el fancine - Web de cine - Blog de cine - Podcast de cine - AlvaroGP SEO y contenidos digitales
Carrera espacial en el cine - Apolo 13 - Astronautas y cosmonautas - el fancine - Blog de cine - Podcast de cine - Antena Historia - AlvaroGP SEO - SEO Madrid

Apolo 13

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Apolo 13

Título: Apolo 13
Título original: Apollo 13
Director: Ron Howard
Guión: William Broyler y Al Reinert (novela Los Moon de Jim Lowell)
Nacionalidad: USA
Año: 1995
Duración: 1995′
Fotografía: Dean Cudney
Producción: Brian Grazer
Productora: Imagin Entertainment
Distribuidora: Universal Pictures

Ficha artística

Tom Hanks – Jim Lowell
Bill Paxton – Fred Haise
Kevin Bacon – Jack Swigert
Gary Sinise – Ken Mattingly
Ed Harrys – Gene Kranz

Jim Lowell se encaminaba hacia su 4º vuelo espacial

Tenía experiencia en aviación naval en vuelos de prueba

Pertenecía a la segunda remesa de astronautas reclutados.

Era uno de los mas experimentados. Entró en la NASA en 1962 y estuvo en dos misiones Géminis antes del Apollo. Frank Borman y él participaron en la Géminis 7 y luego con «Buzz» Aldrin finalizaron el programa con la misión Géminis 12. Ya superada la Misión Géminis, fue trasladado a la Misión Apolo, como suplente de Mike Collins, a quien sustituyó en el Apolo 8 por una lesión cervical del primero. Luego fue suplente del mismísimo Neil Armstrong en el Apolo 11. Y al final terminó en el Apolo 13.

Todos los comandantes de las primeras misiones fueron pilotos de prueba. Esto se debe a que las naves evolucionaban a golpe de ensayos y los mejores para esa misión, precisamente, era este tipo de profesionales: científicos y formados en vuelo capaces de exigir más y más a las máquinas y con la sensibilidad para percibir su rendimiento.

Ken Mattingly (piloto del módulo de mando) y Fred Haise (piloto del módulo lunar) ambos volarían por primera vez al espacio en el Apolo 13. Pero, como veremos en la peli, a Matingly le diagnosticarían sarampión unos días antes del despegue, por lo que se le descartó de inmediato por miedo a que desarrollara la enfermedad en el espacio o se la contagiara a sus compañeros, que resultaron inmunes porque ya la habían pasado de pequeños. De este modo quedaría relegado del Apolo 13 y sería sustituido por Jack Swigert. La misión seguirá adelante. Y Swigert volaría también por 1ª vez.

Investigar la luna para buscar explicaciones para el origen de la tierra y misiones secundarias en torno a navegación espacial.

En las misiones previas en que los astronautas habían pisado su superficie las misiones consistieron en recoger muestras geológicas (recoger piedras) para su investigación de vuelta en la tierra. Para esto las naves habían alunizado en distintos mares lunares y recogido piedras de superficie, pero poco o nada podían esas piedras aportar para estudiar la formación de la Luna, y mucho menos de la Tierra.

La diferencia del Apolo 13 con respecto a las anteriores misiones, es que éste daría un paso más allá al no limitarse a explorar la superficie lunar. Su misión sería alunizar en el cráter provocado por un asteroide, a modo de volcán, que permitiría profundizar en la superficie. Bueno, un gran asteroide y un buen puñado de asteroides pequeñitos y medianos, por lo que encontrarían un gran número de cráteres, de diversos tamaños en los que sacar material para su posterior investigación. Esta zona, o cráter, se llamaba Fra Mauro (en honor al monje y cartógrafo Fra Mauro que en 1457 hizo el mapa del Mundo Antiguo más detallado, preciso y explicado hasta su fecha), está entre los mares lunares Cognitum e Insularum y en su fondo está recubierto de lava basáltica.

Una vez en Fra Mauro tendrían paseos espaciales, estudiarían su formación y recogerían muestras de flujos térmicos para medir los calores lunares potenciales, para lo que tendrían que taladrar con un taladro Black & Decker de 3 metros.

Llevamos 5 años de guerra en Vietnam y la opinión pública había dado la espalda a los viajes espaciales.

