Golpe en la pequeña China…
He vuelto a ver Golpe en la pequeña China
Como La burbuja, con las fiebres del COVID
Ya os digo que ha sido un momento revival de mi época de quinceañero. Me figuro que la vi más de diez veces alquilada en el Videoclub Prado.
Y seguro que la vi con José Sanz Mora y/o con Fran Calvo. Digo «y/o» porque por entonces era con quienes alquilaba las pelis y nos las veíamos en una de las tres casas. También es verdad que con Fran Calvo veía pelis de terror, tipo Pesadilla en Elm Street (porque era un fanático de Freddy Krueger) o Poltergeist y con José las de Rocky y Rambo… porque era más en plan violencia y peleas.
Sea con uno de los dos, o con ambos, esta peli la vimos en bucle alguna vez, y nos partimos de risa. Estos días la he vuelto a ver «con COVID» y he de deciros que el virus (chino) me ha hecho disfrutar con la peli. No sé si por los efectos de los medicamentos, del propio virus o porque me iba adelantando a las escenas recordando buena parte de ellas y riéndome antes, durante y después de ellas. El caso es que, ni corto ni perezoso, aquí me tenéis, sacando punta al lápiz para dejaros un par de reflexiones sobre esta película canalla. Porque algo de «canalla» tiene este cuento chino.
Golpe en la Pequeña China es un cuento chino
La traducción real, o fiel, habría sido Gran problema en la Pequeña China. O Gran lío… pero ¿golpe? En fin… aceptamos pulpo…
Volvemos al tópico del héroe por obligación que salva al mundo. Y eso hace aquí Jack Burton, vestido de un modo estrafalario y apestando a pescado, a sudor y no imagino a cuántas cosas más… Un Jack Burton genial y divertidísimo encarnado por Kurt Russell, que vuelve a el fancine por tercera vez. Debutó en 2018, con 20 docenas de hijos y volvió por todo lo alto con Érase una vez… en Hollywood. El niño bonito de Walt Disney, porque eso fue de jovencito, y por eso sale de Boy Scout ejemplar en la peli de 1966.
Ya no es ese boy scout. Pasados 20 años entre una y otra peli lo encontramos haciendo estas gansadas haciendo que nos partamos de risa con una peli anodina. Porque sí, la peli es una locura. Resumido mucho podría deciros que el malo de la peli, un tal Lo Pan es un ser mítico que lleva más de mil años esperando para vengarse. Como lo leéis. Allá por el año 200 se enfrentó al emperador chino y éste lo derrotó y lo condenó a vivir eternamente pero sin poder usar su cuerpo.
Para romper el hechizo tiene que sacrificar y casarse con una china de ojos verdes. De este modo recobrará su faceta humana y con un cuerpo podrá volver a conquistar el mundo. Y desde San Francisco, porque la acción trascurrirá en la Pequeña China de San Francisco, por eso que se cruzará con Jack burton.
¿Quién es Jack Burton?
Un camionero macarra, divertido, gamberro y caradura. Pero sobre todo valiente y «echáopa’lánte». Porque e tío se querrá ligar a una rubia que conoce en el aeropuerto y se enfrentará a toda la mafia china para rendirla a sus brazos.
Echo el freno y me pongo con la peli.
Descubrimos a Jack como un tío super enrollado que no rechaza una apuesta y, mucho menos, rechaza cobrar una ganada. Empieza haciendo reparto con carga y descarga de productos en el mercado de la Pequeña China y termina sacando la pasta a sus amigos chinos apostando en bares de mala muerte.
Y entre los amigos a los que saca la pasta está Wang Chi. Quien, por cierto, no tiene buen perder y le exige a Jack un doble o nada después de verle ganar durante todo un día… Y pierde, por supuesto. Y no tiene la pasta para pagar, por lo que intentará escabullirse y Jack lo marcará como si jugara cubriendo al hombre. Tanto como que el chino querrá irse al aeropuerto para recoger a su novia y le dice que luego le lleva el dinero, que le espere en su restaurante y Jack le dice que verdes las han segado. Si quieres ir al aeropuerto te llevo yo, pero no me separo de ti hasta que me pagues lo que me debes.
Rumbo a la aventura
Mientras van al aeropuerto Wang le cuenta que lleva cinco años esperando a Miao, quien por fin llega a los Estados Unidos para casarse con él. Cuando veamos a Miao y recordemos a Wang pensaremos que es imposible que sean novios, cosas del cine y de los matrimonios concertados. Una vez allí veremos cómo Jack se arrima, literalmente, a una rubia. Con el chip de acoso y derribo.
Pero la cosa se complicará cuando irrumpan en la escena unos chinos más macarras que Jack y secuestren a la novia china de Wang. De vuelta a la Pequeña China con persecución y casi atropello en el aparcamiento del aeropuerto. Cuando lleguen a San Francisco callejearán con la cabina del camión para ir hasta los mafiosos y será peor el remedio que la enfermedad.
Se encontrarán en medio de un funeral chino. Un funeral que terminará en batalla campal, cuando dos facciones o clanes enemigos se enfrenten tanto con armas blancas como armas de fuego en el mismo callejón y veamos a los dos protagonistas en medio del tiroteo y de la pelea.
Ojo, se cree que estos dos clanes mafiosos chinos de la peli, los Chang Sing (de amarillo) y los Wing Kong (de rojo) serían una alegoría de otras dos mafias, reales, de principios del siglo XX en San Francisco, los Hip Sing y los On Leong cuyos líderes serían Mock Duck y Tom Lee en la vida real y Egg Shen y David Lo Pan en la peli.
