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La batalla de Midway

Tabla de contenidos

Ficha técnica de La batalla de Midway

  • Título: La batalla de Midway
  • Título original: MidwayDirector: Jack Smight
  • Director: Donald S. Sanford
  • Nacionalidad: USA
  • Año: 1976
  • Duración: 131′
  • Guión: Donald S. Sanford
  • Fotografía: Harry Stradling Jr.
  • Montaje: Robert Swink, Frank J. Urioste
  • Producción: Walter Mirisch
  • Productora: The Mirisch Corporation
  • Distribuidora: Universal Pictures

Ficha artística

Actores y personajes Americanos:
Charlton Heston – Capitán Matthew Garth
Henry Fonda – Almirante Chester W. Nimitz
Robert Mitchum – Vicealmirante William F. Halsey Jr.
Glenn Ford – Contraalmirante Raymond A. Spruance
Hal Holbrook – Almirante Joseph Rochefort
Robert Webber – Contraalmirante Frank J. Fletcher
James Coburn – Capitan Vinton Maddox
Cliff Robertson – Comandante Carl Jessop
Robert Wagner – Teniente Comandante Ernest L. Blake
Christina Kobuko – Haruko Sakura
Tom Selleck – Ayudante del Capitán Cyril Simard
Edward Albert – Alférez Thomas Garth

Actores y personajes Japoneses:
Toshiro Mifune – Almirante Isoroku Yamamoto
James Shigeta – Vicealmirante Chuichi Nagumo
Pat Morita – Contraalmirante Ryunosuke Kusaka
John Fujioka – Contraalmirante Tamon Yamaguchi
Dale Ishimoto – Vicealmirante Boshiro Hosogaya
Conrad Yama – Vicealmirante Nobutake Kondo
Seth Sakai  Capitán Kameto Kuroshima

Bienvenidos oyentes de Antena Historia

Me gustaría iniciar esta entrada dando la bienvenida a mi blog de cine «el fancine» a los oyentes del podcast de Historia, Antena Historia

Publico éste comentario de película con motivo de mi participación en Antena Historia en un episodio homónimo. Quizás por ello, alguno de vosotros me estáis descubriendo precisamente hoy.

Pinchando en Midway – el fancine de Antena Historia podréis escuchar el podcast en la Web de Antena Historia

Por eso, permitidme éste par de líneas para explicaros cómo funciona el blog.

Aquí comento películas de todos los tiempos y lo hago contrastando la historia que nos cuenta el guión con la Historia real que recrea. La Historia, la obra literaria o la película original, incluso el cómic, en su caso.

No soy periodista ni crítico de cine

Me limito a compartir mi afición por el cine aportando mi visión de la veracidad de sus contenidos y rindiendo mi pequeño tributo al 7º Arte explicando el qué y el por qué de los sucesos narrados, mencionados o aludidos dentro de las películas.

Hechas las presentaciones, y después de comentar La batalla de MIidway en Antena Historia, allá va mi comentario para el fancine.

Y por cierto… cuando terminéis éste comentario, sabed que ya podéis leer también mi comentario sobre la nueva peli de Midway en el fancine

Vamos con La batalla de Midway

Película de cine bélico que narra dos historias en paralelo

La primera es una historia real, todo lo relacionado con esa batalla, que existió, y cómo dos flotas de guerra se enfrentaron en una partida de ajedrez, a ciegas.

Una partida en la que la iniciativa tenía que tomarla la parte más frágil, más débil en contienda si no quería ser borrada del mapa. Midway, desde el punto de vista estadounidense, no sería una batalla para ganar la guerra. Sería una batalla para ganar tiempo, rehacerse y poder plantar cara a los japoneses. Aunque tras ella comprendieran su verdadera importancia capital para el resto de la contienda. La segunda historia es personal. La protagonizada por un capitán de aviación naval y su hijo, alférez e igualmente aviador.

Esta segunda historia (de ficción) será utilizada por el director de la película para reflejar la controvertida situación de los americanos de origen japonés en territorio americano en el transcurso de ésta guerra. Para ello nos encontraremos con un alférez prometido con una americano-japonesa. Pero luego volveré sobre éste tema. Si queremos entender bien la importancia, y los motivos, de la batalla de Midway, y si me apuráis, del ataque a Pearl Harbor, tendremos que abrir un paréntesis y dar un salto en el tiempo para aclarar los motivos japoneses.

Así podréis ver qué se cocía en el panorama asiático unas fechas antes al bombardeo que impulsó a los americanos a tomar partido en la Segunda Guerra Mundial y declarar la guerra al Japón.

El primer enfrentamiento bélico real, descontando Pearl Harbor, tendría lugar en la Batalla del Mar de Coral, en la que americanos y australianos se fajaron contra los japoneses en Nueva Guinea y en las Islas Salomón. Antes me dirigía a los oyentes de Antena Historia y os explicaba, por encima, la dinámica en el fancine.

Queridos amigos, ahora os adentraréis de lleno en mi blog y en su esencia. Me tomaré el tiempo que sea necesario para contextualizar todos los acontecimientos previos a la batalla de Midway para entender su origen. Y después, tras haber recreado el contexto, retomaré la película. Preparémonos para dar un salto que hará que entendáis a las mil maravillas esta película, de dónde viene y su proyección en el tiempo hacia el desenlace final del conflicto bélico. Y si me apuráis, hasta la actual situación geopolítica de la China de nuestros días.

