Ficha técnica de Memphis Belle
Distribuidora: Warner Bros.
Ficha artística
Memphis Belle es puro cine noventero
Y esos interiores, con sus exteriores, nos llevan de lleno a Memphis Belle.
La 25ª misión del Memphis Belle tendrá doble razón de ser:
- Nuestros chicos van a bombardear Bremen (abajo leeréis el objetivo verdadero y alucinaréis) para seguir presionando a la Luftwaffe
- Esos mismos chicos se licenciarán al regreso de la misión. Si regresan
Los B-17, la fortaleza volante.
Un avión muy robusto, ideado y creado en 1 año y pasó de 0 a 4000 unidades operativas para bombardear en muchos frentes.
Lo paradójico es que todo lo relacionado con su flota aérea tenía que cruzar el Atlántico para ser montados en Inglaterra. De ahí la importancia capital de los convoyes que lo surcaban protegiendo buques y cargos de los submarinos alemanes. El mejor ejemplo lo vimos en Greyhound.
Enviaban desde el tornillo más pequeño de cada avión hasta la pieza más grande. Y también todo el material técnico, cartográfico, municiones y demás que requiriera: desde su equipo de ingenieros a los camiones que, asociados a este avión, circularían por la base americana. También una tripulación específica que se haría cargo de él y haría de la fortaleza su hogar.
Estos aviones, montados y operativos alcanzaban 5.000km de autonomía y consumían 9.000L de combustible por misión que, por cierto, también llegaba por el Atlántico.
Traían pues, todo desde los Estados Unidos. Para montarlos y para repararlos. Tripulaciones, aparatos, vehículos asociados, mecánicos y herramientas. Con esto hacían buenas las palabras del almirante Yamamoto cuando se refirió a los yankis como «hemos despertado a un gigante dormido».
Los americanos convirtieron Inglaterra en un inmenso aeropuerto y la plagaron de aeródromos, aeropuertos, bases para entrenar a pilotos que se subirían a un avión para bombardear Alemania: fábricas, aeropuertos, bases de submarinos, campamentos militares… y en ese escenario transcurre esta película reflejando aviones capaces de soportar un gran ataque sin desplomarse.
Los B-17 volaban sin escolta y en misiones diurnas.
De ahí la importancia de volar en formación superponiendo aviones de tres en tres.
Esta formación los protegía de los cazas pero los dejaba expuestos al fuego antiaéreo. Ya he dicho antes que por defensa llevaban artilleros. Estos protegían a su avión y a los otros dos de su destacamento y cubrían 100 millas a la redonda. Pero esto implicaba también una alta probabilidad de recibir fuego amigo si los pilotos no son capaces de mantener el rumbo, la estabilidad y la formación.
Aunque resulte paradójico no era difícil salirse de la formación. Al vuelo en zigzag hay que sumar la dureza de su pilotaje y las 30 toneladas de peso que exigía una formación física y mental fuera de lo normal. A esto hay que sumar los posibles virajes o micro cambios de rumbo para eludir un impacto de antiaéreo o una descarga de un caza.
El más mínimo desvío del grupo y los alemanes, como hienas, saltarían sobre su presa y no la soltarían hasta hasta cazarla.
La altura más apropiada era 25.000 pies, algo más de 5 millas, o 6 kilómetros y medio de altitud, fuera del alcance de la vista, en el mismo borde de la estratosfera y necesitados de oxígeno, tanto que 1 minuto sin él les hacía perder el conocimiento y a los 20 estaban muertos a -40ºc.
El verdadero Memphis Belle, el histórico
Con 24 misiones completas el Memphis Belle y su tripulación son la élite del cielo. Tanto que servirán de modelo a seguir para miles de tripulaciones en formación.
Cada avión tenía su nombre y su dibujo o icono (lo mismo que los submarinos alemanes, como os expliqué en U-47 Comandante Prien)para que la tripulación hiciera de la fortaleza su hogar y se identificara con ella.
