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Los 800 - Cine bélico - Guerra Sinojaponesa - 2GM - el fancine - Web de cine - Podcast de cine - Antena Historia - Scouts - Kimball 110

Los 800

Tabla de contenidos

Los 800 es una historia romántica… de guerra, de Scouts, de nacionalismo, y romántica.

Censura comunista de este hecho histórico

El dictador comunista de China, Mao Tse-Tung, silenció este episodio durante décadas.

Prohibió que se conociera esta gesta china fruto de un intento desesperado para contener la invasión japonesa de Shanghái en 1937.

Pero… ¿Por qué?

¿Por qué silenciar, ocultar y erradicar de los libros de Historia este hecho épico de sus compatriotas? Muy sencillo: por rencor y por odio. ¿Tiene sentido? Ninguno. Aunque lo tiene todo. Permitidme que os lo explique.

Rencor hacia unos soldados a los que no solo odió, sino que luchó contra ellos para imponer la dictadura comunista. Porque sí, los soldados nacionalistas lucharon contra el invasor nipón, pero también contra el ejército del Partido Comunista chino. Por eso silenció esta gesta del ejército chino, porque estos héroes lo fueron, sí, pero de la China nacionalista que él, por entonces, quería destruir. Y destruyó. Eran chinos, pero no eran sus chinos, pues aun siéndolo, eran sus enemigos, y el odio dio paso al rencor que no abandonó jamás. Por eso nunca se habló de este episodio. Porque en su esfuerzo de reescribir la Historia, un comportamiento muy socialista (y muy actual) borraron este episodio de los libros de Historia.

Lo rescataron los ciudadanos de Shanghái unas décadas después para insuflar ardor patriótico al estilo de I promessi spossi (Los novios) de Alessandro Manzini. Autor italiano que carga contra la invasión austríaca en su novela para proyectar una crítica contra la ocupación española. Aquí ocurrirá lo mismo: los de Shanghái erigirán monumentos, y filmarán dos pelis parecidas. 800 héroes (1938 – China) y Ochocientos héroes (Shanghái-1975), para proyectar en los japoneses su odio a la China comunista. Bien lo sabía Mao Tse-TungHasta 1976, año en el que murió el dictador. Una peli antes de la victoria de Mao y otra tras su muerte.

Película estrenada bajo censura comunista en 2019

El preestreno se hizo con una peli censurada en el Festival de Cine de Shanghái, en 2019. Con una duración de 160 minutos que se redujeron a 147. Y con cambio de escenas y eliminación de otras tras pasar una segunda censura antes de su estreno definitivo en 2020.
 
Las escenas desaparecidas hacían alusión a la China nacionalista, a los valores de su sociedad precomunista (de un modo directo o indirecto) y de su ejército y me figuro que al Kuomintang o Partido Nacionalista Chino.

Todo eso a la basura y que no se queje nadie que acaban fusilados y les pasan el recibo del importe de la bala a sus familiares, cosa que hace el régimen chino.

El coste de Los 800 fue de 80 millones de dólares y recaudó 461. En la producción se construyó un set con 68 edificios para recrear los almacenes donde se libra la lucha y los edificios adyacentes. La película se gestó durante 8 años y dos más que fue el tiempo que tardaron en filmar este blockbuster chino.

Si adolece de algo es de marearnos un poco yendo de un personaje para otro sin terminar de hacernos reposar y digerir las escenas y secuencias que se suceden vertiginosamente. Otro aspecto, por buscar algún pero a una peli que me ha gustado mucho, es la iluminación gris y oscura que tan de moda se ha puesto y que a fuerza de intentar crear una atmósfera opresora convierte en cansina (visualmente hablando) la película.

Historia de China en tiempos de guerra

a invasión nipona provocó la Segunda Guerra Sinojaponesa. Para esto habrá que dar un salto en el tiempo, seis años atrás. En 1931, año en el que esa guerra dio inicio con la invasión de Manchuria. Pero el ejército chino no se centró ni se concentró en la lucha contra el invasor porque cuando llegó 1931 ya llevaba cuatro años luchando contra un enemigo interno: el ejército del Partido Comunista Chino, que avanzaba por el norte para derrocar al Gobierno de la República de China, en manos de Chiang Kai-Sek, líder de la China nacionalista.

