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Torpedo

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Torpedo

Título: Torpedo
Título original: Run silent, run deep
Director: Robert Wise
Año: 1958
Nacionalidad: USA
Duración: 93′
Guión: John Gay
Fotografía: Russell Harlan
Montaje: George Boemler
Música: Franz Waxman
Producción: Harold Hetch y Willim Schorr
Distribuidora: United Artists
 

Ficha artística

Clark Gable – Comandante «Rich» Richardson
Burt Lancaster – Teniente Jim Bledsoe
Don Rickles – Oficial de intendencia de 1ª clase Ruby
 
Lo prometido es deuda.
 

Os dije que tras El último torpedo comentaría Torpedo

Y aquí estoy, cumpliendo mi palabra.

Sumo este comentario al de El último torpedo como aperitivos mientras esperamos para grabar el podcast sobre Cine y Guerra Submarina en el Pacífico en la Segunda Guerra Mundial para La cartelera de Antena Historia.
 
Es la segunda peli sobre el tema en el fancine, puesto que la otra vertiende del conflicto, la Guerra submarina en el Atlántico Norte, ya ha aparecido varias veces con pelis como El submarino; El submarino 2; U-47: Comandante Prien; U-571, Descifrando Enigma y Greyhound. Al final de éste comentario encontraréis todos los enlaces.
 
En ambas destaco, por igual, dos aspectos en común. Uno histórico y el otro literario.
 
El histórico es la paradoja compartida con los submarinos nazis en el Atlántico. Los aliados hicieron la misma guerra en el Pacífico que el Eje en el Atlántico Norte, pero bien. Y con «bien» me refiero a que los nazis no lograron asfixiar económicamente a los británicos. Pero los aliados sí asfixiaron, arruinaron y aislaron al Japón. Tanto que hundieron su economía. Y todas sus industrias. La bélica, la empresarial y la alimenticia… Todas ellas en particular y juntas por igual.
 
Por eso los japoneses fueron mutando su concepto expansionista para acaparar colonias británicas, holandesas, francesas y estadounidenses, incluso China, por encontrar materias primas para subsistir y mantener, mal que bien, su economía maltrecha.

Los japoneses rechazaban la guerra del tonelaje, por honor

 
A favor de los nipones, porque siempre hay algún rasgo que rescatar, que se negaron al ojo por ojo. Consideraban la guerra del tonelaje (hundir barcos civiles: petroleros, gaseros, pasajeros…) como un acto innoble e impropio para militares.
 
Esta decisión, aunque en el tramo final de la guerra sí habría ataques a buques mercantes, les haría ir perdiendo su ventaja inicial, gradualmente, hasta terminar perdiendo la guerra.
 
Luego vendrían los kamikazes, los ataques suicidas y los fukuryu, o submarinistas con mochilas explosivas a la espalda (como en 300: El origen de un imperio). Pero todo eso sería ir a la desesperada. Para entonces ya se habían perdido la mayor parte de los submarinos, aviones… y los mejores pilotos y submarinistas estaban a 200m de profundidad.
Hay una razón objetiva: si bien la flota submarina japonesa era, junto con la holandesa, la mejor flota en el Pacífico, su misión original y principal resultó ser una chapuza. Un desperdicio de medios y de personal.
 
He mencionado a los submarinos holandeses y japoneses. Los primeros eran pocos pero compactos y bien preparados. Los segundos también tenían buen entrenamiento, de hecho supervisado por la Kriegsmarine. Pero no hubo un criterio fijo a la hora de fabricarlos y al final tenían una enorme flota pero carente de lógica.

La Marina Imperial Japonesa usaba los submarinos para misiones de expolración y abastecimiento

Esto, en si mismo, fue un error.
Para buscar convoyes aliados y localizar a sus buques insignia y de transporte, tanto de personal como material (armas, alimentos…). También los usaron como transportes de tropas, o pantalla defensiva para la flota de superficie. Pero no para lo que fueron concebidos: luchar.

¿Por qué hablaba de los convoyes en la peli Torpedo?

 
Porque eso será precisamente de lo que trate esta peli.
 
De convoyes japoneses y de un submarinista obsesionado con cobrarse una pieza. Una pieza que, dicho sea de paso, le hizo morder el polvo en su día. De ahí que tenga una cuenta pendiente y de ahí que, erroneamente, se opine que esta peli bebe de Moby Dick.
El rasgo del revanchismo está presente. Y es verdad que, aparentemente, el Comandante «Rich» Richardson comparte parte de su demencia con el capitán Ahab. Pero sólo parte. Si fuera toda, hasta el final de la película, daría por bueno dicho paralelismo. Para que me entendáis: la locura de Ahab tiene que ser fatal para él, para su Pequod y para su tripulación, a quienes debería arrastrar consigo. Pero sólo una de esas tres condiciones ocurre en esta peli.
 
Pongamos un poco de orden.
 
Y, precisamente, para ponerlo, y puesto que la crítica cinematográfica internacional, mundial, y patria, compara siempre esta peli con Moby Dick y no lo hace con El último torpedo (cuyo paralelismo es más palpable), permitidme abordar la trama de la peli e ir rascando paralelismos cuando proceda.

