Hoy es 11 de noviembre.
Un 11 de noviembre, precisamente, terminó la Primera Guerra Mundial, a las 11:00h de la mañana. Este comentario nos llevará a esa hora y esa fecha, pero hasta que lleguemos nos queda un ratito.
Sin novedad en el frente de NETFLIX – 2022
Se cuela en el fancine por la puerta de Twitter
No tenía previsto comentarla, de hecho hoy debería estar escribiendo sobre Los chicos del Swing o sobre Cyrano de Bergerac, la de Depardieu. Como veréis son dos pelis totalmente dispares, que terminarán en el fancine. Lo que no sé es cuándo ni por qué orden. Aunque ya me parece ver cómo asoma la nariz de Cyrano por la puerta de mi blog…
Esas dudas y el aluvión de críticas y tuits alabando esta nueva versión de Sin novedad en el frente han propiciado que se cuele.
Y aquí me tenéis, comentando y reflexionando sobre Sin novedad en el frente
No creáis que me dejo llevar por las opiniones ajenas.
A veces abro melones, como dicen mis compañeros de Antena Historia. Melones gratuitos y me meto en unos fregados considerables. Podría limitarte a ser un palmero para ver si cae algo de una plataforma: suscripción gratuita, invitaciones… pero mi compromiso con vosotros hace que tenga que expresar, sin paños calientes, mi opinión. Unas veces me manifestaré a favor de una obra y otras será para todo lo contrario.
Pelis de NETFLIX que he aplaudido con las orejas en el fancine
¿Qué tienen en común todas ellas?
Pensadlo unos instantes…
Un deportista y la superación personal… COVID-19 y el cine, una distopía paramilitar… El negacionismo (en general), una peli de cine negro y un submarino nuclear…
¿Qué pueden tener en común?
Que todas estas pelis son originales. Que todas ellas, que yo sepa, han sido escritas para el cine y no tienen una fuente original con qué compararla. llegan al cine por primera vez de la mano de Netflix y cada una de ellas supone un entretenimiento de primera para el espectador.
Por «fuente original», me refiero a que no son remakes. Es decir, que no había una versión anterior en el cine. Cangrejo negro es la adaptación de una novela, por lo que sigue cumpliendo mi premisa por no beber de un texto cinematográfico previo.
Lo contrario que esta película
Esta peli tiene dos películas por delante, una de 1930 y otra de 1979 y las dos, ahora tres, beben de la novela de Erich Maria Remarche de 1929.
Es decir… Sin novedad en el frente es un remake, del remake de la adaptación de una novela. ¿Habéis jugado al teléfono escacharrado? Pues eso. La tercera versión de la película no tiene nada, pero nada de nada, que ver con la novela.
- La película original de 1930 es una radiografía de la obra literaria. Sus guionistas se la leyeron, la interiorizaron, la paladearon y, dirigidos por su director pasaron la novela del papel al celuloide
- El remake de 1979 es fiel a la novela. Los guionistas se toman unas licencias que ni mejoran ni empeoran el texto, pero reflejan la esencia del mensaje de Remarque a las mil maravillas
- Los guionistas de 2022 han hecho lo que han podido documentándose en Wikipedia
Entiendo que habrá sido así porque han enmarcado bien la peli en la Primera Guerra Mundial, todo un logro. Alguno hasta habrá descubierto que había dos pelis anteriores sobre la misma novela.
Habrán alucinado al ver que una era en blanco y negro, ¿la habrán visto?
Lo de la novela es peor, seguro que se han pasado el rodaje sudando la gota gorda por si les preguntaban si se la habían leído. Menudo marrón…
A cambio se habrán visto todos los tráileres de las otras pelis en Youtube. Al fin y al cabo los guionistas de esta peli son tres: el director, Edward Berger. Luego está Ian Stokell, cuyas únicas referencias encontradas por mi es que le gusta el reggae y su comida favorita es el curry (lo más interesante de este párrafo es este enlace a mi receta de pollo al curry). La tercera guionista es una triatleta campeona de tropecientas carreras pero no he dado con nada que haya escrito con anterioridad.
