo de la obra. No vale sacarse un asesino en el último capítulo. Ni manipular la novela/película para distorsionar descaradamente a un personaje para que resulte ser el malo y nos sintamos engañados.

No

El buen escritor lo es cuando pone todas las piezas del puzzle encima de la mesa y da un paso atrás para que el lector, en el plazo de tantas páginas como tenga la novela (o minutos la película) lo reconstruya para ver el rostro del asesino. Entonces, si no ha sido capaz de hacerlo, al final el autor se reserva el gustazo de restregarnos las pruebas que no hemos sabido ver o entrever para terminar dándonos un guantazo con la resolución.
 
Si al terminar una novela/peli del género no has podido anticiparte, tienes que quedarte con el regustillo (malo) de pensar: era él, y no lo había visto venir. Pero para que esto suceda tendrá que haber un caminito de pistas que hayas podido ir recogiendo para encontrar tú solo la respuesta. Y, si no lo logras, ahí entra parte de ese pacto porque entonces el autor da un paso al frente y tú lo das atrás. Él retoma la narración de la obra y nos da la respuesta que tuvimos delante de nosotros y no supimos ver.
 
Entonces nos toca callar y aguantar el chaparrón según el Sherlock Holmes de turno nos rebobina la acción para ir recopilando una por una las pistas. A modo de exposición de cara al público. Tú vas diciendo «esta la ví» o «esta se me escapó«. Si lograste adivinarlo, te ríes (cariñosamente) del autor. Si no, el autor se reirá de tí, en tu cara.

Mi comentario de la peli

Pues bien, dicho todo esto, retomo la crítica que vemos en Un cadáver a los postres. Lionel Twain ha reunido a estos detectives para denunciar las trampas del género. Para decirles que está harto de consumir novela negra y sentirse engañado cuando aparece un nuevo personaje en las cinco últimas páginas y resulta ser el asesino.
 
Por eso los reúne a todos…
 
Porque los retará a resolver un crimen que está todavía por cometerse e implicará el asesinato de uno de los presentes en la cena.
 
Hasta aquí la trama.

Personajes

Permitidme que os presente a los protagonistas, amén del propio Lionel.
 
Irán apareciendo escalonadamente, por parejas.

Empiezo por Jameseñor Bensonseñora

El mayordomo ciego interpretado por Alec Guinnes (el mismísimo Obi-Wan Kenobi de La guerra de las galaxias). Un mayordomo, insisto, «ciego» que hará las veces de tal y también de aparcacoches. Él irá recibiendo a las parejas una por una y antes de saltar a la siguiente las acompañará hasta sus respectivas alcobas.
 
En este intervalo breve: de la puerta a su habitación, tendremos tiempo suficiente para descubrir quién es el detective y gozar de sus primeras pinceladas de talento investigador. Bensonseñora servirá de catalizador para que los conozcamos a todos y vertebremos toda la obra, escena por escena.
 
Cada detective vendrá acompañado por otra persona. Empezamos por.

Dick y Dora Charleston

Son la parodia de los detectives Nick Y Nora Charles, de Dashiell Hammet (luego volveremos a leer este nombre), escritos para la novela El hombre delgado. De esta obra (y de sus posteriores secuelas cinematográficas) saldrán estos dos personajes y su perro. A modo, ya lo dije, de parodia de los originales.
 
Son dos tipos con gran clase y muy sofisticados que juzgarán y prejuzgarán todo y a todos conforme vayan apareciendo nuevos personajes.
 
Aclarar que antes de cruzarse por la mansión los veremos fugazmente conduciendo hasta ésta.

Sidney Wang y Willie Wang

Los siguientes son el inspector chino Sidney Wang (parodiando a Charlie Chan por Earl Derr Biggers e interpretado por, nada más y nada menos que, el inmortal Peter Sellers (fallecido en 1980)) y su hijo japonés Willie Wang.
 
Sí, chino y japonés… no me he confundido. Para saber de qué os hablo mejor lo veis en la peli porque yo me parto de risa y no puedo seguir si me meto a dar esas explicaciones.
 
Deciros que todos los coprotagonistas (inspectores y detectives) se tendrán en tan alta estima como alto será su desprecio por quienes los acompañan. Y el desprecio del padre chino al hijo japonés no será menor al del resto de parejas.

Milo Perrier y Marcel Cassette

Uno de los más reconocibles será Milo Perrier (James Coco) parodiando al celebérrimo Hércules Poirot de Agatha Christie. Su chófer, secretario y acompañante será Marcel Cassette (James Cromwell) que hará de Arthur Hastings que viene a ser lo mismo que el Dr. Watson para Sherlock Holmes.
 
Poirot es un detective belga y Perrier será francés. Como os decía, se trata de una mala copia del original que se muere por la comida, la bebida y como buen gabacho siempre tiene que tener razón en todo.
 
Vuelvo ahora con Dashiell Hammett…

Sam Diamond y Tess Skeffinggton

O mejor dicho, con Sam Diamond (Peter Falk), parodiando a Sam Spade, el de El halcón maltés. La versión más tosca y grotesca de un detective americano que escupe las palabras conforme las siente, sin pararse a pensar a quién puede lastimar. Un tipo tan sagaz como despreciable que trata a su amante y secretaria cual despojo humano. En los días que vivimos tendría la censura encima cada vez que osara abrir la boca.
 
Su secretaria merece mención a parte. Una mujer sumisa que se deja pisotear por el detestable Sam. Ella es Tess Skeffington, (Eileen Brennan), que parodia a Effie Perine, que en realidad es la secretaria del Sam original, Sam Spade.
 
Hecha su presentación deciros que no tiene desperdicio cada uno de sus comentarios a lo largo de toda la película. Casi siempre como reacción a alguna ordinariez por parte de su amado Sam. Menuda joyita se ha echado por novio.

Jessica Marbles y su enfermera

Si Sam Spade es un clásico de la novela negra qué deciros de Miss Marple, parodiada aquí por Jessica Marbles (Elsa Lanchester). Su entrada en escena es genial, apareciendo con su enfermera. Todos asumirán que la enfermera es Mis Marbles y viceversa, pero no, ella es quien cuida de su propia enfermera porque ésta está viejecita. No os perdáis a la enfermera porque será la parte escatológica de la peli y siempre aportará unas risas.
 
Hechas todas las presentaciones comentar tan solo que Lionel Twain pondrá 1.000.000 de dólares a disposición de quien logre resolver el misterioso asesinato que todavía no se ha producido.
 
A partir de aquí veremos a los personajes entrar y salir del comedor huyendo de la muerte que les pisará los talones y sucediéndose escenas inconexas carentes de toda lógica en las que todos y cada uno de ellos serán sospechosos del asesinato por llegar y potenciales víctimas al mismo tiempo.
 
Se rematará el reparto con la aparición de una cocinera sordomuda que protagonizará grandes escenas con el mayordomo ciego en un eterno diálogo silencioso en el que sólo él habla y ella no entiende nada.
 
De hecho todos coquetearán con la muerte y todos protagonizarán escenas comprometidas e incómodas que los personajes solventarán haciendo de tripas corazón mientras nosotros, los espectadores, reiremos sin parar.

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