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Los señores del acero

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Los señores del acero

Título: Los señores del acero
Título original: Flesh + Blood (Flesh and Blood)
Director: Paul Verhoeven
Guion: Paul Verhoeven (texto original de Gerard Soeteman)
Nacionalidad: Holanda, USA, España
Año: 1985
Producción: Gijs Versluys
Productora: Coproducción USA-HOL-ESP: Riverside Pictures Production, Orion Pictures
Distribuidora: Orion Pictures
Duración: 126′
Música: Basil Poledouris
Fotografía: Jan de Bont
Montaje: Ine Schenkkan
Vestuario: Yvonne Blake
 

Ficha artística

Rutger Hauer – Martin
Jennifer Jason Leigh – Agnes
Tom Burlison – Steven
Jack Thomson – Hawkwood
Fernando Hilbeck – Arnolfini

Maquiavelo y los «condotieri», mercernarios o soldados de fortuna

Maquiavelo abogaba por eliminarlos. Por defender las ciudades estado pre italianas con milicias locales. El mismo que explicaba la aparición del soldado de fortuna tras repartirse Italia (la futura Italia) entre repúblicas (ciudades estado) y la Iglesia (Roma). Ésta última terminará reclutando su propia tropa o guardia suiza entre los fieles que no se rindieron al «Saco di Roma». Lo explicaba, pero a mi entender no lo justificaba. A estos suizos que hoy conocemos como la Guardia suiza del Vaticano. Llevaban décadas aportando soldados para defender la ciudad estado y santa. Venían precedidos por la fama, bien ganada, en las guerras de Borgoña que enfrentó al ducado homónimo con la dinastía Valois.
 
Esta era su propuesta para contrarrestar estar a merced de los soldados de fortuna, conocidos como «mercenarios», aunque éste término se ha pervertido con el paso del tiempo. Según la RAE, el mercenario habla de «un soldado o de una tropa: Que por estipendio sirve en la guerra a un poder extranjero».
 
La fórmula sirvió, en tiempos modernos, esto es, a partir de 1942, tras la reconquista de Granada y el descubrimiento de América a manos de Cristóbal Colón, ambas gestas lideradas por los Reyes Católicos. Tiempos modernos que van (o fueron) desde ese año hasta la Revolución Francesa en 1789.
Para entender esta película hemos de partir de un precepto que tiene que quedar claro: el mercenario era la fórmula más común en los ejércitos reclutados tan rápidos como desmantelados en la Edad moderna, salvo el castellano y después español, que por supuesto reclutó soldados extranjeros, pero de dentro de sus territorios como Imperio.
 
El ejército mercenario es la clave en la milicia europea del Renacimiento.
 
Lo expliqué en El oficio de las armas, pero lo refrescaré un poco aquí puesto que sin abordar el tema no se podrá entender la película. Aunque no os preocupéis, puesto que intuyo que la mayor parte de los lectores querrán meterse en la peli y no que me ponga gafapasta (para eso está la peli que he mencionado al principio del párrafo).
 
Seré breve pues…
 
Pero demos una pincelada cultureta para que nadie diga que el fancine no tiene nivel…

Cuando me refiera a los mercenarios hablaré de «condotieros»

Porque el condotiero era un soldado, o una tropa, sin bandera que ponía sus armas al servicio del mejor postor.
 
Y esto dio muchas glorias, sobre todo en Italia, aunque por aquel entonces no existía Italia, pero sí las ciudades estado que, sin suficiente población para tener y retener y mantener una tropa acantonada durante años, a la espera de una hipotética guerra, acudían a estos condotieri (condotieros en plural, en italiano) para que les sacaran las castañas del fuego.
 
Condotieros que se enfrentaban a otros condotieros, que defendían los intereses de la otra ciudad de turno que te atacaba. Insisto: siempre había tropas locales, pero su número no era suficiente.
 