Así pues, el ejército japonés avanzó aprovechando que el ejército chino tenía varios frentes abiertos: luchando en vano contra los japoneses y luchando, en multitud de frentes, contra el Partido Comunista, contra señores de la guerra locales y, para colmo, unos años después tendría que luchar también contra la Unión Soviética.

Por todo esto el ejército chino, disperso en varios frentes se limitaba, llegada la fecha de este episodio, a retirarse y replegarse encadenando una racha de derrotas. Ninguna definitiva, pero todas desoladoras. Dejando tras de si todo arrasado y quemado, siguiendo la estrategia de la tierra quemada para que los japoneses no pudieran incautar víveres, medicamentos ni alojamientos.

Con estas el ejército Chino se verá superado, una vez más, en Shanghái. Pero no querrán rendir la ciudad sin combatir. No. Por dos motivos:

  1. El escenario bélico les ha empujado hasta los almacenes Sihang, a la sazón, una edificación separada por el río Suzhou del barrio que albergaba a todas las delegaciones internacionales, empresariales, periodísticas y diplomáticas occidentales
  2. Estaban a una semana escasa de la celebración de la Conferencia de las 9 potencias en Bruselas. En ella estarían Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, Portugal, Holanda, Bélgica, Japón y la propia China

Si los chinos huían de Shanghai los japoneses reclamarían su propiedad

Es de cajón. Por lo que los chinos comprendieron que si querían defender de cara a la opinión internacional la propiedad legal y moral de Shanghái, tendrían que defender la plaza hasta que se celebrara la conferencia. Una defensa que les aportaría respaldos diplomáticos para su causa justa y repercusión mediática a nivel mundial.

Pero, con las mismas, los nacionalistas chinos sabían que no podrían salvaguardar Shanghái sin ayuda internacional, por lo que se encontraban en un brete del que salieron de un modo salomónico y heroico… No había que salvar Shanghái, había que dar tiempo para que el grueso del ejército, embolsado en Shanghái, pudiera huir y rehacerse para seguir guerreando.

Si se quedaran serían barridos de la faz de la tierra por los japoneses y de un plumazo se darían por terminadas la guerra Sinojaponesa y por perdida la guerra civil china. De ahí la importancia de salvar al ejército nacionalista del Kuomintang, y la importancia de mantener viva la bandera china (la del sol blanco sobre un fondo azul) enfrente de las delegaciones internacionales. Luego explicaré este episodio, que bien aparece en la peli.

Para salvar al ejército habría que sacrificar a un batallón que hiciera de tapón y contuviera a los japoneses mientras los demás huían. Para tal fin se eligió al Batallón de Infantería del 534º Regimiento de la 88ª División.

Se los conocería como El batallón perdido

En verdad no eran 800 sino 452, pero redondearon el número con intenciones propagandísticas, para aumentar el ardor guerrero de los presentes y para diezmar la moral nipona. Claro que estos venían con 20.000 infantes de la Fuerza Naval Especial de Desembarco.

Un dato curioso, respetado en la película y que a más de uno le habrá llamado la atención, es el uniforme que lucen los chinos. Pues muchos diréis, sin comprender por qué, que es igual que el uniforme del Heer, es decir: el ejército de tierra de la Wehrmacht alemana. Y os diré que no es parecido, ¡es el uniforme de la Heer!

Insisto en «Heer» porque existe un error clásico de conocer al ejército de tierra alemán (Heer) por el nombre que engloba a los tres ejércitos:

Tierra (Heer) + Mar (Kriegsmarine) + Aire (Luftwaffe) = WEHRMACHT

Esto se debe a que esta tropa era de élite.

Aunque en la peli casi no lo termine de parecer, porque asemeja que estuviera compuesto en gran medida por campesinos y cobardes desertores. Todo lo contrario, el Batallón perdido lo constituían soldados procedentes del Programa de Germanización. Formados, armados y vestidos por el ejército teutón. De ahí el casco de acero Stahlhelm que lucen rematado con un sol blanco de doce puntas sobre fondo azul, el escudo de la bandera de la República de China (no confundir con «popular», que es la comunista). Curiosidades aparte, esta sería después la bandera de Taiwan y antes de ser la bandera nacional china lo fue del Partido nacionalista Kuomintang liderado por Chiang Kai-shek.

