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El caballero verde

Tabla de contenidos

Ficha artística del caballero verde

Título: El caballero verde
Título original: The Green Knighr
Director: David Lowery
Año: 2021
Nacionalidad: USA, Reino Unido, Canadá e Irlanda
Duración: 125′ eternos
Guion: David Lowery ultrajando la obra Sir Gawayn y el Caballero Verde
Música: Daniel Hart
Fotografía: Andrew Droz Palermo
Montaje: David Lowery
Vestuario: Malgosia Turzanska
Efectos especiales: Paul Byrne
Producción: Jason Cloth, Tomas Deckaj, Eoin Egan, Aaron L. Gilbert y Theresa Steele Page
Productora: Bron Studios
Distribuidora: A24

Ficha técnica

Dev Patel – Sir Gawain
Ralph Ineson – Caballero Verde
Alicia Vikander – Esel
Joel Edgerton – Caballero
Sarita Choudhury – Morgana
Kate Dickie – Ginebra
Sean Harris – Arturo
Barry Keoghan – Carroñero
Hoy volveré a hacer un puñado de amigos. Y a ponerme gafapasta, porque la ocasión bien lo merece.

Ardía en deseos de ver el caballero verde

Viendo el tráiler pensé que sería una buena peli, pero me engañaron

Sólo se salva Dave Patel. Y ni si quiera él ha sido capaz de sacar a flote una película tan mala como esta.
Esta peli, ya lo digo de antemano, gustará a millones de personas. Y quiero creer que de esos millones de personas, ninguno se habrá leído la pieza literaria de la que proviene. Es más, de esos millones de admiradores de esta peli, me juego el pellejo a que ni un puñado conocía la existencia de Sir Gawain.
No solo eso. No tenían ni idea de quién es el personaje y no sabrán quién es el Rey Arturo. Tampoco tendrán ni puñetera idea de qué es la tradición artúrica. Merlin, Morgana, Mordred, Perceval, Lanzarote y Uther… Y si damos un paso atrás y vemos, no a los personajes, sino las obras literarias que podrían, pueden o tienen alguna relación literaria o meta literaria, no tendrán ni idea de quién es Beowulf, como tampoco de quién es Sir Gawain.
Son personajes ajenos los unos a los otros, pertenecientes a diferentes obras literarias y enmarcados en tradiciones mitológicas y literarias distintas con un nexo en común: la suma de todos ellos da como resultado la identidad del inglés medio a partir de una mitología propia fruto de entrecruzar las otras.
Esta suma de mitologías incluye la escandinava, la incipiente inglesa arraigada en la actual Gales, y las dos mediterráneas, griega y romana, porque, sepan vuesas mercedes, en la época que se describen estos hechos en los que realidad y ficción van de la mano, la clase dominante era heredera, entre otros, de Roma. Y de Roma tomaron varias costumbres, incluida la religión cristiana que desplazaría a la tradición pagana celta, de ahí el delicado equilibrio entre realismo, religiosidad y misticismo pagano que vemos en la película Excalibur, la obra maestra de John Boorman.
Camelot, la mítica ciudad fortaleza de Arturo es un mito. Lo digo para quienes se crean a pies juntillas todo lo que ven en el cine. No sabemos dónde estaba. Según mi propio convencimiento, y no he leído poco al respecto así como no me he pateado poco la región, estaría o bien al sur de Gales, o en el sur de Gales. Alguno habrá descarriado pensando que he apuntado dos veces al mismo sitio. No. Al sur de Gales implica que estaría en el suroeste de Inglaterra, limítrofe con Gales. En el sur de Gales implica que está al otro lado de la frontera, dentro de la actual Gales. Si no entiendes este matiz geográfico, social y político británico, de verdad, mejor no avances en la lectura porque necesitarás un Nolotil y total, «pa’ná». Recapitulando: Camelot, mi Camelot, estaría dentro del círculo formado por las ciudades galesas Cardiff, Brecon y las inglesas Birmingham, Oxford y Bath. Y hasta Exeter, si me apuráis. Esa es mi teoría.
Ya he situado (dentro de un amplio radio) Camelot. Y no es moco de pavo: ni filólogos ni historiadores del mundo entero se ponen de acuerdo. Lo mío es una especulación. Pero sirve para situar al lector.

