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Superdetective en Hollywood

Tabla de contenidos

¿Superdetective en Hollywood o Los Cazafantasmas?

Eddie Murphy y Bill Murray. Bill Murray y Eddie Murphy. Mis dos cómicos preferidos en los 80s y en los 90s. Da igual el orden. Me parto de risa con los dos. Lo que más me gustaba, en sus días, de Murray eran esos andares con los que se pasea por una plaza en Cazafantasmas. De Murphy me gusta su risa sarcástica.

De los dos me gusta su desparpajo. Y sobre todo que son dos tipos que siempre representan al bien y no sienten rubor ni vergüenza por defenderlo. Son jetas y caraduras, me figuro que no solo en la pantalla, pero lo son porque alivian cualquier situación de tensión con sus bromas. Ahora bien, os lo advierto: eso funciona en las pelis, cuando estás rodeado de bordes, o de personas conflictivas que buscan el enfretnntamiento de por si, como dejes caer una bromita estás perdido.

Porque, y esto lo he dicho infinidad de veces, el sentido del humor es un síntoma de inteligencia. Y cuando bromeas con un cafre lo normal es que no aguante la broma. Seguramente porque tampoco la habrá entendido, de ahí que se porten como cabestros.

Humor ochentero

Superdetective en Hollywood es una peli de 1984 y supura 80s por los cuatro costados. Persecuciones, disparos, libertad de expresión y gamberradas. La verdad es que en los 2020s no tenemos nada que envidiar a los 80s en materia de persecuciones, disparos y gamberradas. Lo que sí vamos echando en falta es esa libertad de expresión.

Esa libertad, tan denostada en nuestros días, es la que permitió al cine de aquellos tiempos hacer las comedias que hicieron. Por aquel entonces el humor no tenía que pasar censuras. Hoy en día el humor es tan natural como el fútbol: el wokismo ha podrido el cine como el VAR ha podrido el fútbol.

Ahora escuchas un chiste que toque temas fetiches (sexualidad, ideología o raza… como los que abundan en la peli) y te paras a pensar si procede reírse o no. Te callas, disimulas, oteas a tu alrededor, y si escuchas o ves, alguna risita, te puedes reír, con disimulo, por si acaso hay algún ofendidito de efecto retardado que se enoje treinta segundos después del chiste. Más o menos cuando lo entienda. Con el VAR pasa lo mismo. Ya no se celebran los goles con naturalidad. Por lo general pasan dos o tres minutos desde que tu delantero ha metido un gol y cuando el árbitro conceda que suba al marcador. Ya no te apetece celebrarlo.

El VAR y el wokismo son sendos coitus interruptus. Entorpecen celebrar la vida con naturalidad. Todo reglado y formulado. El sentido del humor ya no es espontáneo. Ni el fútbol. Tenemos normas no escritas (todavía) de qué puede hacernos reír, sobre qué podemos bromear… Y sino al tiempo. Os recomiendo ver el tuit de Santiago Segura en el que denuncia los recortes de libertad de expresión en el humor.

En la peli vemos varios ejemplos de esto. O mejor dicho, de la libertad con que se hablaba antes. Vemos chistes de negros, contados por el propio Axel (Eddie Murphy) y bromas relacionadas con los homosexuales, o maricas, como se conocían hasta los 2000s, más o menos.

Sobre todo, uno en el que quiere colarse en un restaurante VIP y como no tiene permitido el acceso se hace pasar por «el novio» del malo. El de la entrada le pide que le diga lo que tiene que comunicarle, y él mismo se lo dirá, y Axel va y dice que se llama Ramón, que conoció a Victor la semana pasada y que viene a alertarle de que ha contraído una enfermedad venérea… «una porquería de esas» (en los tiempos en los que el SIDA empezaba sacudía a la comunidad homosexual). Esto ya os lo conté en el biopic Bohemian Rhapsody (y en el podcast sobre Freddie Mercury).

Saturday Night Life

Otro que venía del Saturday Night Life… Eddie Murphy.

Como os conté en The Blues brothers.

Es más, Murphy, podríamos decir, salvó el SNL sustituyendo a su presentador por una temporada. Estamos ante una estrella consumada de la improvisación y del chiste rápido y locuaz.

