Garra - el fancine - Blog de cine - AlvaroGP SEO - SEO Madrid - Cine digital - ISDI - MIB - MIBer - Digitalización - Pelis para MIBers - Netflix

Garra

Tabla de contenidos

Garra es un manual de resiliencia y amor al baloncesto.

Mi gran descubrimiento del verano de 2022.

Una película que no se colará entre las mejores pelis de la Historia. Pero es una película bonita. y grande. Muy grande. Dirigida, fundamentalmente, a los especialistas en las segundas oportunidades.

¿Qué es un especialista en segundas oportunidades?

Si lo fueras lo sabrías.

Intentaré resumirlo del siguiente modo: son las personas que nunca logran nada a la primera. Personas que valen, que son buenas en lo suyo, pero en las que nadie confía y a quienes nadie les da una oportunidad de primeras. Personas que tienen que trabajar el doble para lucir. Y personas sin padrino, sin nadie que les abra la puerta para que crucen el umbra. Que caen al fondo, pero no para estrellarse allí abajo, sino para rebotar. Rebotan y botan y botan sin parar y al botar en el suelo rebotan en el techo para volver a rebotar en el suelo y así todo el rato.

Para esas personas, ésta peli será un espejo en el que mirarse deseosas de les que llegue esa segunda oportunidad. Como a los protagonistas: Stanley y Bo Cruz. Dos grandes en lo suyo sin oportunidad para demostrarlo.

Por eso empezaba hablando de resiliencia. En cierto modo esta peli la ilustra a las mil maravillas. Ese saberse bueno, caer, rehacerse y volver a batirse el cobre, unas veces aspirando a salir del barro, otras revolcándose en él. Pero siempre a piñón fijo. Sin aflojar y sin apretar, martillo pilón: pum, pum, pum… constante. Confiando en uno mismo y sabedor de ser el único que lo hace. 

Stanley Sugerman es un scout, ojeador y cazatalentos de los 76ers

Quizás uno de los mejores ojeadores, pero en su fuero interno es un entrenador frustrado.

Bo Cruz es un jugador de baloncesto español. Mejor dicho, es un albañil español que, en sus ratos libres se harta a meter canastas soñando con la ACB y con la NBA.

Stanley está quemado de pasarse la vida viajando de aquí para allá. Quiere ser entrenador, y quiere amanecer en su casa, con su familia, y no hacerlo desde un país diferente cada semana. Buscando promesas para la NBA. Al principio de la peli parecerá que por fin va a dar el salto y que será nombrado segundo entrenador de los 76ers.

Se lo comunica su jefe y amigo Rex, el propietario del equipo

Rex lo aprecia y valora como se merece. Todo lo contrario que Vince, su hijo. Un cretino integral que sabe de baloncesto y de gestionar un club profesional como los 76ers lo mismo que Laporta con el fútbol y el Barça.

Es la mejor noche de su vida. Por fin ha alcanzado su sueño: Ser segundo entrenador supone dejar de recorrer el mundo y poder hacer vida familiar. Se lo ha ganado. Han sido muchos años esperando.

Pero esa misma noche muere Rex. Sin formalizar un nuevo contrato. Sin firmar nada y sin haberlo comunicado… El sueño de entrenador de Stanley sube como la espuma al descorchar un vino espumoso y se desploma a la misma velocidad. Porque el club quedará en manos de Vince y el cretino no está por la labor de confiar en Stanley. Lo quiere de aquí para allá buscando promesas, como siempre.

Por todo esto Stanley entra en mi club de «especialistas en segundas oportunidades»

La alegría le dura una noche. Esto también es muy de los de la segunda oportunidad. Tener algo y, por motivos ajenos, perderlo sin haberlo llegado a disfrutar. Y vuelta a empezar.

Vale, ya os he presentado al protagonista de la peli.

Frustración familiar, alguna discusión, y no se hunde su matrimonio porque su mujer, Teresa, (magistralmente interpretada por Queen Latifah), es más buena que un bollo de pan y le demuestra su amor arrastrando su pena durante años. Pena porque ella sí sabe lo que vale su marido, y sí conoce su entrega, su pasión y su potencial. Y sabe lo que se esfuerza, porque lo ve día tras día. Y porque se come sus lágrimas cuando lo tiene cerca para insuflarle ánimos y no hacer que se derrumbe viéndola llorar por ver a la persona que ama intentarlo, intentarlo e intentarlo sin dar su brazo a torcer, aunque sin ninguna esperanza de triunfar.