Al hablar de la herencia romana británica me refiero a dos cosas…

  1. Una obvia: la propia de la huella romana por las islas. Si queréis pasar un verano maravilloso y comiendo fatal, os recomiendo pasearos por todos los restos romanos en Inglaterra. Y deteneos en York, cuyas raíces se adentran en las invasiones vikingas y tienen mezcla de lo uno y de lo otro, y un castillo normando… York podría entenderse como el catalizador de toda la Historia de Inglaterra. Para lo bueno: esta mezcla cultural y para lo malo: fue el escenario en el que el Rey Ricardo Corazón de León asesinó a todos los judíos y a todos los cristianos que protegían a los judíos. Por ser centro cultural de Inglaterra, hasta nuestros días, os diré que en uno de sus parques nacionales está la estación de Hogwarts, sí, la de Harry Potter, y la abadía de Drácula en Whitby
  2. La otra vertiente es la mitológica o fundacional. La que se remonta a los troyanos que huyeron de Troya, liderados por Eneas rumbo a la península itálica, rumbo a la futura Roma según los mismísimos Livio y Virgilio. En ésta, Bruto (no lo confundamos con el de Julio César) sería desterrado de Roma siendo un niño tras matar, por accidente, a su padre. En su destierro recorrerá parte del Mediterráneo y la Galia. Tras fundar Tours, saltaría el actual Canal de la Mancha, y se establecería en la Britania dando origen a una casta romana en el corazón de la isla (ese sudeste galés) de cuyos descendientes saldrían los distintos reyes locales hasta que llegara el mismo Rey Arturo
Y ya que he vuelto a Arturo, recapitulo un poco viendo que hemos mencionado la mitología escandinava con Beowulf (por el influjo danés (vikingo) en la Historia de Inglaterra). He mencionado Roma y Grecia con Troya y Eneas como nexo y Bruto como supuesto fundador de Inglaterra. Y he pasado de puntillas por los normandos. Que conste que los propios normandos terminarían rindiéndose al influjo del Rey Arturo y lo reflejarían, nuevamente, en Brut, la crónica de Britannia en torno al año 1200.
No es mi intención hacer del comentario de esta peli una clase de Historia de Inglaterra, pero si queremos entender esta obra hemos de entender cuándo fue escrita, entre 1375 y 1400. Y su texto nos remonta hasta el estadio romano-británico tardío, previo a las invasiones anglosajonas en el 410 y su posterior heptarquía.
Esto imprime ya, de por si, un carácter propio a Arturo y a sus caballeros (mejor reflejados incluso en Los caballeros de la mesa cuadrada que en esta peli). Nos habla de un pueblo pequeño, recio y orgulloso que está a las puertas de desaparecer habiendo a penas logrado establecerse. Un pueblo efímero y difuso porque los germánicos los barrerán del mapa imponiendo hasta un nuevo idioma, el inglés antiguo, casi más alemán que inglés) que sería, a su vez, barrido por los franco-normandos de Guillermo II de Normandía en la batalla de Hastings en 1066, implantando, o evolucionando el idioma hacia el inglés medio (del que extrañamente terminaría de evolucionar hasta convertirse en el actual inglés) idioma en el que está escrita esta obra anónima. Pero sin perder de vista que el estilo narrativo de sus versos los toma de los patrones de rimas del inglés antiguo.
Menudo lío. ¿Verdad?
Sería una locura pretender que todos los espectadores tuvieran todos estos parámetros de interpretación para la correcta y total interpretación de Sir Gawain y el Caballero Verde. Pero es así. Y si no lo es, debería ser el director el que se tomara la molestia de masticarnos según qué conceptos para que viéramos la peli y, sin meternos en camisa de once varas, entendiéramos la película. Él lo simplifica más todavía devastando toda su mitología y reinventándola por completo.
¿Por qué digo que la reescribe?
Otro hueso duro de roer.