1984 Vs.1984

Si habéis leído el bloque anterior y seguís leyendo este es que compartís mi opinión. Y que conste que, a veces, preferiría ser de ese porcentaje de ciudadanos que vive sin poner los pies en la Tierra. Inconscientes, irresponsables, a veces happy, aunque muchas más ofendidos… que sigue el caminito que les han marcado y reacciona emocionalmente como le marque su amo. Porque creedlo o no, estamos inmersos en 1984. No el año de la peli, sino la distopía de la tiranía socialista que tanto temía George Orwell.

Ya tenemos la neolengua (de le políticamente correcte). Tenemos el minuto del odio. Tenemos un aprendiz de tirano reescribiendo nuestros derechos y nuestras obligaciones. Y estamos a las puertas de sólo poder votar socialismo vivas en el país que vivas, y tenemos una nueva Historia que estudiar, porque la verdadera historia se está mutilando, borrando, olvidando, violando y la están reescribiendo para aletargar nuestras conciencias y redefinir nuestra identidad como Sociedad.

Si tuviera que quedarme con alguno de los dos 1984 me quedaría con el de la peli. Por lo del humor, el desparpajo, la falta de complejos…

Superdetective en Hollywood

El detective Axel Foley (Eddie Murphy) es un gran investigador, pero le pierde su impulsividad. Ve un charco y no puede reprimir saltar con los dos pies y salpicar. Cuanto más, mejor. En ese sentido es como un niño. Grande, pero niño.

Su comisario lo sabe. Valora su faceta como investigador pero le solivianta lo impredecible que es. Y que vaya por libre sin tener a nadie al tanto de sus movimientos. La peli empieza justo así. Vemos a Axel trapicheando tabaco de contrabando en un camión.

Abro paréntesis para echarme unas risas recordando a un amigo que se llama Óscar cuyo padre traía tabaco de estraperlo desde Canarias. Él fumaba gratis (como un carretero) ¡y si te daba algunas de esas cajetillas te las cobraba a precio peninsular! Usura… La diferencia es que Axel trapicheaba como tapadera para detener a unos contrabandistas, porque fuera de esa condición.

Cuando está dentro del camión, y se prepara para detener a uno de los contrabandistas, aparece un coche de la poli. Los dos contrabandistas, el que negociaba con él y el conductor, se dan a la fuga, y tras una persecución de las buenas, la poli detiene al bueno.

Veremos la clásica escena de poli bueno que se come un rapapolvo de su comisario. Y veremos al comisario reconociendo su valía, pero diciendo que no le gusta que vaya por libre. Y menos cuando descubre que el camión del trapicheo es el que requisaron en una redada de la semana pasada.

Bonos alemanes

Al volver a su casa se percata de que hay alguien dentro de su piso. Desenfunda su arma (porque en los Estados Unidos puedes defenderte de quienes entran a robar) y entra. Para sorpresa suya se trata de un amigo al que no veía desde que lo metieron en la cárcel.

Lleva medio año libre. Le dejaron salir por buen comportamiento. Pero antes de ir a ver a su amigo decidió cambiar de vida y se fue a trabajar a Beverly Hills. Ni más ni menos que de guardia de seguridad en una galería de arte dirigida por una amiga en común.

El amigo le enseña una mochila repleta de bonos alemanes. Sabe que los ha robado, curiosea, pero cuando va a contarle todo le dice que no lo haga, que ahora es poli. Luego los vemos jugando al billar y descubrimos que Axel, antes de poli, se dedicaba a hacer gamberradas con Mikey. Y que el tal Mikey fue a la cárcel cuando robaron un coche por diversión, por tener antecedentes. Whisky va, whisky viene, descubrimos que fue a la cárcel una noche que robaron un Cadillac para conducir por la autopista y cuando Axel pregunta por qué no le delató, Mikey le dice que porque le aprecia.

De vuelta en el piso de Axel, cuando éste va a abrir la puerta aparecen dos matones que buscan los bonos. Bueno… más que buscarlos, buscan a Mikey para darle matarile. Dejan KO a Axel de un porrazo en la cabeza y asesinan a Mikey.

Fuera del caso

El vínculo de amistad con el asesinado hace que el comisario aparte a Axel del caso. Que haya sido asesinado por profesionales y que el ajuste de cuentas se haya producido en la puerta de la casa de un poli… también puede influir en la toma de decisión.

Todo en su contra.

Por eso pide unas vacaciones para desaparecer unos días del mapa y por eso en la siguiente escena le vemos en su viejo coche azul recorriendo las calles de Beverly Hills.

Por supuesto que está de vacaciones. Pero para investigar por su cuenta el asesinato de su amigo. Por eso se ha ido a Beverly Hills, para buscar a Jenny Summers, la amiga común para la que trabajó Mikey.

