La caza del Octubre Rojo - 1990 - USA - Comunismo o libertad - el fancine - Web de cine - Blog de cine - Podcast de cine - Alvaro Garcia

La caza del Octubre rojo

Tabla de contenidos

He decidido comentar La caza del Octubre rojo por dos conversaciones recientes con personas ajenas a mÍ pero amantes del cine. En seguida comprenderéis por qué.

La primera me dijo que esta peli fue una de sus favoritas allá por los 90s. Hasta ahí bien. Pero la cosa se torció cuando me dijo algo parecido a –aunque vaya nombrecito raro le pusieron al submarino-. A lo que yo contesté: –Pero si es genial. – Seguido por su pregunta -¿Por qué?- a lo que respondí -por cómo termina la peli-. Su rostro reflejó incertidumbre. Por lo que pregunté: – ¿Sabes a qué me refiero, verdad? Bueno, ¿a qué fue el Octubre rojo, el nombre del submarino? – Y me pareció estar en frente de Homer Simpson, cuando empieza a recular como para difuminarse en el seto… Y no, no lo sabía.

La segunda fue al grano. Comenté en un grupo de aficionados al cine que me estaba planteando comentar esta peli en octubre. Algo así como –quizás hable de La caza del octubre rojo el mes próximo-. Entonces un miembro del grupo dijo -En octubre, como el submarino– y acto seguido otro preguntó a bocajarro – ¿Por qué se llama así? – Esta vez no me sorprendió como el primer caso. En cierto modo me esperaba la pregunta de marras, dado que, en este caso, me dirigía a un grupo y, en un grupo, puede haber de todo.

Ambos casos, tan seguidos, hicieron que dejara de plantearme esta entrada y me decidiera a comentar la peli. Al fin y al cabo, esas dos personas compartían la misma duda y desconocimiento del origen del nombre, no de la peli, que está claro, sino del submarino al que dan caza, que es Octubre rojo.

El título de una peli de submarinos lleva el nombre de uno de los submarinos que salen en la peli y éste, a su vez, usa un nombre que hace referencia a un hecho histórico.

Octubre rojo

Ni más ni menos que la Revolución socialista… de octubre de 1917.

Es la culminación de un proceso revolucionario y de un golpe de estado dado por los bolcheviques. La facción más dura y criminal de un puñado de corrientes socialistas y comunistas que ya habían dado un primer golpe en febrero.

Todo esto en medio de la Primera Guerra Mundial. Tanto es así que Lenin (el que se llevó el gato al agua) había viajado en tren, desde Alemania, financiado por el Gobierno alemán, con 50 millones de marcos para desestabilizar a Rusia y entorpecer al Ejército Imperial ruso que tendría que tener un ojo en el frente y el otro en la retaguardia. El origen de toda Historia fue el intento alemán para que Rusia abandonara la Primera Guerra Mundial.

Terminada la primera fase del golpe (en febrero), la dictadura comunista no terminaría de implantarse hasta octubre. Entre medias derrocaron al Zar. Quien fue asesinado junto con su esposa, sus cuatro hijas, el hijo heredero, su médico y personal del servicio, amén de sus perros. Después desnudaron los cadáveres y, al menos, mancillaron el de una de sus hijas manoseando su cuerpo inerte entre burlas obscenas.

Una plaga de langostas que arrasó Rusia despojándola de su identidad, su Historia, sus tradiciones, su diversidad y su libertad. Desde entonces se instauró un modo de hacer política inaudito hasta la fecha: terror y mentiras. Torturas y asesinatos. Todo valía con tal de que no te movieran del cargo.

Podemos afirmar que ese Octubre rojo inició 72 años de miedo, pena y hambre en Rusia y en todos los países del otro lado del Telón de acero. Miedo, pena y hambre heredados por todas las naciones que abrazaron un régimen ultrasocialista como las actuales China, Corea del Norte, Cuba y Venezuela. Por lo que 107 años después seguimos padeciendo el terror comunista.