La obra literaria rebosa espiritualidad y pasión cristiana aderezadas con una pátina de nacionalismo británico

La película es una mofa de ese nacionalismo y escupe en la espiritualidad

Vamos allá.
Ya he mencionado dos veces la peli Excalibur, que os recomendaría ver antes que esta, a modo de falsa precuela. O mejor dicho, para entender ésta como una falsa secuela. ¿Quién es el Campeón de Arturo, y de Ginebra, en aquella peli? Lanzarote. Un saco de virtudes como guerrero, como cristiano. El mejor luchador del momento con una única debilidad: Ginebra. Hasta ahí puedo leer. Y aclaro que por «Ginebra» no me refiero a que empinara el codo sino que le volvía loco la mujer de su amigo y rey.
Ahora bien, siendo Lanzarote el Campeón de Arturo cuando este logró su corona, ¿por qué aquí predomina Gawain?
Es complicado. Para empezar son múltiples obras las que recrean la tradición artúrica y muchos de los caballeros fluctúan, aunque siempre hay unos fijos. Pero incluso estos fijos cambian cronológicamente según la fuente. En la peli de Excalibur vimos a la perfección a Lanzarote. Pero en esa peli también estaba ya Sir Gawain, como caballero de pleno derecho en la Mesa redonda. Fijo que no lo recordáis pero algunos lo harán cuando os diga que Sir Gawain, en Excalibur, está interpretado por Lian Neeson.
Es incongruente que Excalibur nos hable de un rey joven, o de un aspirante a rey con Sir Gawain entre sus capitanes y que la obra de Sir Gawain y el Caballero Verde nos lo presente como un mancebo que todavía no es caballero. Esto se debe a las múltiples y variadas fuentes, unas escritas y otras orales. Britano-romanas, anglosajonas, normandas, modernas y contemporáneas. Si en esta peli vemos que se inventan lo que les da la gana, imaginemos si nos remontamos trescientos años, o seiscientos.
Lo que sí es cierto es que ambos serán los dos grandes campeones de Arturo. Más Lanzarote, pero tiene un hándicap: es francés. Porque Lanzarote viene de Francia, hijo del rey Ban. Por eso sí será crucial en el ascenso de Arturo, pero la literatura, la mitología artúrica y la historia irán apartándolo progresivamente para que prevalezca Gawain, de origen inglés y Campeón de Inglaterra, mientras que Lanzarote sería Campeón del rey, y/o de la reina, pero no de Inglaterra por ser de origen francés.
Ambos son fuertes guerreros, grandes cristianos y enamoradizos. Sobre este punto volveré al comenzar a comentar la película, y ya falta menos.
Hasta aquí he hecho las presentaciones.