Los japoneses invaden China

Puedes leer mi comentario de Los 800 en donde expico la Segunda Guerra Sinojaponesa.

Los japoneses invadieron China el 7 de julio de 1937 y prolongarían una guerra de invasión hasta el 9 de septiembre de 1945.

Cuando los japoneses pusieron el pie en China, la propia China llevaba 10 años dividida en una guerra civil que parecía no tener fin. Las dos facciones enfrentadas eran el bando nacionalista y el bando comunista.

La China imperial se colapsó en 1912.

Colapsó o fue forzada a colapsar. Un año antes, el 10 de octubre de 1911, se produjo la Revolución de Xinhai cuyo origen se dio en la ciudad de Wuchang. Golpe de gracia para la última dinastía China, la Qing derrocada un año después.

Tras coquetear con la tentación neoimperialista la política china quedó dividida en dos bloques: nacionalistas (Kuomintang) Vs. comunistas. La diferencia entre los modelos de república que proponía cada bando era que la nacionalista abogaba por el cambio de régimen político y económico, respetando la tradición y la religión. La comunista aboliría el régimen existente, y con ella la religión, la tradición y la libertad sometiendo al pueblo con puño de hierro.

Cuando el líder nacionalista Chiang Kai-Shek alcanzó la presidencia de la República China tuvo que enfrentarse a dos problemas: comunistas y japoneses. Menciono primero a los comunistas porque era la mayor amenaza a la que se podía enfrentar una nación que quisiera preservar su identidad. Era y sigue siéndolo. La presión fue tal que en 1927 estalló la guerra civil en China.

En estas circunstancias, una guerra fratricida por la supervivencia personal y nacional, la pérdida de Manchuria, a manos japonesas en 1931 fue un pequeño revés. Mientras dure la guerra civil china los japoneses intentarán, pasito a pasito, ampliar sus dominios continentales. Esta guerra se prolongará hasta más allá de la propia Guerra Mundial todavía por llegar.

Las dos facciones chinas recibieron ayuda económica de potencias extranjeras.

Es lo que sucede en todo conflicto privado y local como por ejemplo, la guerra civil española (1936-1939) en la que el Frente Popular (socialistas, comunistas, anarquistas e independentistas) pagaron los servicios de la Unión Soviética vaciando el Banco de España y los nacionales recibieron el auxilio de Italia y Alemania. A diferencia de lo que sucederá 10 años más tarde en China, el comunismo fue derrotado y expulsado de España por las tropas nacionales.

Como os decía, también la guerra civil china polarizó a las potencias internacionales.

Estados Unidos financió a la China nacionalista y la URSS a la comunista, a pesar de todas las reservas de Stalin quien no deseaba estados comunistas satélites alejados de la madre Rusia. No los quería en la lejana España y mucho menos en la vecina China.

La guerra sino-japonesa podría haberse eternizado si no hubieran patinado los nipones en diciembre del 41. Hasta esa fecha el conflicto atañía a China y Japón (de modo directo) y los japoneses tenían movilizados más de 1 millón de soldados en China.

Japón pecó de soberbia y, sin rematar la conquista de China, se lanzó a la conquista del Pacífico y de todas las costas que éste bañaba abriendo nuevos frentes y estirando sus recursos en demasía. El millón doscientos mil soldados japoneses destinados a China se echarían en falta en los meses venideros cuando los aliados pusieran toda la carne en el asador del Pacífico.

La Armada Imperial Japonesa atacó a los Estados Unidos como acción preventiva. Querían evitar la intervención de la Flota del Pacífico en las inminentes acciones japonesas para atacar las posesiones británicas, francesas, holandesas y estadounidenses en el sureste asiático. Por eso el bombardeo de Pearl Harbor el domingo 7 de diciembre de 1941.

Esta acción haría que los Estados Unidos declararan la guerra a los japoneses y por ende el conflicto chino/japonés fue centrifugado por la Segunda Guerra Mundial.

Fue centrifugado, sí, pero sólo mientras durase el conflicto internacional. Al término de éste la China nacionalista sería abandonada a su suerte por los aliados occidentales. Como podréis observar, China vivió algunos episodios de deslealtades aliadas en Asia como Polonia en Europa.

En el caso chino por lo menos habría cierto disimulo por parte de los aliados. Primero, como decía antes, financiando a los nacionalistas. Después combatiendo al enemigo común en otras tierras y debilitando al Japón. En el caso de Polonia los franceses y británicos se cubrieron de vergüenza abandonando a Polonia mientras nazis y comunistas se la repartían.

Los alemanes destruyeron a buena parte del ejército polaco en combates fugaces sin que los polacos vieran venir los golpes. En la zona rusa los comunistas asesinaron a la flor y nata intelectual polaca. Fusilaron a todos los oficiales de su ejército y violaron a decenas de miles de mujeres. Vergüenza para quienes lo hicieron y vergüenza para quienes lo vieron y lo permitieron. Vergüenaza, sobre todo, para quienes lo saben hoy en día y lo cubren con un manto de silencio cómplice.

