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El imperio del sol

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He vuelto a ver El imperio del Sol

Os prometo que no recordaba lo bonita que es hasta que me la puse. ¿Cuándo la vi por última vez? No sabría decirlo.

La recordaba con cariño. En su momento me fascinó, y me dejó un gran sabor de boca, a pesar de ser amarga, dura y descarnada. Ahí se quedó, en el baúl de los gratos recuerdos. Si esto fuera Del revésEl imperio del Sol sería uno de esos recuerdos bonitos de tu infancia, o juventud. Prque esta peli es de 1987, por entonces yo tenía 13 añitos. Como el protagonista, a quien veremos vivir y sobrevivir durante 3 años de su vida. No sé si de los 10 a los 13 o de los 11 a los 14. En cualquier caso siendo tan solo un crío.

Jamie «Jim» Graham es el niño de una familia inglesa afincada en Shanghái en la década de los años 30’s. En concreto en el Asentamiento Internacional de Shanghái, una suerte de protectorado anglo norteamericano limítrofe con la Concesión francesa y fronterizo con China.

¿Ingleses, americanos y franceses en China?

O mejor dicho… ¿Por qué tenían territorios propios en China? Así está mejor formulada la pregunta.

Ambos territorios fueron concedidos por China tras las guerras del Opio ganadas por los europeos. Y se mantuvieron hasta poco después de esta peli, que se desarrolla en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Pero no nos confundamos, porque la China de aquellos días no era la China de hoy, ni tampoco era la China milenaria. Era, más bien, una China en transición, de la imperial milenaria a la actual comunista. Era una China acosada y asediada por múltiples frentes que luchaba por rehacerse y reinventarse tras dar carpetazo al modelo imperial. Lo que no se sabría, hasta unos años más tarde… Es si triunfaría el capitalismo y vivirían en Democracia o si vencerían los comunistas y tendrían una dictadura.

Luego está la Segunda Guerra Mundial en China, que no tiene nada que ver con el mismo conflicto en cualquier otra parte del mundo.

Ya os lo expliqué en Ip Man (2008), y lo repetí en Los 800 (2020). Pero nunca está de más repasar los hechos históricos para que se nos queden bien grabados y conozcamos el pasado para comprender el presente chino y mundial…

Es verdad que…

El imperio del Sol solapa 2ª guerra Sinojaponesa y la 2ª Guerra Mundial

Cierto. Pero el caso peliagudo de China es que esa guerra (mundial) se solapa con otras dos guerras, que se venían librando desde una década antes una y un lustro la otra.

Porque la República China, no la dictadura comunista de hoy, conocida como República Popular de China, ni la milenaria, sino la República China, a secas se estaba derrumbando simultaneando una guerra civil, contra los revolucionarios y golpistas del Partido Comunista chino y en diversos frentes contra caudillos locales con bandas que más bien eran pequeños (o inmensos ejércitos). Es decir, a esa guerra civil de múltiples frentes, el ejército chino tuvo que abrir otro frente nuevo para intentar contener la invasión japonesa, en la Segunda Guerra Sinojaponesa y después se tuvo que enfrentar a la invasión soviética.

Como veréis el ejército leal a la República China, el del Kuomintang liderado por Chiang Kai-shek (los protagonistas de Los 800) estaba recibiendo bofetadas por todas partes, mientras que los ingleses y británicos silbaban mirando para otro lado para no verse salpicados ni por los comunistas chinos, ni los comunistas rusos ni los imperialistas japoneses.

Expliqué las penurias de los chinos nacionalistas en Ip-Man y en Los 800

En Los 800 os conté la resistencia simbólica de un batallón que se quedó en unos almacenes para cubrir la retirada del ejército chino de Shanghái. Pero no se fueron ellos porque tenían la doble misión, por un lado de cubrir a sus camaradas y por otro de prolongar esa última resistencia antes de abandonar el lugar a la espera de una conferencia internacional que tendría lugar una semana después en Bruselas. Huir de Shanghái sin defenderla habría sido una capitulación a favor de rendir el territorio al Japón. Así estaban las cosas en el año en que empieza El imperio del Sol.

La verdad es que es un período fascinante de la Historia de China. Pero intrincado y retorcido, a la par que convulso, para lograrlo entender bien.

Pues bien, en ese protectorado, o esa colonia inglesa, o ese distrito británico, o como lo queráis llamar, vivía la familia de Jim Graham. Una familia de clase media-alta que vive con todas las comodidades que sabían reclamar para si los británicos de la era imperial. Vamos, que eran semidioses en la Tierra. Nunca se mezclaron y nunca se integraron en sus colonias. Eso diferenció siempre a los españoles de los demás europeos, pues mientras ellos colonizaban nosotros ampliábamos España anexionando provincias de ultramar, con los mismos derechos y obligaciones que las peninsulares.

