Ficha técnica de El canto del lobo
Título: El canto del lobo
Título original: Le chant du loup
Director: Antonin Baudry
Año: 2019
Nacionalidad: Francia
Duración: 116′
Guión: Antonin Baudry
Música: Tomandandy
Fotografía: Pierre Cottereau
Montaje: Nassim Gordji
Producción: Jerome Seydoux, Alain Attal y Hugo Selignac
Productora: Pathé, Tresor Films, Chi-Fu-Mi Productions y Les Productions Jouror
Distribuidora: Pathé
Distribuidora: Pathé
Ficha artística
Francois Civil – Chanteraide
Omar – D’Orsi
Mathieu Kassovitz – Alfost
Reda Kateb – Grandchamp
Paula Beer – Diane
Me apasionan las pelis de submarinos
Quienes me leáis habitualmente lo sabréis. Las buenas, claro. Cuanto más realistas, mejor. También sabréis de mi poca o casi nula pasión por el cine francés.
Soy incapaz de ver sus películas porque no trago la gesticulación de sus actores. Son lo contrario que los españoles, que ni saben moverse ni transmiten nada salvo «estoy actuando» y no terminan de meterse en el papel que encarnan. Los franceses son diferentes, sobreactúan y gesticulan moviendo brazos y manos como si tuvieran una cerilla en las manos y se hubiera consumido toda la madera. Estos se hacen con el personaje que interpretan y lo hacen suyo, aunque al final me da igual que un actor francés interprete un personaje u otro. Si cogemos a todos los actores de esta misma peli e intercambiáramos sus personajes, el resultado de la peli habría sido el mismo.
Por eso me gustan los actores anglosajones: porque interpretan los papeles de sus personajes y saltan de un registro a otro en función de la película y en función del personaje. No todos, por supuesto, pero sí la mayoría.
Vale, ya he dicho lo de los actores franceses. No lo toméis a mal, creo que estar aquí, comentando una peli francesa demuestra que me he comido mis prejuicios tres veces: una para ver la peli. Otra para reconocer que me ha gustado, y otra para incluirla en el fancine.
Retomo el tema de los submarinos…
Ya os digo que al final del texto encontraréis un listado de películas sobre este subgénero del cine bélico. Y enlaces, de paso, a varios podcast de Antena Historia en los que «nos sumergimos» en la guerra submarina durante la Segunda Guerra Mundial.
He de adelantaros que cuando me preparaba para escribir esta entrada en el fancine me topé con un youtuber de excepción, un veterano americano que dedicó su vida profesional y militar a la guerra submarina. Ahora dedica su tiempo libre a desmenuzar las películas del género para explicarnos qué partes son veraces, cuáles son falacias y matizar el grado de realismo en todo lo que vemos. En este caso su aportación será doble porque encima se dedicaba al sónar, el verdadero protagonista de esta película.
El sonar…
Empieza desmontando una de las escenas «carne del cine francés», por lo que me cae bien el tipo. Esa en la que los técnicos del sónar están bailando al ritmo de la música que están tocando unos pescadores en la superficie. No sólo porque, como nos explica, el submarino nunca habría estado tan cerca del barquito, sino porque nos explica que la labor del sónar, y de su equipo, discurre en el más absoluto de los silencios. Esto es obvio si tenemos en cuenta que su labor es detectar, escuchar, descifran y denunciar el más mínimo sonido que llegue a sus oídos.
Estos sonidos pueden ser las aspas de otro submarino, de un buque, de un barquito, un cetáceo… y para eso está él ahí, para escuchar e identificar, por lo que la escenita de los franceses bailando no deja de ser una de las sobreactuaciones de las que hablaba antes.
Es más, si se pusieran a bailar y cantar del modo en que lo hacen en la peli, pasarían de ser cazadores a convertirse en presas, y serían fácilmente detectados y, por lo tanto, hundidos. Pelillos a la mar… saltándonos alguna incongruencia como ésta, más propia de ese cine voluptuoso y sobrecargado francés que comentaba al principio, que de una operación militar veras, quitando este aspecto, y los movimientos espasmódicos que hacen cuando gesticulan al hablar, el resto está fenomenal.
La película tiene tres puntos que me parecen formidables y que hacen que un subgénero (el de submarinos) en el que parece ser difícil innovar con guiones de calidad, va Antonin Baudry y me calla la boca. Para bien, porque mi queja habitual es la escasez de materia gris entre los guionistas y éste demuestra ser formidable y no sólo se inventa una trama original, sino tres.
