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Escoria - Scum - 1979 - Reino Unido - Alan Clarke - Ultraviolencia - Quadrophenia - el fancine - Web de cine - Podcast de cine - Blog de cine - Alvaro Garcia

Escoria

Tabla de contenidos

Escoria no os dejará indiferentes.

Una película dura, agresiva, violenta, desagradable, grotesca, hiriente, insensible y profundamente perturbadora.

Vamos, que si eres una persona sensible y delicada mejor no asomes la nariz por ella porque será como recibir una bofetada detrás de otra. A los hipersensibles ni los menciono, pero si sois de los que tienen pesadillas cuando no hacéis bien una digestión mejor pasad de largo por este título y no echéis la vista atrás.

Scum, Escoria, es una peli de 1979

De nuevo una peli sobre ultraviolencia en las calles de Inglaterra. Y otra peli que nos habla del fracaso de la reinserción social de los jóvenes delincuentes.

Iré desglosando todo, por partes. Solo os pido un poco de paciencia mientras arranco, porque me gustaría hilvanar varias ideas que harán del comentario algo que aporte valor de verdad.

Abordaré varios puntos de interés. Al menos así los creo yo.

  • Quadrophenia y Scum
  • Delincuencia juvenil
  • Reinserción social

Quadrophenia & Scum

¿Qué tienen en común Escoria y Quadrophenia?

Ambas pelis son de 1979.

Las dos pelis hablan de violencia y de delincuencia juvenil en la Inglaterra de finales de los 70s.

Pero hay un tercer factor que hermana estas dos películas: sus protagonistas.

Ray Winstone y Phil Daniels

El Rocker y el mod de Quadrophenia

Ahí quería llegar.

¿Os acordáis de Kevin y de Jimmy? Sí, el rocker y el mod del clásico de The Who. En aquella (y la tengo comentada en el fancine y hasta tengo un podcast de cine sobre rockers y mods explicando la peli) ya os mencioné Escoria.

Os expliqué lo que ahora repetiré. Son los mismos protagonistas, pero interpretando papeles y roles diferentes. Phil Daniels pasa desapercibido en esta peli, interpretando un kinki, o un delincuente de poca monta que ha dado con sus huesos en un reformatorio. Sin embargo, meses después de sacar esta peli interpretará el papel de su vida, encarnando al mod de Quadrophenia. Papelón interpretando a otro adolescente con problemas de identidad, de múltiples identidades, pastillero, inseguro e inmaduro.

Ray Winstone corrió una suerte dispar.

En esta peli es el protagonista. Luego hablaré sobre la trama, por ahora basta con decir eso. Y yo diría que su interpretación es, como poco: notable. En un papel duro y difícil, pero buenísimo. Y sin embargo el cambio de roles le hará no salir tan bien parado como Phil. Mientras que el kinki que se pasa a mod se convierte en un icono viviente, en un modelo a seguir (lamentable, pero modelo), el rocker, modelo de buen comportamiento y mejor corazón, pasará desapercibido.

Esa es la mayor curiosidad que se me ocurre comentar sobre esta peli. Ahora os contaré de qué va la peli y terminaré razonando por qué sugiero que esta peli es a los reformatorios, la crítica que La naranja mecánica es al sistema penitenciario: sendos fracasos.

Escoria

Es dura de ver.

Y triste.

Saca a relucir lo más mezquino y bajuno y sucio y grosero de la condición humana.

La película nos cuenta las miserias que ocurren dentro de un reformatorio inglés. Y nos habla de la llegada a él de un nuevo inquilino. Un nuevo recluso. Entendiendo por recluso a niños cuyas edades oscilan entre los 12 y los 18 años.

Todos ellos delincuentes, por supuesto, pues por algo han ido a parar ahí. Pero aún en su delincuencia hay grados. Y los hay que han terminado entre rejas por robar, por acumular pequeñas o medianas faltas y los hay que son verdaderos delincuentes y criminales.

Todos ellos, juntos y revueltos.

Un verdadero cóctel de abusos, palizas, extorsiones y vejaciones. Porque igual que en cualquier peli de cárceles que se precie, veremos cómo los muchachos se agrupan por afinidades. Unos por procedencias, otros por tipos de crímenes… y otros para hacerse fuertes y someter a todos los demás a sus mezquinas voluntades.

Hasta que llega Carlin.

Tan delincuente como todos los demás, pero aparentemente no un criminal. Un personaje firme y seguro de si mismo que no se dejará amedrentar por los matones del lugar, que lo primero que harán será darle un recibimiento cálido reventándole la cara. Por nada en concreto, sólo para que sepa a qué atenerse.

Pero, como os decía, eso no le asustará, sino que se reafirmará en su capacidad de liderazgo haciendo lo que vemos en todas las películas en las que hay delincuentes, mamporreros (no literal) y criminales. Que es lo mismo que lo que vemos en los documentales que nos explican la conducta animal y la eterna lucha entre los machos Alfa por dominar a la manada.

Pues lo mismo aquí.

Veremos cómo se enfrenta a los matones, cómo les revienta la cara, las costillas y los dientes a más de uno. Hasta que poco a poco van cediendo y se van dejando someter al nuevo líder. Y si no someterse, por lo menos a no tocarle las narices. Aunque siempre hay daños colaterales y los más débiles y frágiles terminan pagando el pato.

¿Os acordáis de Deliverance?