Por lo tanto el condotiero era un soldado recurrente al que acudir, pero eran caros y, a veces, incluso sobornables. Es verdad que ofrecieron grandes servicios  aunque muchas veces la liaran parda de verdad cuando apoyaban las picas en una mesa, se quitaban los guantes y se sentaban a negociar, en vez de combatir, con el líder condotiero del otro bando. Por eso Maquiavelo abogó por las milicias locales, para que éstas, aun siendo inferiores en número, sintieran el ardor de tener que defender no sólo a su señor, sino a sus familias que vivían en la misma ciudad.
 
Esa condición condotiera hizo que muchas tropas amanecieran defendiendo una plaza y anochecieran rindiéndola por dinero o unidos a los atacantes, también por dinero. Esto era lo que los convertía en impredecibles.

Este es el contexto de Los señores del acero

Y tanto es así que el jefe de la tropa será un tal Hawkwood.
 
Hawkwood hubo uno, que alcanzó una gran fama por sus actos y terminó convirtiéndose en el primer condotiero de todos. El primero y el más importante.
 
Aunque ese honor varía según la fuente que consultemos pues para Giovanni Villani, cronista florentino, el honor sería para Roger de Flor, y para Dante sería Ezzelino da Romano a quien meterá en el séptimo círculo de su Infierno.

De estos tres yo me quedaría con Roger de Flor

Pero veo que ya estoy sucumbiendo al gafapastismo del que antes dije que rehuiría aquí…
 
Vamos pues con la peli y si queréis saber algo más, o todo cuanto se pueda saber sobre los condotieros, os recomiendo que leáis el libro de Geoffrey Trease: Los condotieros – Soldados de fortuna.
 
El Hawkwood de la peli arranca asediando un bastión, que si bien recuerdo está grabado en las murallas de Ávila. Lidera a su hueste al servicio de su señor, un tal Arnolfini, antiguo señor de la misma ciudad que ha recurrido a las tropas de Hawkwood para reforzar su ejército y recuperarla.
 
Arnolfini ofrece a sus condotieros un día entero de saqueo si logran rendir la plaza.
 
He de explicar que antes de un asedio, o de un asalto a una muralla solían negociar con los sitiados. A veces, si se rendían había clemencia, si se defendían ya podrían ganar o lo normal era que las tropas enemigas pasaran a cuchillo a la población, robaran todo cuanto pudieran robar y violaran a las mujeres que pillaran por el camino. Todo esto a modo de castigo por ofrecer resistencia y como oferta disuasoria para evitar esa resistencia y ahorrarse las bajas en las filas propias.
 
Las tropas de Hawkwood entran en la ciudad y la rinden, y rindiéndola, se abandonan al pillaje, al saqueo, al robo, el asesinato y a violar, pero la fiesta se irá a la porra cuando el jefe del ejército, Arnolfini, que no el caudillo militar (Hawkwood) decida retirar su oferta de saqueo porque comprende que no entraría con buen pie en su propia urbe si permite ensañarse con su población a los soldados de fortuna.
 
Esto supondrá la ruptura entre el señor y los condotieros.
 
Y los mercenarios, aunque no todos, pues habrá encerrona y ataque a traición, escapan a uña de caballo. Como decía Arnolfini no solo cambia su parecer sino que intenta eliminarlos para evitar que se conviertan en una amenaza para él, sus soldados y su ciudad ya recuperada.
 
A partir de aquí la película seguirá a un puñado de estos mercenarios que harán cuanto puedan por sobrevivir a toda costa.

A propósito de Paul Verhoeven

Un director holandés que usa el cine como altavoz para su militancia de izquierdas. Lo veremos a lo largo de su filmografía, siempre amoldando el argumento para filtrarnos que el capitalismo es un error. Y para hacernos ver el lado cruel y oscuro de las democracias capitalistas. Sobre todo en su siguiente peli, RoboCop, en la que intentará hacernos pensar que el fascismo es la cara agresiva de las democracias occidentales, como queriendo olvidar que el fascismo, igual que el nazismo (nacional socialismo) y el comunismo son tres manifestaciones del socialismo.
 
Suele arrimar el ascua a su sardina inoculando el mensaje de la lucha de clases en sus pelis. En esta puede que le salga bien al principio, Me refiero a esa la lucha de los desamparados abandonados por sus señores, como si quisiera trasladar la lucha de clases al siglo XVI, pero sin el como. Y como alternativa nos plantea el anarquismo total, que es lo que veremos en el grupo del nuevo jefe, instaurado mediante el engaño y la amenaza física: Martin.
 