Al César lo que es del César…
Aunque he tenido que ponerme a documentarme sobre esta peli para descubrir al tal Antonin. Y ha sido un grato descubrimiento, dicho sea de paso. No es el típico cineasta, ni mucho menos, y quizás por eso haya hecho tan gran trabajo. Hablamos del agregado cultural en la Embajada francesa en Washington D.C. entre 2010 y 2014. Y después, antes de dirigir esta peli, fue Embajador de la lengua Frances para el Instituto Francés… Recapitulando: antes había sido consejero del Ministro del Interior francés y después de esta labor fundó y abrió la primera librería francesa con únicamente libros franceses en N.Y. Digo yo que algo de espía tendrá el caballero. Primero asesorando al Ministro de Interior y después «agregado cultural»… Sé de qué hablo cuando especulo sobre la verdadera naturaleza del omnipresente «agregado cultural» en la diplomacia.
Y entonces llegó El canto del lobo
Una peli que arranca en el Mediterráneo Oriental, en concreto en los alrededores de la ciudad Sitia de Tortosa. Bien conocida por los franceses desde tiempo de las cruzadas (El reino de los cielos) en las que hubo tanto francés que los musulmanes los llamaron «franis» y al final terminaron por denominar así a todos los cruzados, franceses o no. En la actualidad incluye una instalación naval rusa, reconocida como base militar a partir de 2017.
Evacuación submarina de un comando
Su misión: recoger a un comando de operaciones especiales francés que estaba operando por la zona. Este es uno de los rasgos que más me ha gustado de la peli. En la Segunda Guerra Mundial una de las labores de los submarinos consistió en servir para trasladar espías o (los recién creados) comandos. Un aspecto que hemos visto en alguna que otra peli pero que ésta da una vuelta de tuerca haciendo que esos mismos comandos sean submarinistas.
Las imágenes en que se calzan las aletas y se sumergen con todo el equipo militar encima me parecen sencillamente fabulosas. Esta será una de las tramas de las que os hablaba hace un rato. Ya sólo con ésta habría tenido razón más que suficiente para comentar esta peli. Sobre todo cuando vemos a los submarinistas usar las mismas escotillas de los torpedos para entrar y salir del submarino sin tener que salir a superficie.
Y entran de golpe las otras dos tramas. En paralelo.
La importancia del sónar y de quien lo lee…
La segunda será comprender que la película versará sobre las funciones de quien «lee el sónar». Es decir, de la persona encargada de escuchar todos los sonidos del sonar para identificar sus procedencias. Otro tema fascinante que, conforme avance la peli, irá cobrando más y más protagonismo.
La tercera trama es uno de esos ruidos escuchados por el operador del sónar. Sonido que, al principio, llegará a confundir con un cetáceo muerto (creo recordar que es esto con lo que lo confunde). Y esto me hace recordar la táctica japonesa de recubrir la superficie de sus submarinos con cuero que, al mojarse y empaparse podían confundir a los operadores de sónar americanos y holandeses en el Pacífico. Esto lo expliqué en mi comentario del USS Indianapolis: Hombres de valor.
Descifrar un acertijo… un sonido
Pues bien… el encargado de dicha labor tendrá sus dudas sobre la procedencia del sonido y estas se prolongarán por un buen tramo de la peli.
Aquí hago un alto para celebrar todas las escenas que veremos en las que se elucubra con la procedencia del sonido. Veremos cómo dicho operados usa unos cascos para escuchar el sonido del animal, del motor o de las aspas… y cómo éste sonido se refleja en un monitor a modo de estelas marinas hechas por dicho sonido.
Lo fabuloso es que si el operador no es capaz de identificar ese sonido con sus oídos, que suele ser su herramienta de trabajo principal, entonces lo hará visualizando esas estelas que se dibujan en la pantalla de su ordenador. Estas estelas responden a un patrón único de cada embarcación y la marina francesa, según vemos en la peli, dispone de un glosario que recoge e ilustra las estelas marinas visuales y sonoras de la inmensa mayoría de los buques de superficie y submarinos existentes y que han existido. De este modo son capaces de poner modelo, nombre y apellidos a cada estela y de identificarlo, porque se los saben de memoria.
Menos ésta estela que deja noqueado al operador del sónar y a toda la oficialía que lo tienen como los mejores oídos de toda la Armada Francesa.
El submarino desconocido
La cosa se pone fea cuando comprenda que no hay lugar a dudas sobre la naturaleza del sonido: es un submarino, pero sin rastro conocido. Lo que sí es capaz de decir «calcetines», apodo de Chanteraide, el operador del sónar, es que ese submarino desconocido está emitiendo señales de radio. Y efectivamente, se está comunicando con una fragata iraní y también con un helicóptero, también iraní, operativo en la zona.
