Ficha técnica
- Título: Ant-Man
- Director: Peyton Reed
- Año: 2015
- Título original: Ant-Man
- Nacionalidad: USA
- Producción: Kevin Feige
- Productora: Marvel Studios
- Distribuidora: Walt Disney
- Duración: 117’
- Guion: Edgard Wright, Joe Cornish, Adam Mckay, Paul Rudd (Cómic de Stan Lee, Larry Lieber, Jack Kirby)
- Fotografía: Russell Carpenter
- Vestuario: Sammy Sheldon
- Música: Christophe Beck
Ficha artística
- Paul Rudd (Scott Lang / Ant-Man)
- Michael Douglas (Hank Pym)
- Corey Stoll (Darren Cross / Yellowjacket)
- Evangeline Lilly (Hope Van Dyne)
- Bobby Cannavale (Paxton)
- Anthony Mackie (Falcon)
El tamaño sí importa…
Por fin Marvel se decidió a adaptar Ant-Man en la gran pantalla, aunque con resultado dispar, según quien la comente.
Uno de los personajes clave (y fundadores) de Los Vengadores y fundamental en Marvel. Tan es así que no solo ha pasado por Los vengadores: también por Los 4 Fantásticos, uno de los motivos que ha podido influir en el retraso de su aparición en el cine provocando que se pierda las primeras entregas de los primeros. Motivado porque Marvel no tiene los derechos de Los 4 Fantásticos en el cine y esto habrá conllevado algún que otro tira y afloja entre productoras. Por cierto, y puestos a comentar “personajes nuevos” de Marvel en el cine… No es poca la polémica que traerá la próxima entrega de convirtiendo al hombre antorcha de Los 4 Fantásticos en «cuota étnica», pero eso es harina de otro costal.
El verdadero Ant-Man es Hank Pym, uno de los personajes más inteligentes del universo Marvel, creado por Stan Lee (quien vuelve a hacer un cameo para delicia de sus seguidores) y “recreado” por Peyton Reed como el mentor del nuevo Ant-Man, Scott Lang (Paul Rudd), un delincuente que recibe una segunda oportunidad de manos del propio Hank Pym, (en la película se adapta al personaje a modo de “antiguo” miembro de SHIELD que habría abandonado su disciplina por comprender que el traje otorga unos poderes a Ant-Man se le podrían escapar de las manos), interpretado por Michael Douglas.
Hank Pym “reclutará” a Scott Lang por su potencial como ladrón escurridizo para sucederle, en caso de lograr dominar al traje, y sacar todo el partido de éste haciendo el bien.
Toma esta decisión porque su delfín en la película, Darren Cross, ha logrado deshacerse de él e intuye, acertadamente, que sus fines no están dentro de la ética que él defiende.
Efectivamente, Darren Cross lo ha logrado y pone su “re-descubrimiento” al alcance del mejor postor sin preocuparle para qué fines sea destinado. Esto le hará perder el control sobre su producto y también sobre su propia persona haciendo peligrar la estabilidad militar de todo el planeta.
Scott Lang aparece en la película despidiéndose de sus “compañeros” de cárcel, en donde ha pasado sus últimos años tras haber cometido un delito y haberse reinsertado, porque en el fondo, con matices sobre el acto original que le llevó a la cárcel, siente y comprende que no debe volver a delinquir y con tal propósito abandona el presidio. Veremos un constante lavado de cara del personaje, presentándonos su “torpeza”, o su ingenuidad como malo, para acto seguido edulcorarlo dándonos a entender que sus intenciones de fondo son siempre buenas. Un ladrón, sí… pero a lo Robin Hood.
Sin embargo será tentado para dar un golpe fácil y, pese a demostrar sus habilidades como ladrón, caerá atrapado por la policía porque en realidad ha sido víctima de una trampa puesta por el propio Hank Pym, quien le pone a prueba (y la supera) y le promete retirar los cargos y ayudarle a hacer el bien si acepta sucederle como Hombre Hormiga y someterse a su tutela.