Estados Unidos financió al Ejército de Chiang Kai-shek, sucesor de Sun Yat-sen al frente del Partido Nacionalista Chino Koumintang y de la República China. Éste líder tuvo que luchar en dos frentes y en solitario todo el tiempo: contra el invasor japonés y contra los chinos comunistas que se aprovechaban del empuje nipón para erosionar al ejército nacional.

En algún momento le tocaría, incluso, enfrentarse a tropas soviéticas que ayudaban (a pesar de hacerlo con desprecio) a los chinos comunistas. Sus siempre menguantes recursos le hacían imposible sostener una guerra infinita contra tres enemigos, cada cual más poderoso.

Hasta aquí el contexto histórico

La batalla de Midway se entenderá mejor conociendo sus prolegómenos.

Tan sólo falta una mención, la Operación Doolitle, (que aparece brevemente mencionada al principio de la película y sirve para exponer con claridad el triste estado de la flota americana) por la que los americanos se quieren quitar la espinita de Hawaii devolviendo la bofetada a los japoneses.

Así nace la Operación Doolittle. Un plan para hostigar al Japón bombardeando objetivos militares. Se usaría el USS Hornet con tal fin y se adaptarían bombarderos a su cubierta. El objetivo era hacer sentir miedo e inseguridad a los nipones para hacerles comprender que no estaban a salvo en su propia casa. Recibió éste nombre por el Teniente Coronel Doolitle, oficial responsable del diseño y ejecución de toda la operación.

No sólo se logró crear esa sensación de vulnerabilidad en la conciencia nipona. Esta operación provocó la unanimidad en el Estado Mayor japonés y todos, incluso los detractores del plan, apoyaron la invasión de Midway.

Llegamos a la película e, inevitablemente, a La batalla de Midway

Esta batalla llegará medio año después del ataque japonés a Pearl Harbor y tan solo uno después de la Batalla del Mar de coral

Aquí hago un alto para comentar una de las mayores preocupaciones del director, Jack Smight.

Como americano tenía bien claro quiénes eran los buenos y los malos en la peli, pero no quería dar un trato maniqueo a los personajes.

De hecho se empeñó a fondo por humanizar a los japoneses y dar una visión realista de ellos. Hasta el punto de que la película recibió una gran acogida en Japón.

Él se llegó a preguntar por qué. Y el porqué precisamente radicaba en ese empeño. No los caracterizó como malos malotes. Al contrario. Eran tan humanos como los americanos. Igual de sensibles, igual de heroicos, igual de valientes e igual de románticos, solo que en bandos opuestos.

Hasta entonces la Marina Imperial japonesa se había mostrado incontestable y todopoderosa en las aguas del Pacífico.

Sin embargo Yamamoto era plenamente consciente del peligro que entrañaban los portaaviones estadounidenses. Su principal objetivo en lo sucesivo, incluso antes que las propias invasiones terrestres, sería la búsqueda y el hundimiento de estos buques americanos. Fuera de combate éstos, los japoneses no encontrarían ningún obstáculo. La Operación Doolittle había demostrado la eficacia americana combinando esfuerzos por mar y aire con sus 16 bombarderos B25 a bordo del USS Hornet.

Con todo esto en la cabeza el Almirante Yamamoto trazó el plan de invadir Midway, a priori un punto insignificante en el mapa. Pero supo intuir la importancia que los americanos otorgarían al atolón, a 1200 millas náuticas de Pearl Harbor. Podría significar un enclave estratégico para los japoneses poniéndose a tiro de piedra de los americanos y forzándoles a desestimar cualquier ofensiva en Japón sabedores de tenerlos siempre a sus espaladas. En el mejor de los casos Midway serviría para tomar Samoa, Fiji y el mismísimo Hawaii.

Esta misión no era un hecho aislado. Los japoneses querían las Aleutianas en el norte junto con Midway y todos los archipiélagos de Oceanía desde Fiji hasta Nueva Guinea en el sur. Si hubieran logrado poner el pabellón nipón en todos estos objetivos habrían cortado todas las comunicaciones y rutas de abastecimiento aliadas y puesto en jaque mate a los americanos. A los americanos, australianos y a la Royal Navy.

Para ilustrar esto Jack Smight nos muestra en repetidas ocasiones las dos salas de mapas (la americana y la japonesa) con sus barquitos de madera dispuestos por las aguas del Pacífico. Nos muestra ambos planes sin escatimar detalle alguno.

Eso sí, hubo un detalle que solo el actor japonés, Toshiro Mifune fue capaz de ver, y es que el mapa japonés estaba mal hecho. No especifican en qué erraba, pero fue él quien alertó al director de algunos errores cartográficos y el equipo de producción se puso manos a la obra, con Mifune a la cabeza, para corregir esos errores y dotar de mayor realismo al conjunto de la obra.

Pero los americanos desconocían las verdaderas intenciones de los japoneses. Es más, la creencia general era que los japoneses aprovecharían el mal estado de la flota estadounidense del Pacífico para castigar a la costa oeste americana. Esta era la creencia general y la más coherente vista con ojos nipones. La sensatez y la prudencia invitaban a reforzar Hawaii con los restos de la flota y esperar el ataque japonés para resistirlo y, si era posible, responder. Esta sería una estrategia defensiva.