Ella no da crédito a la noticia de que Mikey haya sido asesinado en Detroit (donde vive Axel). Él empieza a hacer pesquisas y ella le cuenta que fue un tal Victor Maitland quien contrató a Mikey para que trabajara en su almacén. Victor Maitland es un marchante de alto standing. Se dedica al Arte y tiene un negocio multimillonario. Es un tipo con buena reputación en Beverly Hills.

Dentro del caso

Por sus narices.

Se cuela en el despacho de Victor y le pregunta si sabe algo sobre la muerte de su amigo. Sin rodeos, con el asesino de Mikey en el mismo despacho. Es el guardaespaldas de Victor. Pero recordad que, antes de cargarse a Mikey dejaron inconsciente a Axel. Por lo tanto, él no lo sabe.

Cuando Axel hace preguntas incómodas otros matones entran en el despacho y se lo llevan a cuestas y le tiran por el cristal de la planta baja. Dos polis le detienen, le desarman y se lo llevan a la comisaría de Beverly Hills por alteración del orden y por portar un arma.

Comisaría de Beverly Hills

Habla con el sargento Taggart y con el detective Rosewood. Ellos le preguntan por qué no se había identificado como policía cuando le detuvieron y él explica que no lo hizo porque no estaba de servicio. Se intercambian algunas chulerías y el poli reduce a Axel, pero el teniente Bogomil llama la atención al poli y le exige que se disculpe ante Axel. Lo hace, y el propio Bogomil ofrece la posibilidad de denunciar al sargento por la agresión, pero Axel se niega porque ambos son policías.

El teniente Bogomil le dice que ha hablado con el Inspector Todd de Detroit. Sabe que es poli por él y que es un gran detective, pero que ha estado a punto de echarle por insubordinación. Y es que la disciplina no es el fuerte de Axel. A la pregunta de qué hace en Beverly Hills, Axel se va por las ramas y dice que está de vacaciones. Bogomil traslada un mensaje de Todd: «dice que si está investigando el asesinato de Tandino, que no se moleste en volver«. Y apostilla que «si se entera por nosotros -los polis de Beverly Hills- que está investigando el caso será acusado y despedido«.

Queda libre bajo una fianza que paga su amiga y cuando le lleva al hotel él explica lo de los bonos que le enseñó Mikey la noche en que le asesinaron. Ella indaga por si Axel cree que Victor pudiera estar involucrado en el asesinato de su amigo en común, pero él la mantiene fuera del caso diciéndole que no ve ningún nexo entre el empresario (cuya reputación explica ella) y el asesinato.

Servicio de habitaciones

Antes de seguir hablando, Axel llama al servicio de habitaciones para pedir la cena. Pero no para ellos, sino para los dos polis que los seguían de incógnito y que tienen su coche aparcado enfrente del hotel.

Son Taggart y Rosewood (sale en Gremlins).

Axel explica a su amiga que no se irá a Detroit hasta que descubra al asesino de Mikey, y que piensa ir al almacén en el que trabajaba esa misma noche.

Mientras los polis discuten si se comen o no la cena, cosa que Rosewood ni se lo piensa, Axel mete tres plátanos en el tubo de escape del coche.

Cuando Jenny lleva a Axel al almacén los polis se quedan tirados porque se ahoga el coche por los plátanos. Los dejan atrás y se van al almacén. Ya en él, descubren cajas con café y ve a dos tipos cargando con otra caja llena de bonos como los que le había enseñado su amigo.

Simultáneamente los dos polis tienen que rendir cuentas del episodio de los plátanos y el teniente les da un ultimátum y los manda al hotel para asegurarse de que Axel está a buen recaudo. El ultimátum es que si vuelven a perderlo no se molesten en volver por la comisaría.

«Un negro como yo…«

Axel y Jenny siguen a los que llevan la caja, y los bonos, hasta otro almacén que resulta ser un depósito de mercancías de importación que se guardan ahí hasta pasar por la aduana.

Se cuela y le pilla un miembro de seguridad.

Axel se hace pasar por inspector del Servicio de Aduanas y exige la presencia del supervisor. Una vez con éste, Axel interroga al supervisor, quien explica que las cajas que hay allí no han pasado por la aduana, que están en depósito.