11 abril de 1970: lanzamiento. Alegato a la hermandad de las naciones y a la Paz y la libertad para que ninguna bandera hostil ondee en la luna. Amén de sus motivos científicos y de ingeniería, y sabiéndose ganadores de la carrera espacial por haber triunfado sobre la Unión Soviética, querían descartar que la bandera roja con la hoz y el martillo se plantara en superficie lunar. Igualmente querían hacer de la luna, y del espacio, un territorio de paz en el que no proliferaran las armas y la amenaza de guerra sobre la Tierra.

De ahí el lema de la misión del Apolo 13: «De la luna, conocimiento»

Hubo más percances con esta misión de los que vemos en la peli. Ya hemos comentado que una semana antes del lanzamiento tuvieron que cambiar de piloto del módulo de mando. Y sabemos que la misión principal, alunizar, se irá al traste cuando explote uno de los tanques de oxígeno.

A partir de ese instante sólo habrá una misión: sobrevivir y volver a casa, a la Tierra. Pero entre medias, una vez en el espacio, el motor del Apolo 13 se paró de golpe. De hecho se pararía un total de tres veces por el efecto Pogo, derivado de las sacudidas a las que se somete la nave al salir al espacio. Pero hubo otros dos Pogo.

Los dos primeros no alarmaron porque, siendo conscientes de su existencia, y de su razón de ser, no eran del todo preocupantes. Pero al parecer, el que sí haría saltar todas las alarmas sería el tercero, que casi da al traste con todo cuando el segundo motor vibró hasta dieciséis veces en 1 segundo.

El Apolo 13 sigue avanzando sin más, tras 48 horas de viaje y con absoluta normalidad. Tanta que ni cuando la NASA contactaba con ellos en directo, la prensa y la opinión pública pasaban de ellos por completo. A estas alturas llevaban 56 horas cuando, tras hablar con la Tierra y de vuelta a sus quehaceres espaciales, a 253.724km, Houston le pidió a Jack Swigert, el piloto, que removiera los tanques de oxígeno líquido. Cuando conectó los ventiladores, el del nº2 provocó un cortocircuito por unos cables en mal estado. El mismo oxígeno que iban a remover se inflamaría y ardería generando desperfectos dentro y fuera del tanque.

«Houston. Tenemos un problema»

Todo cuando sucedía arriba se monitorizaba desde la Tierra. Houston sería entonces para la nave y los astronautas lo que un panel de Google Analytics sería hoy para una página Web de un e-Commerce. Todo se medía, todo se reflejaba en tiempo real y todo se podía estudiar, sopesar y valorar por igual, allá arriba y aquí abajo.

La presión de nitrógeno de las celdas de combustible 1 y 3 estaban dañados. Para ser más realistas, la primera se había esfumado y la tercera parecía que iba por le mismo camino.

Estas celdas son la fuente de energía del módulo de servicio, o de vuelo. Todo se había bloqueado por un gran subidón de energía. Si seguía en funcionamiento la nave lo hacía por el remanente de oxígeno que había dentro de los conductos de los aparatos, pero sólo restaba lo justo para unos pocos minutos más y, entonces, el Apolo 13 se apagaría y no dispondría de más energía eléctrica.

Era el momento para tomar decisiones. O como habría dicho la Cosa de Los 4 Fantásticos, era «la hora de las tortas».

No sabían en qué estado estaba la estructura de la nave, y tampoco cómo estaba el módulo lunar. Por eso Swigert selló la escotilla que comunicaba ambos. Bueno, lo intentó con la ayuda de Lowell, hasta en cinco intentos, pero desistieron y lo dejaron para después porque surgió otro problema. El tanque de oxígeno nº2 se había quedado sin presión, y la del nº1 se desplomaba sin freno. Se estaban quedando sin oxígeno.

Houston preguntaba desde la Tierra y ellos verificaban los datos que consultaban dando el mismo crédito que sus colegas de la base: ninguno. Bueno, sí se lo creían, lo que no veían era la razón, el por qué… pero así estaban las cosas. Tanto que la duda dejó de ser si serían capaces llegar a la Luna y se convirtió en si serían capaces de regresar a la Tierra.

Entonces Lowell comunica que el tanque nº1 se está vaciando y ve cómo salía a presión de la nave y se iba flotando por el espacio. Es verdad que el módulo de servicio puede estar 100% operativo con una única celda de combustible, pero para que ésta funcione necesita el oxígeno que genera energía. Sólo les quedaba la 3ª celda, pero ésta empezaba a no rendir del todo por si sola dada la escasez de presión, por lo que tuvieron que decidir apagarla.

