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La burbuja

Tabla de contenidos

El día que publiqué mi comentario de Pacific Rim dije que era lo equivalente a una pizza, o a una hamburguesa en lo referente a la gastronomía… Sabrosa, deliciosa, grasienta y potencialmente peligrosa para tu salud si pasa de ser la excepción en el menú a ser la norma.

Hoy voy a ir un poco más lejos… Me quito la venda crítica de los ojos, sobre todo porque no soy crítico (sustantivo, aunque sí como adjetivo) cinematográfico. Me limito a comentar películas desde mi punto de vista. Y este punto de vista suele ser contextualizando una película en su período histórico. Y aunque os parezca mentira, esta peli tiene contexto: doble contexto…

COVID y Tik Tok

Pacific Rim.

¿Pacific Rim?

Esta peli irá mejor al saco de Sharknado. Película mala desde que se concibió, como la de los tiburones, pero igual de divertida.

Esta peli narra la aventura de reunir a un grupo de actores en una burbuja sin COVID para grabar la 6ª entrega de la 23ª saga de mayor éxito de la historia del cine. Vamos, una porquería. Lo que no nos dice es si está entre la saga de Avatar (que amenaza secuela) y la saga de Star Trek.

Ya he mencionado COVID dos veces. Empezaré por ahí porque precisamente estoy metido en casa con COVID, desde la semana pasada. Afortunadamente lo llevo muy bien y puedo escribir entre fiebres y tiritones. El responsable de salud (en la peli) pasó tres veces el COVID (en la peli, claro), y como él mismo dice: «la 1ª vez ni me enteré, la 2ª estuve en coma y la 3ª perdí el sentido del gusto y del olfato y la confianza en la gente y no puedo llevar anillos porque los dedos se me deforman de un día para otro». Por suerte lo mío se queda en los síntomas de un gripazo y una debilidad brutal desde hace casi una semana.

Antes de seguir os confesaré que yo soy uno de los paranoicos del COVID. Y os confesaré, también, que usaré este post como catarsis para quitarme la presión de encima y liberarme. Hasta para reírme de mi mismo.

He vivido 775 días obsesionado con el contagio. No he ido al cine ni una vez en dos años. No he ido al Bernabéu, ni he comido dentro de restaurantes en todo este tiempo. He lavado con legía todo lo que ha entrado en mi casa. Y cuando digo «todo» quiero decir «todo»: Comida, productos de limpieza, las cosas de la farmacia, pelis y libros que me ha traído AMAZON… De hecho los pedidos los dejaba en el buzón tres días. Después los recogía y los pulverizaba con alcohol y los dejaba otros dos días en el trastero, por si las moscas.

Cuando me contagié, la semana pasada, no pudo ser por falta de precaución… salía a la calle con dos mascarillas: una FPP2 y otra sanitaria por encima. Esto, lo de doble capa, lo hacía desde agosto de 2021. Digo «hacía» porque cuando de negativo y pase el COVID racionalizaré, por fin, el tema de las mascarilla. La usaré en lugares cerrados por respeto a quien pueda tener los mismos temores que tenía yo antes de contagiarme y en los abiertos, si estoy solo por la calle, me la quitaré.

Han sido dos años muy duros. No he pisado la casa de un amigo y sólo uno entró, una vez, en mi casa una vez en estos dos años… Por eso confieso que quizás he estado un pelín obsesionado… Y por eso estoy comentando ahora esta peli. Porque trivializa y bromea sobre la COVID. No es que le haya perdido el respeto de golpe. No. Ni mucho menos. Estar contagiado me asusta todavía un poquito. Aunque creo que este contagio está siendo la mejor terapia anti-COVID que podía experimentar. Creo que cuando salga de esta habré cambiado y recuperaré la inmensa mayoría de mis hábitos anteriores. Sin dejar de pensar en las personas inmunodeprimidas que siguen temiendo al COVID tanto como yo lo temía hasta hace una semana.

Porque, humor a parte, esas personas se sienten más vulnerables que nunca. La retirada masiva e indiscriminada, yo diría que descontrolada, de las mascarillas las deja vendidas al contagio por su carencia de defensas biológicas.

Hecha esta reflexión…

Volvamos al COVID, pero al de La burbuja

La peli refleja la paranoia que hemos vivido por obra y gracia de la ingeniaría genética (y social) del partido comunista de la China. Y si no del Partido Comunista Chino, si de los científicos chinos autorizados a investigar por el Partido Comunista, que es lo mismo pero de un modo indirecto.

Y ojo, que lo que veremos en la peli era algo impensable antes de este ¿desliz? científico. No afirmo «desliz» porque para mi gusto es demasiada casualidad que el virus lo creen en un laboratorio en Wuhan, «se les escapa»… y dos años después China emerge casi como la primera economía mundial y el virus y sus efectos sociales, políticos y económicos ha reventado él solito la economía de todo Occidente. Insisto… me parece demasiado casual.