La película, en términos generales se ciñe bastante al episodio, con abundantes guiños a sucesos concretos, como la intervención de una guía Scout, que luego os explicaré.

Un aspecto apasionante, por fiel y real, es la vida que vemos en una y otra orilla del río que separa el almacén del barrio de las delegaciones internacionales.

El silencio expectante previo al combate, roto por las granadas, disparos, bombardeos, asaltos con tanques y aviones ametrallando la azotea… frente al bullicio de la otra china, la capitalista que desaparecerá empobrecida y arruinada cuando llegue el comunismo. Rusia, China, Cuba, Venezuela… no hay nación, por rica y próspera que sea, capaz de resistir un gobierno comunista. Y China cayó, unos años después de este episodio, pero cayó. Es verdad que en las últimas décadas está rehaciéndose, pero buena parte de su músculo financiero, por entonces, huyó a Hong Kong.

Como detalle interesante, Hong Kong se mantuvo como colonia británica hasta que en 1997 fue rendida a China, en contra de la voluntad de sus habitantes. No es que quisieran seguir siendo colonia británica, lo que no querían, ni quieren es pertenecer a China. Parte del acuerdo sino-británico fue que mantuviera un status de independiente y conservara la separación de poderes y se mantuviera democrática. No es extraño ver revueltas y manifestaciones en defensa de la democracia. Como detalle curioso, cedido Hong Kong los británicos preservan una única y última colonia imperial: Gibraltar, en territorio español.

Volvamos a los 800

Los almacenes eran un complejo de cuatro edificios financieros (ahora museo de guerra) de cinco plantas que permitía una buena protección por tres flancos accesibles, pues el cuarto colindaba con el río y al otro lado estaba el contingente británico junto con toda la plana mayor internacional como testigos en primera persona de lo que estaba ocurriendo.

El carácter financiero de los edificios hizo que la batalla de conociera como:

La batalla de los cuatro bancos

Los británicos no intervinieron para no multiplicar el caos político ni involucrar a terceros países presentes. Se limitaron a contener el combate al otro lado del río. Pero en definitiva fueron el yunque sobre el que el martillo japonés golpeó a la fuerza china. En realidad pasaban de que les salpicara un conflicto local y se limitaron a parapetarse y a mantener los problemas fuera de su territorio.

El asedio se prolongó menos días de lo esperado por motivos que luego desvelaré, pero mientras se prolongó constó de cuatro oleadas de ataques japonesas sobre el edificio.

Los japoneses desconocían la existencia de ese conato de resistencia en el edificio. De hecho se pavoneaban de lo fácil que había sido tomar la plaza. Tanto es así que el primer intercambio de disparos lo iniciarían los chinos al disparar a un grupo de japoneses que desfilaban victoriosos a la altura de los almacenes.

Cayó el abanderado y con él los nipones que iban en primera fila. Recabaron información de Inteligencia militar y comprendieron que se les atacaba desde los almacenes. A partir de aquí se posicionaron y empezaron a lanzar oleadas de ataques para rendir el último bastión chino en Shanghái.

27 de octubre de 1937: Primer asalto

La primera hora fue un ataque estático porque los japoneses no podían superar las dos ametralladoras con que se defendían los chinos. Más tarde llegaron cinco tanques Te-Ke y lograron avanzar hasta tomar el muro exterior y parapetarse entre él y la fachada del edificio. Al final fueron repelidos por un ataque con granadas de mano que les tiraron desde la azotea.
 
Durante la noche el comandante Yang Rufiu filtró la noticia (falsa) de que 800 soldados chinos esperaban a los japoneses, de ahí lo de Los 800, cuando realmente eran 452

28 de octubre de 1937: Segundo asalto (Bombardeo fallido)