No obstante, y pese a lo que pueda parecer, no estaba todo perdido. Es más, si tenía que pasar el accidente que pasó, fue maravilloso que sucediera en ese momento. Esto es porque todavía tenían margen para improvisar y salvar sus pellejos. Si hubiera pasado un día antes, o un día después, habrían quedado condenados sin remisión.

Apolo 13 y la Carrera espacial

Aquí hay que hacer un alto para explicar una historia dentro de la propia historia de la carrera espacial. Cómo y por qué era así la nave espacial.

Cuando empezó el proyecto Apolo se debatieron dos modelos de naves

  1. Encuentro en la órbita lunar: Una nave compuesta por varias partes independientes

    1. Cohete propulsor (Saturno 5) que ponía la nave en órbita
    2. Módulo espacial (la capsulita esa en la que van los tres astronautas y en la que retornan a la tierra)
    3. Módulo lunar: la nave rara con patas en la que caben dos astronautas (puesto que el piloto del módulo espacial no abandona dicho módulo)
  2. Un super cohete, parecido al Saturno 5

    1. Pero muchísimo más grande, que fuera directo de la Tierra a la Luna. Pero este modelo era tan gigantesco y necesitaba tanto combustible para el trayecto de ida, que no tenía combustible para el de vuelta
Ni que decir que la opción nº2 la parió el mismísimo Werhner von Braum, el científico nazi que impulsó la carrera espacial en la NASA. ¿Cómo llegó allí? Lo explico en El puente de los espías, protagonizada, también, por Tom Hanks. En ella hablo de cómo los servicios de Inteligencia americano y Soviético se intercambiaron y repartieron los científicos nazis para indultarlos (ambos) a cambio de impulsar sus respectivas carreras espaciales. Von Braum era el padre de las V2 nazis que atemorizaron a Londres durante los bombardeos que vimos en Durante la tormenta. No lograría hacer prosperar el proyecto del supercohete que iría hasta la luna sin pausas, pero sí fue el diseñador del Saturno 5.
Este cohete tenía por misión, como decía antes, poner al módulo espacial en órbita. Una vez allí, se desprenderían del cohete y se ensamblaría con el módulo espacial que está orbitando alrededor de la tierra. Ambos módulos recorren la distancia entre la Tierra y la Luna. Entonces sólo el módulo lunar aluniza, con dos astronautas, y después se propulsa lo justo para reacoplarse al módulo espacial (en el que sigue el piloto) y regresar a la Tierra para la reentrada del módulo espacial con los tres astronautas.
A su vez el módulo espacial se dividía en otras dos partes: la cápsula en la que los tres astronautas reentrarían en la tierra y soportaría el amerizaje y otro módulo de almacenamiento, agua para consumo y energía que servía para propulsar ambos módulos juntos.
He tenido que explicaros este tocho para que terminéis de entender la película. Esto era crucial para que entendáis que el módulo lunar (el de las patitas) estaba concebido para ser tripulado y usado y vivido por dos hombres con la misión de explorar la superficie lunar.
Tras el accidente el módulo de mando había perdido todo el oxígeno, el suministro de propulsión, toda la electricidad y el agua. Ahí es nada. Quedaba inutilizado. Entonces todas las miradas se pusieron en el módulo lunar (de las patitas) para reciclarlo y convertirlo en un bote salvavidas.
Los tres astronautas tendrían que trasladarse al módulo lunar, que por cuya funcionalidad y características contaba con sus propios equipos de oxígeno, agua y propulsión. Aunque como decía, estaba concebido para dos tripulantes, por lo que habría que hacer unos retoques sobre la marcha. Era pues una nueva nave en la que podrían navegar sin el módulo de mando.

No había un Plan B… ¡Pero sí un Plan C!

Dicho de otro modo: la NASA no tenía un Plan B de rescate en caso de que sus astronautas quedaran a la deriva pero sí había un Plan C, que se venía barruntando desde el Apolo 9, que era proveer tales características al módulo lunar que, en caso de una emergencia como la presente, se pudiera reciclar y cambiar de funcionalidad para «garantizar» el regreso de los astronautas. Pero todo eran conjeturas.
El caso es que tiraron para delante para arrancar el módulo lunar y adaptarlo. Este módulo necesitaba unas 5 horas para ponerse en funcionamiento y ellos tenían 90 minutos. Todo facilidades. Se había roto el tanque de oxígeno y estaban empezando a respirar monóxido de carbono. Tuvieron que apagar el módulo espacial para ahorrar energía pues la necesitarían para impulsar la entrada en la Tierra y no sin antes orientarse y calcular el ángulo para atravesar la atmósfera con nuestro planeta como referencia visual, como vemos en la peli, pues tuvo que hacerse manualmente.