Aviso SPOILER

Un par de párrafos arriba mencioné que tanto Gawain como Lanzarote eran enamoradizos y les gustaban las mujeres. Normal, como hombres que eran. Hasta ahí lógico. Pero una cosa es el amor cortés que nos describe Boorman en su Lanzarote y otra muy, pero que muy distinta, es el putero que vemos aquí.
De ser enamoradizo y aventurero a ser un putero dista un mundo. El conquistador se mide consigo mismo para conquistar el corazón de una mujer. El putero tira sus monedas en el colchón para que la hembra se le abra de piernas. La diferencia es sustancial. El primero puede respetar a una mujer y a la par desearla. El putero trata a la mujer como una mercancía. El conquistador se debe a su amada. El putero a su dinero. La mujer que rinde su corazón al conquistador, o la mujer que conquista a un conquistador, lo hace por amor. La prostituta por dinero.
Y este es el matiz con el que arranca la película de David Lowery. De entrada nos pone en situación y nos alerta desde el minuto 1: tu héroe es un putero. Y con eso ha reventado, antes de empezar la trama, la personalidad, la respetabilidad y la idiosincrasia del personaje, del rey Arturo, del resto de caballeros y de toda su tradición literaria y religiosa. No está mal. La verdad es que si este es el mensaje que nos quería trasladar el director lo logra en menos de un minuto. El resto de la peli sobra. Literalmente.
Si vas a ver una peli de Sir Gawain es porque, en mayor o menor medida, te gusta su figura y te gusta la tradición literaria en la que se enmarca. Ponértelo de putero es un insulto y un agravio para todos aquellos que compartan los valores ideales del personaje. Por eso creo, y al creerlo estoy alabando la capacidad del director, que si lo que pretendía era reventar, triturar y destrozar al personaje, lo hace con destreza sin par.
Empecé diciendo que sólo salvo a Dev Patel de toda la película. Ya dije en Slumdog Millionaire que se salía interpretando. Pero no creo que fuera el candidato ideal para encarnar a Sir Gawain. Aunque sólo me ciñese a su naturaleza son incompatibles, por muy grande que sea el actor. El campeón de la Inglaterra de un siglo indefinido entre el V y el X no puede ser de origen indio. Tanto es así que hasta su madre Morgausa, la hermanastra de Arturo es también india. Esta Morgausa no es otra que Morgana, magistralmente encarnada por Helen Mirren en Excalibur, quien sí representaba a un personaje inglés de aquellos días por sus rasgos físicos, acordes a los pobladores de Inglaterra.
Cambiar los rasgos físicos y raciales de Morgana, y por ende de Gawain es una carga de profundidad porque, a la postre, Sir Gawain no será sólo el Campeón de Arturo, ni el Campeón de Inglaterra, será su rey. Y ahí está el simbolismo de la elección de este actor fantástico para interpretar a este personaje. Cosa que no hace ningún bien a la historia ni a la literatura. Ojo, diría lo mismo si se filmara una película de El libro de la selva y pusieran a un inglesito pelirrojo como Mowgli. Me parece rizar el rizo en pos de un buenismo que ya resulta cansino y ofensivo.

Sólo se salva Patel

Es el único que logra sacar la nariz del agua porque se hunde en su propia miseria.