Y en esas que los japoneses, hartos de dar por saco en China y en Asia y en todo el Pacífico, van y atacan Pearl Harbor al grito de Tora! Tora! Tora!

Japón «invita» a los Estados Unidos a la 2ª Guerra Mundial

Hasta la fecha estaban arrasando en China y arrasaban por igual en Asia y, como os decía, por todo el Pacífico, buscando materias primas de las cuales carecían en Japón. Pero lo de bombardear a los yanquis se les fue un pelín de las manos, tanto que activaron la mayor industria bélica de la historia de la Humanidad (gracias a Dios por otro lado, porque sólo ellos supieron patear a los nazis y proteger a Europa durante la Guerra Fría. Y alguno dirá, pero si los soviéticos llegaron a Berlín. Cierto, con material bélico regalado por los americanos y porque tenían un infiltrado entre los aliados, mi amigo Monty, el General Montgomery, quien se sacó de la chistera la infalible Operación Market Garden (la de Un puente lejano), que en contra de todo pronóstico… falló.

Modo ironía ON. Bien porque el plan era necio y por lo tanto el propio Monty también lo era o bien porque su verdadero objetivo era propiciar que los soviéticos llegaran antes a Berlín. Y como ni yo me creo que fuera un topo comunista, será más bien que sí, fue un necio y su soberbia le llevó al ridículo, y todo por su complejo de inferioridad con Patton.

Es que me voy por las ramas, pero es tan bonito hilvanar temas cuando te metes en Historia. Para que veáis que todo está interconectado. El caso es que la declaración de guerra, el ataque a Hawaii y la entrada americana en la Segunda Guerra Mundial precipitarán, en cierto modo, el avance nipón sobre Shanghái no teniendo que respetar territorios neutrales por más tiempo y aprovechando la retirada que os dije antes que estaba protagonizando el ejército nacionalista chino.

Y en esa retirada, pero sobre todo en esa ocupación japonesa, estaba nuestro Jim. En una zona que vivía la guerra de espaldas a la realidad y que, como vimos en Los 800, tenían la guerra a escasos 20m de distancia, al otro lado del río, como quien dice, y miraban cómo combatían chinos y japoneses con butacas en primera fila.

Declarada la guerra total, los occidentales huyen, y los que no huyen son evacuados, y los que caen en manos de los nipones terminarán en campos de concentración. Más bien de Internamiento.

El revuelo separa al niño de sus padres y tras superar el susto inicial, y merodear un poco, Jim se volverá a casa para esperar a que sus padres hagan lo propio. Pero sus padres no volverán nunca.

Punto de inflexión en la vida del joven Jim

Es un niño, que vivía con las comodidades de un niño, es más: de un niño acomodado (valga la redundancia), en una sociedad británica que miraba por el hombro a los chinos. Él no era un cretino, pero sí tenía algunas trazas de serlo, sobre todo cuando afloraba la flema inglesa. Y de la noche a la mañana está viviendo solo en su casoplón.

Te adaptas o mueres. Darwinismo 100%.

A esto tendrá que enfrentarse el pobre muchacho. A deambular por Shanghái buscando a sus padres y a malvivir en su casa abandonada. Y a huir de un urchin que le perseguirá hasta robarle las botas del uniforme del colegio. Los urchin son rateros que viven en la calle dando pequeños golpes. Y será huyendo de este urchin que se topará, o casi será atropellado por Basie,  un americano afincado en China. Más tarde sabremos por qué está en China, pero de entrada parece un pirata que no dudará en llevarse al niño consigo. No para protegerle, no, nada de eso: para venderle.

Pero Jim está famélico y nadie paga nada por él. Se lo tiene que quedar, y en estas que cuando van a dejarlo por ahí tirado Jim despierta de su ensoñación y cae en la realidad. Entonces le dice a los piratas que en su barrio, donde él vivía, hay casas que están abandonadas y están repletas de objetos de valor.

Allá que se van estos piratas.

Para sorpresa de todos, ese barrio, un barrio bien, ha sido tomado por los nipones y muchos oficiales japoneses viven en las distintas casas. Toman al muchacho y apresan a los americanos que terminan con sus huesos en uno de esos campos de concentración japoneses.

Empieza el segundo acto de este drama

Una vez más Jim se topará con oficiales japoneses, y con compatriotas o americanos mezquinos capaces de vender a un niño. Y tendrá que madurar a golpes. Y comprenderá que no tiene fuerza para luchar, porque aún es un niño, y para colmo enclenque. Por lo que agudizará lo que más y mejor tiene: su ingenio.

Se ve forzado, y dando gracias, a comer arroz con gorgojos, es decir: con insectos. Hasta ochenta y seis llega a apartar con una cuchar mientras los cuenta. Luego los recoge a todos y se los lleva a la boca. Una pizca de proteínas…

En ese ambiente se revelará como un experto en estraperlo. Será capaz de iniciar toda una red de favores y de comercio clandestino hasta con los oficiales japoneses que harán que todos, propios y extraños, terminen respetándole.

