Ficha técnica de Armageddon
Título: Armageddon
Título original: Armageddon
Título original: Armageddon
Director: Michael Bay
Guion: Jonathan Hensleigh, Tony Gilroy, Shane Salerno y J.J. Abrams
Nacionalidad: USA
Nacionalidad: USA
Año: 1998
Producción: Michael Bay, Jerry Bruckheimer y Gale Ann Hurd
Productora: Touchstone Pictures, Jerry Bruckheimer Films, Valhalla Motion Pictures y Digital Image Associates
Distribuidora: Buena Vista Pictures
Duración: 151′
Productora: Touchstone Pictures, Jerry Bruckheimer Films, Valhalla Motion Pictures y Digital Image Associates
Distribuidora: Buena Vista Pictures
Duración: 151′
Música: Trevor Rabin y Harry Gregson-Williams (canción de Aerosmith)
Fotografía: John Schwartzman
Montaje: Mark Goldblatt, Chris Lebenzon y Glen Scantlebury
Ficha artística
Bruce Willis – Harry Stamper
Ben Affleck – A.J. Frost
Billy Bob Thortom – Dan Truman
Liv Tyler – Grace Stamper
Will Patton – Chick
Steve Buscemi – Rockhound
Michael Clarke Duncan – Oso
Peter Stormare – Lev Andropov
William Fichtner – Coronel Willie Sharp
Jessica Steen – Piloto Jennifer Watts
El 15 de julio de 1998 se estrenó Armageddon en Madrid
Aunque, para ser fiel a la realidad, he de decir que se preestrenó. Porque la proyección a la que yo asistí fue eso, un preestreno. Por todo lo alto. En la explanada del Planetario, en el cine al aire libre con una pantalla gigante.
Como veréis el planazo veraniego era total. Yo fui a verla con mi amigo Carlos Laso, por entonces técnico de helicópteros en el Ejército del Aire, y no sé si vino alguno más. Ahora sigue metido en temas de aviones pero en el campo civil. Aporto este dato porque no son pocas las cosas que me comentó desde el punto de vista técnico. Esto sucedía entre calada y calada a sendos cigarros, pues, como era costumbre en aquellos tiempos, se fumaba en todas partes. De hecho la última peli en la que me di el gustazo de fumar dentro de la sala fue Pulp Fiction, (en la que también sale Bruce Willis), en el Palacio de la Prensa, allá por 1994.
Todavía no entiendo cómo no he comentado Pulp Fiction en el fancine, o las pelis de Kill Bill… me lo pongo como deberes para la próxima temporada.
Allí estábamos los dos (como mínimo, ya os digo que no recuerdo si éramos más), disfrutando una noche estrellada en la que mirábamos al pantallón y veíamos a Bruce Willis y al exhalar el humo mirábamos al cielo y se veían estrellas, satélites… Incluso la prensa de entonces anunciaba el preestreno como una «lluvia de estrellas en el Planetario de Madrid», pues así lo anunciaba el día antes el diario El Mundo, otrora un periódico prestigioso.
Se sobreentiende que esa «lluvia de estrellas» no era real sino cinematográfica, en un alarde literario del periodista de turno para hacer referencia al preestreno de la peli en el Planetario y la presencia, en ella, de Bruce Willis, Ben Affleck, Liv Tyler y compañía… Pero si os parece simplón el título de su artículo, pensad que por lo menos tiene bien ordenadas las palabras dentro de la frase. Hoy en día no conozco mayor tortura, como filólogo, que leer un periódico, o la página Web de un medio de comunicación… porque nadie enseña a escribir a los periodistas.
El caso es que Armageddon, sin ser un peliculón, nunca me defrauda. O como expresé en mi propio Twitter de @elfancine: «Viendo Armageddon. Una peli que nunca me planteo ver pero que siempre que la veo, la disfruto». Y es verdad que la disfruto.
Vamos con la película…
Demos rienda suelta al Armageddon
Ya me han dicho en Twitter, dónde si no… que Armageddon no es una peli realista. Que ningún rigor científico avala su argumento. Que si revientas un meteorito de ese tamaño podrías romperlo pero la lluvia que provocaría sobre nuestro planeta sería igualmente letal. Y tampoco faltaron los que dicen que es una fantochada, que es una americanada y que parece una peli a medida para decir al mundo entero que los americanos son los mejores.