Sin embargo hubo una segunda corriente, la estrategia ofensiva, al ataque, que sería poner toda la carne en el asador de Midway y rezar para no quedarse sin portaaviones.

Los americanos disponían de tres portaaviones: USS Enterprise; USS Hornet y el USS Yorktown. Éste último estaba hecho unos zorros tras sobrevivir a la batalla del Mar de Coral, donde habían perdido el USS Lexington. La ventaja era que el Yorktown se suponía que estaba en dique seco, en reparación, y no en alta mar asumiendo el riesgo de no ser de verdadera utilidad y ser hundido con facilidad. Pero recuperarlo en tiempo récord, aún con averías por subsanar, y enviarlo a Midway sería una jugada maestra definitiva y jugaría una mala pasada en la moral nipona que lo hacía hundido o fuera de servicio.

Los japoneses por su parte disponían de 4 portaaviones y la moral no sólo intacta, sino reforzada por haber ido cosechando victoria tras victoria en el mar.

Pero infravaloraron la moral y la capacidad de reacción americana al intuir (erróneamente) que se quedarían lamiéndose sus heridas y temerosos en las costas americanas. Tampoco calibraron adecuadamente la industria bélica yanki. Los nombres de estos cuatro portaaviones eran: Akagi, Kaga, Hiryu y Soryu.

La pretensión japonesa era atraer a los dos portaaviones (como os decía, no contaban con el Yorktown) y hundirlos para después tomar Midway.

Los americanos, como apunté, desconocían (inicialmente) las intenciones japonesas.

Tuvieron que jugársela a la hora de colocar las piezas en el tablero. Hubo dos opciones: colocar los tres portaaviones y sus flotas en Hawaii para interceptar una hipotética invasión de Hawaii o una incursión californiana o, en el segundo caso, jugar al ataque y colocarse por encima de Midway para sorprender a los japoneses bien fueran a Midway o bien fueran a aguas norteamericanas o rumbo al norte.

Se podría decir que la mitad de la partida se decidiría en la disposición de las piezas.

Una vez tomada una decisión u otra, no habría marcha atrás. Si hubieran colocado los portaaviones cerca de Hawaii, Midway habría sucumbido. Y si el equívoco hubiera estado en colocarse (como hicieron) en Midway, entonces los japoneses habrían podido avanzar hasta la costa americana con total impunidad.

Llegados a éste punto destaco un detalle fantástico en la película

Los japoneses conocían al Vicealmirante William F. Halsey Jr., y esperaban que él estuviera al frente de la flota americana. Y en tal suposición, conociéndolo como lo conocían, elaboran una estrategia capaz de sobreentender las maniobras del americano y de adelantarse a sus acciones e hipotéticas reacciones. Trazan el plan de atacar Midway basándose en la personalidad y capacidad como estratega del Vicealmirante.

Y mientras tanto vemos al Vicealmirante William F. Halsey Jr. postrado en la cama de un hospital con un sarpullido que cubre todo su cuerpo, aceptando con resignación que no podrá liderar a sus tropas. Y los nipones calibrando su carácter, su formación académica, su honorabilidad, su osadía… para superarle mientras él se queda en cama resignado.

En este punto he de contaros porqué aparece Robert Mitchum reposando y convaleciente en la película… porque no había manera de «reclutarlo».

Él no quería un rodaje largo saltando de un escenario real a un portaaviones y vuelta a un estudio. Por eso se negaba, porque decía que no quería «trabajar duro», pues estaba de vuelta y cansado de los rodajes. Entonces el productor Walter Mirisch se sentó con él y le mostró el guión. Al leerlo le explicó que su parte en el rodaje ocuparía tres días y los pasaría íntegramente tumbado en la cama de un hospital. Mitchum sonrió y se enroló en la película alegando que «esto sí es un rodaje».

Yamamoto dispersó su flota para evitar ser descubiertos por los americanos.

Y me diréis, cuanto más espacio se ocupe más fácil encontrarlos. Sí, es más fácil dar con un buque o dos, pero no con un bloque homogéneo con 3 flotas niponas. Sin embargo esa dispersión imposibilitó que unos buques acudieran a auxiliar a otros cuando las cosas se pusieron crudas.

Pero hay un factor que todavía no he mencionado ni una vez. Me lo guardaba para regodearme en la importancia de las telecomunicaciones. La flota americana tomó las decisiones más importantes a ciegas (aunque algo más «a ciegas» iban los japoneses sin radar), como decía, y apostando todo a la suerte, y la tuvieron. Pero más suerte tuvieron cuando el Almirante Joseph Rochefort pudo terminar descifrar el código secreto de telecomunicaciones japonesas.

Cositas de filólogos…

Mi faceta de lingüista me hace disfrutar especialmente en este tipo de episodios

Enigma, códigos… Y mi otra faceta, la de la comunicación me hace vibrar cuando veo o leo las artimañas empleadas por unos y otros para contaminar las comunicaciones del enemigo. En este sentido os recomiendo la serie inglesa de los 80’s, Allo, allo. Y en sentido contrario la película Descifrando Enigma, que me puse verla con unas ganas locas y me retorcí en la butaca como si estuviera sentado en un hormiguero al ver cómo se desperdiciaba una gran oportunidad para hablar de un hecho histórico fascinante.