El helicóptero no dudará en lanza cargas de profundidad al submarino francés, no sin falta de razón porque, aunque en la peli sean los malos, lo hacen para defender sus aguas territoriales, invadidas por los franceses al acercarse a la costa para recoger al comando de operaciones especiales.
Hago un pequeño alto para destacar algo que desmerece al resto de la peli. La escena idiota, porque no se le puede llamar de otro modo, en la que el capitán del submarino hará que éste, una vez descubierto por el helicóptero, aflore en superficie para armarse con un lanza misiles y cepillarse al helicóptero de un zurriagazo al más puro estilo Schwarzenegger en Comando. La diferencia es que en Comando, siendo una peli de aventuras y algo de comedia, lo compro. Pero en esta peli, que se supone que es seria, me saca del todo y me hace sentir hasta un poquito de vergüenza ajena.
Recogerán a los miembros del comando y de vuelta para Francia. Y el del sónar con la mosca detrás de la oreja intentando poner nombre al sonido del submarino de marras para identificarlo.
Rusia invade aguas territoriales de Finlandia
Al llegar se activará una nueva misión en la que la Armada Francesa envía una fuerza naval a Finlandia para respaldar a los fineses en una disputa con Rusia porque éstos han invadido sus aguas territoriales. En su día os hablé de otro submarino nuclear, entonces la joya de la corona soviética, el Kursk, por estas mismas aguas.
Aquí se complicará la trama. Por un lado Grandchamp (el mismo que derribó al helicóptero) será promocionado para comandar el buque insignia de la Armada Francesa al timón del Formidable. D’Orsi, su segundo será el nuevo capitán del Titán (submarino en el que empezamos la peli).
Calcetines, originalmente seleccionado como sónar para el Formidable se quedará en tierra por dar positivo en drogas al haber pasado la noche con su nueva novia y ésta era fumadora de marihuana. Así que el mejor oído se queda en dique seco y se juega su carrera. Pero entre medias no dará su brazo a torcer y cometerá algún que otro delito para acceder a las bases de datos de estelas submarinas de la Guerra Fría y termina identificando al submarino que escuchó en Siria.
Pero antes éste submarino volverá a escena y se convertirá en el protagonista de la peli cuando, para sorpresa de todos, lance un misil nuclear rumbo a Francia.
Aquí cambia el cariz de la película.
A partir de aquí el spoiler será total
Si por lo leído hasta el momento te han entrado ganas de ver la peli, para de leer y vete a Netflix. Póntela y después, si quieres, retoma este comentario.
Los franceses aceptaran el reto ruso y entrarán en una escalada bélica sin marcha atrás: han de contraatacar con misiles nucleares tras este ataque tan inesperado como letal por parte rusa.
Una vez dada la orden al Formidable, éste se sumerge y el protocolo de guerra impedirá que desatienda o desobedezca la orden dada por el mismísimo presidente de la república. Todo parece indicar que habrá guerra nuclear.
Calcetines descubrirá el nombre del submarino que le traía de cabeza…
Se trata del Timour III y con razón no le creerá nadie, ni él mismo se da crédito salvo por el detalle de ser quien lo escuchó en Siria: el Timour III es un buque soviético que fue desmantelado tras la caída del muro de Berlín. O eso creían. El caso es que la extinta Unión Soviética, cuyo modelo económico comunista solo se mantenía (y de aquella manera) a flote mediante una economía de guerra perpetua (como explico en 1984), se derrumbó cuando se terminó la guerra fría. Por eso este submarino no se llego a desmantelar y sí a venderse en el mercado negro a un grupo terrorista islamista.
Se vendieron submarinos, aviones, tanques y armamento pesado y ligero a tutiplén…
Este dato junto con la notica de que el misil lanzado desde este submarino fantasma iba sin carga, y por eso no aciertan a derribarlo, porque al volar sin carga va más ligero de lo previsto y el misil que se lanza para interpretarlo yerra en su trayectoria. Mejor dicho, no yerra, pues será el misil el que se mueva de manera diferente, imprevisible.
Se investiga el caso y terminan deduciendo que el grupo islamista no pretende atentar contra Francia. Lo que pretende es hacer creer a los franceses que Rusia les está atacando con armas nucleares, para que estos respondan al misil con otro misil y desencadenar la destrucción total provocando, mediante el engaño, una guerra nuclear.
El daño está hecho.