¿Qué podría salir mal?
El teléfono escacharrado que os dije antes hace que no quede ni rastro de la novela en el guion de esta nueva versión de Sin novedad en el frente. Se pierde el mensaje y se pierde la esencia en la cadena: 1 Novela – 2 Primera peli – 3 Segunda peli – 4 tercera peli.
Creo que ya están preparando otro remake. Están pensando en sustituir las nacionalidades por macroempresas, para que nadie se siente oprimido y comprendamos el peligro del capitalismo. Ya os digo que presento esta idea y me llueven subvenciones…
Pero nada de nada.
Hilo de @elfancine en Twitter
Hay varias cosas que me sacan de quicio en la película.
Por un lado un soniquete que la primera vez que lo escuché me fascinó, y me pareció una apuesta valiente para ilustrar el desgarro de la guerra. La segunda vez también me gustó, y hasta la vigesimocuarta. A partir de la vigesimoquinta empieza a ser cansino. Total, que lo único que aporta de original la película se agota de tanto usarlo y muere de gloria. Acabas harto del soniquete que se termina convirtiendo en una alarma para que los espectadores neófitos comprendan que ahí está el drama. El verdadero drama es tener que guiar al espectador de un modo tan evidente.
Todas las críticas han coincidido en lo bien que refleja la guerra esta película.
No lo hace mal, ya lo digo, pero tampoco es para tirar cohetes. Sí refleja el uso de la pala como arma: mejor arma para el cuerpo a cuerpo por su tamaño, el ancho de la propia pala y el peso que, con la fuerza del brazo la convierte en hacha. Sobre todo para la guerra de trincheras en la que el espacio vela por su ausencia. Los tanques y los lanzallamas que tanto asustaron a Tolkien en esas mismas trincheras… Esta parte he de confesaros que me gustó bastante, salvo porque los alemanes sean tan ineptos que agotan todas sus municiones disparando a los vehículos blindados. Esa parte no la entendí.
La figura del suboficial se diluye cual azucarillo en esta peli, con lo importante que era en la novela y en las otras dos versiones. Si por lo menos hubieran visto una de las antiguas lo habrían comprendido.
La presencia de la muerte
Obvio decir que la Primera Guerra Mundial fue una charcutería humana. Pero parece que cuando los guionistas se quedaban en blanco, y parece pasar varias veces, lo rellenan con ataúdes, uniformes remendados y soldados a medio enterrar en el fango. Menos uno al que han metido tal petardazo que lo vemos en lo alto de un pino medio en pelotas.
Esa escena, lejos de darme pena o remover mi conciencia me sacó tanto de la peli que me sumergió en las viñetas del cómic Sturmtruppen. Cierto es que el cómic está ambientado en la Segunda Guerra, pero hay cosas kitsch, de mal gusto, groseras a la vista, dantescas y grotescas de la peli que me hacían pensar en ese cómic de humor negro rebosante de sadismo.
La actuación es pésima. Deja mucho que desear. No sabría decir si los actores están puestos hasta las cejas de cocaína cuando se ponen a grabar o si les hacen tomársela para interpretar a personajes histriónicos. La verdad es que me provocan empatía y simpatía cero. No me caen bien. No me importa lo que les pueda pasar o lo que (si se ciñen medianamente a la novela) les va a pasar.
lo más flojito de toda la peli: la interpretación
Mirad que hay películas de guerra en las que el grupo lo es todo. Y te preocupas por todos ellos. Y lamentas cuando dejan a alguno por el camino. Incluso en la versión anterior… pero en esta los personajes me dan igual y no llego a empatizar con ellos. Por lo que me da igual si revientan pisando una mina, si los queman con un lanzallamas o si palman congelados. Y todo porque las actuaciones son pésimas, los diálogos ridículos y las escenas parecen memes. Con gran fotografía, pero memes al fin y al cabo.
El protagonista se pasa la película entera pegando grititos, dando saltitos y lloriqueando. Todo ello por separado y, a veces, todo junto al mismo tiempo. Luego volveré sobre el protagonista de la peli… Se hace insoportable e insufrible.
