Ficha técnica de El planeta de los simios
- Título: El planeta de los simios
- Título original: Planet of the apes
- Director: Franklin J. Schnaffer
- Año: 1968
- Nacionalidad: U.S.A.
- Productora: Twentieth Century Fox
- Duración: 112’
- Producción: Mort Abraham, Arthur P. Jacobs
- Guion: Pierre Boulle, Micheal Wilson (Novela de Pierre Bulle: Le planète des singes)
- Fotografía: Leon Shamroy
- Música: Jerry Goldsmith
- Montaje: Hugh S. Fowler
Ficha artística
- Charlton Heston (Coronel George Taylor)
- Kim Hunter (Zira)
- Roddy McDowall (Cornelio)
- Maurice Evans (Dr. Zaius)
- Linda Harrison (Nova)
Premios y nominaciones
Oscar Honorífico al Mejor Maquillaje (Categoría inexistente por entonces)
Nominación a Mejor Banda Sonora y Mejor Vestuario.
El planeta de los simios es una distopía
Es el fiel reflejo del pensamiento contemporáneo (1968) de Occidente. En su vertiente más crítica.
Pertenece a la gran colección de películas apocalípticas que surgieron en aquellos días (Cuando el destino nos alcance) y que curiosamente afloran de nuevo. Entonces fruto de la Guerra Fría, ahora del cambio climático que se supone se le escapará de las manos al ser humano sea mediante contaminación, sea mediante un nuevo conflicto mundial (La Carretera).
Estados Unidos mantiene un pulso con la Unión Soviética. Después de la Segunda Guerra Mundial se levanta el telón de acero y Europa queda dividida en dos: Por una parte la Europa Occidental, de economía liberal y en democracia. Por otro lado, la Unión Soviética, de economía comunista bajo una dictadura ejercida y sostenida con puño de hierro.
Un pulso entre dos modelos distintos de civilización
que se manifiesta de muchas maneras. En términos deportivos, culturales, científicos…
Para aproximarme a la película me centraré en éste último aspecto, el científico, que bien podría englobar otros campos: Carrera espacial y la armamentística.
Diciendo esto he centrado el contexto en que se rueda la película. Que, por cierto, está basada en la novela homónima del francés Pierre Boulle. El mismo que escribió El puente sobre el río Kwai.
Ambas carreras, la espacial y la armamentística irían cogidas de la mano desde el principio. Los rusos pusieron a Laika en órbita, y en poco tiempo se irían turnando los viajes espaciales, unos soviéticos, otros americanos. Siendo el cosmonauta Gagarin el primero en orbitar la Tierra. Hemos de recordar que la película se rodó en 1968, un año antes de que Neil Armstrong pusiera el pie en la luna.
Eso y la amenaza nuclear
Latente en ambos lados del telón de acero. Una perspectiva pesimista que hacía pensar que el día menos pensado todo saltaría por los aires.
Schanffer, (y antes Pierre Boulle), supieron adelantarse con maestría al periplo selenita de los EE.UU.
La película empieza con el regreso a la tierra de un viaje espacial
Un viaje que nunca llegará a su final pues tras un aterrizaje forzoso, el Coronel Taylor y su tripulación se verán perdidos en un laberinto sin salida.
Para empezar, no son plenamente conscientes de lo que está sucediendo. De hecho, tras mucho peregrinar, se encuentran con más semejantes de su propia especie, semejantes con los que no se pueden comunicar porque han perdido la capacidad del habla… O nunca la han tenido, o quizás no disponen de la capacidad de razonamiento como para comprender el concepto de lenguaje.
El caso es que están atrapados en una realidad desconcertante. Se encuentran con el ser humano en su fase más primitiva, en la que se rigen por el instinto en vez de por el razonamiento. Pero será todavía más difícil de digerir encontrarse con los seres que sí son capaces de razonar, de pensar, incluso de hablar.
Los simios dominan el planeta
Serán los simios la especie dominante en el planeta al que ellos han llegado. Por azares de la vida, el único de los astronautas que podrá seguir adelante en la película conservando su capacidad fonadora será el Coronel Taylor, quien una vez superada la perplejidad que le produce sentirse un ser inferior cuando está rodeado por simios emprende una búsqueda de sí mismo, de su especie, de la humanidad para dar sentido a lo que está viviendo.
También podríamos rescatar la crítica ecologista que desprecia los experimentos con animales proyectándola a los experimentos con humanos.
Unos simios divididos en castas, chimpancés como pueblo llano, gorilas como militares y orangutanes como intelectuales (jueces y clérigos). Pero pensemos que los simios de la película no se portan como animales, aunque lo parezca, no olvidemos que en esta película se cambian los papeles, el simio es humano y el humano es simio.