Los franceses han mordido el anzuelo
Su buque insignia se dirige al punto exacto desde el que pretende devastar Rusia en respuesta al ataque ruso. Nada sabe de que no son los rusos los atacantes, nada sabe del submarino en manos de terroristas islamistas y nada sabe de que el misil iba sin carga. Y no sabe nada porque desde el momento en que se inicia el protocolo nuclear corta todas las transmisiones con el exterior del submarino y su único propósito, por si son la última representación francesa en la Tierra, es cumplir su misión.
Ahora empieza una persecución en la que D’Orsi, el nuevo comandante del Titán, tendrá que dar caza al Formidable. Pero… ¿Cómo? si es un submarino invisible… Un submarino que no se puede localizar… reclutando, de nuevo, a Calcetines. Que recordad que estaba en tierra firme con un consejo pendiente para ver si se le expulsa de la Armada por consumo de drogas.
Insisto en mi aviso de Spoiler…
Allá que irá Calcetines en helicóptero para sumarse a la tripulación del Titán y formar parte de la partida de caza del Formidable.
Y darán con él. Y Lograrán establecer comunicación con Grandchamp, pero éste, fiel a sus órdenes seguirá adelante y atacará incluso al Titán si éste intenta obstaculizar su misión (recordad, encomendada por el Presidente de la República). Volveremos a ver nuevamente a un submarinista en acción y veremos, atónitos, cómo Grandchamp cumple con las ordenanzas y dispara sus torpedos contra el Titán en la creencia de que cualquier caso de intento de evitar una misión de este calibre es un sabotaje en contra de Francia.
Se producirá un intercambio de disparos de torpedos que dará con ambos buques en el fondo del mar y de ambas tripulaciones sólo una persona quedará con vida: Calcetines, expulsado del Titán por uno de los tubos lanza torpedos y que, como era de esperar por la profundidad, le triturará los oídos por dentro. No sé si se queda sordo para siempre, pero si que perderá parte de su capacidad auditiva a la larga y a la corta le vemos incapaz de oír ya en tierra firme.
Lo que sí sabremos será que con su sacrificio, pues no volverá a hacer lo que más le gusta, que es estar al frente del sónar de un submarino, evitó que se lanzara el misil nuclear a Rusia y por ende evitó una guerra nuclear.
Pensé que iba a hacer múltiples referencias al youtuber veterano de la US Navy pero al final me he liado y poco o nada lo he mencionado. Quizás os guste ver su vídeo. Si te ha gustado el comentario de esta peli quizás te guste ese vídeo porque él explica la peli desde el punto de vista de un colega de profesión de Calcetines y nos explica todo lo que tiene de veraz la película y todo lo que es pura ficción.
El marine YouTuber… y los submarinos
Destacaré dos aspectos, a modo de guindas, que me gustaron del vídeo
Por un lado resalta (se lo lleva al Caribe pero en la peli es en el Mediterráneo) algo que ya comentamos en el podcast de Guerra Submarina en la Segunda Guerra Mundial: Las aguas cristalinas son traicioneras para los submarinos porque los hacen ser perfectamente visibles desde las alturas. Entonces desde un avión o un hidroavión y ahora desde un helicóptero.
Sobre la escena del helicóptero y la veracidad del sonar
Y sobre ser visto por un helicóptero… a propósito de la fantochada que describí antes. Nos dejar meridianamente claro que si te descubre un helicóptero en esas mismas circunstancias que estás listo para papeles. Que te hunde y santas pascuas.
También nos explica que la mayor parte de los aspectos del sónar que vemos en la peli son rigurosos al máximo.
Espero haberos sabido explicar esta peli y, por todo lo dicho, os la recomiendo.
La fotografía empeora cuando pasa por los efectos digitales
Incluso a pesar de que la fotografía es mejorable. Y eso que es buena, pero me di cuenta de algo cuando vi el vídeo del making of y me percaté que las imágenes estaban mejor antes de ser tratadas digitalmente que después. Han perdido definición y profundidad tras digitalizarlas.
Esto en cuanto a las escenas en las profundidades o cuando hay una iluminación de emergencia y de combate a fondo de un submarino. Es una pena porque las imágenes sin tratar, sobre todo las de los submarinistas eran preciosas, pero a base de oscurecerlas estos hombres rana se han terminado difuminando y se pierde parte de su encanto cuando aparecen en escena.
Hay un detalle que me pone nervioso…
El uniforme de la Armada Francesa… si parece que son barrenderos. Dicho sea con todo el respeto hacia el gremio de barrenderos. Es el afán que tenemos en Europa por desmilitarizar todo, hasta el ejército. En España nuestros ejércitos están siendo reciclados en ONGs. Y este uniforme francés carece de marcialidad y carece de respeto hacia toda la institución que representa. Claro que tiras de libros de Historia y para la historia naval que tienen no desentonan los «chándales».