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La forma del agua

Tabla de contenidos

Ficha técnica de La forma del agua

Título: La forma del agua
Título original: The shape of water
Director: Guillermo del Toro
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 2017
Producción: Guillermo del Toro, J. Miles Dale
Productora: Double Dare Yu Productions, TSG Productions
Distribuidora: FOX Searchlight Pictures
Duración: 123′
Guión: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Dan Laustsen
Montaje: Sidney Wolinsky
 

Ficha artística

Sally Hawkins – Elisa Expósito
Michael Shannon – Coronel Richard Strickland
Richard Jenkins – Giles
Octavia Spencer – Zelda Delilah Fuller
Michael Stuhlbarg – Dr. Robert Hoffstetler – Espía comunista
Doug Jones – Monstruo anfibio
David Hewlett – Fleming
Nick Searcy – General Frank Hoyt
 

Hago un alto en mi trilogía de películas sobre la guerra de Vietnam

 
Ya he comentado PlatoonApocalypse Now y La chaqueta metálica) para comentar La forma del agua. Menudo coitus interruptus. Una peli de Guillermo del Toro, un director que hasta la fecha nunca me había dejado indiferente. Tiene películas que aborrezco, como El laberinto del fauno y los guiones de la saga de El Hobbit (El hobbit: La desolación de Smaug). Y tiene pelis que disfruto como un niño con ellas: Hellboy y, sobre todo: Pacific Rim. Hasta que vi esta…
 
Una película que ya había visto antes, en E.T., el extraterrestre. Incluso en Liberad a Willy. Una criatura (real en la orca y ficticia en las otras dos) presa del hombre. Éste cuenta con el apoyo de personajes inesperados para devolverles la libertad. En E.T. es Elliot quien cuida al extraterrestre y lo lleva hasta su nave espacial, a la ballena lo salva Jesse.
 
Esta peli responderá al mismo patrón…

Un bicho raro

Entra a formar parte de tu vida en una relación breve pero intensa que absorbe al protagonista. Y hace que, pese al riesgo que pueda entrañar el protagonista se encariñe de él. E.T. es entrañable pero no deja de ser un extraterrestre cuyos riesgos desconocemos. Ergo obvio decir el peligro que supone para un niño. Willy es una orca. Me encantan las orcas. Pero tener a un crío merodeando alrededor de una orca debería, como poco, hacer que la poli interviniera. Para detener a los padres.
 
Empiezo hablando de cosas que me han chirriado en la peli para terminar (después) destacando lo que más me ha gustado de ella.
 
Siguiendo con la comparación con E.T. y Willy, la criatura anfibia de La forma del agua será un espécimen extraño. Es un bicho encontrado en el Amazonas y trasladado a los Estados Unidos para formar parte del programa espacial.
 
El bicho sería la encarnación de un semidiós para los nativos del Brasil. Era una leyenda urbana (como el yeti, por ejemplo). Se decía que existía pero nadie lo había capturado nunca. Ahora sí. El Coronel Richard Strickland lo tiene a buen recaudo y se lo ha llevado a Washington DC: es su billete a un ascenso y a la prosperidad.

Contextualizaré la peli para que se entienda mejor

Estamos en plena guerra fría, inmersos en la carrera espacial. La Unión Soviética experimenta con perros y monos (Layka) lanzándolos al espacio para intentar demostrar que va por delante de los americanos. Hace verdaderas obras de propaganda con esos falsos hitos.
 
Oculta a la opinión pública el triste final de las criaturas. Se supone que el bicho que acaban de encontrar podrá dar un impulso a los Estados Unidos en la carrera espacial: por sus «supuestas capacidades curativas«, por su naturaleza y por su biología. No se sabe si podrá ser útil pero para eso lo tienen, para investigarlo y experimentar.
 
Dicho esto, se cruzan diferentes historias para hacer un todo en la peli: un cuento de amor (tipo La cenicienta); una peli de espionaje (inmediatamente posterior a El puente de los espías). Y un rollito «cine francés» tipo Amelie.
 
El caso es que Elisa Exposito, una mujer que vive en una rutina tipo Atrapado en el tiempo, que incluye cocer huevos y masturbarse todas las mañanas. Trabaja en la planta de investigaciones a la que llevan al bicho.
 
Es una señora de la limpieza, muda, que se comunica con el mundo a través de su compañera y amiga negra Zelda. Lo que una calla por naturaleza la otra lo habla por verborrea.

Para que la peli pueda funcionar…

Tiene que haber un algunos sinsentidos que tendremos que dar por válidos o nos sacarán de ella. Para empezar, el día en que llevan al bicho a la base, casualmente, Zelda y Elisa están limpiando la sala en la que lo meterán.
 
A ver… si se trata de un prodigio de la naturaleza. Si nunca nadie lo ha visto antes. Si es una operación militar para reforzar la carrera espacial, temiendo espías comunistas… se me antoja un poco raro que, cuando traen a la criatura, dejen a las dos mujeres (limpiadoras) merodear a sus anchas y curiosear.
 