La tierra quemada de los chinos hizo imposible la maniobra de los caza bombarderos por la nula visibilidad desde arriba hacia abajo. Tampoco ayudaron las dos ametralladoras que disparaban sin tregua sobre los aviones
  1. La artillería relevó a los aviones y cuando esta dejó de disparar se sucedieron dos ataques de infantería y dejando a los edificios sin luz ni agua
    1. El primero fue repelido sin dificultad
    2. El segundo consistió en abrir un boquete en la puerta, usando las palas reglamentarias y cubiertos por otros infantes que usaban placas de acero a modo de escudo. Es en este momento cuando un chino, por iniciativa propia, se armó con granadas y se arrojó sobre los japoneses para evitar que abrieran una brecha
  2. Es en este momento cuando se produce el episodio de la bandera china que luego os explicaré en detalle. Sirvió para elevar la moral de los defensores y fue una chica Scout la que cruzó el río, burló a los francotiradores y a los vigías nipones y coló una bandera china (la del sol blanco de doce puntas sobre fondo azul) que ella misma había comprado. La izaron en la azotea para que la vieran los extranjeros de las delegaciones internacionales al otro lado del río
29 de octubre de 1937: Los ingleses y sus inglesadas
Cuando amaneció los occidentales vieron la bandera china en lo alto del edificio y vitorearon a los soldados que se llenaron de orgullo para seguir combatiendo. Lo que más ilusión les hizo fue ver que la tropa británica se parapetaba armada en el puente. Ilusos ellos se pensarían que iban a recibir auxilio internacional.

30 de octubre de 1937: Tercer asalto – Los japoneses entran en los almacenes

Chinos como sardinas, británicos parapetados para no permitir el paso por el puente a los japoneses y otra tropa nipona que venía al ataque y que también fue rechazada.

1 de noviembre de 1937: Cuarto asalto (en dos partes)

Primer intento: Los japoneses echaron toda la carne al asador y atacaron por oleadas primero con artillería, después bombardeando desde el cielo. Para terminar, los tanques volvieron a entrar en acción y abrieron un boquete en la fachada y reventaron una de las ametralladoras. La infantería aprovechó la ocasión para entrar en la planta baja del edificio y la lucha fue enconada hasta que llegaron a la segunda planta pero fueron rechazados de nuevo y perdieron algunos tanques en la retirada.
 
Segundo intento: Por fin logran entrar, previo bombardeo intenso. Los chinos rinden la plaza a los japoneses.
Pero algo había pasado entre el primer y el segundo intento del 1º de noviembre
Reino Unido traicionó a los chinos. Dada la confianza que estos tenían en los ingleses y cómo se quedaron al saberse traicionados podríamos decir que los ingleses les engañaron como chinos. Bromas a parte a los ingleses sólo les importaba que los japoneses no mataran por error a algún inglés (cosa que creo recordar ya había pasado, por error, el primer día del asedio). Por eso, cuando los chinos repelieron la primera parte del 4º ataque, la Diplomacia británica entró en acción instando y forzando a los chinos a deponer las armas y a negociar una salida honrosa con los japoneses.
 
Este cambio de postura (a nivel de política internacional) truncó las falsas esperanzas chinas de ganarse a los occidentales para su causa cuando llegara la dichosa conferencia. Es más, su aplazamiento desaconsejaba perpetuar la resistencia porque tarde o temprano moriría algún inglés y entonces, lejos de ganarse a estos para liderar su respaldo internacional en Bruselas, se los habrían puesto en contra.
 
Chiang Kai-Shek comprendió entonces la inutilidad de seguir combatiendo por un palmo de terreno y terminó rindiendo la plaza y entregando sus soldados a los británicos. No pudieron regresar al combate y se vieron forzados a residir en Shanghái hasta que fue conquistada por Japón inmersos ya en la Segunda Guerra Mundial. Entonces se llevaron a los combatientes como prisioneros a campos de concentración, como vimos en El puente sobre el rio Kwai y unos cuantos fuero llevados a Nueva Guinea en calidad de esclavos.
 
Como bien vemos en la película, la colonia occidental, y los habitantes de Shanghái, hicieron su vida como si nada mientras se sucedían los ataques japoneses. Hasta el punto de disputar un campeonato de tenis, organizado por los británicos, a menos de 450m de los almacenes.
 
Los más destacados, dentro de los europeos, fueron los miembros de la concesión francesa, pues sirvieron como nexo entre las autoridades japonesas y chinas para abrir un corredor desmilitarizado, de la Cruz Roja, para poder atender a los heridos chinos y para poder mantener a los civiles alejados del fuego. Otro contingente de paz fueron las autoridades católicas de la Catedral de San Ignacio, que reunieron y cuidaron a 7000 refugiados.
 