El Typhoon «Octubre rojo«

Y por este motivo el submarino de la película se llama Octubre Rojo, porque es el último modelo, el mejor armado y el más peligroso que jamás construyó la URSS. Y porque siendo la joya de la corona bélica socialista, ponerle ese nombre sería homenajear la Revolución de octubre, el golpe de estado y la implantación, por la fuerza, del comunismo.

El Octubre rojo sería un submarino de la clase Typhoon (según la OTAN) 941 Akula -Tiburón- (según el Pacto de Varsovia). Los más grandes jamás construidos y operativos, por lo menos el último de ellos, hasta febrero de 2023. Medía 172m de eslora por 23 de manga y 26 de altura: un monstruo del mar concebido para contrarrestar los submarinos americanos de la clase Ohio.

El planteamiento, para su construcción, fue dotar de autonomía a estos submarinos para que pudieran navegar y patrullar sumergidos durante meses. Fueron ideados para iniciar una guerra nuclear y aguantar no menos de un par de años sin asomar la nariz fuera del agua.

Tenía todos los adelantos tecnológicos y contaba con multitud de espacio y zonas de ocio para los 160 tripulantes. Por si hubieran tenido que sumergirse esos dos años consecutivos.

Su armamento, y ya me refiero al submarino de la peli, consta de 16 misiles nucleares con 10 ojivas cada uno. Pero ni su tamaño ni su potencia de destrucción eran lo más importante. La principal cualidad de este submarino es que iba propulsado mediante magnetohidrodinámica que lo hacía silencioso del todo e indetectable por los sonares y radares tanto de superficie como de otros submarinos.

Esta cualidad, su silencio total, permitiría al submarino acercarse a la costa estadounidense y disparar a cualquier objetivo sin dar tiempo a los estadounidenses para reaccionar. Por eso La caza del Octubre rojo implica la derrota de la Unión Soviética a modo de metáfora.

Efectos especiales

Buena parte del presupuesto se destinó a dotar de realismo a los diferentes submarinos presentes en esta contienda. La idea original era mostrar un combate largo entre cuatro submarinos, pero eso supuso un verdadero quebradero de cabeza por lo complicado que sería hacer un STOP motion de los cuatro buques sumergidos en un escenario virtual en 3D. Pero un 3D físico, nada de digital.

De ahí que, al final, fuera más estilo thriller que bélico total, para que no se infartaran los técnicos de los efectos especiales (ni los productores). Tampoco pensaron mucho en la salud de los especialistas que inhalaron humos producidos (intencionadamente) por una máquina que empleaba aceite inyectado con aire comprimido para recrear las explosiones y los incendios.

Se construyeron varias maquetas de los submarinos a cargo de BOSS corporation, al frente de los efectos visuales y profesionales de ILM (de George Lucas, Industrial Light and Magic)

  • Dos soviéticos
    • Octubre rojo de (6.4m, 3.3m y torpedos de 60cm)
    • VK Konavalov (2.7m)
  • Dos estadounidenses de clase Los Ángeles
    • USS Dallas (3m)
    • USS Enterprise (3m)

También aparecerán en escena las maquetas de una corbeta y dos mini submarinos de rescate (de 1’2m de tamaño y otro de 0.6m).

Recordad que se filmó en 1989 y se estrenó en 1990. Por aquellos años los efectos especiales seguían siendo físicos: maquetas, STOP motion… EL cine digital era a penas incipiente y no estaba preparado para soportar, con un resultado duradero, un combate submarino.

La caza del Octubre rojo

Hora es de «sumergirnos» en la peli.

Al timón (tenía que decirlo) está Marko Ramius. Bueno, al timón no, pero sí al mando del Octubre rojo. Lo vemos en superficie, escoltado por otros buques, o acompañado porque su misión son unas maniobras para estresar el buque y ver sus límites de resistencia. Pero Marko coge las de Villadiego y deja plantado al resto de la flotilla porque tiene cosas que hacer al otro lado del charco.