El Apolo 13 había abandonado la trayectoria de libre retorno

La que permitiría entrar en la Tierra con el ángulo correcto. Por lo que el módulo lunar necesitó recuperar la trayectoria propulsándolo con los motores e inyectores del módulo, que tendría que tirar de si y tirar también del resto de la nave.
Fue necesario readaptar todo el módulo lunar de modo que si originalmente estaba diseñado para dos personas, con un tamaño ligeramente mayor que una cabina de teléfono (para los millennials pongo un enlace a La cabina, de Antonio Mercero para que sepáis qué y cómo era una cabina) durante 45 horas para alojar a 3 tripulantes durante 90 horas.
Así con todo lograron salvarse. Les faltaban 350.000km y un montón e dificultades y carencias, como la del agua, que se les agotó más de 5 horas antes de llegar a la Tierra. Todo lo tenían en contra pero estos tres hombres supieron mantener la calma y tomaron las riendas a sabiendas que ni si quiera haciéndolo todo bien tendrían garantizado volver con vida a casa.
La película refleja con bastante fidelidad la aventura espacial. No «ésta aventura espacial», sino toda ella, la carrera espacial. Y la refleja venerando a Neil Armstrong, como se merece, al ser el más grande de los héroes conocidos por la Humanidad desde Cristóbal Colón poniendo a los Estados Unidos de América a la altura del imperio español. No obstante las puertas de su Capitolio reflejan todo el pasaje de los Reyes Católicos, las tres carabelas y Colón.
Se ve la coordinación y la comunicación perenne entre los tres astronautas y el equipo que estaba en Houston. Crucial porque serán estos últimos, desde la Tierra, quienes conciban el plan final con que los astronautas se salvarían. Me encantan las escenas en las que son conscientes de que si no improvisan algo (más español no podría ser esto) morirán envenenados. Y lo logran, pariendo un filtro hecho a base de recortes de los cartones de navegación, tuberías, una bolsa de plástico y piezas del filtro de hidrógeno de litio del módulo espacial. Grandes dosis de cinta americana. Y funcionó y lograron reducir el carbono en el aire y evitaron ser envenenados.
Me fascina la peli y me fascina el tema que trata. Y me trae recuerdos de cuando estuve en Florida, en las navidades del 92, cuando vivía en Minneapolis. Fui a Orlando y pasé un día entero en Cabo Cañaveral. Tuve ocasión de ver toda la instalación, de pasear alrededor de las orugas que trasladan a los cohetes. Pero lo que más me fascinó, por contraste, fue ver la cantidad de caimanes que había en todas las lagunas que había antes, durante y después de la carreterita que nos llevó hasta allí.

Esta es una peli de superación

Para los que no se rinden. Para luchadores y para quienes creen en el valor del trabajo en equipo. Y puestos a hablar de equipo, mi personaje favorito es precisamente el miembro del equipo que se quedó en tierra. Ken Mattingly, quien perdió la plaza en el Apolo 13, a favor de Jack Swigert.
Esto le pasó porque los médicos le dijeron que podía tener sarampión y debían apartarlo del resto del equipo por miedo a contagiarlos, como Busquets con la Selección nacional tras dar positivo por COVID. Con la diferencia de que Mattingly resultó no estar enfermo y se perdió el vuelo por un exceso de celo médico.
Pues bien, como él era el piloto original y se había quedado en casa, él fue quien, una vez conocido el problema que tenían sus colegas y amigos allá arriba, en el espacio, se metió en el módulo de entrenamiento y fue quien hizo todos los cálculos, todas las pruebas y apuntó todos los procedimientos con sus errores hasta que dio con la maniobra perfecta para volver a la Tierra y se la comunicó a sus amigos, por lo que, indirectamente, se convirtió en clave a pesar de no estar a bordo del Apolo 13.
Para mi gusto esta peli pasó sin pena ni gloria cosechando 2 Oscar sobre las 9 nominaciones que tenía. Tan sin pena ni gloria como la propia misión en tiempo real, lo vemos en la peli, que no suscitó muchas emociones hasta que cambió el carácter de la misma y se convirtió en una aventura por la supervivencia. Prensa carroñera, como siempre. Y una sociedad desencantada con la guerra de Vietnam, que seguía enquistándose.