Menuda panda en Twitter…
Por partes. Sobre el rigor científico no opino. Más que nada porque soy filólogo y escribo esto como aficionado al cine, por gusto, sin carácter profesional ni anhelo científico alguno. Os parecerá una tontería lo que digo, pero igual que digo que no tengo ni repajolera idea de astrofísica, tampoco la tengo de paleoantropología. Soy un aficionado al cine que le gusta hablar de cine. Sin más. Sin menos. Y siempre me cubro las espaldas, cuando toco algún tema que se me puede escapar, alegando esto e invitando a los expertos, si me leen, a corregirme en lo que entiendan que pudiera haber errado, pues mi gusto es por la divulgación del cine y de los temas que en éste vemos.
Dicho esto, hay tuiteros que lo mismo te sacan los colores por hablar del paleolítico que por mencionar la órbita de un satélite. Cuánto envidio a esa gente que sabe de todo y opina de todo y critica por todo sin haber estudiado nada. El día en que se repartieron los cerebros a mi me tocó el de un tal A. Normal, como en El jovencito Frankenstein.
Pero ¿sabéis una cosa? Tienen razón. En este caso sí la tienen. Si hubiera querido dar una pátina de rigor científico e histórico a esta peli (que es una ficción y de histórico, gracias a Dios, no tiene nada) habría seleccionado películas realistas que hablaran de Historia. En concreto de la Historia de la Carrera espacial. Y para ello habría comentado pelis como Elegidos para la gloria, Gagarin, El primer hombre, Apolo 13, o Salyut-7.
Todas ellas comentadas en el fancine, junto con El puente de los espías, como precursor de la carrera espacial.
Precursor, según la RAE, es lo «Que precede a otra persona o cosa, generalmente anunciándola o haciéndola posible». Lo incluyo por si me está leyendo algún periodista del S.XXI, de los que «escriben» artículos y mezclan información con opinión y con desconocimiento de lo que dicen y del lenguaje que emplean para escribirlo. De los Community Manager de los Medios ni hablo.
No hay cosa que me produzca más dentera que leer un tuit de un medio en el que incluyen un titular de noticia mal escrito y el cuerpo del tui parece un reclamo más que una noticia. Por reclamo me refiero a que inducen al error sin pretenderlo cuando en vez de apuntar a una noticia te la quieren vender como quien te vende una golosina. Han confundido información con entretenimiento y la mitad de los «periodistas» deberían estar trabajando (y ya es mucho) en portales agregadores de contenidos, pero nunca en un Medio de Comunicación reventando la Información con adjetivos y palazos de subjetividad.
Volviendo a las pelis esas del espacio que mencionaba… ¡Ah! Que ya están en el fancine… en mi saga de cine y Carrera espacial.
¡Zasca!
Comento esta peli por el gustazo de hablar de una película que sirve sólo para lo que estaba concebida: entretener. Y visto el cine de nuestros días, que una peli cumpla su objetivo de entretener, ya es mucho decir. Por eso la aplaudo, la disfruto y la comento aquí. Al más puro estilo Pacific Rim. Otra peli que si la pillo empezada me siento y la veo.
Porque no se puede vivir sólo de caviar. Ni sólo con ensaladas… ni con ternera blanca de Galicia, de 1ª calidad. A veces me apetece una pizza, o empaparme los dedos de grasa apretando una hamburguesa para poderla morder.
Y es que eso mismo es esta peli: una hamburguesa grasienta. Quizás una hamburguesa doble… con bien de Cheddar, cebollas y bacón. Aerosmith es el Ketchup y Liv Tyler la mostaza.
Cuando me siento a ver esta peli sé que voy a pasármelo fenomenal. Es como La roca (que también tendré que incluirla aquí), o Con-Air. Puro entretenimiento y divertimento. Cumple con todos los estereotipos del cine de aventuras de los 90s. Es una aventura desmesurada que, sin embargo, está tan bien filmada, tan bien narrada que pasas por alto sus mil incongruencias y te lo pasas como un crío mientras miras a la pantalla. Y eso es cine. Eso es Cine: ESO ES CINE. Entretenimiento. O no lo es nada.