Lo impensable que iba a mencionar antes, habría sido pensar que todo el planeta compartiera no sólo una pandemia sino también confinamiento. Desde Argentina hasta Japón, de Sudáfrica a Noruega, pasando por Nueva Zelanda, dejando a barcos repletos de tripulaciones y hasta de turistas aislados. No me negaréis que eso habría sido impensable. Y eso, en menor medida, será lo que veremos en esta peli.

Ojo, en la peli veremos cómo los directores del hotel en el que se ha internado el grupo de actores toman decisiones draconianas que no se ajustan a derecho alguno. Vamos, como el Gobierno de España en plena pandemia, saltándose la Constitución y la Ley mientras nos decía lo que podíamos aplaudir y lo que no al más puro estilo 1984, pero sin ficción y en 2020-21.

Vuelvo a la peli que me voy por las ramas…

En La burbuja veremos todas las cosas inauditas del COVID

Por un lado el mero hecho de necesitar aislar a todo el equipo de rodaje: actores, técnicos y empleados del hotel… Tenerlos que hacer pasar exámenes y test COVID para ver si venían infectados. Y a los sanos aislarlos e incomunicarlos entre si. ¡Inaudito! Esto era impensable hace un lustro. Y ahora lo vemos en esta comedia y nos reímos. Nos reímos sí, pero sabemos que acabamos de vivirlo. La escena en la que hay uno de la productora en una carpa que va dando la bienvenida a los actores embutido en una máscara facial y una mascarilla, esa escena es brutal porque se ha producido de verdad.

Como la obsesión (esta la he tenido yo) de mantener la distancia social. En la peli llevada al extremo de inmovilizar y reducir a un actor que se acerca a abrazar a otro cuando se ven. Ahora lo vemos y nos reímos, pero lo hemos vivido durante los últimos dos años.

Esas medidas se ven en esta peli. Y espero que dentro de una década, si Putin no pulsa el botón nuclear y termina de cargarse a la Humanidad, veamos esta comedia y otras muchas, y podamos reírnos un poco de todo por lo que hemos pasado. Pasado y sufrido.

Sin olvidar a los muertos. A los reconocidos y a los que aparecerán archivados si algún día se investigan los despachos de nuestros ministros y las órdenes internas de cómo negar el efecto del virus, cómo negar los contagios y cómo negar los muertos hasta el punto de prohibir a la prensa sacar fotos de las morgues.

Lo primero hacerles justicia a ellos y a sus familiares. Y después, si todo va bien, que ojalá sea así, que podamos ver la bis cómica de todo cuanto hicimos. A mi me está sirviendo de catarsis, como dije.

Dentro de la peli, se va a rodar la 6ª entrega de Bestias de los riscos. Cuenta con el mismo reparto que en las primeras 4 entregas, puesto que su prota faltó a la 5ª al preferir hacer otra en solitario: La rebelión de Jersusalén que, a pesar del título, iba de una mujer (ella) mitad judía y mitad palestina, que hace que judíos y palestinos abandonen sus diferencias para luchar contra un enemigo común: los alienígenas. Un fracaso de película que sí logró unir a ambos pueblos, pero para condenarla por la aberración de película. Tan mala que, como dice otra de las actrices para reconciliarse con la prota: «todos los críticos del mundo se han equivocado». Y es que la peli por poco tener hasta había cosechado un 4% en Rotten Tomatoes.

Sin embargo el resto del equipo anda un poco resentido con ella y celebran que en la 6ª peli pase a 2º plano y ceda su protagonismo a una niña que nunca ha actuado pero arrasa en TikTok.

El caso es que regresa, a regañadientes y por las presiones de su representante que quiere recuperarse del varapalo de La rebelión de Jerusalén y la convence para volver a la saga que la encumbró. Bueno, hemos de decir que su representante pasa de ella mil pueblos y sólo la enrola por la pasta.

La niña de TikTok no tiene ni puñetera idea de actuar, pero tiene una legión de seguidores, por lo que será la nueva protagonista, para aprovechar el tirón publicitario y mediático. Cuando se reúnen en el hotel para conocerse, cineastas, actores y equipo técnico, la preguntan si era fan de la saga y dice sin miramiento alguno que no, que vio el tráiler de la 2ª peli, pero nada más. Menuda petarda. De hecho no permite que nadie la grabe, ni el del vídeo para el make of, porque así lo ha plasmado en el contrato.

La peli es irreverente, grosera, mal hablada y peor actuada, pero todo esto hecho adrede por un reparto interesante que mezcla a Karen Gillan, Iris Apatow, Maria Bakalova, Leslie Mann, Pedro Pascal, David Duchovny, Keegan-Michael Key, Harry Trevaldwyn, Daisy Ridley y yo qué sé cuántos más, pero todos están geniales.