La peli contó con una camarilla china que asesoraba en todo a los productores de la peli: vestuarios, maneras de vestir, de luchar, nombres… sin que hubiera ingún rasgo o chiste despectivo voluntario o involuntario. Eso es porque las referencias y protagonismos, tanto masculinos como femeninos, de buenos y malos en la peli, serían fundamentalmente chinos. Aunque parezca mentira a muchos Jack Burton sería el alivio cómico de la peli y Wang Chi sería el verdadero protagonista.
Si vemos pelis como Los Goonies (de 1985, que conste que Data es mi Goonie preferido) el asiático era, por lo general, ese personaje cómico que acompañaba al protagonista.
John Carpenter no se guarda un As en la manga
No llevamos ni media hora de peli y ya pondrá sobre el tapete el ingrediente sobrenatural. Porque esa pelea cambiará de rumbo cuando aparezcan tres tíos que incorporan la magia a las artes marciales.
Sí, magia. Habéis leído bien. Bueno, si tienes ya una edad al leer este comentario, y estás leyéndolo no os cogeré por sorpresa, ¿verdad? Porque este es un caso preclaro de pecar a sabiendas de estar pecando. No creo que quede alguien con más de 30 y pico años que no haya visto esta peli. No digo que le guste, porque la verdad es que es muy «especialita» y te tiene que gustar mucho o no te gustará nada. Pero pocos de mi quinta habrá que no la vieran. Y muchos repetimos y repetimos hasta ponernos a picar el teclado en 2022 para comentarla y aplaudirla de corazón.
Pues bien, os decía que había magia en la peli, pero además he de deciros que si esta peli no hubiera sido reescrita, me refiero a su guion, habría sido un western. ¿Cómo se os queda el estómago? ¿Os lo imagináis? Estaba concebida para desarrollarse en el San Francisco del siglo XIX, o de mediados de ese siglo y la acción, en vez de en la actual (aunque me refiera a los 80s del XX), China Town de San Francisco. Los chinos que salen en la peli final son chinos americanos por pleno derecho. De hecho son los descendientes de los que hablaba el guion original son los que fueron «importados» para construir el ferrocarril.
En el fondo de ambos guiones subyace ese cuento chino (no peyorativo) por el que el malo es expulsado del mundo natural y de su cuerpo y condenado a la vida insustancial por el emperador. Un malo que siglos más tarde necesita una víctima propiciatoria para recuperar su forma corpórea y poder así dominar el mundo. Es Lord Voldemort pero escrito un par de décadas antes de Harry Potter.
Y en medio de todo este lío Wang Chi y Jack Burton. No sabe el Voldemort este el lío en el que se ha metido. Y más cuando rapta a la novia china del chino (porque esta sí es China de la China) y a la rubia que le molaba al camionero chuleta.
Ambos se atarán los machos para meterse en el inframundo chino en territorio americano y tomen las riendas del destino del mundo entero porque la testosterona les ciega, les guía y les nubla la vista y la razón. Y sin razón, la sinrazón de ir con todo a por unos seres sobrenaturales que combinan un nivel superlativo de artes marciales con magia negra.
Lo Pen someterá a la prueba de idoneidad para casarse con él a las dos mujeres de ojos verdes. Pues su maldición terminará cuando sacrifique a su esposa de ojos verdes. Como ambas superan la prueba desposará a las dos y podrá retener a Miao consigo y sacrificar a la rubia.
Wang acudirá a su tío, también místico pero de la magia blanca, para reunir a un puñado de supervivientes de los guerreros de amarillo que estaban haciendo el funeral al principio de la peli, los que fueron atacados por los de rojo. Su misión: infiltrarse en la base de Lo Pan, rescatar no sólo a las dos muchachas, también a otras tantas secuestradas para prostituirlas, y derrotar a los tres guerreros místicos, a Lo Pan y a unos cuantos monstruos que están escondidos en el subsuelo de San Francisco.
¿Peli de culto?
La peli fue un fracaso absoluto que se pegó un inmenso batacazo en taquilla y, sin embargo, resucitó en los videoclubes hasta tal punto que terminó siendo concebida como «peli de culto» por culpa de los raritos como yo que la alquilamos una y otra vez, al más puro estilo Bockaroo Banzai pero, para mi gusto, mejor.
Buena parte del problema en taquilla vinieron por los gastos en efectos especiales porque hicieron cosas tan buenas como el Lo Pen que se recalienta, que era un muñeco transparente que humeaba al recalentarse y queda (todavía) fenomenal. Los malos de la peli inspiraron al personaje Raiden del videojuego Mortal Kombat… las horas que le dedicaría yo en las recreativas de la Plaza de los Cubos… Hay otros elementos que le sonarán a los jugadores de rol, sobre todo de Dungeons & Dragons, como el beholder que custodia los pasillos del escondite de Lo Pan.
Esta es la segunda peli de John Carpenter en el fancine. La primera fue La noche de Halloween. Quizás algún Halloween comente Christine, adaptación de la novela de Stephen King. Con sabor a reuniones de Alta Patrulla del Grupo Scout Kimball 110 en la casa de un tal «Mumin».
Empecé, y termino, este comentario diciendo que he vuelto a ver la peli en medio de mi contagio por COVID. Del que parece que salgo bien parado. Por este mismo motivo comenté ayer La bubuja, dedicada en cuerpo y alma a la pandemia del mismo origen que el cuento que inspira esta peli.