Nuevamente se echaron en manos del azar y pusieron una trampa a los japoneses. En medio de todos los mensajes de radio americanos incluyeron uno en clave relacionado con el agua potable de Midway. Si los nipones hacían algún comunicado cifrado haciendo referencia a MI (que era una clave simple pero que traía de cabeza a los americanos por si apostaban todo a una suposición) y sus reservas de agua potable sería que habrían interceptado el mensaje clave americano y esa clave MI delataría que el objetivo de la misión MI del que hablaban era, efectivamente, Midway. Los yankis pusieron carnaza en el anzuelo y los japoneses lo mordieron con ganas.

Dispuesto el tablero y colocadas las piezas el último factor serán los nervios, la templanza el carácter y la personalidad de los jugadores.

Y en este campo la victoria fue para los americanos. Su flexibilidad, su inclinación por creer en la intuición, su fe en la determinación de Rocheford en descifrar el código… aunque quien menos se fiaba era Nimitz. Todos estos rasgos ayudaron a moldear una victoria a priori imposible. La rigidez nipona, su código guerrero y su división, sino en castas, sí en clases (en este caso en el escalafón militar), junto con la inseguridad manifiesta a la hora de tomar algunas decisiones les llevó a la derrota.

La deferencia ente un americano y un japonés es que el yanki no tenía por qué tomar la decisión correcta, pero tomada la incorrecta o bien rectificaba sobre la marcha o iba a por todas con su error, o de farol, pero siempre a favor del tiempo por su agudeza y agilidad al tomar las decisiones. En cambio a los japoneses les costaba casi un parto tomar una decisión, la masticaban, la dudaban, la volvían a masticar, se la sacaban de la boca, la miraban, se la volvían a meter y volvían a masticarla antes de exponerla. Y una vez expuesta dudaban y en caso de tener que rectificar volvían a dudar… En el juego, quien duda pierde y en la batalla, quien duda muere.

Hemos de tener en cuenta que las decisiones que se toman en la cubierta de un portaaviones, cuando se trata de acciones aéreas, pueden tardar casi una hora en materializarse una vez dadas.

El problema era el siguiente: había dos tipos de munición para los bombarderos: bombas de contacto (aire/tierra) o torpedos (agua/tierra). Cuando el oficial al mando manda armar los aviones con una de estas armas sabe que esos aviones no estarán operativos por un rato largo, y más en el caso de los portaaviones japoneses que armaban sus aviones en la segunda cubierta.

Al no esperar encontrar tres portaaviones todo se lió cuando la primera oleada de bombarderos aterrizó y se dio la orden de cargarlos de nuevo con bombas para volver a Midway. Dada la orden supieron de los barcos americanos y de su ataque inminente. Esto cambiaba el panorama, la decisión era: seguir atacando Midway con el armamento que estaban terminando de preparar o rebobinar y empezar de cero poniendo torpedos para ir a por los buques.

Como comprenderéis no sólo era cuestión de tomar la decisión correcta, sino del tiempo que conllevaría y el margen de reacción que te daría para contraatacar a los americanos. No tienes tiempo para dudar, y menos para equivocarte. Los japoneses dudaron y se equivocaron.

Las matemáticas son exactas y al final los números no engañan: los americanos perdieron el Yorktown, osea, un portaaviones, y hundieron los 4 portaaviones japoneses junto con 228 aviones. Esto dio la vuelta a la tortilla en la guerra del Pacífico, como podréis comprender y, como dicen en un documental del Canal Historia, esta victoria hizo creer a los americanos que no solo podían contraatacar, podían vencer la guerra.

Al final Midway supuso una cabeza de playa idónea para los americanos. Allí establecieron una base para submarinos que permitía duplicar la autonomía de estos una vez zarpados de Hawaii. Y también sirvió como base para los hidroaviones americanos. Con doble fin: por un lado para misiones de observación y por otro lado para misiones de rescate.

Y el amor…

No creáis que me había olvidado del amor.

Esto, claro está, trasciende a la Historia (con «H») y pasa a formar parte de la historia (con «h») de la propia peli.

Una historia de amor, la del Alférez Thomas Garth y su prometida japonesa. El Alférez demostrará ser digno hijo de su padre, elCapitán Matthew Garth (Charlton Heston). Ambos aviadores, uno bisoño y el otro todo un veterano librarán su propia guerra contra la injusticia al comprender que la novia Haruko Sakura está internada en un campo de concentración para americanos de origen japonés junto con toda su familia.

Aquí hago dos apreciaciones.

La primera sobre el trato recibido por los americanos de ascendencia nipona durante la Segunda Guerra Mundial.

Es cierto que los americanos podrían haber sido un tanto más delicados, pero se cubrían las espaldas para evitar ser traicionados desde dentro, de ahí que se los recluyera en estos campos que, vistos con el tiempo pueden sacar los colores a los yankis. Pero no lo entiendo yo así. Y sin embargo pasó y nadie puede ni debe juzgar a los americanos por hacerlo pues lo hicieron movidos por le miedo y el miedo, sea individual o colectivo, es irracional.