Tendrán que superar 12 aeródromos que dan cobijo a un escuadrón cada uno. Baterías antiaéreas a lo largo de toda la costa y radares para anticipar su llegada y proteger las instalaciones militares y fábricas más destacadas que dan soporte a la guerra submarina alemana.
Plan de acción…
A las 13:30 horas, poco después de abandonar el territorio aéreo británico, tres fuerzas aéreas que se desplegarán en 6 grupos diferentes y tomarán otras tantas direcciones para abordar la costa europea por seis frentes diferentes sumando más de mil aviones, algunos de ellos cazas, y 8000 personas en total.
- La Fuerza Azul con cuatro bombarderos tetramotores 100 B-24 Liberator
- La Fuerza Blanca lo componen 300 fortalezas aéreas B-17
- La Fuerza Verde tendrá otros 300 B-17 y llevarán una escolta de 6 escuadrones de P-47 Thunderbolts, un refuerzo de B-26 Marauder y 6 escuadrones de Spitfires de la RAF
A las 14:00 la Fuerza Azul avanzará hacia el este cruzando el Mar del Norte seguida por la Fuerza Blanca. De este modo, y siendo la punta de lanza, el enemigo quedará inmovilizado intentando deducir el destino de ambas fuerzas aéreas (azul y blanca) dejando tiempo para que actúe la verde.
Para cuando comprendan la inmediatez de la amenaza verde, y quieran reaccionar, tendrán que optar entre perseverar vigilando a la azul y blanca, permitiendo un bombardeo a placer de la verde, o interceptar a ésta, contrarreloj y dejar pasar de largo al grueso principal sin saber todavía su objetivo.
Para entonces los B-26 escoltados por los Spitfires se separarán de la Fuerza Verde para hacer un primer ataque contra un nudo de cruces de tren concentrando la primera reacción defensiva del enemigo sobre ellos y procurando tanto tiempo como sea posible, por la acción defensiva de los Spitfire, para que el resto de la Fuerza Verde bombardee las fábricas de aviones de Hanover con el menor número de defensas posibles, pues su mayoría estará entretenida con la escolta del primer bloque de B-26.
A las 14:30 la Fuerza Azul virará rumbo este para amenazar la costa del Noroeste teutón. Van a sobrevolar diversas fábricas y se aproximarán a varias ciudades capitales, como Hamburgo. Esta amenaza mientras surcan los cielos alemanes, hará que los nervios alemanes se colapsen intentando dilucidar el objetivo y moviendo sus cazas de sur a norte, este, oeste, norte y sur sin decidir el ataque.
Esta Fuerza Azul no irá armada con bombas. Su único objetivo será la distracción, el engaño y dividir las fuerzas de la Luftwaffe.
El hecho de no llevar carga alguna permitirá a los bombarderos volar sin escolta pero a una velocidad de crucero que los mantendrá, relativamente, a salvo de los cazas alemanes.
El verdadero objetivo serán las bases de submarinos de Wilhemshaven, sobre las que caerán las bombas de la Fuerza Blanca a las 15:00 horas.
Mientras ésta fuerza bombardea las bases y fábricas submarinas, sólo encontrará una fracción de la resistencia posible pues el resto de los cazas del norte estarán persiguiendo a los bombarderos sin carga de las Fuerza Azul. También porque a esa hora la Fuerza Verde empezará a bombardear Hanover.
Precisamente ese instante, el del bombardeo, es el más vulnerable para los bombarderos.
Durante el intervalo que duran abiertas las compuertas y están cayendo las bombas el piloto no puede virar ni hacer ninguna maniobra brusca para evitar el fuego enemigo por miedo a detonar una de las bombas.
Para entonces los aviones son completamente visibles y están a merced de los cazas enemigos y de las baterías antiaéreas.
El resto del tiempo, desde que entran en la zona del radar, y sobre todo en zona visual, los bombarderos hacen cierto zigzag cada 15 segundos para despistar al enemigo.
Parece mentira que al final se navegue igual en la mar que en el aire y se recurra a las mismas estrategias para evitar ser hundido y/o derribado, como os expliqué en Misión suicida: USS Indianapolis.