Meten a un tropel de personajes, cada cual más extremo, para todos juntos formar un equipo y, saliéndose de todos los convencionalismos habidos y por haber resulta que, al final, el destino de la Humanidad está en sus manos.
Y son yankis.
Pues claro. Ellos ponen la pasta. Bastante con que nos meten un ruso de por medio, con la camiseta de la URSS para quedar bien con el antiguo rival en la carrera espacial, que también pagan entradas para ir al cine. Y vemos a Oso, un armario empotrado de 2×2, más negro que el sobaco de un grillo, como diría mi amigo David («Deivid«), que es igual de negro que Michael Clarke Duncan, o más. Un Oso que estaba en el reparto porque molaba tanto el personaje como el actor que lo encarna, no para cumplir con las cuotas de nuestros días.
¿Os imagináis un remake Armageddon? Mejor aún… ¿Os imagináis un remake de Armageddon hecho por Netflix?
Habría hecho falta lanzar un autobús escolar de dos pisos con tirachinas (por aquello de no contaminar, o con energías alternativas…), para incluir todos los colectivos posibles entre los que salvan a la Tierra. Para que nadie critique la película y para que nadie se sienta ofendidito porque no aparece un personaje esquimal con identidad de género indefinida, que hable catalán y defienda su libertad sexual con una camiseta de un asesino de homosexuales como fue el Ché y un pin con la cara del Messi sobre el escudo del Barsa. ¡Uy! perdón, del PSG, que el cuco ha volado del nido cuando ha dejado de ver pasta.
Bueno, vamos, ahora sí, de una vez, con Armageddon
La peli empieza contándonos lo que pasó cuando un meteorito se estrelló contra la Tierra hace millones de años.
Esto provocó un cambio climático, un invierno nuclear durante siglos y cambió por completo la faz del planeta llevándose por delante a nuestros amigos dinosaurios (los lagartos de Parque Jurásico (aclaración para el Community Manager de cualquier medio de comunicación que me esté leyendo)).
Empieza con el meteorito que fue y sigue con el meteorito que es y será, con toda probabilidad, el punto y final de la Humanidad y quizás del planeta entero.
Salvo que aparezca un grupo de extractores de petróleo que se las apañen para poner pie en el meteorito y reventarlo con una bomba nuclear. Suena un poco difícil pero si estas gentes aguantan, sufren y repelen a los plastas de Greenpeace, que sólo ejercen de moscones con los intereses occidentales y capitalistas. A los países que contaminan de verdad ni mu. A todos los que no son capitalistas y, casualmente, no están sujetos a Derecho, a esos, ni mu, no sea que acaben en la cárcel…
Así pues, si Harry Stamper es capaz de espantar moscas con pelotas de golf… ¿Cómo no iba a ser capaz de reventar el meteorito al frente de su chusma? Ni que decir que Harry es Bruce Willis (presente en el fancine en El sexto sentido, El último Boy Scout y Sin City)
Estos son los mimbres de esta película de aventuras, ficción e incorrección política, que tanta falta hace
La Tierra va a ser reventada por un meteorito que amenaza con borrar de su faz a todo bicho viviente, incluso con hacerla explotar. Y nuestro último recurso será una panda de cafres que lo mismo taladran la corteza terrestre en busca de petróleo que se embuten en un traje espacial para reventar al meteorito con un supositorio nuclear.
«Embuten»… No lo hago a drede. No es mi intención dificultar la lectura a los periodistas. Embutir significa «meter una cosa dentro de otra y apretarla». De ahí viene el concepto del «embutido»: salchichón, chorizo… A más de un becario (porque estamos en agosto, el mes más negro para la información) se le habrán dilatado las pupilas al descubrir por qué llamamos embutido al… embutido.
Seguro que mañana hay más de diez tuits en diez medios hablando de la paradoja semántica del embutido.