Malas noticias para los chinos: conferencia de Bruselas cancelada. Sólo les quedaría aguantar y sufrir. 

El aislamiento del ejército leal chino fue absoluto tras la incorporación de la Unión Soviética al conflicto, mitad por la Guerra Mundial, mitad para meter las narices en la guerra civil.

Las naciones democráticas dieron la espalda a China, como se la dieron a Polonia, y esto las convirtió en las dos víctimas reales de la Segunda Guerra Mundial. Desde el punto de vista militar, puesto que visto con ojos civiles sufrirían chinos y polacos la misma calamidad: la pérdida de su identidad nacional, la pérdida de la Democracia y la Libertad y la instalación de una república comunista vigente hasta nuestros días.

Europa del Este sumaría esta desgracia a la inmediatamente anterior, a manos de los nacionalsocialistas, y convendría recordar, para que no caiga en el olvido, la persecución y aniquilación de los judíos a manos de los nazis. No se había visto matanza parecida de judíos en Europa desde que Ricardo corazón de León mandó asesinar a todos los judíos de Inglaterra para celebrar su coronación.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, y la Sinojaponesa, y luchando con las fuerzas que les quedaban a los chinos leales las únicas noticias alentadoras, en su interminable guerra contra la Unión Soviética y contra el Partido Comunista Chino serían, entre 1936 y 1939 las que les llegaron desde España, tras convertirse en la primera Nación en derrotar al comunismo en el campo de batalla. Pero ya no les quedaban más fuerzas.

Antes mencioné a los Scouts. Abro un capítulo dentro del comentario para explicaros su papel.

Scouts en la 2ª guerra Sinojaponesa

A lo largo del siglo XX los scouts tuvieron la ocasión de demostrar que seguían siendo fieles a la esencia paramilitar que los vio nacer: un movimiento juvenil que no combate pero auxilia a las tropas y asiste a los civiles en tiempos de guerra.

En la Segunda Guerra mundial hubo scouts españoles y franceses que colaboraron para ayudar a cruzar los Pirineos a judíos que huían de los nazis. Venían a España en busca de la protección de un régimen que no los entregaba a los alemanes, a diferencia de lo que les ocurría en Francia y en la Italia nacificada.

Especifico en la Italia nacificada porque la Italia fascista no fue antisemita, como explico en los resultados de mi investigación sobre la Intervención italiana en la Guerra Civil Española publicadad por la Editorial Mondadori en una recopilación de actas del Convegno Internazionale Narrare la Storia en el que la presenté. No fueron pocos los judíos que combatieron en el ejército italiano, y en el Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV «Corpo di Truppe Volontarie»), con bastantes suboficiales y algunos oficiales de alto rango. Fue tras la invasión de Sicilia que los alemanes quitaron el control de Italia a los fascistas y fue entonces cuando estos últimos se nacificaron.

Ahora mismo está pasando lo mismo en la Ucrania invadida por Rusia: los scouts ucranianos y los polacos suman esfuerzos ayudando los primeros a huir a mujeres y niños del país invadido. Sobre todo niños, porque se los están llevando a Rusia para rusificarlos y entregándoselo a instituciones y familias rusas. Los scouts polacos ayudan a los refugiados haciendo labores humanitarias. Enlaces, correos y asistiendo al personal médico en los hospitales de campaña.

Sin embargo, os invito a echar un vistazo a los Scouts de la película

¿No veis nada raro?

O mejor dicho… ¿veis algún chico portando el cuatro bollos (sombrero scout) o la pañoleta? No, ¿verdad?

Ya os digo yo que no busquéis chicos.

Y os explico por qué.

Porque el movimiento Scout, lejos, muy lejos, a años luz de distancia del espíritu feminista que han inoculado en sus filas, con motivo político para domeñar a los scoutitos y para lavarles el cerebro haciendo del escultismo un peldaño juvenil hacia el comunismo, lejos de eso, como os decía, el movimiento scout era un movimiento sexista. Y era sexista por una razón: Porque así lo quiso Baden-Powell cuando lo fundó.