Remarque tuvo la idea de escribir esta novela mientras combatía en el frente. La novela es la suma de muchas experiencias suyas sumadas y combinadas con las experiencias de todo su batallón. Él las condensó, le dio cuerpo y lo narró. Y lo hizo de tal modo que logró algo inaudito…
Personajes de Remarque como protagonistas de la IGM
Una guerra de masas en las que los seres humanos eran mera carnaza. Una verdadera carnicería humana. Muchachos avanzando en masa, como en las guerras napoleónicas, o como en la guerra de secesión, pero con ametralladoras, alambres de espino, algunos electrificados, minas, gases… Toneladas de vísceras desparramadas por el fango y otras tantas avanzando hacia el frente esperando terminar agujereadas por las ametralladoras del bando contrario.
Pues bien… en ese caos. En esa marabunta humana y en esa anarquía total que es el frente de una guerra aparece nuestro hombre. El protagonista que antes os dije que volvería a hablar de él.
Obviando que en muchos diálogos habla como los neandertales de En busca del fuego, y resulta bastante patético porque no se le entiende, su desarrollo emocional desaparece del guion.
Aquí está la clave. En las anteriores, así como en la literatura, nos paseamos por el frente alemán viendo la evolución del personaje. De crío a adulto, de soldado a carnicero… Remarque remarca perfectamente esa evolución y vemos todos los estadios de su personalidad haciendo que sea un perfecto ejemplo de un «round character» o personaje complejo que evoluciona conforme avanza la narración (y redondo). El Paul Bäumer de esta versión es un personaje «flat» o plano, vacío. No es complejo, no evoluciona, ni madura ni cuenta que le fundó… Llora, grita, salta, pero madurar, evolucionar… nada de nada.
La complejidad de los personajes radica en la capacidad que tiene su autor para profundizar en su psique y plasmarla en la novela (o en un guion). Aquí tenemos a un niño gritón que da saltitos en el cole y tenemos a un niño gritón que da saltitos en la trinchera. Se comen la maduración del personaje y se comen su evolución personal. Que es, insisto, el mayor alarde de Remarque: ser capaz de centrar el 100% de nuestra atención en un único personaje y hacernos comprender su viaje vital. Todo eso desaparece en esta película. Y si eso desaparece la peli se convierte en… no sé en qué se convierte, pero no en Sin novedad en el frente.
Ahora, queridos lectores, el SPOILER definitivo
Por lo que os recomiendo que veáis las películas de 1930 y 1979 para comprender lo que os voy a contar a continuación.
¿He mencionado la de 2022?
No, la he olvidado. O mejor «no la he olvidado», sin la «,». Pero toca deciros que la veáis, siempre en el orden en que se hicieron, para que podáis comparar ésta con las otras dos y comprendáis por vosotros mismos el bajón intelectual que supone esta entrega repleta de gestitos, saltitos y grititos. Tanto que acabas deseando que los personajes salten por los aires para darte un respiro. Al principio están envalentonados, pero asustan lo mismo, o menos, que los mogwai antes de convertirse en Gremlins. Me refiero a antes de comer el pollo. Los de la cajita…
Vamos con el final de la película.
Un despropósito total.
Por cierto, de visitar su localidad natal para ir a ajustar cuentas con el maestro de la escuela que embaucó a toda la clase para irse al frente ni mu. No sale, ha desaparecido del mapa. Con lo importante que es ese capítulo…
Una necedad, una ridiculez y una muestra más de insolencia por parte del director, del guionista, de quien no he encontrado más obras y de la triatleta entre quienes han reventado la novela. Eso y el final…
El final de Sin novedad en el frente de NETFLIX es como el principio de Uno Rojo, División de choque
Digo esto por buscarle una medio lógica. Esa otra peli termina con una muerte tras el alto el fuego tras el armisticio del 11 de noviembre de 1918. Y esa muerte dará sentido a toda la película y terminará de modo circular rayando la perfección.