Demos algunos ejemplos…
Ya he dicho que cambiando la raza de Sir Gawain te cambian la historia de la literatura y la Historia en si misma. Además le ponen como un putero, lo cual dice poco del sobrino del rey futuro rey que se casará con su puta favorita, por lo cual si el rey queda mal ya me diréis cómo queda la reina.
El Gawayn de El caballero verde no es caballero al comienzo de la historia. Ni en esta ni en la versión de Sean Connery de 1984. Para distinguir ambas, como se llaman igual, al referirme a la del 84 diré «la buena» y al hablar de la de 2021 diré «la mala».
La trama (de ambas) se podría resumir así: En la noche de Navidad (en otras versiones es fin de año) aparece el Caballero Verde en Camelot proponiendo un juego macabro al Rey Arturo y sus caballeros. Reta a uno de los presentes a empuñar su hacha para asestarle un golpe en el cuello. Él se reserva el privilegio de, pasado un año, devolver el golpe al caballero en cuestión.
Ninguno de los presentes tiene los arrestos para recoger el guante y será Gawain, todavía un muchacho y no caballero quien se preste para defender a la corte del Rey al propio rey, a la sazón, su tío.
En la buena Gawain usa el hacha del Caballero Verde para asestarle el golpe en el cuello, por indicación e invitación del propio caballero. Y todos hablan desde el principio de que intente cortarle la cabeza. Por esto mismo el desafío queda en eso y el simbolismo de las armas no tiene recorrido alguno. Sin embargo, en la mala, el caballero dice que espera recibir un golpe y que un año después él lo devolverá repitiendo la intensidad del recibido, por lo que el hecho de que Gawain le corte la cabeza indica alevosía por parte del nuevo Gawain y el hecho de que empuñe a Excalibur y no el hacha del caballero, tizna de ignominia al Rey y a su corona, pues Excalibur es mágica y se estaría adulterando el juego. Si es el rey el que lo adultera poniendo su arma en uno no caballero e induciéndole a acabar con la vida del caballero que ha edulcorado su propuesta literaria exacerba la perversión del personaje protagonista y lo envilece de por vida.
Pero es más…
En la buena Gawain será nombrado caballero al término de su misión, cosa que se gana a pulso y lo logra por méritos propios, al superar sus miedos y enfrentarse al juego. En la mala el rey no sólo le presta a Excalibur sino que lo nombra caballero ipso facto, por haberse prestado para el juego. Este matiz ridículo y nimio vuelve a pervertir toda la obra porque si no se es caballero la cobardía y la mentira que atenaza a Gawain serían pecaditos veniales. Pero esos pecados, cometidos por un caballero no tienen perdón del rey ni de Dios. No sólo nos pervierte al personaje, pervierte al caballero y pervierte su reinado y sus ensoñaciones. Otra cosa son otras versiones cinematográficas, que las hay, una para el cine y la otra de la BBC para la tele (quizás la mejor de todas), en las que Sir Gawain es nombrado caballero para cumplir la gesta. Esas versiones no envilecen ni pervierten al personaje porque no hace nada, salvo valerse de la magia, que pueda empañar su moral. Es este Gawain de esta versión, la mala, el que tiñe de perversión y ensucia sus actos con su bajeza moral.
Todo fruto del director que parece haber deseado emponzoñar y cubrir de vergüenza al héroe nacional inglés. Ojo que tiene prevista una peli para 2022, Peter Pan & Wendy. A ver si convierte a Peter en proxeneta que viendo las tendencias del director sería la menor de las sorpresas.
El caso es que Gawain le corta la cabeza al Caballero Verde y éste, ni corto ni perezoso, la recoge del suelo, la alza y le emplaza a dentro de un año para ser él quien aseste el golpe. Me figuro que al Gawain tradicional, es decir, inglés, se le aflojaría el vientre con el fish & chips. A éste Gawain indio se le tuvo que cortar el curry cuando vio que el caballero se largaba con su ramita de acebo al trote en su caballo. Digo lo del curry por dos motivos. Primero por ser indio, que por mucho revisionismo histórico se come los 1300 años que hay entre las fechas en las que se desarrolla esta ficción y el asentamiento británico en la India. Y segundo porque hasta la capa con la que cubre el chándal, porque eso no es una armadura, es un chándal, es del color del curry.
Es decir: por muy inclusivos que queramos ser, no tiene sentido poner a un indio en la corte del rey Arturo. Hemos tenido un yanki, y un astronauta, pero como visitantes externos a la corte, pero que uno de sus miembros sea un indio… en fin, son los tiempos que nos toca vivir en los que nada es lógico y lo ilógico se impone. Es como si hiciésemos una película sobre Ataúlfo, el primer rey visigodo en Hispania, en el año 410 y lo interpretase Danni Trejo, que es un actorazo, pero no encajaría con el personaje.
Bueno.
Me voy por las ramas.
El caso es que Gawayn recibirá de su madre un cinturón verde que le protegerá de todo daño y le hará invulnerable al hacha del caballero. Y empezará su viaje para encontrarse con el Caballero Verde y entre medias el director se inventa más de una hora de metraje en la que se saca de la chistera un zorro que habla. No dice nada importante. Sus diálogos no llevan a ninguna parte, pero se gana el corazón de los más sensibles y te cuela unos minutillos de relleno.
Luego se cruza con unos gigantes que hablan balleno, como Dory: unos colosos, que van cruzando Inglaterra y uno de ellos, «una giganta» me parece que va dando el pecho a un gigantito. Todo esto es paja. Bueno, la paja vendrá luego, esto es relleno.
Relleno porque al director se le hacía cuesta arriba rellenar más de una hora de película explicando a Gawain. Esa hora, en vez de fumarse tres porros y dejar volar su imaginación, la podría haber dedicado a explicar bien la iconografía de Gawain.