Baden-Powell solo pensó en los niños cuando creó el movimiento Scout. Sería su esposa, unos años después, quien promulgara la inclusión de las niñas dentro del escultismo. A lo que accedió B-P, pero creando las guías, para que no se mezclaran con los niños. Lo sé de primera mano porque yo soy Scout y mi prima inglesa fue guía o girl scout, y no entendía que en mi grupo, el Kimball 110, de Scouts de España, hubiera niñas. Hablo de finales de los 80s y principios de los 90s.

¿Por qué Baden-Powell no quería niñas en los Scouts?

Cabe pensar que, en cierto grado, por misoginia.

No fue ni el mayor defensor de la mujer ni reconoció mucho su papel en la Sociedad. Para Baden-Powell la mujer sería algo así como un mal necesario, en muchos aspectos de su vida. Entre otros por cómo padeció la tutela de su madre, por cómo tuvo que encauzar su vida sentimental, ligado a la necesidad de contraer matrimonio con una mujer de alta sociedad impuesta por su madre para escalar en el escalafón social, también por culpa de la ansiedad por medrar de su «progenitora gestante» (por no repetir el término real «madre»). Y también porque B-P es el ejemplo de doble moral victoriana de un niño nacido en el seno de una familia con aires de grandeza; de un niño instruido en la disciplina inglesa del ejército colonial acostumbrado y encantado de vivir y convivir en un permanente y perpetuo campamento masculino rodeado de camaradas de uniforme.

Por todo esto, hasta en eso es fiel esta película a la realidad, porque saca chicas scouts y no sucumbe a la tentación de meter scoutitos donde solo había scoutitas, pues…

Esta era la bandera china: 🇹🇼

La chica Scout y la bandera de la película existieron

Pero lo dicho, sale ella y salen otras niñas de su grupo. Si la peli no la hubieran hecho en China, y sí en cualquier país occidental, habrían sacado a la niña, al niño, a le niñe y habrían metido una tropa scout entera para que tuvieran líneas de texto en el guion un scout por cada tipo de identidad racial y sexual del movimiento WOKE. Si no me creéis ved la película de Disney20 docenas de hijos, un clásico de los Scouts en el cine. Ni una niña y por mucha diversidad vemos un muchacho de rasgos orientales y parad de contar.

Esa peli ahora sería imposible porque representa a la Sociedad americana de entonces. Ya están tardando en hacer un remake con toda la ONU y todas las orientaciones entre los miembros del grupo. Este movimiento WOKE es otra ramificación de la pérdida de identidad occidental que sacude los cimientos de nuestra civilización en nuestros días.

Pero no, los chinos que gobiernan en China son comunistas, no populistas como los comunistas occidentales que esconden su bandera detrás de mil banderas. Alí no necesitan disimularlo. Son comunistas de pura cepa, ni feministas ni siguen movimiento alguno salvo el de su identidad nacionalcomunista. Bastante es que han rescatado, por fin, este episodio de Los 800 de su historia olvidada, pero de ahí a teñirla de buenismo inclusivo hay un salto (cuantitativo, por la cantidad de scouts que se han ahorrado como extras y cualitativo, porque ellos no se avergüenzan de la uniformidad racial «e ideológica» que hay en China). Y al que se salga del guion lo fusilan, que es lo que entienden ellos por Libertad.

Digo Scouts, pero ¿Cuántos chinos negros o blancos veis en la peli?

Vemos caucásicos entre los ciudadanos europeos y estadounidenses, pero no vemos ni un chino de otro color que no sea el suyo. Y no lo busquéis porque para ellos el buenismo se la refanfinfla. Y esto último no lo digo como crítica sino aplaudiendo su defensa de su identidad como Sociedad, cosa que hacen todas las sociedades del planeta menos los europeos, y así nos va.

El episodio de la bandera

Aquí quería llegar con lo de los scouts…

A la secuencia en la que la niña scout esconde una bandera china en su ropa. Luego cruza el río y llega a las posiciones de los chinos. Una niña con sentimiento nacionalista (que es uno de los sentimientos que imprime el escultismo e insisto yo que hice mi promesa en España y la renové en Inglaterra y después en los Estados Unidos). Una niña que ve atónita cómo luchan sus soldados. Ve que no puede ayudarles a esgrimir un arma, pero comprende la falta de ardor, seguramente porque se sabían sentenciados a muerte, era porque no tenían una enseña que aunara su pundonor.