Scott se verá forzado a aceptar para no terminar de nuevo con sus huesos en la cárcel motivado, sobre todo, por su hija. Una niña que vive con su exmujer y su padrastro, a la sazón, policía, y teme que ésta lo tome por el bala perdida que realmente es.
Será pues esta niña y el amor de padre que él siente por ella los motivos por los que accederá. Esto y claro está, eludir la cárcel.
Así pues, Scott aceptará el reto de convertirse en el nuevo Ant-Man, recibe instrucción en el manejo del traje por parte de Pym y se mete de lleno en una aventura (cinematográfica) que hace las delicias de los espectadores (a trancas y barrancas, eso sí, pues no se mantiene la “tenzone” o tensión narrativa salpicando la película de constantes altibajos) en una película que rezuma efectos especiales y acción.
La pena es esa inconsistencia del guion, ese cúmulo de clichés cinematográficos en el que los guionistas creen que tienen que dar la película masticada al espectador porque no esperan que éste pueda comprenderla por si solo y sobre todo para evitar que cada cual saque sus propias conclusiones.
Efectos especiales de primera para lograr convertirse en una buena película de la factoría Marvel, antesala de su incorporación en futuras entregas de Los Vengadores a quienes hace algunos guiños interesantes a lo largo de esta entrega. Insisto en este aspecto porque podría haber sido mucho más grande, haber superado incluso a Iron Man pero, y que alguien me saque de mi error si lo cometo, creo que se ha quedado en fuegos de artificio a pesar de escenas que se han convertido de facto, en memorables y que se nos quedarán grabadas en la retina.
Lo peor, para mi gusto, amén de ese “masticado” es el malo, pero esta es una carencia endogámica de las películas de Marvel, por desgracia, porque ponen toda la carne en el asador con los héroes y los villanos resultan, cómo decirlo… pueriles. Lo peor se sobrecargar de artificios a los malos, artificios armamentísticos que en vez de agregar valor al personaje, los empobrece.
La trama, habiendo explicado ya la parte de Scott, girará en torno a cómo sabotear a Darren en un intento alocado por evitar que el nuevo traje caiga en las manos de “los malos”: en el fondo se trata de una película de robos, adornada con superhéroes pero de robos al fin y al cabo: un malo que es bueno, con talento pero indeciso, un mentor de primera, reclutamiento, entrenamiento, chica guapa que descentra y se enfrenta al protagonista… de robos.
A estas alturas de la película, Darren ha desarrollado la versión Yellowjacket del traje original y no dudará en utilizarla para evitar que se lo arrebaten de las manos.
Scott deberá pues luchar contra si mismo (para no recaer en la delincuencia), contra Darren y contra Hope, la hija de Pym que hace las veces de topo en la organización de Darren y esperaba ser la persona que se ponga el traje de Ant-Man y no le pondrá las cosas fáciles a Scott al considerarlo un intruso.
Las habilidades de Scott se ganarán a Pym y su carisma hará lo propio con Hope, aunque no sin esfuerzo. Hope está interpretada por Evangeline Lilly, la actriz que encarnó al peor personaje de toda la saga de literatura de Tolkien adaptada al cine: El Hobbit (en el papel de Tauriel) y puede que en esta entrega (y futuras) nos haga olvidar uno de las peores pesadillas materializadas por Peter Jackson (cosa que nunca le perdonarán los seguidores de Tolkien).
El traje de Ant-Man permite a quien se lo enfunde reducir su tamaño al de un insecto y le otorgará la fuerza de una hormiga, cosa que en un humano le convierte en superhéroe.
Si estos poderes no fueran suficientes, también le permitirá comunicarse y someter a las hormigas a su voluntad procurándole una legión de aliadas para lograr sus fines.
Un guion adaptado de los cómics de Stan Lee, obviando las novedades y superando los prejuicios lograremos imbuirnos en una película que es todo acción y un derroche de imaginación.