Super Mario Bros.: La película es una maravilla.
Pero sobre todo es un alivio. Es sentarte en el sofá, encender la peli, ponerte a verla y disfrutar.
0% Woke
No ser Woke no es el secreto de su éxito, pero ha contribuido. A nadie se le escapa el miedo que nos entra cuando vemos que se está haciendo una peli sobre algo que nos gusta… Tolkien y El caballero verde son dos ejemplos que me vienen a la mente cuando pienso en decepciones cinematográficas. Pero no porque la peli no me haya gustado o no haya estado a la altura de mis expectativas: porque las han manipulado hasta el punto de no reconocer a mis personajes favoritos. Sean reales o de ficción.
Esta peli, la de Super Mario, ha respetado a los personajes originales. No los ha mutilado su personalidad. No ha cambiado su identidad. Ni su raza, ni su apariencia. No ha cambiado la orietnación sexual de sus personajes, entre otras cosas porque no hay necesidad de pervertir las mentes de los niños bombardeándolos con mensajes confusos, difusos para tener contentos a unos y otros menos a los aficionados al juego.
NINTENDO ha sido valiente
Super Mario es Super Mario. Luigi es Luigi. Todos los personajes son como lo han sido desde que fueron creados y no cambian, ni mutan ni se retuercen ni se pervierten. Es un producto hecho con gusto, con cariño y con respeto. Respeto al propio producto, a la marca, a los espectadores y alos jugadores del videojuego.
Decía que no ser Woke había contribuido al éxito en taquilla. Los más valientes acuden al cine. Y en los últimos años salen trasquilados y echando pestes de los personajes que han amado toda la vida. Si yo he visto esta peli es porque me han asegurado, antes de verla…
«Puedes verla porque no es una película woke…»
Ese argumento esgrimió la persona que me recomendó verla. Y es verdad. Y como pasó conmigo, habrá pasado con miles de espectadores. A todo el que me lea, y a todo el que me ha preguntado después de verla le digo, o diré: Tranquilos…
Super Mario Bros. es una peli a la antigua usanza
Está hecha para ser disfrutada. Sin temer que aparezcan nuevos personajes temiendo sentir que me han dado el cambiazo. Os recomiendo leer mi comentario de Los 4 Fantásticos. La buena, en la que la Antorcha, mejor dicho Johnny Storm, es el de siempre, y no la Woke. Esta peli, la de Super Mario, es un disfrute absoluto de principio a fin. Y cada vez que aparece en escena un personaje nuevo te dibuja una sonrisa en el rostro.
No hay más que hacer cuentas para comprender la moda ruinosa de la exacerbación de lo políticamente correcto. Es decir, del wokismo.
Go Woke, go broke!
Todo en dólares…
- Super Mario Bros. – Presupuesto: 100 Millones / Recaudación: 1.361 Millones
- La sirenita – Presupuesto: 250 Millones / Recaudación: 572 Millones (fracaso)
- The Marvels – Presupuesto: 274 Millones / Recaudación: 197 Millones (fracaso y descalabro)
- Peter Pan & Wendy – Presupuesto: No consta / Recaudación: No consta (Se busca vivo o muerto)
Este es el nivel del cine inclusivo. Espantan al seguidor más fiel para someterse a una moda, que como todas será pasajera. Si dentro de medio siglo Occidente sigue en pie espero que a más de uno se le caiga la cara de vergüenza cuando eche un vistazo a las carteleras de los años 20’s y comprenda que en estos tiempos no se hace cine sino propaganda disfrazada de películas.
Super Mario Bros. es tan lineal como un videojuego
Quieres ver una partida animada y es precisamente lo que te han hecho. Parece que pensando en ti, en un fan de los de toda la vida. Un fan que le gusta Mario como es, y la princesa como es. Un fan agradecido que sale del cine sonriendo en vez de renegando de su franquicia favorita.
¿Tanto cuesta?
No rechazo que se inventen cosas nuevas, pero sí que se reinventen las ya existentes.
Por lo dicho antes, por respeto a quienes han disfrutado con esos personajes desde hace años. Cambiárselos, por moda, por imposición y por despecho hace tan flaco favor a quien da el cambiazo como a quien lo pedece.