Vemos el pentáculo o estrella de cinco puntas

Y para de contar.
Esta estrella aparece en la parte frontal de su escudo. En la tradición lo lleva en el escudo y en la cota, en el sobreveste, en dorado sobre rojo. Pero ya os he dicho que el Gawain de 2021 va en chándal. Será por el confinamiento, que se ha vuelto vago y algo cerdete por lo que luego os contaré. Este es de los que se dejaba la cam abierta para una videoconferencia después de haber estado en páginas de contenidos dudosos. No especulo, casi lo afirmaría, si en el minuto 1 nos lo planta como putero…
Vuelvo a su escudo…
Esa estrella de cinco puntas tiene sus interpretaciones, y ninguna es baladí. Cada una de sus puntas refleja una de las heridas de Cristo, y la estrella de Belén, que a Gawain es como si le mostrara el camino hacia la capilla verde, que nadie sabe dónde está. Pero representan, sobre todo, las cinco virtudes de la caballería: generosidad, castidad, cortesía, caballerosidad y piedad. No me lo invento yo, lo dice el propio poema en su verso 633. Y en algunas versiones reconocemos las cinco alegrías de la propia virgen María: Anunciación, natividad, resurrección, ascensión y asunción. Y éste se nos va de putas cada vez que puede.
Pero el escudo va un poco más allá. Lleva ilustrado un retrato de la virgen María. Este retrato lo usa para clavar el escudo en la tierra, hincar la rodilla y rezar frente a un altar improvisado. Pero en esta peli lo vemos el tiempo justo que tardará un ladrón en pisarlo y romperlo al medio. Profanación tras profanación.
Esto podría habérnoslo explicado el director para rellenar esa hora de tiempo que necesita rellenar. Pero no, nos pone a los gigantes y al zorro. El único zorro que aparece en la versión original será la tercera pieza que se cobre su anfitrión al que descubriremos en breve.
Superado este truño en el que la mitad de la audiencia se durmió, un cuarto se fue directo a la cama y el cuarto restante dio a la pausa para ver si seguía viendo Sir Gawain y el Caballero Verde o se había dormido y la peli, tras terminar, había saltado a otra igual de tediosa. Pero no, seguía viéndola, y todavía quedaba más de 40 minutos. Era el momento de ir al baño para meter la cabeza debajo de la ducha y abrir el agua fría.
A estas alturas le han robado el cinturón verde, el hacha del Caballero, que sin lógica lleva él y parece más una guadaña, por el tamaño… el caballo y con un poco de suerte le habrían robado al director las ganas de seguir con el proyecto, pero aguantó el tirón y nos lo hará pagar otro buen rato más.
Pasando de toda esta parte que no lleva a ningún sitio y es una tontería. Gawain llega a un castillo al que sólo le faltan las luces de neón de Bitelchús para comprender que no es trigo limpio el sitio. Pero allá que va. Esto ya sí es común a todas las adaptaciones de la obra. Y sí forma parte del mito real. Pero cómo lo desarrolla David Lowery se pasa de castaño oscuro.
El dueño del castillo ofrece cobijo a Gawain, quien declina el ofrecimiento porque está buscando la capilla verde en la que se supone que le espera su rival. Pero el mismo dueño alega que él mismo le llevará hasta la capilla si se queda tres días con él. Y accede.