Hay un aspecto que no he comentado sobre Jim… le apasiona la aviación. Está loco por los aviones, sobre todo los cazas de combate. Tanto es así que, antes de empezar la guerra (o de verse metido en ella), le oiremos decir a su padre que no le importaría, es más, le gustaría alistarse en las fuerzas aéreas imperiales japonesas. Su padre se queda asombrado y él explica que es porque tienen los mejores aviones y la flota más potente.

Esta pasión le permitirá llevarse bien con algunos japoneses

Por un lado con un chaval joven porque ambos compartirán la misma afición por los aviones, las maquetas y los modelos que se lanzan para verlos planear. Y el respeto de algún piloto a quienes se acercará para ver a los aviones japoneses.

La vida en el campo de concentración es dura, muy dura y las apuestas irán y vendrán para intentar hacer algo de dinero, o ganar algún trofeo, aunque sea apostando si Jim vivirá o morirá en su próxima incursión en territorio japonés.

Antes mencioné a un tal Basie, un americano en China…

Pertenece o pertenecía al Kuomintang. Creo que era asesor de Inteligencia del US ARMY en territorio chino. El caso es que terminará desahuciado y detenido en el mismo campo que Jim. De hecho terminará ahí por culpa de Jim y del robo frustrado en el barrio del inglés. Jim hará de un grupo de soldados su camarilla y entre estos soldados reconoceréis a Ben Stiller, el de Tropic Thunder (2008) y La vida secreta de Walter Mitty (2013).

Jim llegará a parecernos hiperactivo. Todo el rato de aquí para allá, gritando, agitando sus brazos y desbordando emocionalmente a todo el que le rodea. Es su arma para avasallar y rendir cualquier resistencia y ganarse la simpatía de todo el mundo. Es un superviviente nato y lo demostrará no cediendo, no retrocediendo, no parando ni frenándose ni un minuto.

Hasta que termina la guerra y se reencuentra con sus padres

Ahí desaparecerá el Jim que hemos visto crecer. Dejaremos de reconocerle. Cesa su hiperactividad. Relaja sus pupilas. Pierde la tensión y la emoción del sobrevivir minuto a minuto… De vuelta con sus padres le veremos con los ojos de ellos y reconoceremos al niño que fue pero no al que es.

En los años que ha pasado fuera del hogar Jim ha hecho amigos y los ha visto morir sin dejar de ser un niño. Y por morir me refiero a que ha visto cómo morían de hambre, desangrados, acribillados por balas y ejecutados. Jim es un hombre de vuelta en la vida encerrado en las emociones y el físico de un crío de 13 ó 14 años. Tiene el alma fracturada, la personalidad desbocada y cero fuerzas para seguir enfrentándose a la vida.

Reencontrarse con sus padres es como el pitido final de un partido. Un partidoen el que relajas tu cuerpo y empiezan a cristalizar las agujetas, los tirones, los moratones y demás golpes, limpios o sucios. Ese es el efecto en su psique cuando deja de ser un vástago abandonad. Deja de tener que tiene que sobrevivir y se siente de nuevo arropado por sus padres. Entonces baja los brazos, expulsa toda la tensión emocional de su cuerpo, sin lágrimas que derramar de tantas como ha derramado hasta este día.

Entonces aflora el niño moral, ética y psicológicamente fracturado que llevaba oculto en su interior. Ese niño sin rumbo desde que su propio amigo Basie intentó venderle como esclavo. No lo hizo porque estaba tan enclenque que nadie le hacía una oferta por el crío.

El protagonista, Jim, es Christian Bale

Actor como la copa de un pino que se mete en el pellejo de sus personajes y se apodera de ellos como si fueran propios, como si fueran él mismo. Ya desde pequeñito, porque en esta peli tenía 12 años. Casi nada. Está presente en varias pelis en el fancine, para empezar por la que comenté la semana pasada, Los rebeldes del swing (1993). También me podréis leer sobre él y sobre su capacidad de interpretación en El imperio del fuego (2002): Batman begins (2005); Hostiles (2017); Le Mans ’66 – Ford V Ferrari (2019) y Rescate al amanecer (2019)… y siempre sobresaliente.

La parte del campo de concentración se filmó en Cádiz. En una finca en la marisma del Guadalquivir destinada, como el resto de la localidad de Trebujena, al cultivo del arroz.

La banda sonora la hizo John Williams y, siendo fantástica, en su formato vinilo o CD para consumo privado está desordenada y resulta caótica. Ahora circula otra versión de la misma BSO reordenadas cronológicamente. Lo han hecho para poder seguir la trama de la peli siguiendo sus melodías en casi 55 minutos de música.

Una obra de Arte de Steven Spielberg.

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