Este final, en esta película no es Sin novedad en el frente. Es cualquier final de cualquier película de guerra, pero no de esta. No podía terminar como termina la película. No cabe mayor estulticia narrativa y menor coherencia en una adaptación cinematográfica de una obra literaria. Es una concatenación de tonterías que nos precipitan hacia la tontería final. La más tonta de todas las que vemos en la peli: la carga en la que muere el protagonista.
Porque sí, se muere. Paul Bäumer muere en esta y en todas las demás versiones.
Pero es cómo muere lo que la diferencia de todas las demás.
En esta versión el protagonista muere mal, muy mal. Ya os he hablado de la capacidad de Remarque para abstraernos del millón de soldados que le rodean para hacer una obra profundamente intimista. Y si la peli era intimista, la muerte del protagonista era el colmo del intimismo. Sea intentando alcanzar una mariposa o dibujar a un pajarillo. Esas dos muertes previas, igual que en la novela, nos estremecieron por la soledad y el aislamiento sensorial, psicológico y emocional del protagonista, capaz de, tras hacer todo ese recorrido de madurez personal, abstraerse en la belleza de la Naturaleza para huir de la misma guerra.
Aquí no. Secuencia forzada sobre secuencia más forzada todavía, el protagonista morirá con el corazón atravesado por una bayoneta en una trinchera francesa después de una carga masiva. La última carga masiva a escasos minutos de que se proclame el alto el fuego. Es verdad que resulta dramática esta muerte, pero no patética. Y es el patetismo de como cae con la mariposa/pajarillo lo que confiere, si cabe, mayor fuerza narrativa a la obra original y a las dos adaptaciones previas.
Morir como en esta peli, luchando, tiene su épica y su razón de ser. Eres un soldado que mata o muere, y esta vez le toca palmar. Hasta ahí fenomenal. Pero esta obra pacifista no buscaba exaltar al soldado sino lamentar la pérdida de una generación de alemanes engatusados para ir al frente y buscar la Gloria. Una gloria que no solo no llega sino que, además, se trunca en patetismo por morir a destiempo, a deshora y sin épica alguna. Con una bala perdida en un pecado de ingenuidad de un muchacho hecho hombre a hachazos que, si rascas en su piel, te descubre al niño inocente que lleva dentro.
Este desmarque de la novela es ese alarde de soberbia de los guionistas malos de nuestros días
Pasó con El hobbit, con Las cuatro plumas, con Los siete magníficos y con todo lo que se recrea en nuestros días a partir de una novela o de otra peli.
Los guionistas actuales se creen mejores que los que les precedieron y deciden terminar la película mejor de como terminaba la original. Porque ellos lo valen, y te cambian un final sin comprender que es precisamente el carácter intimista del final original lo que daba sentido a toda la obra y la convertía en perfecta con un final perfecto. Y no la sucesión de peleas y carreras que se pega el pobre Paul Bäumer para terminar fiambre a las 11:00h del día 11 de noviembre de 1918.
Despido así este comentario de una peli que si no se hubiera titulado como está titulada (y aquí respondo a Mi cine bélico a su pregunta: «¿Y si no se titulara Sin novedad en el frente?»). Ya se lo decía entonces, y lo repito aquí: Quizás la daría un aprobado, pero esa no es la cuestión. Eso sería hacernos trampas en el solitario: si han cogido el nombre de la novela es porque quieren aprovechar el tirón del mismo. Y si luego se inventan la trama… Y sí, es verdad: si esta peli se hubiera llamado Muerte al límite. Muerto en la prórroga, no me habría molestado. Pero es el cambio del original, y mantener el título, lo que ha provocado este artículo.
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Como dije al principio del comentario, un día como hoy terminó la Primera Guerra Mundial.
Enlace al audio en Antena Historia: CINE DE TRINCHERAS – 1GM
Pelis comentadas en Cine de trincheras:
Y de modo indirecto: Tolkien
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A modo de apostilla os comento la escena en la que comparten unos huevos robados y rotos para no desaprovecharlos. Parece sacada de las trincheras de Flandes y sólo me faltó ver llegar a Íñigo de Balboa en Alatriste.
Os dejo también enlace al Hilo en Twitter comparando las tres versiones de Sin novedad en el frente con la novela en el que comenzó todo este comentario.