El Memphis Belle lleva la voz cantante.
Cuando él abra sus compuertas, los demás aviones lo harán, y cuando él empiece a descargar las bombas, los demás lo imitarán.
De ahí la importancia del operador. De él dependerá que la misión se cumpla destruyendo el objetivo y no desparramando las bombas por doquier. En este caso es un asunto delicado porque dicho objetivo estará rodeado de instalaciones civiles como un colegio y un hospital, por lo que deberá mantenerse totalmente abstraído del combate aéreo para calibrar el bombardeo.
En la película veremos a la tripulación del Memphis Belle hablando continuamente mediante el intercomunicador o interfono. Esto era una constante a bordo, no parar de hablar.
En ratos sin combate, de mera navegación, se podían pasar las horas charlando y bromeando. Hasta tirándose los trastos a la cabeza. Pero cuando empezaba el bombardeo cada par de ojos se coordinaba con los ojos de los demás mediante el diálogo constante.
Eso durante el bombardeo, durate el cual sufrían el fuego anti aéreo.
Por lo general el momento más duro era terminado el bombardeo.
Ya en rumbo de vuelta para casa. Porque entonces se sucedían las oleadas de ataques de los caza bombarderos nazis. Y entonces todos permanecían vigilantes y todos y cada uno de ellos actuaba de forma autónoma pero coordinándose con los demás.
Más o menos estos serían los puestos a repartir dentro del avión: piloto y copiloto en la proa. Un artillero en la popa, con ametralladora doble. Otro artillero en la cabina de arriba, otro en la inferior, ambos también, con doble fuego. Y dos que van juntos, de pie, para disparar por babor y por estribor. De este modo podían disparar objetivos a 914 metros a la redonda, es decir, a mil yardas.
Había un operador de radio, otro que organizaba la navegación. Un encargado de la planificación del bombardeo, así hasta un total de 10 tripulantes por avión.
El problema está en que esa circunferencia de fuego se multiplicaba por tantos aviones como formaran el escuadrón, y si uno de ellos tenía un total de 8 cañones que disparar, en todos los sentidos, pensemos en otros 299 aviones, con sus 2.400 cañones disparado al mismo tiempo, más los cazas enemigos y los propios, si hubiera escolta, que no es el caso esta vez. De ahí el peligro de recibir tanto fuego amigo como enemigo.
Así es la guerra.
Y, nos duela o no, los buenos tenemos que hacerla cuando los malos nos la declaran o nos roban nuestra Libertad y nuestra Democracia
Eso hicieron los americanos para proteger a los europeos al combatir a los nazis.
En la película veremos bombarderos caer.
Unos por el fuego antiaéreo. Otros víctimas de los cazas nazis. Alguno sufrirá un incendio en los motores. Otros será víctimas de accidentes, de maniobras imprudentes, maniobras evasivas… Sólo puedes vivir sobreviviendo, pero morir puedes morir de mil maneras y no todas están registradas.
En la peli veremos cómo recogen a uno de los artilleros cuya cabina habían volado y estaba colgado por fuera del avión.
El vuelo de regreso es accidentado. El avión que no ha sido alcanzado por una ráfaga o por la metralla de un explosivo antiaéreo se puede dar con un canto en los dientes.
No siempre lograban volver a casa con los cuatro motores intactos.
Viendo esta película no puedo evitar dar un salto cinematográfico en el tiempo para irme a la última trilogía de Star Wars. A la secuela.
Cuando veo los bombarderos de Los últimos Jedi, en el Episodio VIII de Star Wars, en cuyo comentario me referí, precisamente a Memphis Belle, en la escena inicial del bombardeo.
Sé que so dos universos totalmente diferentes, pero no puedo negaros que esa escena de la nueva Guerra de las galaxias me funcionaría igual de bien si la extrapolásemos a la segunda guerra mundial.