Por este motivo entiendo la inclusión de la historia de amor, que suelen ser subtramas ridículas que poco o nada aportan a la película cuando es de guerra y, además, suele sacarnos de la acción rebajando la tensión narrativa o haciendo que nos salgamos de la peli. En este caso tiene un pase para contrastar las personalidades de padre e hijo y para hablarnos de una realidad poco conocida como los campos de concentración americanos.

Otra cosa sería hablar de racismo. Que lo había. Había racismo de los japoneses que no deseaban matrimonios mixtos con americanos. Como pasaba con todas las demás minorías étnicas acogidas en los Estados Unidos. Ninguna quería ver su herencia genética diluida en las venas de un americano. Pasó con los negros, con los japoneses, italianos, chinos,  judíos, musulmanes y con todo el que llegó a los Estados Unidos pero no se quiso integrar.

Por haber racismo lo hubo hasta con blancos que tampoco se querían mezclar con los demás. La pescadilla que se muerde la cola. Si hubieran seguido el ejemplo de la España colonial ahora veríamos indios donde sólo quedan totems que anuncian hamburgueserías y casinos en las carreteras.

Y hablando de racismo, en un comentario de una peli de cine belico en el Pacífico… no me resisto a apostillar la tristeza que me supuso ver una peli que me habría encantado que hubiera sido buena, USS Indianapolis. El mismo del que hablan en Tiburón.

El mismo buque de la bomba atómica y los americanos que mueren por centenares devorados por los tiburones tras ser hundido su buque en misión secreta por un submarino nipón. Es tal la obsesión por lo políticamente correcto en nuestros días que esa peli, en vez de hablar de supervivencia, habla del racismo entre los miembros de la tripulación. Una lacra del cine contemporáneo.

Antes mencioné Descifrando Enigma y ahora USS Indianápolis. Qué grandes «temazos» para hacer dos peliculones que se saldan dedicando el uno a la homosexualidad y el otro al racismo.

El capitán y protagonista de la película lo interpretará Charlton Heston, que ya había trabajado con el director en otras películas y sabía que ambos compartían la misma pasión por la Segunda Guerra Mundial, en la que había luchado el actor. Sus ratos de ocio los pasaban discutiendo los diferentes aspectos de la guerra y esto sirvió para crear un vínculo entre ambos. Fue el primer actor de renombre que fichó Jack Smight para esta película y el gancho para atraer a los demás.

Lo único que echaba para atrás a Charlton Heston era que no le brindaban ningún papel importante en la Historia verdadera. Su papel, a pesar de ser el protagonista, sería para interpretar a un personaje ficticio y eso le dolía en el alma.

Fichado Heston, el director puso sus miras en el resto de actores de renombre y el equipo de producción se le echó encima alegando cuánto costaría incorporarlos a la película. Smight hizo números y se los presentó alegando que estos actores se comían la pantalla sin necesidad de grandes textos. Por eso salía rentable contratarlos al reducir considerablemente los párrafos y diálogos en el guión y, por consiguiente, reduciendo las horas y días de rodaje. Así se ganó a los que ponían el dinero. Por ahí y por el retorno en taquilla más que previsible dado el plantel de actores y el tema de la peli.

Henry Fonda aportó dos aspectos positivos al rodaje. Por un lado su mera presencia y su parecido razonable con Almirante Chester W. Nimitz, lo que le posicionaba como la mejor opción para encarnarlo. La otra es que casualmente Fonda estuvo a las órdenes del propio Nimitz en el Pacífico, por lo que le resultó fácil, dadas sus dotes interpretativas meterse en su pellejo.

Por seguir con los actores, un par de reseñas más. James Coburn entró en la peli porque ya habían coincidido unos años antes en el rodaje de otro clásico (precisamente en la adaptación (hoy lo llaman «remake») de Los siete samuráis, casualmente japonesa: Los 7 magníficos. Sabían cómo trabajaba y no dudaron ni por un momento en que encajaba a la perfección en el papel del Capitan Vinton Maddox.

Sobre Mifune ya os he comentado algunas cosas. Era una apuesta personal del director. Quería un actor japonés de gran categoría para encarnar a Yamamoto y Mifune era la mejor opción. Logró llevárselo a Estados Unidos y aceptó el papel cuando comprendió lo bien parado que resultaba el pueblo japonés en el guión.

Su perfeccionismo hizo que llegara a Estados Unidos cargado con uniformes japoneses hechos en Japón porque quería que todos los japoneses que salieran en la película vistieran los verdaderos uniformes de la Armada Imperial Japonesa.

Baste con deciros que uno de sus guantes tenía un dedo más corto, el meñique, porque Yamamoto tenía ese dedo amputado y quería interpretarlo lo más fiel posible a la realidad. A partir de este punto el director descubrió que a Nimitz le faltaba exactamente el mismo dedo.

Y… hablando de dineros hay otra anécdota nada desdeñable. Es más, que creo que aporta valor a esta peli. Valor y realismo.