En un sistema ácrata (que reniega de cualquier principio de autoridad moral y/o legal) el orden se impone por la fuerza. Es cuando despojas al ser humano de su lado civilizado y lo devuelves a las cavernas: el fuerte manda y el débil obedece.

El fracaso de la anarquía

Aquí quiero creer que le salió el tiro por la culata a Verhoeven quien propone la anarquía como alternativa a una sociedad medieval con sus gremios artesanos, los impuestos y su defensa armada contra el invasor como una proyección del actual capitalismo para renegar de él indirectamente. Y digo que «le sale el tiro por la culata» porque veremos que su plan alternativo, esa anarquía, es dictatorial y se somete a la violencia física y psíquica de quienes obedecen al macho Alpha. Es decir, esa anarquía violenta sería un ejemplo del tan manido heteropatriarcado que hoy en día denunciaría el propio Verhoeven.
 
Propone sustituir un modelo social por otro. Pero silencia el resultado, que es un fracaso total. En el renacentista habría tiranos, por supuesto, siempre los hubo, los hay y los habrá. Pero una sociedad organizada en la que los gremios pueden especializarse, los ciudadanos se someten a un código (la Ley) que cuida de todos por igual y los jefes se marcan los límites que esa misma Ley les impone, quizás no sea un modelo perfecto, pero siendo garante de la Libertad y de la seguridad legal, es un modelo a seguir mejorando y defendiendo. Digo que silencia el resultado porque al principio de la peli nos parece fenomenal que, tras ser traicionados, los mercenarios huyan y se hagan fuertes en su número. Y que hagan de las suyas para sobrevivir.
 
Pero pasa la peli y vemos que esa huida no es tal. No buscan amparo ni un terruño en el que echar raíces. Son personas que viven por y para la violencia. Que someten y son sometidas mediante la violencia. Son personas ajenas a los derechos de nadie y sólo deseosas de saquear, robar, matar y violar. No son productivos sino parásitos pues arrasan todo allí donde se establecen y cuando no quedan existencias, pues no son productivos ni saben cosechar ni esperar ni sembrar, ni cuidar un ganado, sino consumir lo que otros han trabajado con el sudor de su frente, entonces hacen de nuevo el hatillo y buscan otra tierra que saquear.

El macho Alpha

Un modelo de macho Alpha en el que manda el que tiene más fuerza y la ejerce con mayor tiranía para tenerlos a todos sometidos a su voluntad. En la peli veremos cómo se desmorona todo y cómo este modelo alternativo de sociedad sobrevive mientras tengan bienes ajenos que consumir, pero a la hora de producir se disuelve como un azucarillo en agua.
 
Porque esto veremos desde el momento en que la nueva tropa se haga con el protagonismo de la película. Veremos cómo arrasan con todo como si fueran una plaga bíblica. Hasta lograr hacerse con el control de un castillo de segunda división, poco y mal defendido, a merced de su tropa que incluye guerreros, prostitutas y un cura.
 
No podía faltar el cura siendo Verhoeven no sólo ateo sino anticlerical. Un cura propio de 1898: Los últimos de Filipinas, peli en la que nos pintan un cura yonki para desacreditar a la Iglesia.
 
Antes de llegar a este punto habremos visto la llegada de un nuevo personaje a la tropa de Martin. Se trata de Agnes, la hija de un señor local que estaba comprometida con el hijo de Arnolfini.
 
Esta chica será secuestrada por la tropa de Martin y arrastrada con ellos para convertirse en el juguete sexual de estos guerreros. Todos se frotan las manos y sacan número para violarla pero en un golpe de astucia ella comprenderá que Martin es su única salvación. En menos de un par de minutos tendrá que elegir entre ser el juguete de Martin y someterse a él o caer en las manos de toda su tropa, y elegirá el mal menor y seducirá al líder. Un líder igual de bruto e insensible que el resto de sus hombres.
Al fin y al cabo el líder, que se ha impuesto, como decía, por embustes y amenazas. Esto exactamente esto es lo que hicieron muchas mujeres soldado del ejército rojo en la Segunda Guerra Mundial. Hartas de ser usadas y violadas por sus camaradas y compatriotas algunas buscaban el amparo de un suboficial o de un oficial en el mejor de los casos para ser su juguete sexual a cambio de protección, mejor que seguir siendo violentadas por toda la tropa. Una tropa, la rusa, que violó a más de 1.000.000 de mujeres en su avance hasta Berlín.
 