A pesar de estar protagonizada por una mujer, cosa que en la Segunda Guerra Mundial habría sido impensable, y además de origen oriental y no caucásica, más inverosímil todavía porque, de ser nipona, aunque ciudadana americana, habría estado en uno de los campos de concentración que se idearon para concentrar en ellos a todos los japoneses residentes en los Estados Unidos.
Y matizo: no «Japoneses», si no estadounidenses de origen japonés, o descendientes de nipones.
Esto quedó explicado en mi comentario de la peli Midway.
Por lo demás, me parece una escena propia de éste conflicto. Igual que el combate final de Rogue One me evoca las películas de Vietnam.
El documental sobre el Memphis Belle
Casi toda la parte técnica de éste comentario la he sacado de un documental de dos capítulos que podréis encontrar en Youtube y que, si os ha gustado el comentario, os recomiendo ver porque así comprenderéis que el Memphis Belle y su tripulación no son fruto de ninguna ficción.
William Wyler recibió el encargo de hacer un documental sobre los B-17 y el director eligió el Memphis Belle para filmar ese 25º trayecto de ida y (crucemos los dedos) de vuelta en una misión que se decide a cara y cruz, a vida o muerte. En fin del documental era dar a conocer a la opinión pública estadounidense la gesta que sus compatriotas estaban haciendo en Europa.
Los 10 tripulantes del Belle fueron distinguidos y condecorados con la Cruz distinguida de la aviación por el General, y también piloto, Haywood Hansell, Comandante de bombarderos de la 8ª Fuerza Aérea. La primera fuerza de bombarderos de largo alcance de la Historia de los Estados Unidos. Su misión: destruir y paralizar la industria de guerra nazi. Tenían base en Gran Bretaña y estaban repartidos en 120 aeródromos.
La última misión del Memphis Belle, la 26ª fue llevar su avión a casa, a los Estados Unidos para dar a conocer su gesta: ser el único avión que lograra sobrevivir del Grupo 91 de bombarderos. Cayeron 197 B-17. La 8ª Fuerza Aérea perdió, en conjunto, 5.500 bombarderos con 10 tripulantes por aparato: más de 55.000 bajas si tenemos en cuenta que muchos de ellos cayeron antes que su avión y fueron reemplazados por nuevos tripulantes.
Cómo mejoraron los aviones gracias al matemático Abraham Wald
No me resisto a rescatar un tópico, actual, sobre el liderazgo empresarial. Uno que utiliza la experiencia de la guerra aérea en la Segunda Guerra Mundial para ilustrar las mentes preparadas para detectar los márgenes de mejora empresariales, o de recursos humanos. La verdad es que es algo aplicable a tantos campos…
Se trata de un estudio hecho en 1942 por Abraham Wald, un matemático de orige rumano que vivió e Bulgaria y Austria hasta que llegaron los nazis y emigró a los Estados Unidos porque era judío.
En su día hizo un estudio que ilustraba, mediante gráficas y estadísticas, los aviones que habían regresado de este tipo de misiones. Sus informes mostraban en un gráfico todos los puntitos con agujeros de balas recibidas por los ataques de la aviación enemiga.
Esos impactos de bala se concentraba en zonas específicas como las alas, los laterales desde donde disparaban las ametralladoras y el fuselaje de la cola. La conclusión a la que llegó todo el mundo era: Dado que esos aviones había sido castigados, todos en las mismas zonas, había que reforzar el blindaje de los campos cubiertos por agujeros de bala en las gráficas.
Y parecería correcto si éstos campos de balas hubieran variado en algún modelo de los diferentes aviones en los que se estudiaron los ataques nazis. Y ahí fue donde éste matemático dió con una interpretación que ayudó a salvar muchas vidas de pilotos y sus tripulaciones. Según él, las zonas cuyo blindaje debería ser reforzado serían, precisamente, las que no presentaban agujeros de bala.
¿Por qué?
Pues porque los aviones estudiados eran los que habían vuelto a casa. Castigados, pero vivos. Sin embargo los aviones que no habían regresado fueron aquellos cuyos impactos de bala fueron decisivos. Se estudiaron las áreas si agujeros y resultaron ser los motores, los silos de bombas y las cabinas.