Es ella quien mantiene vivo el matrimonio.

Es más, muchos de los que os hablo de «la segunda oportunidad» no llegarían a nada en la vida sino fuera porque suelen tener alguien que los ama con locura detrás. Alguien todavía más fuerte que ellos para darles aliento cuando bajan los brazos. Alguien que sigue creyendo en ellos siempre y, alguien coherente que acepta sus fracasos por amor, hasta que ven que un fracaso más podría arruinar psicológicamente a sus parejas. Esposas, maridos, novios… en ese caso son quienes te cogen por los hombros, te miran a los ojos y te los abren a golpe de realidad y de amor.

Él la ama, con locura, pero no puede dejar de pensar una y otra vez en el baloncesto, su profesión y su devoción. Olvidando, a ratos, hasta a su hija…

Podríamos hablar, incluso, de un canto a la familia. Porque esta peli ensalza el valor de la familia casi en cada minuto. Ambos protagonistas pondrán sus familias en riesgo y ambas familias serán la luz del faro que guíe a los dos cuando lo vean todo oscuro.

Y Vince, le dejará bien clarito: U ojeador o para casita.

Allá va de nuevo Stanley con su fajo de billetes de avión, rumbo al resto del mundo para buscar jugadores para los 76ers.

Os decía que ya os había presentado al protagonista, pero la verdad es que he hecho lo propio con su familia y con su nuevo jefe. Por cierto… hablando del nuevo jefe y del modo en que Stanley gana y pierde el trabajo de su vida en una noche con la muerte del jefazo y padre del nuevo jefe… Ahora que lo pienso me recuerda a Máximo Décimo Meridio de Gladiator… A este no intentan cortarle el cuello, pero para el caso el arribista se lo quita del medio de un plumazo. Seguramente que por envidia, conocedor (aunque sin valorar) de su valía. Y porque su padre (propietario de los 76ers/Emperador de Roma) aprecia más a Máximo/Stanley por su valía y su lealtad que a Comodo/Vince por patán.

Por cierto, el padre de Vince, Rex Merrick, y propietario de los 76ers, lo encarna ni más ni menos que Robert Duvall. Tras conocer la noticia de su fallecimiento creo que este ha sido el último papel interpretado por el mítico actor que encarnó a Tom Hagen (el consejero irlandés de los Corleone (y hermano adoptivo de Michael)) en El Padrino, la mejor película de la Historia del Cine. Descanse en paz.

Vamos con el madridista y español Bo Cruz

Lo de «madridista» lo digo porque va a todas partes con su mochila del Real Madrid.

Y porque lo encarna Juancho Hernangómez, de quien hablaré más tarde, como de Adam Sandler…

Stanley descubrirá a Bo por casualidad.

Tras visitar a su amigo Leon, que está, si no recuerdo mal, en alguna ciudad española. Leon es un antiguo amigo y compañero de equipo de Stanley. Él sí sabe cuánto vale y qué talento tiene fichando eso: «talento». Por eso le dice que deje los 76ers y se una a él como representante de jugadores. Pero no lo logra.

Serbia, Alemania, Nigeria, China, Grecia y España…

Ya quisiera yo hacerme un viajecito así. Claro que él no se despega de su maleta. Y lleva más de dos décadas bajándose de un avión para coger otro. Quizás a esas alturas yo estaría igual de harto que él de los aviones. Hoteles y, si me apuráis, hasta del baloncesto. Yendo y viniendo sin cesar.

En la peli se recorre esos países para buscar un nuevo talento. Descubre a un alemán que tiene algunas taras y se lo expone a Vince. Con sus virtudes y defectos, y claro está, le gustará. Y, cuando menos se lo espera, se topa con Bo Cruz.

Un portento del baloncesto que juega todos los días en las canchas de barrio. Juega por dinero, apostando y ganándoselo a los ingenuos que se piensan mejores que él. Hace esto noche tras noche al terminar su jornada laboral.

Cuando termina sus partidas, recoge el dinero, recoge su mochila del Real Madrid y se vuelve para casa. Allí le esperan su madre y su hija: las dos razones de su vida para seguir luchando y peleando del andamio a la cancha y de la cancha al andamio. Jugando con sus Timberland del trabajo porque no tiene ni para comprarse unas zapatillas.

Stanley lo ve clarísimo desde el primer minuto. Este es su jugador.