Quiere desertar. Su esposa ha fallecido y su poca fe en la URSS se ha disipado del todo. Ahora que él comanda el buque de guerra más letal y poderoso decide que está harto del comunismo, de no poder vivir en libertad y de pasar miedo día sí y día también. Por eso usará este buque submarino como llave para entrar en los Estados Unidos. Pedirá asilo político y, a cambio, entregará el último Typhoon a la US Navy.

Pero eso no se lo puede contar a su tripulación. No mientras estén en aguas soviéticas, ni en aguas internacionales. Ni mientras lleve a bordo comisarios políticos y demás fanáticos furibundos del socialismo que podrían volarle la tapa de los sesos. De cara a su tripulación su (supuesta) verdadera misión consiste en ir a los Estados Unidos y desatar una guerra nuclear. De este modo justifica el abandono de las maniobras y la ruta rumbo a Poniente con una única explicación.

El USS Dallas descubrirá su presencia y seguirá su estela mientras haya estela que seguir, pues el nuevo sistema de propulsión del Typhoon parece hacerlo invisible a ojos del radar.

¿Guerra nuclear?

Marko Ramius (Sean Connery) se marca un órdago, bueno, ya van dos. Antes de zarpar envió una carta a su jefe político anunciando su intención de desertar. ¡Zafarrancho de combate! La Marina soviética, al completo, vira para ponerse a mirar rumbo a los Estados Unidos con el objeto de interceptar al Octubre rojo y, en caso necesario, hundirlo para no permitir que caiga en manos estadounidenses.

El revuelo que esto provoca en Estados Unidos no es menor. Os podréis imaginar, en medio de la Guerra fría y de la amenaza nuclear. Esos son los días que vivíamos por aquellos tiempos. Y que toda la flota de guerra soviética ponga sus proas mirándote debía, como poco, hacer que se les doblaran las rodillas.

¡Vienen los rojos!

Toda la marina soviética mirando a Poniente y toda la US Navy mirando a Oriente.

El Océano Atlántico se convierte en un inmenso tablero de ajedrez y sus buques, portaaviones, fragatas, submarinos y destructores se convierten en peones, caballos, alfiles, torres… y todos persiguiendo al Rey rojo. Bueno, los rojos persiguiendo a su rey por el tablero, porque los yanquis todavía no saben de qué va el tema ni se huelen la deserción.

Jack Ryan

El agente de la CIA es el verdadero protagonista. Es el único que entrevé la posibilidad de estar siendo testigos de una deserción sin precedentes. Es, además, uno de los mejores conocedores de la clase Typhoon, y del Octubre rojo en particular, por su labor de campo, de espionaje y de inteligencia militar..

Jack Ryan es un personaje de Tom Clancy, y esta peli está basada en una de sus novelas. Es decir, estamos ante una adaptación literaria. Tom Clancy ha usado a Jack Ryan en infinidad de textos. Tantos que ya tiene hasta sus pelis y serie de televisión.

Es un militar retirado y metido a agente de bolsa con éxito y reclutado por la CIA. Es de ascendencia irlandesa y en un viaje a Londres se cruza con el IRA y sufre, o sufre indirectamente, un atentado terrorista. Eran años de plomo en los que ETA e IRA sembraron España y el Reino Unido de cadáveres. La CIA intentó reclutar al americano irlandés pero él estuvo reticente hasta que el terrorista del primer atentado lo persigue y expone al peligro a la familia de Ryan. Simultaneará la persecución del terrorista del IRA con otra investigación…

El KGB ordena asesinar a Juan Pablo II

Francisco I no tiene ese peligro.

Juan Pablo II era el alma de la Iglesia católica, y si me apuráis del cristianismo en los años 80s. Un papa polaco que había sufrido a nazis y comunistas por igual. El líder espiritual que iluminó Occidente y salvaguardó de la corrupción ética y moral a las Democracias. Por eso decía que no tenía nada que ver con Francisco I, más cercano en su discurso y en su doctrina a los herederos del KGB que a la Iglesia de Roma.