100% realista

Casi todas las escenas de combate, en las que se ven flotas y aviones en La batalla de Midway, son auténticas

No se filmaron para esta producción.

Es más el productor consiguió una oferta de la Marina para hacerse con un lote de películas y documentales, además de noticias y vídeos propios de la Marina con escenas reales de todo el conflicto en Midway y en el Pacífico.

La oferta se la hicieron por 60.000 dólares de la época. Lo divertido es que cuando lo expuso con el equipo técnico se echaron las manos a la cabeza alegando que no desembolsarían tanto dinero. Él se limitó a poner las películas y a hacerles ver todas las escenas. Aviones estrellándose en el mar, estrellándose contra buques.

Cazas disparando y bombardeos en picado. Barcos maniobrando y portaaviones echando humo. Al terminar de ver las películas encendió las luces, se encaró al equipo y les dijo que si querían hacer una película de guerra que hicieran los cálculos de lo que les costaría recrear todas esas escenas, reproducir los barcos, fletarlos y hundirlos en altamar.

Si querían una película realista deberían esforzarse por trasladar a la pantalla escenas lo más parecidas posible a lo que acababan de ver, ¿cuánto costaría todo? Sin dudarlo aceptaron la oferta y esas escenas que vemos en la película, por lo tanto, son auténticas.

Incluso (atención: Spoiler) cuando vemos que se estrella el avión del capitán, casi al final de la batalla. Un avión que aterriza mal en la cubierta del portaaviones y explota. Esa imagen también es una imagen de archivo.

A mi, personalmente, me fascina ver a Pat Morita como Contraalmirante Ryunosuke Kusaka. Un actor, todavía desconocido que años después encarnaría al Señor Miyagi en Karate Kid. Su papel aquí es el del perfecto Pepito grillo intentando aportar sensatez en una cadena de mando rígida e inflexible que no atendía a razonamientos.

Otro detalle que hace única a ésta película, es que Morita, americano de origen japonés, vivió la Segunda Guerra Mundial encerrado en uno de esos campos de concentración que mencionaba antes, en Tule Lake.

También reciclaron materiales de otras películas como Tora, Tora Tora, Treinta segundos sobre Tokio y una película japonesa que nunca vio la luz.

Por cierto, en breve tendremos una nueva versión o nueva visión de La batalla de Midway pues hay un estreno de remake a la vuelta de la esquina: MIDWAY. No niego que se mejorará la fotografía y que los efectos especiales serán abrumadores, pero dudo que la interpretación alcance a la expuesta por los Henry Fonda, Charlton Heston y compañía.

El guión (por ahora) no me asusta tanto porque entiendo que no lo tocarán. Aunque retomando el tema del racismo y de lo políticamente correcto entiendo que los marineros y los pilotos representarán nuevamente a una ONU para no dejar ningún colectivo marginado.

(Este párrafo ha sido incluido tras ver la nueva versión de Midway): He de incluir este pequeño párrafo tras haber visto Midway, la nueva, para desdecirme de lo dicho en el párrafo anterior cuando publiqué La batalla de Midway. El guión de Midway es completamente diferente y no, no hacen concesiones a la ONU ni a ningún colectivo. Es digno de alabar que en ese sentido, se hayan mantenidos fieles a la Historia.

Midway no suponía un gran terreno. Tampoco tenía bienes naturales que hicieran de ella algo especial. Era su enclave estratégico lo que desencadenó la obsesión de ambos bandos por poseerlo.

John Ford

Existe un reportaje, o documental de la Marina de los Estados Unidos hecho por militares con imágenes reales. Más que militares, que lo eran, por profesionales de la comunicación y de la imagen y el sonido en las filas americanas. De hecho, para que os hagáis una idea, este documental está hecho por el mismísimo John Ford.

Y sí, me figuro que estaba destinado a elevar la moral en el frente y a enardecer el ardor patriota en casa para lograr nuevos alistamientos para reforzar la marina. Lo podréis ver en Youtube y no es demasiado largo, os lo recomiendo. Sobre todo porque vemos el talento de uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos puesto a disposición de la comunicación militar. Pues bien, todo esto para deciros que en este documental se refieren a Midway como «el porche de la casa americana».

Al término de la película el director habló del problema que tuvo uno de los pilotos japoneses con su radio. Cuando descubrió a la flota americana e intentó alertar a su almirante por radio y ésta no funcionó. Se preguntaba «¿qué habría pasado si el piloto japonés hubiera dado la alarma antes de que los americanos lanzaran sus aviones contra la flota japonesa? ¿Fuimos mejores o tuvimos más suerte que los japoneses?»

El propio Charlton Heston, que como os dije antes combatió y fue piloto en la Marina de los Estados Unidos deja claro que es cuestión de suerte sobrevivir a una guerra, y él la tuvo.