Entonces Axel hace una pregunta comprometedora (y que el wokismo de ahora no habría permitido que el guionista la metiera en el guion) con el fin de poner al supervisor en un compromiso: Si estas cajas están en depósito, y no han pasado todavía por la aduana… (aquí viene la frase pre-censura woke): «¿Cómo puede un hombre negro, vestido como yo, colarse en este almacén y pasearse tranquilamente por el área de depósito sin que nadie le haga ninguna pregunta?«

Por un lado, veis que antes no había complejos, ni por parte de los negros, ni de los blancos, en hablar de razas. Ni temían ser señalados con el dedo, aunque en este caso la pregunta sí sería una frase peyorativa porque matizar «un negro como yo» se podría argumentar como la creación de un estereotipo delictivo por culpa de su color, como dando a entender que todos los negros son delincuentes. Eddie Murphy lo afronta como el chiste que es, sin darle importancia. Por otro lado, dentro de la peli, la pregunta es super comprometedora, porque si están en depósito deberían estar bien vigiladas para evitar trapicheos, contrabandos…

Órdago tras órdago. Dice al de seguridad, y al supervisor, que se va a pasar la noche investigando los contenidos de las cajas, empezando por la que tiene debajo de sus posaderas. Que es la caja que viene siguiendo el rastro desde el almacén de Victor.

¿Reunión en Ferraz?

Cuando Axel regresa al hotel se encuentra con los dos polis que siguen haciendo guardia. Se sube a su coche y termina llevándoselos a Ferraz. Digo yo que será Ferraz, algún número entre el 69 y el 71. Aunque me parece extraño porque ni los vemos subirse a un avión ni llevan maletas. El caso es que se van a un club de estriptis.

Y allí, broma va, broma viene, Axel se percata de la entrada de dos atracadores. Se lía la manta a la cabeza, pone sobre aviso a los dos polis y pide al sargento que le cubra con el que se ha quedado en la entrada mientras él se va por el de la barra. Provoca al suyo, los dos atracadores empuñan sus armas recortadas y cuando él inmoviliza al suyo, los otros dos polis intervienen y terminan deteniendo a los ladrones.

De vuelta a la comisaría el teniente pide que le expliquen por qué estaban en un estriptis en horas de servicio. Axel los disculpa diciendo que le siguieron a él y se quedaron en la entrada, pero si entraron lo hicieron siguiendo a los sospechosos. El teniente no termina de creérselo, y pide a los polis que corroboren su teoría. Ellos dicen la verdad y la verdad es que se crea cierto buen rollo entre los cuatro: el teniente ve que Axel es mejor poli de lo previsto. Los dos polis ven que Axel ha intentado sacarles del lío y Axel gana puntos ganándose la confianza de los dos polis que se quedan apartados del caso.

Foster y McCabe

Estos son los dos polis que se harán cargo del caso desde ese momento. Los mismos que se burlaban de los dos primeros por lo de los plátanos. Rematarán su primera guardia con unos cafés con donuts por generosidad de Axel.

Le siguen hasta la casa de Victor Maitland, quien sale por la puerta en su coche y Axel primero y los dos polis después siguen al Mercedes en fila india. Axel da esquinazo a los polis y sigue la persecución solo, hasta que llegan a un restaurante VIP.

Una de las mejores escenas. Cuando entra en el restaurante y se hace pasar por el novio libertino que viene a avisar a Victor de la venérea que se ha pillado. Se ven las caras y Axel deja claro que sabe que está detrás del asesinato de su amigo y que va a por él. Da un sopapo al guardaespaldas y termina detenido de nuevo.

Comisaría de Beverly Hills 2ª parte

De nuevo en la comisaría.

Esta vez con el teniente y las dos parejas de polis que le han perseguido estos últimos días.

La peli da un giro de 180º. Por fin explica al teniente que está investigando, por su cuenta, el asesinato de Mickey Tandino. Y le dice que tiene la certeza de que Victor es el responsable, pero todavía no lo puede demostrar. Tiene un montón de piezas sobre la mesa, pero todavía falta mucho para terminar el puzle. El teniente pide que le cuente lo que sabe, y lo que intuye.

Plantea el tema sacando a colación que todos saben que Victor Maitland es marchante de arte. Y continúa diciendo que también es marchante de otras cosas. Les cuenta que fue a su almacen y vio a unos tipos que descargaban un cajón lleno de bonos alemanes al portador. Esto sería una anécdota si no se diera la coincidencia de que su amigo Mickey llevaba bonos de esos cuando le mataron en Detroit.