Y es más o menos por ahí, en lo temporal, cuando «la oruga» empezó a arrastrarse por el Atlántico. La oruga es el Octubre rojo, así llamado por su propulsión magnetohidrodinámica que lo hacía invisible al radar. Ya os he presentado a Jack Ryan y, sí. Es el mismo de la serie y de otras pelis.

Falsa diplomacia

A partir de aquí la persecución que nombré antes.

Los rusos quieren hundir al Octubre rojo, por motivos obvios que ya apunté antes: que no lo apresen los yanquis. Los yankis se preparan para la gran guerra y/o para ayudar a los rusos a hundir el buque de marras.

¿Por qué iban a ayudar a los rusos?

Porque los rusos, lejos de comunicar la voluntad desertora de Ramius han dicho a los americanos que quieren hundir a un comandante que se ha vuelto loco y pretende iniciar la guerra por su cuenta. Lo tachan de fanático y si se quiere evitar una guerra nuclear hay que encontrar a la oruga y pisarla en el fondo del mar.

El agente de la CIA

Aquí entra en acción Jack Ryan.

Recordad que estaba en Europa. Y que, entre su familia, el IRA, el papa y el KGB, también investigaba la clase Typhoon. Y la estudiaba. Podría decirse que es el mayor y mejor conocedor de esta clase de submarinos soviéticos. Y, por ende, de sus comandantes. Conoce mejor que nadie, por tanto, a Ramius y, casi por inercia, entrevé la verdadera intención del ruso, perdón, no era ruso sino lituano. Esto origina una carrera contrarreloj que se solapa a las ya mencionadas antes y que refresco…

  1. El Octubre rojo rumbo a los Estados Unidos
    • Para desertar
    • Aunque su tripulación cree que es para iniciar la guerra
  2. La Marina soviética intenta dar caza a la oruga
  3. La US Navy cierra filas para frenar el avance del submarino nuclear y de toda la flota roja
  4. Algún buque de la OTAN, británico, con seguridad, habría alucinado viendo el trasiego marítimo de las dos flotas más poderosas del Orbe
  5. Y Jack Ryan que tiene que ir a la Casa Blanca, convencer al presidente de que su corazonada es correcta
    • Su traslado al submarino que está intentando dar caza al Octubre rojo
    • Intentar contactar con Ramius…
    • Salvar al desertor y hacerse con el buque haciendo creer a los rojos que el submarino yace en el fondo del mar

Menudo lío…

A partir de aquí: SPOILER

Como veréis, el submarino soviético huye de todo y de todos. Hasta sufre un sabotaje que hace que pierda esa propulsión silenciosa y sea detectable. No obstante, para cuando lo arreglan y para cuando los americanos vuelven a perseguirlo, ya habrán encontrado un patrón de señales acústicas para leer sus movimientos en el radar. Vuelven porque interrumpen la búsqueda para recoger a Jack Ryan que llega al submarino yanqui.

Tras el sabotaje los rusos tienen que salir a superficie. Es toda una maniobra por parte de Ramius para forzar la emersión. Una vez en superficie son amenazados con ser hundidos por una fragata americana. Ramius comunica a su tripulación que va a rendir el submarino y evacuará a toda la tripulación menos a un grupo de oficiales que se quedarán con él a bordo. Rinden el barco, pero lo van a hundir para hacer desaparecer su tecnología, y su armamento, en el fondo del mar.

Esta es la maniobra que esperaba el ruso. Haciendo esto, y así, se quita a los marineros, se quita al comisario político, se queda con sus afines y puede pedir asilo a los americanos sin caer en la deshonra y, muy al contrario, convirtiéndose en héroe y mártir del Partido Comunista por sacrificar su vida. El plan perfecto.

Asilo político

El anhelo de la inmensa mayoría de víctimas de las dictaduras. De todas las dictaduras, sean de la naturaleza que sean. Los soviéticos se buscaban las vueltas para viajar al extranjero: boxeadores, gimnastas, bailarines, músicos… y cuando llegaban a su destino desertaban y pedían protección y asilo político. Este año ha participado un Equipo Olímpico de Refugiados en París 2024, y el más destacado es el cubano Ramiro Mora.