Como remate a continuación detallo (brevemente) la participación real de los actores en la Guerra Mundial y lo divido por cuerpos de ejército:

  • US Army Air Force
    • El director Jack Smight sirvió como piloto en el Pacífico entre el 44 y el 46
    • Charlton Heston estuvo de un lado para otro entre el Pacífico y las Aleutianas en Alaska, también 44-46 como operador de Radio y artillero de torreta
  • US Navy
    • Donald S. Sanford (productor) sirvió como operador de sónar en varios destinos marítimos (obvio… por lo del «sónar»)
    • Henry Fonda sirvió como teniente en Inteligencia de combate en el Pacífico Central, a bordo del destructor USS Satterlee del 42 al 46
  • US Marines
    • Glenn Ford, del 42 al 46 como guardacostas y Relaciones Públicas de los Marines
  • US Army«o los destinos relajados» ¿Será por casualidad?
    • James Coburn… sin registro de sus funciones
    • Hal Holbrook  se pasó la guerra en Terranova, del 42 al 46
    • Robert Mitchum estuvo del 45 al 46 en Califorina, en el Fort Macarthur
  • Ejército del Aire Imperial Japonés
    • Toshiro Mifune luchó tanto en China como en el Pacífico y su labor era de Inteligencia como responsable de fotografía y cartografía aérea (de ahí que se supiera los mapas de memoria, como apunté arriba)

Nadie podrá negar la gesta de Midway y su peso en el transcurso de la guerra. Solo me pregunto qué película harían los estadounidenses si D. Blas de Lezo hubiera sido un héroe americano y no español.

Para mejor comprender el contexto de la batalla de Midway me permito hacer un breve esquema que nos permitirá contextualizarla en lo político y militar.

Fechas clave de las acciones más destacadas e influyentes de la Segunda Guerra Mundial. Dado el tema, habrá referencias anteriores, simultáneas y posteriores a la misma:

Fechas clave para contextualizar la película

Antes de la Segunda Guerra Mundial:

– Abril de 1927 – Octubre de 1949: Guerra civil china en la que los comunistas se quieren apoderar de la nación China enfrentándose a los nacionalistas

– 1936-1939: Guerra civil en España entre nacionales y republicanos. Los nacionales recibirán apoyo de Italia y Alemania y derrotarán a los republicanos ayudados por la Unión Soviética previo pago con el Oro del Banco de España. Primera derrota comunista en campo de batalla. Nuestra guerra servirá de «entrenamiento» para las potencias de uno y otro bando de cara a la Segunda Guerra Mundial

– 7 de julio de 1937: Los japoneses invaden China. Si bien nacionalistas y comunistas hacen un alto el fuego para combatir al enemigo común, los comunistas aprovecharán que los nacionalistas están en medio para hostigarlos sin reparos. Occidente abandona a China a su suerte dándoles la espalda

Segunda Guerra Mundial:

– 1 de septiembre de 1939: Comienzo de la guerra: invasión de Polonia y reparto del país entre nazis y comunistas. Empieza una etapa de expansión sin límites de los alemanes en Europa y de los japoneses en China. Polacos y chinos corren la misma suerte y son traicionados por sus aliados franceses e ingleses (Polonia)

– 7 de diciembre de 1941: Bombardeo de Pearl Harbor – Japón ataca a los Estados Unidos

– Lunes 8 de diciembre de 1941: Estados Unidos declara la guerra al Imperio nipón

Fechas clave para el giro de los acontecimientos:

– Julio – octubre de 1940: Batalla de Inglaterra (derrota alemana)

– 22 de junio de 1941: Operación Barbarroja: Alemania rompe el pacto de no agresión con los soviéticos e invade la URRS
– 5 de diciembre de 1941: Retirada alemana de Rusia
– 4-8 de mayo de 1942: Batalla del Mar de Coral
– Abril de 1942: Operación Doolittle
– 4-7 de junio de 1942: Batalla de Midway (frena las aspiraciones niponas en el Pacífico)
– Mayo de 1943: Rendición italo-alemana en África

Recta final de la guerra:

– 6 de junio de 1944: Día D – Invasión de Normandía por tropas aliadas
– 8 de mayo de 1945: Fin de la guerra en Europa con la rendición de Alemania
– 6 de agosto de 1945: Estados Unidos lanza la 1ª bomba atómica (Little Boy)
– 9 de agosto de 1945: Estados Unidos lanza la 2ª bomba atómica (Fat Man) sobre Nagasaki
– Rendición de Japón: 15 de agosto de 1945

Fin de la Segunda Guerra Mundial: 2 de septiembre de 1945

Después de la Segunda Guerra Mundial:

– 9 de septiembre de 1945: rendición japonesa en China y fin de la guerra sino-japonesa
– 1945/47 empieza la Guerra Fría. Los aliados de la Segunda Guerra Mundial se separan en dos bloques: demócratas en torno a los Estados Unidos y la OTAN (1949 hasta hoy) Vs. comunistas de la Unión Soviética y su Pacto de Varsovia (1955-1991)
– Octubre de 1949: Fin de la guerra civil china. El partido Comunista chino vence la guerra civil, en liza desde 1927 y proclama la República Popular China de carácter comunista. Ocupará toda China menos Taiwan que se denominará República de China. Estados Unidos sentía la tentación de no arropar a la República de China frente a la China comunista hasta que el 25 de junio las tropas comunistas de Corea del Norte invadieron Corea del Sur. Los Estados Unidos deciden respaldar a Taiwan (por la amenaza que suponían los comunistas) y apoyar a Corea del Sur

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