Quien la haya visto tendrá dos escenas imborrables. La del duelo de banjos… y la violación masculina. Esa escena es cruel y desgarradora. Pues aquí la veremos también, pero la víctima es un muchacho al que violan tres de los reclusos. Un abuso que nos muestran en pantalla, sin escatimar. Y que nos desgarra el alma cuando lo dejan tirado en el suelo. Un chiquillo que no sé qué mal había hecho pero que terminó en el reformatorio.

El muchacho no volverá a conciliar el sueño con pesadillas producidas por su desgarro emocional y físico. Esto hará que se duerma, grite y llore y llame al celador quien mostrará ausencia total de empatía y cero sensibilidad y terminará amenazando al chaval con darle una paliza como le vuelva a llamar para lloriquear.

Se marcha el celador y el muchacho, destruido psíquicamente, quebrado emocional y psicológicamente, saca una cuchilla y se corta las venas en un arrebato. Cuando empapa las sábanas en sangre se arrepiente de su acto impulsivo y vuelve a llamar al celador para pedir auxilio. Pero claro, el celador verá que quien llama es el mismo crío, el mocoso llorón al que acaba de amenazar y pasa por completo de ir a su celda. Esto provocará que acompañemos al niño mientras se desangra hasta la muerte. Vemos con dolor cómo se arrepiente del tajo que se ha metido en la vena. Y vemos, impotentes, cómo se desangra entre estertores y lágrimas hasta exhalar su último aliento.

Eso es SCUM. Una película insensible y desgarradora de principio a fin.

Un robo, algún atraco, trapichear con drogas, o quizás acuchilló a alguien. Ahora no lo recuerdo. Pero verle terminar como termina y ver que se corta las venas porque no soporta lo vivido…

Y mientras tanto iremos viendo cómo culebrean los unos y los otros para hacer lo más llevadera posible su estancia en el reformatorio. Y vemos a los agentes, con mano de hierro y sin miramientos. Eran tiempos duros en los que esos delincuentes pagaban por sus delitos. Y estos policías eran severos, inflexibles e insensibles, y lo vemos en la peli.

La imposibilidad de la reinserción

Es la conclusión a la que llego viendo Escoria.

Lo mismo me ocurre cuando veo La naranja mecánica.

Creo que Escoria es una denuncia al sistema de reformatorios británicos de los años 70s. O una denuncia ante la imposibilidad de reinsertar en la sociedad a personas que no quieren integrarse en ella. Personas apáticas, anárquicas, incultas y violentas. Personas que no conciben el esfuerzo, ni el sacrificio, ni el trabajo. Que roban para subsistir y si te resistes, te rajan de arriba abajo.

Parece, Escoria, un canto a un sistema imperfecto cuyos borrones y cuyos ejemplares molestos se apartaban del mundanal ruido y se metían en sitios inhumanos como éste. No para hacerles recapacitar y para reformarlos como seres humanos. No. Para aislarlos de la sociedad a la que perjudican por placer, por gusto o porque no saben hacer otra cosa. Un sistema punitivo que extorsiona y revienta psíquicamente a quienes ya entran algo tarados por la puerta.

Por todo eso os decía que esta peli es dura, violenta, física y psicológicamente, y que es muy desagradable. Pero tiene que verse. Y que, sobre todo, deberían verla los muchachos que coquetean con la delincuencia y la vida marginal. Para hacerles comprender que hay una vida que no es recomendable para nadie, porque son chavales y podrán hacer gamberradas, pero que tienen que entender que se juegan perder su libertad y perderse a si mismos por el camino.

Del payaso de la clase a ser carne de cañón

Y muchos de esos chavales empezaron sus andanzas en los institutos y en los colegios.

Muchos empezarían por ser el payaso de la clase. Aquel que ha asumido el papel de tonto. Del que corea lo que dice el profesor. O de quien lo mira desafiante cuando el profe le pide respeto. Confunden hombría con idiotez. Confunden valor con inmadurez. Y el profe les sonríe y les dice que está ahí para ayudarles, pero para poderlo hacer, primero han de saber pedir auxilio.

Y muchos de ellos siguen comportándose como verdaderos idiotas, porque lo son. O porque han aprendido a serlo haciendo reír con su comportamiento. Y se nutren de las risas de los demás, sin comprender que lejos de ser respetados por quienes ríen, para estos, son los payasos y los tontos de la clase. El bufón…

Bufón de por vida, porque desarrolla tal complejo de idiota que seguirá siendo el hazmerreír en el trabajo, años después. Eso, o por efecto rebote se convertiría en el bufón que, en su frustración dentro del cole, termina siendo el matón fuera del recinto escolar. Muchos terminan con las costillas rotas, tirados en una cuneta. O con sus huesos en un reformatorio, porque el mundo real no está hecho para los bufones. Del tonto de la clase al delincuente puede haber un paso, y se puede dar en un santiamén, lo difícil es desandar ese camino y quitarte de encima el sambenito de tonto, o de malo, o de criminal, delincuente, chuleta y macarra del barrio.

Películas de ultraviolencia en el fancine

Os recomiendo estas otras tres películas sobre ultraviolencia en Inglaterra. Quizás la mejor de todas, por realista y por buena (para mi gusto) sea Hooligans. Por cómo trata la violencia callejera, cómo la refleja y porque es la más realista de todas, exceptuando, claro está, Escoria. En ella os hablo de la misma ultraviolencia pero trasladada a los hinchas fanáticos de los clubes de fútbol.

Podcast de cine sobre mods y rockers en Quadrophenia

Otras películas

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