Bueno, realmente habrá una y la leeremos en diez medios diferentes con diez firmas distintas porque habrá un lumbreras que saque un artículo del embutido y 9 que lo encuentren en Google, lo plagien, lo firmen y lo publiquen como propio. Ese es el nivel de la Información en la actualidad. Y ninguno citará al fancine ni buscará la fuente de esa información… si supieran que la noticia ha salido de un blog que solo busca entretener… Es lo que pasa cuando tienes que escribir tres noticias y 20 tuits diarios…
Veremos los impactos de los primeros fragmentos del meteorito cayendo sobre Nueva York. Más adelante veremos París destruida, o mejor dicho, veremos cómo un fragmento más grande arrasa Paris… La cosa se pone seria y la NASA tendrá que acudir a Harry para ponerle en órbita, con los suyos, y salvarnos a todos.
Pero ¿Quiénes son los suyos?
Empecemos por su hija, Grace Stamper, criada a salto de mata de una estación petrolífera en otra, viajando por medio mundo. Es la hija buenorra de Harry (interpretada por Liv Tyler, a la sazón, Arwen en El Señor de los Anillos) y su equipo serán sus padres. Obvio decir que padre sólo es Harry, pero el resto, como buenos amigos de Stamper, ejercerán de padrazos en mil y una facetas de la vida de Grace.
Hasta que aparece A.J. y pone su vida patas arriba. A.J. es Ben Affleck y ya pasó por el fancine en Daredevil, Batman V Superman y ARGO. Grace se enamora locamente de él y vivirá un romance prohibido por Harry, quien sigue viendo a su hija como la niña que siempre ha cuidad. Bueno, ni prohibido ni permitido pues será a espaldas del padre, con la connivencia de toda la tropa y sin que su padre se entere hasta cinco meses después de haberlo iniciado.
A partir de aquí habrá dos temas en la película. Por un lado la aventura en la que se verán metidos al ser reclutados, con carácter de urgencia, para salvar al mundo. Por otro lado Harry tendrá que madurar la idea de que su hija ya no es una niña y debe dejarla hacer su propia vida. Harry admira a A.J. por el potencial que ve en él, y porque le quiere como si fuera también hijo suyo. De ahí que tenga que pasar por varias fases: incredulidad, sentirse traicionado (por los dos), aceptar que su hija es ya una mujer y aceptar la relación tras comprender que es el amor lo que une a la parejita…
Harry tira de su equipo para la misión, y esto asustará a la NASA porque, amén de no tener experiencia alguna en materia espacial, son una banda de alocados que entre todos reúnen casi todos los vicios que se pueden tener, pero aún así siguen siendo los mejores en lo que a perforar se refiere. Un vicioso ludópata, un cowboy inadaptado, un motero de Harley-Davidson, macarra y descomunal y negro, el Oso que mencioné antes, cuyo corazón es tan grande como su cuerpo y otro igual de descomunal que vive un complejo de Edipo incurable.
No puedo olvidar la alusión indirecta que hacen a Elegidos para la Gloria, a la sazón la última peli comentada en el fancine, antes de esta, cuando veamos a la tropa de falsos astronautas y alguien comente que son los «Elegidos para la Escoria» en una escena que imita a la de los siete astronautas del proyecto Saturno.
Pero cada uno de ellos es el mejor en una faceta: geología, matemáticas… para entre todos hacer un equipo perfecto. No sólo son los mejores en lo suyo, además lo saben y eso es lo que los salvará tras no pasar las pruebas físicas ni psicológicas de la NASA.
Así con todo se formarán dos equipos mezclando militares profesionales y estos perforadores y subiéndolos en dos transbordadores espaciales: Independencia y Libertad, por si uno falla que el otro pueda terminar la misión. A bordo de cada nave irá un armadillo. Un vehículo pesado que les ayudará a perforar los 240m que les separa del núcleo del meteorito para reventarlo antes de la barrera cero a unos 60.000km de la Tierra.
Recibirán una formación acelerada para que puedan hacer su trabajo en el espacio y los chutarán contra el meteorito para hacer un agujero que lleve al corazón del mismo y les permita volarlo con una bomba nuclear.