Por eso se hizo con una bandera y se la llevó a sus soldados. Para que redoblaran su ardor guerrero insuflando valor protegiendo su enseña nacional. Porque izar la bandera y protegerla era un símbolo. Defendiendo esa bandera defendían a cada chino en todos los rincones de una China acosada por los japoneses y asolada por una guerra sin cuartel.

Y precisamente me figuro que es por esta escena, cuando ella entrega la bandera e insufla ardor patriótico a los chinos, es por lo que Mao echó tierra sobre este episodio, como os decía al principio del comentario. Porque los japoneses no fueron los únicos en combatir contra esa bandera. Ya llevaba él luchando contra ella durante una década para tener que ensalzar a unos nacionalistas en los que no veía compatriotas sino enemigos.

El barrio de las delegaciones internacionales

Este es otro aspecto bien reflejado en la película.

Ya os he dicho que este episodio, éste combate, se libró a escasos metros de la población civil. Les separaba el río Suzhou y los comunicaba el puente que lo cruzaba.

Y es verdad que, mientras los 800 combatían los que vivían al otro lado del río seguían con su vida, como si nada. Y se paraban a mirar el combate. Quizás al principio como quien contempla un espectáculo de pirotecnia, y al final horrorizados.

Porque vieron cómo los japoneses agujereaban los cuatro edificios hasta dejarlo como un queso de Gruyere. Con minas, grandas, bombas de mano, con tanques, morteros, artillería y bombardeándolos con aviones.

Los 800 no son El Álamo. Ni Numancia… y tampoco las Termópilas

En un esfuerzo por ensalzar el episodio la prensa occidental ha tardado nada y menos en equiparar lo ocurrido en Shanghái con episodios similares en Europa y en América para que los occidentales comprendamos la gesta que nos exponen.

Pero hay un matiz que no permite a Los 800 entrar en ese grupo de elegidos para la tragedia: Sobrevivieron casi todos.

Cuando comprendieron que la meta que se habían propuesto de aguantar hasta la conferencia de Bruselas se esfumaba, la gesta dejó de tener sentido. Se esfumó porque la conferencia internacional se aplazó. A duras penas podían aguantar una semana… ¿Cómo iban a aguantar hasta la siguiente fecha? Imposible. Fin de la misión. Tres días y arriamos bandera.

Sí lograron el otro objetivo: servir de parapeto para que el grueso del ejército escapara. Pero no alcanzaron la difusión buscada con las delegaciones internacionales comunicando su resistencia en paralelo a una conferencia internacional que no se celebró. Lograron, eso sí, y de un modo tibio, demasiado tibio, que Europa y América vieran con malos ojos la invasión japonesa.

Y porque se acabó la misión pudieron sobrevivir casi todos. Menos un grupito seleccionado, nuevamente, para cubrir la retirada de los demás supervivientes. Estos se quedarían en manos del ejército británico en calidad de prisioneros de guerra. Acambio de salvar sus vidas y con la condición de no ser entregados a los japoneses.

No eran 800 sino 452

Mintieron en su número para hacer ver a los japoneses que eran más de los que en verdad eran. No murieron todos, como sí hicieron los espartanos (300), los numantinos y los texanos.

Muchos de los supervivientes, casi 442, pues hirieron a 37 y solo murieron 10, se deshicieron de sus uniformes y documentación al término de la guerra civil. Por miedo a la Guardia Roja, a las represalias como terminar en un campo de exterminio por haber militado en el ejército nacionalista. Realmente fueron ellos los más interesados en que se olvidara el episodio para que nadie pudiera identificarles.

Para rematar, y para que entendáis hasta qué punto odió Mao a Chiang, cuando terminó la guerra fue enviado a Formosa. Exiliado, acompañado por sus más fieles y por la chica Scout, que fue expulsada de China por el episodio de la bandera. Por si había alguna duda sobre el rencor del dictador. Si no asesinaron al líder nacionalista fue por intermediación de la Unión Soviética quien usó a Mao y a Chiang para echar a los japoneses. Lo explico en el programa que dediqué aIp Man.

Si quieres saber más de la 2ª Guerra Sinojaponesa te invito a escuchar el podcast de Ip Man que publiqué en Antena Historia.

También lo podréis leer en Ip Man en el fancine.

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