Ficha técnica de La cabina
Título original: La cabina
Nacionalidad: España
Múscia: Carl Orff
Producción: José Salcedo
Ficha artística
Agustín González – Otro señor atrapado en otra cabina
Felicidades y gracias RTVE
Felicito (y agradezco) a RTVE por compartir el genial mediometraje de Antonio Mercero y José Luis Garci en Youtube.
Toda una genialidad de la época que muchos millennials (milenials) no terminarán de entender en nuestros días.
¡Una cabina de teléfono!
¿Y eso qué es lo que es?
Pues es, ni más ni menos, el Smartphone de nuestra época. Hoy en día resulta casi imposible concebir la vida sin un móvil en el bolsillo. La Digitalización, que os explico en «Pelis para MIBers» mediante películas, ha traído una era de tecnología que, en muchos casos mejora nuestra existencia. Pero en otros nos convierte en dependientes de la tecnología, del Wi-Fi y de las redes sociales.
15 pesetas
Antaño llevabas 15 pesetas en el bolsillo y si tenías necesidad de hablar con alguien te metías en una cabina y llamabas. No creáis que antes se hablaba por teléfono como hoy en día. Se hablaba cuando hacía falta hablar. No para decir «ya he aparcado el coche y estoy subiendo por las escaleras para que no se corte la llamada«. Y pagabas cada minuto que hablabas. Por eso íbamos al grano. Para ahorrar.
Este mediometraje es una joya
No solo por su humor genial, surrealista y kafkiano. Sino por un aspecto todavía mas interesante: tras 47 años podemos ver a lo largo de sus 37 minutos un reflejo de la sociedad que fuimos y dejamos de ser.
Para ello comento algunos aspectos.
Ya he mencionado el principal: La cabina en si misma. Como un elemento en extinción y sin sentido en nuestros días.
Un tratado de sociología
Pero hay más…
Los niños. Los niños jugando en la calle. Y para colmo, jugando solos en la calle.
Otro aspecto impensable en nuestros días. Además aquellos niños (yo nací en 1974) estaban hechos de otra pasta. No solo juegan solos en la calle sino que son niños burlones. Preguntan incluso si echan cacahuetes a un José Luis López Vázquez atrapado en la cabina todo el día.
Nadie graba, fotografía ni emite por streaming
Si os fijáis no veréis ni una persona haciendo una foto. Claro, insisto: no había móviles. Hoy la gente no haría corrillo para ayudar (en La cabina se quedan como mirones). Hoy habría gente tuiteando en Twitter, subiendo memes a Facebook y emitiendo vídeos en directo vía Youtube.
Antaño si hacías fotos tenías un carrete de 12 (los más afortunados de 24) para todo el verano. Tenías que seleccionar con mucho criterio la foto que ibas a hacer- Al volver a tu ciudad las llevabas a revelar y si no se habían velado (perdido) tenías las 12 fotos como único recuerdo.
Otra cosa rara es ver a la gente bien vestida (por lo general). Niños y adultos con camisas, corbatas y la mayor parte hasta con chaqueta. Cosa impensable en nuestros días. Y el adulto sin corbata va con polo. También se ve alguna que otra camisa con mangas cortas para que no digáis que todos los de antaño vestían bien.
Solo vemos españoles en toda la película. Es curioso pero hace unas pocas décadas no teníamos la costumbre de ver a personas de otras etnias en la vida real. Si este mismo mediometraje se filmara hoy sus responsables forzarían los porcentajes exactos de representación étnica, gustos sexuales y orientaciones políticas entre todos los extras que aparecen por la película para no herir la sensibilidad de ningún colectivo.
Para que veáis lo mucho que ha cambiado la Sociedad
Si nos ceñimos a Madrid vemos el antiguo excalestri e infinidad de planos que me recuerdan al Madrid de (también) José Luis Garci en El crack y El crack 2.
Aunque por tema y género quizás esté más en la onda de El día de la bestia, también rodada en Madrid.
¡Es Publicidad!
Lo mejor de todo son las señoras que especulan sobre el origen o el motivo de dicha cabina: «¡Publicidad!» Lo cual demuestra que la Publicidad de antaño y de hoy no ha cambiado en nada su carencia de escrúpulos a la hora de aprovechar cualquier ocasión para sacar rédito.
Si todo lo comentado es kafkiano esperad a ver el desenlace de La cabina para quedaros boquiabiertos de verdad.
Banda sonora
Mención a parte para la banda sonora compuesta por Carl Orff. Conforme avanza se irá haciendo más y más envolvente y creará un ambiente de sugestión y claustrofobia propio de las películas de terror de esa misma década, los ’70s. Con pelis como La profecía y El exorcista.