Torpedo empieza con un naufragio en el Sector 7

 
Precedido por el ataque del submarino que capitanea Richardson, nuestro protagonista (y supuesto Ahab) a un convoy japonés.
 
Dicho Sector 7 es la madre del cordero dentro de las aguas niponas, al suroeste del archipiélago. Es uno de los sectores más peligrosos tanto por su proximidad a Tokio como por su tráfico.
El tráfico, además, se irá condensando conforme termine la expansión nipona por el Pacífico. Irán menguando sus posesiones y con ellas las aguas seguras para sus movimientos marítimos. Para colmo dicho tráfico menguará también y con él su cargo, o carga: alimentos, minerales, aceros, carbón, petróleo… por lo que se multiplicarán los esfuerzos por proteger dichos convoyes y de ahí el peligro que entrañaba patrullar por semejantes latitudes.
 
Os decía que todo empieza con un naufragio, pero no digo «el naufragio» porque éste será uno de otros muchos. El comandante Richardson perderá su buque y a casi toda su tripulación con él. Y dará con sus huesos en una oficina que lo mataría de tedio si no fuera por los ratos de ocio que pasará con un subalterno.
 
Por otro lado tenemos al segundo oficial de un submarino, el Nerka, llamado Bledsoe.
 
Recién ascendido a capitán para regocijo suyo y de su tripulación. Un tipo genial que bien merecía dicho ascenso por paciencia y por méritos. Y entre estos méritos se incluye saber dirigir a su tripulación sin perder la confianza y amistad de sus marineros.
 
Será cuando Richardson descubra que ya van cuatro submarinos hundidos en el Sector 7 (incluido el suyo) cuando le entre un arrebato y decida volver a echarse a la mar para volver al mismo sector y terminar con el destructor que escolta los convoyes que pasan por allí.
 
Ahora bien, todo el gozo de Bledsoe se verá en un pozo cuando, en medio de la celebración por su ascenso, le comuniquen que no será él quien capitanée el submarino, si no Richardson.
 
El veterano Richardson tiene una buena hoja de servicio por su experiencia y trayectoria, pero además saber mover bien los hilos y moverse entre despachos. Con todo esto será él quien lidere el buque hasta el Sector 7 y ha pedido explícitamente ir ayudado por el mejor segundo a bordo. A la sazón, y muy a su pesar, el propio Bledsoe.
 
Esto provocará cierta tensión entre ambos personajes y veremos notables asperezas entre ambos. En algunos instantes me recordó a otra peli de submarinos que tengo más vista, K-19: The widowmaker, con Lian Neeson y Harrison Ford enfrascados en un duelo semejante.
 
La tripulación aceptará al nuevo capitán (no le cabe otra) y seguirán sus órdenes aún a regañadientes. Sobre todo cuando descubran dos cosas: van al Sector 7, del que no se regresa nunca. Esto aporta una pizca de superstición marinera más típica de Colleridge que de Melville. Es rozar con los dedos al «viejo marinero», sin llegar a apretarlo en la mano.
 

Esta peli no podría destilar mal fario ni negatividad

Lo vemos en las escenas de camaradería dentro del submarino, que a veces parece un crucero más que un raid. Eso y el aire acondicionado que tuvieron que implementar dentro de los submarinos, y la renovación del aire que les permitía incluso fumar… Podrá parecernos pecata minuta, verles comer helado en el postre (el de limón fue uno de los más apreciados en la US Navy durante la contienda), tener dentistas, tiendas a bordo (más en buques de superficie)… comodidades al fin y al cabo que mejoraban sensiblemente las condiciones de vida de sus marineros, sobre todo si las comparamos con las descritas en el bando alemán, en la peli El submarino.
 
Por eso entiendo que el muchacho que apuesta por el sector 7 es un guiño a todos esos marinos y marineros que verán la película, para que identifiquen en él y en la reacción de sus camaradas, esa superstición tan propia de la mar. Pero no la lleva al extremo de ser ni el mal augurio del viejo marinero, de Colleridge, ni el mal fario encarnado de Jonás. Es un guiño, no más.
 
Hay algo que volverá loco a Bledsoe y por ende, a la tripulación del Nerka. No pararán de hacer instrucción y de practicar maniobras inverosímiles. Tanto es así que el capitán necesita batir un récord en una inmersión de emergencia hasta los 17 metros de profundidad manteniendo el periscopio en funcionamiento en tan solo 25 segundos.
 
Nadie entiende por qué ni para qué.
 
Pero Richardson no cejará en su empeño de reventar el cronómetro haciendo maniobras. Todo por mera intuición que luego explicaré.
 
Pasado el tiempo tendrán un primer encuentro con un convoy en el Sector 7 y los aviones nipones, junto con los cruceros, darán al traste (por el momento) la misión. Richardson caerá herido con un diagnóstico del médico que pide que no hagan público para poder seguir su cacería.
 
Bledsoe toma el mando y paradógicamente, siendo el mejor 2º que se podía encontrar en toda la Marina, llegado el momento su 1ª orden como capitán es batirse en retirada.
 
