Ficha técnica de La venganza de Don Mendo
Título original: La venganza de Don Mendo
Guion: Fernando Fernán Gómez (Pedro Muñoz Seca – La venganza de Don Mendo)
Producción: Fernando Carballo, José Luis González
Nacionalidad: España
Fotografía: José F. Aguayo
Ficha técnica
3 años hace ya que me falta mi padre
- Mi padre, «un Pedro«, nació el 24 de noviembre de 1936…
- El «otro Pedro» murió 4 días después…, en fecha 28
- Murió no, pues «lo murieron«
- El «un Pedro«, que es mi padre, nació en Madrid
- El «otro Pedro«, lo fallecieron en los alrededores de la misma capital
- En inmejorable y pía compañía: en Paracuellos del Jarama. Rodeado por otros 6000 culpables del doble delito de ser monárquicos y católicos a la vez ¡Pardiez!
- Que fue arrestado y arrastrado por anarcosindicalistas en Barcelona y trasladado hasta Madrid para morir a manos de la República
Bendita Memoria Histórica
Y no miento, que cayó Don Pedro… y calló
«Podréis quitarme mi hacienda, mi patria e incluso mi vida. Pero hay una cosa que no podréis quitarme: ¡el miedo que tengo ahora mismo!».Pedro Muñoz Seca
Y digo que la honró, sonriendo a la muerte encarnada en República. ¿O era al revés?. Escribiendo un documento en el que moriría hasta el apuntador.
Que fue La venganza de Don Mendo la venganza de Don Pedro…
Estas son las cosas de la Historia de España
«Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros«.Groucho Marx
Desenterrando a los muertos enterraremos a los vivos
Pedro Muñoz Seca creó el astracán
La venganza de Don Mendo es la máxima expresión de dicho género teatral
Fernando Fernán Gómez ya apareció en el fancine en Moros y cristianos
Yo me quedo con esta versión de cine por las decenas de veces que la habré visto. Como decía al principio, riendo con mi padre. Con mi padre, mi madre y mis hermanos. Que verla era silenciar al propio Fernán Gómez entre ripios, rimas y risas.
La penúltima vez que la leí fue al lado de mi padre, convaleciente.
Y fue la única vez que no pude reír haciendo de tripas corazón al término de cada verso para leer el siguiente. No pude ni quise volverla a leer hasta octubre del pasado año, cuando reuní el valor necesario para enfrentarme a Don Mendo en solitario. Y no he vuelto a ver la peli hasta esta noche… cosa que hado terminado conmigo tecleando en el fancine para rendir homenaje al autor, a la obra y a mi padre.
Una astracanada…
Antes apuntaba que La venganza de Don Mendo pertenece a un género literario creado por Pedro Muñoz Seca: el astracán.
Por lo tanto es una astracanada y ésto es una sucesión constante de chistes, bromas y guiños que hace el autor a la audiencia. Incluso rompiendo la 4ª pared para hablar directamente al espectador. Es una obra tan de actualidad que permite una y otra vez que se vuelva a representar y sea siempre salpicada por guiños contemporáneos.
Hasta Mingote…
Una de las mejores adaptaciones fue a manos del también inigualable Mingote y, ¡clamo al cielo que no la tengo! No la tengo, ni la encuentro.
El propio Mingote colaboró dibujando los decorados en una de las adaptaciones de «Don Mendo» hecha por su nieto Alfonso Ussía.
Como os decía, todo en la astracanada fluye en un mismo sentido: hacer reír
El guion y sus diálogos. Los personajes y sus vestuarios. Armas y escudos. Incluso el decorado… Todo es una farsa y dentro de ella el ridículo impera.
Dejadme hacer un único comentario sobre sus diálogos…
Porque me lo pide el cuerpo. Son de plena actualidad. Da igual que se estrenara en 1918 y que yo os hable de ella en 2019. Sus bromas y sus versos forzados (adrede) nos arrancan (a mi por lo menos) la risa.
Y digo «forzados» porque Muñoz Seca no se lo piensa dos veces y, haciendo gala de un uso del lenguaje sin par, tritura, revienta y despieza a la RAE para rimar así tenga que reinventar el idioma.
Sus ripios y juegos de palabras son sencillamente inigualables. Debería ser una lectura obligatoria para todos los que dicen escribir canciones hoy en día, pues fuerzan el lenguaje y las rimas del mismo modo, pero sin gracia ni manejo del idioma.
A partir de aquí os daré unas nociones sobre la obra que espero os despierten vuestro interés por la misma y la veáis. Entiendo que muchos la conoceréis pero si con este comentario se la descubro a uno solo de vosotros… habré empleado bien mi tiempo.
Don Mendo es el marqués de Cabra
Corteja, a escondidas, a Magdalena una bella y virginal dama… Una bella dama. Una bella. A ella. La hija del conde Don Nuño Manso de Jarama.
Veremos entrar en acción a nuestro «héroe» ascendiendo una escala para colarse en la alcoba de la dama por el balcón. Ya desde este inicio comprendemos el carácter de su relación… Y en la presentación comprenderemos que Don Mendo es noble pero carece de recursos. Y los pocos que le quedaban se han esfumado jugando a las Siete y media con el marqués de la Moncada y el gorrón del barón de Bedia.
No le entran buenas cartas ni su pericia las compensa y al final pierde todos sus ahorros sobre el tapete.
Magdalena le ofrece sus joyas para que pueda afrontar su deuda
Pero Don Mendo, temiendo que lo tomaran por chulo en caso de saberse, se opone. Más que nada porque siendo chulo él en peor lugar la dejaría a ella… En medio de esta discusión, ella pidiendo que acepte sus joyas y él haciéndose de rogar, pero ya con ellas a buen recaudo, es cuando aparece otro caballero. Fiel a su amada y presto a defender su honra, Don Mendo se presta a fingir el robo de las joyas para no empeñar ni empañar la virtud de su dama.
Las cosas se torcerán y, efectivamente, Don Nuño, el padre, hace acto de presencia alertado por los aceros forjados y, ahora, cruzados. El amante torna en asaltante. El extraño es el mismo duque de Toro y, al final Don Mendo termina apresado y encarcelado pues rehusará delatar a Magdalena, antes la cárcel.
Y a la cárcel fue mediando su propia amada para recrudecer su castigo para desviar cualquier sospecha sobre ella. La peor parte de la condena será adivinar, antes de caer preso, que la mano de su dama estaba de antemano concertada precisamente con el «cornudo» de Toro.
Don Mendo proclama que salvaje será su venganza
Todo esto en el día del casamiento de su querida dama
Quien pide que empareden a Don Mendo como mejor escarmiento para ladrones.
En verdad para callarle la boca y que no arruine su matrimonio y su futuro. Y emparedan pues a un cadáver anónimo con una mano fuera, como si estuviera mendigando. Todo el que lo viera podría reconocerlo por el anillo de Don Mendo.
¡Don Mendo se ha fugado!
Nadie sabe que está vivo.
Ni siquiera su amigo conoce su paradero.
La vida le trata bien y se convierte en un apuesto trovador. En un rompecorazones. Aquí nos volvíamos a reír, mi padre y yo, pues mencionan el cortejo de Renato (Don Mendo «renacido«) a la duquesa, en Navacerrada.