Los demás, los arrivistas oportunistas sacan pecho sobre los verdaderos fans, vilipendiados. Y dentro de una década, cuando los neofans woke se hayan cansado de éste o aquel personaje, porque ahora lo reivindican para hacer escarnio del seguidor clásico, sin importarles el lore ni la tradición, ni los fundamentos del personaje, dejarán de ver sus pelis. Para entonces, el fan de toda la vida se habrá agotado de sufrir el escarnio, si quiera por opinar. Porque opinar de modo distinto habrá hecho que le señalen con el dedo. Y por un personaje de videojuego, o de cómic, no merecerá la pena tanto batallar.
Al final pierde el fan de toda la vida y pierde la productora porque comprenderá que ha sembrado en terreno estéril.
Se nota la firmeza japonesa en esta peli. El sentido de la tradición y el respeto a sus tradiciones. A sus gustos y a sus principios.
Por todo eso… ¡Gracias Illumination, y gracias NINTENDO!
Formato clásico.
De puro clásico, tradicional.
Aplicable a un sinfín de héroes, de cómics, de películas y de videojuegos. Pero si ha triunfado durante décadas es porque es lo que pide el consumidor.
Los hermanos fontaneros se verán transportados a un reino, a dos reinos de fantasía, porque cada uno llega a uno distinto. Ellos son fontaneros y viven en Nueva York. Por azar del destino, ¡zas! Uno termina en el reino Champiñón y el otro en las Tierras oscuras.
- Mario conocerá a Peach, la reina. Una preciosa humana, rubita y «echá pa’lante» heroína que gobierna con dulzura femenina a sus champiñones
- Luigi se lleva la peor parte. Aterriza en el reino de Bowser. El villano enamorado de Peach
No he dicho cómo han llegado hasta ahí…
Han sido absorvidos por una tubería verde… Si has jugado a Super Mario no necesitas que te lo explique, si no lo has hecho por mucho que lo explique no terminarás de entenderlo. Digamos que estas tuberías son atajos, o portales, que te llevan de un sitio para otro. En nuestra realidad, o dimensión, carecerían de toda lógica, pero en este mundillo son la mar de útiles.
Os decía que el planteamiento no puede ser más sencillo. Malo se enamora de buena. Buena pasa del malo. Dos héroes sin ánimo de serlo aterrizan en medio de ese conflicto.
El malo no escatimará esfuerzos a la hora de hacerse con la dama. Si tiene que destruir reinos y mundos, los destruye. Ni dudará en chantajearla: o eres mi esposa o mato a tus súbditos. La buena es tan buena que cederá al chantaje antes que exponer a sus amigos y súbditos.
Y los buenos, por separado y juntos, harán lo que saben hacer: el bien. Bueno, tendrán que aprender a hacerlo. Son buenos por naturaleza pero no acostumbran a liderar. Ni a ser héroes. Por lo que pasarán por su proceso de aprendizaje. Su punto de partida les hace dignos de ser paladines de la princesa. Son buenos, tienen buen corazón, son valientes y generosos. Todo lo contrario que el villano.
Traslación de la consola al cine
Ese proceso de aprendizaje será la propia peli, que no es más que las traslación del videojuego a la pantalla. O lo que es lo mismo: recrear una partida con un guion. Saltando pantallas, compitiendo, peleando… disfrutando de principio a fin con una pasada, una auténtica pasada, de animación y de acción trepidante.
Todo un despliegue de imaginación, diversión y de buen gusto. Guion sencillo aderezado con un sinfín de guiños a las decenas de horas que los seguidores de Super Mario han dedicado al juego. Y si son fans de verdad ya serán cientos de horas en vez de decenas.
En mi caso son decenas de horas en Minneapolis. Con brian Chabot, al lado de la chimenea los sábados por la mañana. Mano a mano compitiendo.
Nada falta, salvo Yoshi…
Pero será Yoshi quien nos deje, a mi por lo menos, el mejor sabor de boca de toda la peli. Pero… si os he dicho que no sale… ¿Entonces? ¿Por qué digo esto…? Para saberlo tendrás que verla y apurar hasta que la peli se termine… del todo. Y hasta ahí puedo leer, que diría Mayra Gómez Kemp.