El comisario de Beverly Hills observa que el hecho de que Maitland invierta en bonos similares a los de su amigo no quiere decir que sea un asesino. Axel corrige especificando que no es un inversor sino un contrabandista.

De bonos, drogas o de lo que sea, y le explica que el cajón que vio no había pasado por la aduana, por lo que el tal Maytland tiene que estar sobornando a alguien para que sus esbirros puedan recoger la mercancía antes de ser inspeccionada por los agentes de la aduana. Él ha sido testigo de todo, menos del punto de las drogas, aunque sí ha encontrado café donde se coló para investigar. Lo del café provoca preguntas entre los polis que había en el despacho y es el propio teniente quien vincula el café con la droga porque los traficantes lo usan para engañar el olfato de los perros.

Aquí Axel se dirige al teniente diciendo:

«Muy bien teniente, y ¿ahora qué hacemos?«

El teniente ya se ha pasado al bando de los buenos. Axel se lo ha metido en el bolsillo porque en una semana en su ciudad ha destapado un negocio clandestino que se paseaba por delante de su comisaría sin que ningún poli, incluido él, sintiera curiosidad por los negocios de Maitland.

Pero sin las drogas no hay caso, y sin caso no pueden ayudarle. El teniente pide al detective Taggart que investigue el caso y se coordine con el cuerpo de policía de Los Ángeles (LAPD) y con Aduanas. Pero Axel le dice que ni se le ocurra hacer eso porque Maitland se las sabe todas y en cuanto note algún cambio o intuya que la poli ha cambiado su modus operandi él cambiará de táctica. Por no hablar de los posibles topos.

La cosa se queda así por el momento porque llega el jefe de la comisaría y se lleva al teniente. Y cuando regresa le ha cambiado el talante y pide que escolten a Axel a su hotel para que haga las maletas y abandone la ciudad. Retiran los cargos contra él, pero se los volverán a poner si regresa.

Victor visita a Jenny

Está atando cabos.

Victor manda matar a Mikey Tandino. Muerto este aparece el tal Axel, y dice que está investigando la muerte de su amigo. Tandino encontró el trabajo porque lo recomendó Jenny… Ergo existe la posibilidad de que Jenny sepa quién es Axel, lo conozca y sepa dónde se hospeda.

La conversación suena a amenaza.

Se marcha Victor y llega Axel con Rosewood, quien a estas alturas se pasa por el forro las órdenes y decide ayudar a Axel porque intuye que está en lo cierto. Ella decide acompañarlos porque su siguiente parada será en el almacén, y ella tiene las llaves. Rosewood tiene que esperar fuera porque no tiene una orden para entrar en el almacén, y eso podría costarle el cargo, como poco.

Entran Jenny y Axel y ¡BINGO! Encuentran una caja, la abren, está repleta de café y debajo: cocaína. Y no, el almacén no está entre el 69 y el 71 de la Calle Ferraz de Madrid, a pesar de la cocaína. Pero aparecen los matones de Victor, y el propio Victor, que termina marchándose para no ver cómo despachan a Axel. Pero Rosewood entra en acción y son Axel y él quienes se cepillan a los malos y se ponen rumbo a la casa de Victor.

Tiroteo en casa de Maitland

Los tres se enfrentan a una tropa de matones que devuelven el fuego de los revólveres con metralletas.

El teniente empieza a tener la mosca detrás de la oreja. Localizan a Axel y comprenden que está en casa de Victor, y al mismo tiempo llegan denuncias de un tiroteo justo en el mismo sitio. Ya no cabe duda, los tres están en la casa de Victor. El teniente envía para allá a la policía. Lo que no saben es que están allí para intentar rescatar a Jenny, que la tienen secuestrada.

Encuentran al matón de Victor, y lo matan. Encuentran a Victor y lo matan, y lo que es mejor, los polis le cuentan al teniente que han encontrado cocaina en los cargamentos de Maitland… Y el propio teniente cuenta una milonga al jefe de policía. Por primera vez el sargento corrobora la versión oficial y se ofrece a llamar al inspector Todd de Detroit para hablar a su favor. Y sólo lo hace cuando, tras negarse en primera instancia, acepta la petición cuando Axel dice que se irá a Beverly Hills para crear una agencia de detectives.

Al final se van a Ferraz para despedirse por todo lo alto y la historia termina bien para todos. Cuando hablo de la sede de Ferraz me refiero al club de estriptis, claro.

Pelis mencionadas

Otras películas

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