Entre medias le propone un juego

El dueño de castillo saldrá los tres días a cazar y la mejor pieza (o la pieza) que se cobre se la regalará a Gawain. Por su parte Gawain se quedará en el castillo descansando, y la mejor cosa que consiga se la dará al dueño. Éste cazará un venado, un jabalí y un zorro. Sí, un zorro en la obra original, en la peli caza al zorro ese que habla, pero sin matarlo que ya no está permitida la caza del zorro en Inglaterra. Y estas tres piezas se las da a su invitado.
Mientras se va de caza su mujer inicia su propia cacería en el castillo. Lo tiene fácil, sólo tiene que traspasar el umbral de la puerta del dormitorio de Gawain para acosarlo. Porque ella se lo quiere beneficiar, pero él que es puro y casto (en esta peli sería putero y ahora para asombro suyo y nuestro casto) rechaza la tentación de la fémina. Por si alguno se ha acordado de que antes dije que Lanzarote y Gawain tenían su punto débil en las mujeres pensadlo desde la perspectiva del amor cortés, como expliqué antes, del conquistador, no del putero. En esta, por lo menos se ciñe más al papel el personaje y sí, se niega a mantener relaciones sexuales con la esposa del dueño del castillo por no corresponder cortesía y amabilidad con unos cuernos del calibre 31.
Eso sí. Cada día que él recibe a la doña y la doña se retira compuesta y sin novio logrará, eso sí, arrebatarle un beso. Y como esto es lo que Gawain logrará cada día será lo que tendrá que darle al dueño. Vistos los derroteros de la peli ya me estaba temiendo un rollito bi en el que se despelotaran los dos y se liara la marimorena, pero por suerte no se le ocurrió al director que, como me lea, lo mete en el Director’s cut.
Ella le regalará un pañuelo o cinturón verde igual al que le robaron y que, se supone, le brindará la protección del hacha del Caballero Verde. Toca despedirse, recibir las indicaciones del señor e ir a la capilla verde en la que encontrará al susodicho. Me olvidaba de por qué toca despedirse a trompicones. Ahora viene lo del cerdete que dije antes. Porque en el juego que ella le hace para hacerse con el cinturón roce arriba roce abajo, sin penetración pero con atracción y mucha fricción ella hará que todo ese amor por ella que lleva acumulando tres días de miraditas y toqueteos, lo derrame con toda la vulgaridad posible y va el director y nos muestra la mano, el cinturón y medio bote de leche condensada derramada. Menos mal que la peli no es en 3D.
Abro un paréntesis para deciros que flipo en colores con este Caballero Verde. Nos lo presenta a medio camino entre humano y ent, como Barbol. Solemne tontería. Sí era un ser más grande d lo normal, que parecía esculpido en mármol. De más de dos metros de altura, fuerte como él solo. Y sí iba de verde con algunas ramitas por aquí y otras por allí, más en comunión con la naturaleza de lo normal… Pero darle textura de tronco de árbol, menuda tontería.
Acto seguido, ya delante del Caballero Verde y arrodillado esperando el hachazo asistiremos a un festival del gallina. Por favor, te entran ganas de coger tú el hacha y meterte dentro de la pantalla para terminar con su agonía y con su ejercicio de cobardía. En menudo lugar deja el director al Campeón de Inglaterra y futuro rey. Por favor. Qué tristeza, qué vergüenza, qué bochorno. Y lo peor de todo es que vuelves a dar a la pausa, por instinto de supervivencia para poder decir, esto se termina, pero no, ves que falta más de media hora, y tu que te conoces la obra literaria dices, ¿pero qué puede contarme ahora para que esto se perpetúe más que una condena de cárcel en España?
Sí… se alarga. Y en ese alargamiento veremos diferentes intentos del Caballero Verde para cortarle el pescuezo y veremos cómo se escabulle, lloriquea, se tira al suelo y rehúye el golpe varias veces. Y entre medias vemos varios finales alternativos, como en Wayne’s World pero sin sonrisa en la cara y deseando terminar la agonía. Si por lo menos hubiera hecho el ruidito del tururu tururu tururu de Wayne’s World, me habría reído, pero no, con cada escapada daba más pereza la peli.