Me parto cuando veo las dos semanas de confinamiento obligatorio para poder acceder a la burbuja. Cada uno tiene su personalidad, su naturaleza y su carácter y vemos cómo el aislamiento va produciendo estragos en los unos y los otros. Una vez terminado el aislamiento vemos a unos necesitados de contacto físico y a otros huyendo del contacto. Como en la vida misma.

La peli va en la línea de No mires arriba y nos mete juntos a ultras de una y otra manera de pensar, negacionistas anti COVID, otros obsesionados… todos mezclados y viendo la manera de pensar y expresarse de unos y otros.

Vemos a todos los que forman parte de la peli por un lado y por otro lado vemos al equipo del hotel, que se mantiene al margen de las vidas de los actores pero se someten al acoso de los famosos que a las dos semanas de burbuja estarán más salidos que el pico de una mesa y buscarán rovolcones por todas las esquinas.

Habrá dos grupos más en la peli.

Otros vinculados al rodaje: los productores y directivos que no estarán confinados y sí esquiando, en la playa y/o de safari huyendo, a su modo, del contacto social y vacunándose cuando no había vacunas para todos.

¡Viva el Betis manque pierda!

Porque sale el Real Betis en La burbuja

Porque la prota vivirá una aventura tórrida con un jugador del Betis que la hará gritar al ritmo de «mucho Betis». Como lo leéis. El Betis tiene un partido de competición europea en Inglaterra y está hospedado en el mismo hotel, en la planta de arriba. El único «pero» es que nos planta a un bético revolucionario que poca gracia haría a los béticos de bien, entre los que me incluyo, que no verían con buenos ojos que se identifique a un jugador del Betis con un sindicalista revolucionario, como si fuera un sevillista. El caso es que éste bético la volverá loca en la cama y la sorberá el seso (sí, con «s») hasta hacerla liderar una revolución laboral entre los actores. Al mas puro estilo La residencia de los dioses, de Astérix.

La peli (de las bestias, es decir, la que están filmando) tiene un guion infumable que aglutina todos los tópicos de las pelis de plataformas de nuestros días: un reparto inclusivo, menciones de género (como ¿Quién ha podido hacer esto? refiriéndose a la devastación del planeta y la respuesta del actor que hace de activista (Pedro Pascal) que dice: «el hombre… y la mujer». Cambio climático y toda esa jerga progre que hay que incluir en estos días para que te aprueben una peli. Todo eso sale refrito en la peli, pero por una (bendita) vez, para que nos riamos de ello.

Veremos las vidas entrecruzadas de los actores. Y veremos su falta de cultura cuando se pongan a hacer la clásica escena en la que todos se ponen a cantar una canción con uno de ellos al piano, y no sepan pasar más allá de la segunda estrofa porque se conocen la primera y nada más…

Llegados a esta altura de la peli volverán a confinarlos y las locuras de todos ellos se agudizarán. Pedro Pascal lleva media peli queriéndose tirar a la recepcionista. Ella está enamorada de él pero no quiere sexo por sexo y le niega la relación carnal. Eso sí, se terminará liando con la mujer de la App que usa para hacer ejercicio, quien a la sazón será Daisy Ridley (Rey, de Star Wars) quien por cierto no encuentra trabajo en la vida real porque se quedó encasillada en el papel de Jedi).

El equipo responsable de la seguridad y la salud de los actores se endurecerá tras este segundo confinamiento trayendo a un paramilitar que convertirá el hotel en un campo de prisioneros al estilo La gran evasión.

La grabación, lo que se dice la grabación de la peli y la propia peli será una locura, como las relaciones entre actores, personal del hotel y los nuevos fichajes de seguridad que no dudarán en disparar a una de las actrices que intenta abandonar el lugar. Sin lograr evitar que las más jóvenes del reparto logren escaparse para irse a una fiesta en Londres trayendo consigo el virus y liándola parda con actores contagiados con todo tipo de síntomas.

Lo mejor, si cabe, es las condiciones en que salen a grabar infectados con los estómagos hechos polvo y grabando una escena en la que se supone que están escalando uno de los riscos…

Como decía al principio la peli no es ninguna joya y va por el camino de No mires arriba. Pero también os he dicho que es divertida. Para algunos larga, para mi divertida y, si eres capaz de entrar en el rollo friki con que grabaron la peli, igual que Sharknado, la peli os divertirá y pasaréis un buen rato viéndola.

Y la pullita a Youtube cuando llegamos a una escena de huida en helicóptero… dando a entender que todos creían que en 2022 ya no existía Youtube… sin palabras.

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