Una vez en el castillo terminarán descubriendo que sus defensores estaban menguados por causa de la peste. Muchos de ellos habían muerto por su culpa y de los que quedaban con vida sólo una niña, apestada, logrará huir.

Un salto atrás en Los señores del acero

Al momento anterior a que Martin conociera a Agnes, a quien conoce, dicho sea de paso, cuando asalta su caravana y su tropa asesine a casi todos los que la acompañan para robar sus pertenencias. Ella venía con Steven, el hijo de Arnolfini, su prometido.
 
Por eso, de vuelta al castillo que han ocupado (el castillo de Belmonte en Cuenca (en la vida real, claro, porque en la peli no se deja claro dónde están aunque todo apunta a que están en la actual Italia)).
 
Steven se salvó y será el mismo Hawkwood, otrora el líder seguido y respetado  de todos estos condotieri renegados. Será él quien guíe la búsqueda de Agnes, quien quedó atrapada en su carroza presa del pánico. Agnes se nos mostrará como una muchacha astuta y con las cosas bien claras capaz de sobrevivir en cualquier circunstancia, por dura que sea.
 
Steven y Hawkwood encontrarán a la niña que había huido y esta será quien los ponga sobre la pista para dar con los condotieri que han ocupado el castillo de su familia.
 
Hawkwood caerá contagiado por la peste y esto, por lo menos, le dará una idea: contagiarlos a todos lanzando trozos de un perro enfermo por encima de las murallas. Entre medias Steven cayó preso de Martin. Lo tiene encadenado como a un perro.
 
Se darán varios casos de contagiados entre los sitiados y al final todos terminarán revelándose contra Martin y contra Agnes. Contra él porque creían que ella le había absorbido el cerebro y contra ella porque desde que apareció en escena Martin había perdido el norte y no era el mismo.
 
Al final Steven se escapará e intentará salvar a Agnes de las garras de Martin. Antes de permitir que Agnes vuelva con su prometido prefiere asesinarla. Recordemos que Verhoeven ya no lo dice ni lo recalca. Lo obvia más bien, pero éste era el líder de esa Sociedad alternativa que nos planteaba. Secuestra a una muchacha, la viola y la hace suya. Cuando ésta quiere volver con la persona a la que ama prefiere degollarla antes que dejarla partir. Eso, en la sociedad que él critica, está penado y el varón que trate así a una mujer se verá enfrentado a la Ley. Cuando la Ley es la del más fuerte… sálvese quien pueda.
 
En el camino abrirá las puertas para que entren las tropas y éstas logran reducir a los condotieros sublevados. Después encontrará y salvará a Agnes antes de ser estrangulada por Martin. La pareja se reúne y Martin, contra todo pronóstico, logrará escapar y desvanecerse en la pantalla iniciando una nueva vida en solitario que, tristemente, lo llevarán a seguir siendo igual de despreciable.
 
Esta sería la quinta película de Rutger Hauer con Paul Verhoeven, y también hicieron una serie llamada Floris, en 1969, que sería como un precedente y versión light de ésta película. La primera después del papel como replicante en Blade Runner. Ambos, director y actor, eran de armas tomar y tenían sendas personalidades arrolladoras que traerían de cabeza al resto del equipo de rodaje: técnicos y actores. Todos ellos sobrepasados por las discusiones y el duelo de egos constante entre los dos.
 
Rutger Hauer también está presente en otra peli aquí, en el fancine: Sin City.
 
La música de la peli correrá a cargo de un genio de las bandas sonoras, ni más ni menos que Basil Poledouris, responsable de las músicas de Amanecer rojo y Conan el bárbaro.

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