La peli termina huyendo de Sir Gawain e imitando a Beowul

El 90% de los espectadores no lo verán porque no identificarán una obra con la otra. Pero el final alternativo que nos propone este director del que no había visto ninguna peli antes y dudo que vuelva a ver otra… Se marca un Beowulf. Y se marca un cierre de película en el que Sir Gawain ya no es un caballero sino el rey de Inglaterra, casado con la puta y padre de un hijo de la Bretraña. Pero el papel que interpreta no es el de Gawain, está reproduciendo los últimos años de vida de Beowulf.
Y yo que lo veo me quedo alucinando y pensando que todo el alargamiento de la peli lo ha hecho con un zorro que habla, con los diálogos interminables con su novia y de medio pueblo, con los gigantes que no sabemos de dónde vienen ni a dónde van, pero que nos tragamos su paseíto y luego lo remata metiendo pasajes que parecen extraídos de otra obra literaria y todo para colmar el tiempo que le habrían exigido para redondear una peli que bien podría no haber filmado nunca.
Al final el Caballero Verde confesará ser el mismo que le había dado cobijo en su castillo y se verá reconfortado con la valentía de Sir Gawain que acude a la cita. Con el cinturón protector, sí, pero con valentía porque no sabría si le funcionaría o no hasta que sintiera el filo del hacha en su cuello.
Se llevará por recuerdo un rasguño del propio hacha que le recordará, de por vida, que alcanzará su corona aupado por una mentira que se guardará de por vida. Este es el paralelismo con Beowulf y su paso por la cueva para matar a la madre de Grendel.
Lo dicho, hay momentos en los que me pierdo. De hecho acabo de volvérmela a poner para rematar el comentario sin desvariar. Veo cómo le ponen la corona, que más que corona parece un abrebotellas. Veo a su madre, que tiene poco de romana, bretona, anglo, sajona o de normanda. Y eso que tenían dónde elegir. Y veo a un Merlin que sí, mola mucho, pero no entiendo cómo se lleva al hijo de Gawain como si fuera Arturo arrebatado a su madre cuando nació. No sé Hay tantas cosas oníricas… hasta que se casa con otra mujer que parece una fallera vestida con varios cucuruchos de papel superpuestos. Anda que entre esto, el bicho palo verde y el chándal de Gawain se habrán ahorrado una barbaridad en producción.
En esta versión veremos esas diferentes versiones con finales diferentes, como el Doctor Strange en Avengers: Infinity War. Pero en este caso nos las comemos nosotros, y ningún final alternativo le gustará a Gawain quien, ni corto ni perezoso se quitará el pañuelo ante el Caballero Verde porque le espantan todos los futuros que ha entrevisto entre susto y susto.
Lo curioso es que esta es la única versión en la que el Caballero Verde le corta la cabeza a Sir Gawain. Y esta es la única versión en la que Sir Gawain prefiere morir a vivir. Así como esta es la única versión en la que el Caballero Verde no explica que, efectivamente, era todo un juego y se identifica como el señor que le acogió.
Esta es la única versión que desearía no haber visto, pero ya es tarde para lamentarlo.
Lo dicho. Dev Patel es lo mejor de toda la película pero ni él es capaz de salvarla. De hecho se pasa los últimos 10 minutos mirando a la cámara. El director pensaría «menudo genio, cómo interpreta» pero en el fondo Patel estaba pensando, «qué demonios pinto yo aquí».
En la foto de abajo vemos a Patel entre la grabación de una escena y la siguiente.

Esta versión no tiene nada que ver con la traducción de Tolkien

Es más, si Tolkien estuviera vivo le tiraría la película a la cabeza al director por haber insultado a la Historia de Inglaterra. Por haber mezclado a Sir Gawain con Beowulf y por carecer de gusto. Un católico conservador como Tolkien habría lamentado las escenas obscenas, la incorporación de Patel como Sir Gawain, por anacrónico y por ridículo. Por ver al un Sir Gawain cobarde que huye de la muerte hasta que la abraza para huir de la vida. Es todo una sinrazón.
En enlace de arriba, el de Tolkien, os lleva al podcast en el que explico su biografía en La Cartelera de Antena Historia.

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