Hasta la tripulación, favorable al 2º empieza a comentar que no es de recibo retirarse del frente cuando llevan 15 torpedos a bordo.
 
Motín, sublevación… submarino armado y preparado y lo quiere hacer retroceder para volver a la base.
Cuando peor está la cosa y el 2º ya ha ordenado regresar escucharán Radio Tokio. Emisora que emitía en inglés para mermar la confianza y el espíritu combativo de los yankis. Y en esa retransmisión escucharán un comunicado en el que los japoneses se dirigen a los familiares de la tripulación de su propio submarino. Los dan por muertos y usan esa información para hacer propaganda.
 
¿Por qué sucede esto?
Porque cuando fueron acosados por el destructor echaron por las escotillas todo cuanto tenían a su alcance para fingirse hundidos. Y los japoneses mordieron el anzuelo. Dejaron de perseguirlos, cesaron las cargas de profundidad y recogieron algunos materiales que flotaban en superficie.
 
Esto hará que los den por muertos y por eso el teniente Bledsoe dará una contraorden para regresar a los estrechos. Y gracias a esta decisión se limarán las asperezas entre ambos capitanes.

«Un torpedo de los nuestros vuelve hacia nosotros«

 
Esta es la clave de la película.
 
Es cierto que hubo muchos defectos en los torpedos. Y es verdad que los había que viraban 180º y se precipitaban contra quien los había lanzado.

El falso paralelismo de Torpedo y Moy Dick

Richardson no es Ahab

Pero éste no será el caso en esta película, y lo que diré a continucación servirá para rematar tanto el comentario de la peli como mi tesis que aleja a Richardson de Ahab.

El torpedo que va hacia el submarino no lo ha lanzado el destructor que escoltaba al convoy. Procede de un submarino japonés que escoltaba a la escolta del convoy. Valga la expresión y valga la redundancia.
 

Los japoneses se guardaban este As en la manga

 
Un As letal.
Porque todos los submarinos americanos atacaban al convoy, y acto seguido eran atacados por el destructor. Pocos se percataban de dicho ataque venóia acompañado por el ataque de un submarino, y eran hundidos. Pero es más, hasta que la astucia, o intuición de Richardson, no entró en escena, ninguno de los submarinos americanos se percató del verdadero origen del torpedo que los había hundido. 
 
Todos perecieron por obra y arte de ese submarino que, en inmersión, iba casi en superficie y despistaba a todos pasando por barco y atacando por sorpresa a los americanos que no llegaban a discernir de dónde venía el ataque. Y si lo hacían daba igual, porque ya estaban esparciendo sus huesos por el fondo del mar.
 
Sólo al entrar en escena el submarino nipón verá la realidad Bledsoe.
 
El rencor, el odio, el resquemor y el desdén con que miraba a Richardson se borrarán de un plumazo al reconocer y comprender que el capitán veterano iba muchos pasos por delante de él. También comprenderá que Richardson no podía saber de la existencia del submarino, pero comprendió que lo intuía. De ahí sus maniobras y de ahí sus silencios sin querer, o sin poder, incluso sin saber dar explicaciones racionales a una conducta que venía de su lado irracional, el de la intuición.


Por este motivo no podemos dar por bueno el paralelismo entre Torpedo y Moby Dick

Porque al final éste Ahab de la US Navy estaba en lo cierto, pese a moverse a golpe de corazonada. Y porque el Starbuck moderno termina descubriéndose ante el capitán veterano, para darle la razón. Y porque por morir, por mucho morir, morirá Richardson, sin arrastrar a su tripulación. Es más, salvándola y salvando a tantas otras tripulaciones al descubrir la jugada maestra de la Armada Imperial creando capa sobre capa defensiva en el convoy.
 
Esto aleja la percepción de un Richardson loco y obsesionado y nos acerca al intuitivo que es, y sí, herido en su orgullo de marino que quiere volver a jugar la misma partida de ajedrez para ver, de una vez por todas, qué piezas tiene el contrario y si las oculta debajo del tablero.
 
Que Bledsoe despida con honores el cuerpo y el alma de su capitán, en la mar, demuestra que esta película no tiene nada de Moby Dick y sí, como apunté un poco más arriba, de La rima del viejo marinero, de Colleridge, explicada en profundidad en Master and Commander.
 
Si te ha gustado el comentario y te apasiona el arma submarina, la mejor lectura disponible, en español, es La guerra submarina en el Pacífico: 1941-1945, de HRM Ediciones. De ahí he sacado yo algunas referencias históricas para enmarcar tanto Torpedo como El último torpedo.
De hecho, en breve, hablaremos de la filmografía relacionada con la Guerra submarina del pacífico en La cartelera de Antena Historia sobre el que os mantendré puntualmente informados.

Películas sobre guerra submarina 2GM en el fancine

 
 
Operación Pacífico
Y si no te has cansado de leer mis comentarios… te dejo para el final este regalito, a modo de cliffhanger:

La película de Moby Dick comentada en el fancine

Otras películas

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