Echo de menos unos cuantos policías militares vigilando al anfibio. Incluso científicos haciendo guardia y velando por sus evoluciones. No… Elisa entra y sale del laboratorio como Pedro por su casa. Pone música, se marca un La La Land con la fregona y el único que se percata de su actitud será uno de los científicos, a la sazón un espía comunista.

Elisa se irá enamorando poco a poco del anfibio

Sigue masturbándose cada mañana y pone sus pensamientos, poco a poco en el nuevo amigo que visita a escondidas y alimenta con huevos cocidos.
 
Parece complicado que un ser (agresivo por otro lado) se enamore de alguien porque le traiga huevos. Claro que por otro lado, la otra referencia humana será el coronel. Un coronel que me ha vuelto a recordar a Pedro Sánchez (el del «no es no«) como me sucediera en El hombre de acero.
 
A partir de ahí me sacaba de la peli cada ve que aparecía, lo mismo que con Superman. Intransigente, inculto, agresivo, visceral, inepto y violento (lo mismo que el general Zod, igual que Sánchez).

Love is in the air…

Ella se enamora del bicho.

Y el bicho también se enamora de ella. Tanto que terminaremos viendo cómo copulan y mantienen relaciones sexuales. Elisa triunfará, cosa que no logrará su amigo Giles. Un publicista homosexual que ha perdido su trabajo y se arrastra intentando mantener el dibujo publicitario como si fuera un Quijote luchando contra la fotografía.
 
Y digo Giles no triunfa porque intenta ligarse al propietario de una pastelería. Giles le creía homosexual y cuando se arranca a tocarle la mano diciendo que le gustaría conocerlo mejor el pastelero le pone en su sitio y le termina de romper el corazón.

Ya he puesto todas las cartas sobre la mesa

Un cuento de amor, una peli de espías y un canto a los movimientos civiles encarnados en Zelda (por los comentarios sexistas y racistas del coronel). Y unos toque eróticos que hacen descarrilar el cuento infantil pero le otorgan personalidad.
 
Y os preguntaréis «¿Por qué comenta esta peli si no parece que le haya gustado?» Pues veréis. Sí me ha gustado. Quizás no como para encumbrarla. Ni si quiera espero que se lleve la mitad de Oscars a los que está nominado: esta noche lo sabremos. Me da pánico pensar que podría convertirse en la peli más premiada de la historia. No es mala (como Titanic) ni una joya (como El retorno del Rey). Es una peli simpática, pero me pasará con ella como con Amelie. Dentro de un mes ni la recordaré.

Ya que menciono Amelie…

Esto es lo que me ha gustado de esta peli: su estética. La fotografía es preciosa. Me ha hecho pensar en el cine francés de los 90’s: Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos y la propia Amelie. No incluyo al tercera porque ya habréis visto que ni fu ni fa, pero sí las dos primeras porque me parecen geniales.
 
Cuando me fui sumergiendo en la trama y comprendí que el espionaje era uno de los hilos, al recordar que Guillermo del Toro era el responsable de El laberinto del fauno se me encogió el estómago…

Juegos de espías

Cuando vi que el único científico compasivo con la criatura era el espía comunista… Si es espía no es científico, para empezar. Y no lo digo porque sea comunista. Si fuera yanki habría dicho lo mismo. Si el científico hubiera sido americano y de la CIA en la URSS, también primaría su carácter de espía sobre su tapadera científica.
 
Sin embargo Guillermo del Toro reconduce muy bien el tema. Deja claro que los rusos no necesitan aprender, que lo que quieren es que los americanos tampoco aprendan, como dice su superior comunista.
 
Un superior que se comporta como los comunistas de Sinfonía en rojo mayor. Es malo, representa a un régimen de asesinos pero procura gozar de las bondades del capitalismo que odia dándose banquetes y aprovechando hasta el último suspiro para disfrutar.
 
En fin.

¿Matarile?

Elisa se enamora y descubre que van a sacrificar al bicho. Solo tiene un par de días para tomar una decisión. Aunque la tiene tomada de antemano. Dando por buena la falta de vigilancia militar para semejante criatura, se la lleva a su casa. Acondiciona su bañera (donde se masturbaba cada mañana) y comprende que tiene el tiempo justo para cuidarla antes de que empiecen las lluvias y la eche al mar.
 
La criatura está interpretada por Doug Jones y transmite humanidad por los cuatro costados, a pesar de comerse al gato y demostrar que, lejos de ser esa criatura idílica que sueña Elisa, es una bestia indómita. Solo domable por el amor de la bella… Haciendo una gran pareja, La bella y la bestia, aunque inversa porque en esta peli la bestia será bestia y la bella será la que se transforme.
 
No me gusta Lady Bird. Tres anuncios en las afueras se desploma en la recta final. Esta peli es simpática pero no merece tantas nominaciones a los Oscar… al final me quedo con Dunkerque, pero no por convicción sino por descartes.

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