Yo tengo un libro que un agente del KGB regaló a mi padre en los años 60s. Sinfonía en Rojo Mayor (el enlace os lleva a mi otro blog «el troblogdita«). Se lo regaló cuando mi padre trabajaba en el protocolo del Ayuntamiento de Madrid y recibieron al Ballet Ruso. Algunos bailarines aprovecharon para pedir asilo político ¡en la España franquista! No fueron pocas las reuniones, visitas y presiones que sufrieron los funcionarios del Ayuntamiento y, de entre todos los que pasaron por allí, su agregado cultural (que sería del KGB) hizo buenas migas con mi padre y le regaló esta obra que denuncia que el régimen socialista de Moscú tenía sus cimientos en el crimen de estado.

No hay, que yo sepa, ningún occidental, proveniente de una Democracia o de un país cristiano, que haya pedido asilo político. Sólo huyen de Europa los terroristas que son buscados en sus países. Y suelen ser de orientación comunista y por eso reciben cobijo de estos regímenes totalitarios.

Volvamos a la peli… Por fin se ven las caras Jack Ryan y Marcos Ramius. El agente de la CIA se embarca en el submarino USS Dallas, encuentran al Octubre Rojo y lo abordan con un mini submarino de rescate. Con él va el capitán americano y algunos miembros de la tripulación estadounidense.

Jack expone su teoría de la deserción de Ramius, Ramius la confirma y, cuando se ve en buenas manos, pide asilo político.

¿Os acordáis del submarino VK Konavalov?

No. ¿Verdad?

Era «el otro submarino ruso» que había mencionado antes. El que también perseguía al Octubre Rojo. Pues bien, cuando todo parece orientado hacia un final feliz, va el capitán del Konavalov y lanza un torpedo para aguar la fiesta a Ramius, pero no tiene fortuna ni tino.

Lanza un segundo torpedo. Este viene directo al Octubre Rojo. Recordad que solo queda un puñado de oficiales a bordo y que tienen invitados americanos. Ramius indica a Ryan (que antes de agente de la CIA estuvo en la US Army) que siga sus indicaciones y maniobre para poner la proa hacia el torpedo. El capitán Mandusso, del USS Dallas, está a bordo y teme que se trate de una trampa o de una temeridad y da una contraorden a Ryan quien, a regañadientes, obedece al ruso.

Aproa el buque hacia el torpedo y éste rebota contra el fuselaje y no explota. La maniobra de Ramius, ofensiva en vez de defensiva, adelantó el impacto del torpedo y se produjo la colisión cuando el proyectil no había tenido tiempo para armarse.

Pero, como habría dicho el Sr. Lobo de Pulp Fiction de haber estado en el Octubre Rojo… «todavía no es tiempo para chuparnos los torpedos«. ¿No era eso? Un tercer torpedo ha enfilado el submarino y éste viene armado desde su lanzamiento.

También recordaréis que hubo un sabotaje… Lo hizo un agente del KGB infiltrado entre la tripulación. Y sigue a bordo. Cuando están barajando alternativas para salir del tercer torpedo lanza una ráfaga de disparos por el puente de mando. La cosa se pone rocambolesca cuando huye el del KGB. Si hunde el submarino están perdidos: Ramius sale tras él, y también Ryan. El capitán Mancuso es quien comanda el buque ahora. Los dos perseguidores dan caza al comunista y lo matan mientras Mancusso, favorecido por las maniobras del USS Dallas en la superficie y maniobrando con certeza y destreza el Octubre, se zafa del torpedo y éste se vuelve contra el Kovanalov.

Vía libre para el capitán Ramius en su anhelo de paz, tranquilidad y libertad en los Estados Unidos.

Y de este modo, con la excusa de La caza del Octubre rojo os he explicado la peli, la Revolución socialista de octubre de 1917 y el concepto del asilo político para huir del paraíso socialista.

Pelis de submarinos nucleares en el fancine

Otras películas

Ir al contenido