Es plan es de locos. Pero la alternativa es ver cómo el meteorito se estrella contra la Tierra. Es todo o nada y con estas se pondrán en manos de la banda de Harry.
El contrapunto será el Coronel Willie Sharp, encarnado por William Fichtner (La tormenta perfecta, 12 valientes y Black Hawk derribado), Su misión será velar porque los perforadores hagan su trabajo y, en último extremo, sin no lo lograran, detonar la bomba en la superficie del asteroide y que Dios reparta suertes. Esta misión suicida y secreta será la misma que vimos en Stargate, de 1994, y que también comentaré en el fancine.
La misión, de por si rocambolesca, tendrá varias fases una vez en órbita. Lo primero que tendrán que hacer será acoplarse a la estación espacial rusa MIR. Allí, con la ayuda del cosmonauta ruso Lev Andropov llenarán los depósitos de combustible. De ahí tendrán que ir a la Luna, para dar la vuelta y meterse en la estela del meteorito y posarse sobre él.
No he comentado que el primer indicio del meteorito se tuvo en el transbordador Atlantis, que será sorprendido por la vanguardia del meteorito y será destrozado y todos sus astronautas morirán en el momento en que los primero meteoritos, los más pequeños, arrasen la estación.
Algo parecido pasará en la MIR, que quedará inutilizada y tendrán que llevarse consigo al cosmonauta ruso. La nave Independencia, en la que van Oso, Oscar y A.J. se estrellará y quedará inutilizada. Morirá Oscar y Oso el ruso y A.J. emprenderán su propia aventura intentando alcanzar a la Libertad. Los de la Libertad sabrán que la otra nave se ha estrellado pero no sabrán que hay supervivientes a bordo del armadillo, ni que estos están haciendo volar al armadillo aprovechando la gravedad y unas cuantas dosis de suerte para reencontrarlos.
La Libertad aterrizará bien pero muy lejos de su destino, y para colmo se cargarán el perforador, por lo que creerán arruinada la misión y aplaudirán con las orejas cuando reaparezca el segundo armadillo con tres tripulantes a bordo. En el impás entre cargarse su armadillo y aparecer el segundo veremos un conflicto que enfrentará a los militares con los civiles, pues creyendo que la misión principal se ha terminado, los militares, con el Coronel Willie Sharp al frente, intentarán volar la bomba.
Entre medias veremos algunas escenas hilarantes a cargo de Steve Buscemi (La muerte de Stalin y Coffee & Cigarettes) quien habrá perdido el juicio, no recuerdo si era por falta de oxígeno o porque llevaba la locura por dentro. Se subirá a lomos de la bomba atómica imitando a la peli Teléfono Rojo, volamos a Moscú, de un modo explícito y terminará atado y amordazado para evitar riesgos innecesarios.
Reunidos los supervivientes de ambas naves con el único armadillo disponible, entonces A.J. se erigirá en líder al ser el mejor perforador. Pero no lo es por su formación ni por su rigor científico, sino que lo es por puro instinto.
Al final uno de los supervivientes tendrá que sacrificarse para detonar la bomba y será el verdadero héroe a costa de su propia vida. Se echarán a suertes quién será el «afortunado» y le tocará a A.J. Para entonces Harry ya sabrá cuál es su papel en esta vida: hacer feliz a su hija. Por lo que acompañará a A.J. hasta el momento final y le forzará a regresar a la Libertad usurpando su lugar y sacrificándose por el bien de su hija, de quien se despedirá en una escena conmovedora en la que veremos a Bruce Willis llorar al despedirse de su hija y tras pedir a A.J. que cuide de ella.
El resto es euforia desmedida al ritmo de Aerosmith con un final de bombo y platillos. Al más puro estilo videoclip de rock de los 90 a cargo del Michael Bay, quien a la sazón entraba en la industria del cine de la mano de los videoclips musicales y nos regala un final de película brutal.
Como os decía al principio, esta peli no es histórica, ni pretende serlo. Es puro entretenimiento y vista así resulta genial, divertida, entretenida y más que recomendable.