Una película que yo me atrevo a rescatar en el fancine por su belleza y por la importancia de su argumento.

La película está magistralmente hecha y refleja como pocas otras que la realidad supera a la ficción

Es magistral de principio a fin y está hecha con sumo gusto reflejando un episodio de la Historia de los Estados Unidos que marcó la Historia de toda la Humanidad: la carrera espacial.
En 2012, cuando estaba yo en plena etapa de emprendedor digital, con Wejoyn, colaborando en materia de geolocalización con diversas iniciativas civiles y militares, visitamos la Exposición de la NASA en la Casa de campo de Madrid. Allí tuvimos la oportunidad de ver muchos aparatos, trajes, alimentos, usados durante esta vertiente de la guerra fría, la carrera espacial y habiéndolo visto y habiéndolo tocado con mis propias manos se me antoja más complicado y arduo que nuestros semejantes pudieran salir al espacio y consumar la gesta de ir a la luna. Unos con éxito y pisándola y otros no, como es el caso. Pero el mero hecho de salir al espacio en estos aparatos sólo es comparable a cuando los españoles del siglo XV y XVI navegaron a bordo de las naos para ir hasta América y después, con Elcano, dar la primera vuelta al mundo.
Por todo eso es maravillosa esta película. Por cómo refleja a la Humanidad, a Occidente y a los estadounidenses que por aquellos tiempos luchaban por salvaguardar la Democracia en todo el mundo y por preservar la paz en el espacio, sin obviar que era la misma guerra fría la que los había catapultado para estar en órbita.
La cojas por donde la cojas: una película maravillosa.
Una de las anécdotas reales que mejor refleja la película es que estaban a punto de congelarse y lo evitaron rotando un poco la nave, cuando iban directos hacia la tierra para recibir el poco calor solar que hubiera, a través de una ventanilla y, del mismo modo, el calor del fuego que envolvía a la cápsula cuando se adentraban en la atmósfera.
Tuvo que ser emotivo quedar a la deriva, abrir la compuerta y esperar pacientemente a que llegaran los helicópteros para rescatarlos.

«Think positive, make things happen!»

No deberíamos perder de vista que, como dije un poco más arriba, la carrera espacial estaba pasando por un bache de reconocimiento público.
Mucha gente ni sabía cuál era la utilidad de la exploración lunar. Todavía hoy en día hay mucha gente que se lo plantea mientras mira su taza dar vueltas en el microondas.
Pues bien… sí, el microondas, los paneles solares, los termómetros con láser, miembros ortopédicos, ropas ignífugas, aspiradores sin cables, softwares de diseño para infraestructuras en la Tierra… La comunicación por Radio ¡y por texto! a distancia mejoraron… la manufactura de los alimentos deshidratados y tantas, tantas otras cosas de uso cotidiano se concibieron allí arriba, para mejorar la calidad de vida de los astronautas y, de rebote, la nuestra también.
En ésta última década se ha reactivado el interés por la Luna, quizás como trampolín para volar hasta Marte. China, Europa, Rusia, la India y Estados Unidos compiten con algunas multinacionales por sacar partido a la nueva carrera espacial.
Las agencias nacionales, o supranacionales como la ESA (Agencia Espacial Europea) investigan y ponen sus miras en el horizonte espacial. Las empresas privadas buscan un nuevo turismo, el espacial, con costes paradójicamente «desorbitados» que terminarán financiando, como siempre, a las instituciones públicas.

Otro factor que nos ha hecho mirar al cielo en las últimas fechas ha sido otra muestra de la tecnología china. No hace ni tres semanas que temimos que el cohete propulsor de un satélite chino cayera sobre nuestras cabezas por una torpeza en su diseño, o en su programación cosa que habría pasado desapercibida si no fuera porque estos, los chinos, «dejaron escapar» un virus de laboratorio que se ha llevado por delante la vida de millones de personas y la economía de Occidente.

Películas dedicadas a la Carrera espacial en el fancine

Os dejo enlaces a algunas pelis relacionadas con el director y los actores de la peli que ya están en el fancine…

Tom Hanks

Greyhound

El puente de los espías

Capitán Phillips

Philadelphia

Ed Harris

El show de Truman

Kevin Bacon

The Faculty

Bill Paxton

U-571

Al filo del mañana

Ron Howards

Han Solo: Una historia de Star Wars

Cinderella Man

Otras películas

Ir al contenido