Bo es El dorado que ha buscado Stanley toda su vida. El jugador perfecto

Un físico inmejorable, fabuloso en ataque, gran defensor y una perspectiva privilegiada para distribuir y canalizar el juego en equipo. Y la edad justa para participar en el draft de la NBA: 22 añitos.

Pero suficiente que Stanley apueste por Bo para que Vince prefiera al alemán.

Y aquí empieza el reto de Stanley. Que terminará mandando a Bo y a los 76ers a la porra. Cuando ve que Vince cierra las puertas del equipo al español, Stanley comprende que el único modo de hacerle llegar a la NBA es jugándose su empleo (de hecho se despide), su patrimonio y su reputación profesional para apostar por Bo.

Se lo llevará a los Estados Unidos y tirará de todos los contactos de su agenda. Llamará a todos y se comerá su propio orgullo pidiéndoles una oportunidad para Bo. Unos cogerán el teléfono y otros no. Y de los que lo cogen, unos le abrirán alguna puerta y los demás no.

Mi cine bélico tenía razón en Twitter, cuando tuiteé con un fotograma de la peli «el fancine se calza las botas para saltar a la cancha. ¿Habéis visto Garra? Mi mejor descubrimiento de este año. Está en NETFLIX. ¿Opiniones?». En su respuesta comparaba Garra con un «Rocky light».

Totalmente de acuerdo. Y apuntaba a que le gustará especialmente a quienes nos guste el baloncesto, y volvió a acertar.

Es verdad que esta peli tiene algo de Rocky

Al margen de que ambas tramas se desarrollan en Filadelfia, la del boxeador nos habla de un tipo que no duda en ponerse los guantes para enfrentarse a quienquiera ponérsele por delante, confiando siempre en sus posibilidades. En Garra es Stanely quien enderezará a Bo y, creyendo como cree en él, hará que Bo recorra su camino empujándole y tirando de él si hiciera falta, por lo convencido del talento y del potencial del español.

El carácter y la mecha corta de Bo harán que peligre su salto a la NBA.

Kermit, su rival para el draft de ese año, sabrá encontrar el punto débil de Bo en su familia. Y lo sacará de sus casillas hasta el punto de revelar, delante de todos y con la televisión en directo, las malas pulgas que tiene el español cuando le tocan a los suyos.

De hecho tenía antecedentes por agresión. Esto hizo peligrar su acceso a los Estados Unidos, cosa que solucionará el abogado del club. Y cosa que el abogado le dirá al presi y hará que se tambaleen sus opciones.

Esto llevará a que Bo y Stanley se sinceren el uno con el otro. Bo explica que le partió la cara al novio de su ex porque insistían en quitarle la tutela de su hija. Stanley explica la cicatriz que tiene en el brazo, debida a un accidente de tráfico por conducir borracho que supuso el final de su carrera como baloncestista profesional.

Bo había tenido una primera oportunidad para jugar en Estados Unidos. Tenía poco más de 15 años y le descubrieron y ofrecieron viajar a América, pero dejó embarazada a su novia y se quedó para asumir su responsabilidad como padre. De ahí que sea el padrazo que es. De ahí lo de las «segundas oportunidades».

Será Stanley quien conduzca y reconduzca a Bo una y otra vez…

Juancho Hernangómez es Bo

Juancho ha pasado de un modo u otro por los tres equipos de baloncesto de mi vida:

Real Madrid + Boston Celtics + Minnesota Timberwolves y fue Campeón del Mundo con España derrotando a Argentina en la final

Juancho Hernangómez fue canterano en el Real Madrid, entre otros clubes madrileños. Cuando se cruzó la peli venia de ganar el Mundial y su agente le preguntaba si quería participar en un casting para rodar una peli.

Le traspasaron de Denver a Minnesota y al 10º partido se canceló la NBA por la pandemia del COVID. Se quedó en Charlotte con sus hermanos encerrados en cuarentena y su hermana fue quien presionó para que hiciera el casting. Lo hizo por el mero hecho de hacerlo y fue pasando un zoom tras otro de entrevista en entrevista hasta que le dieron el papel para la película.

Filmaron media película en dos meses en Philadelphia en el verano de la pandemia, mientras el baloncesto profesional estaba paralizado y la otra mitad al año siguiente, tras la olimpiada.

Hablado del primer año de rodaje, he visto una entrevista en la que habla de que su equipo, o el equipo de filmación (no me queda muy claro) no participó en la burbuja de la NBA. Acabo de acordarme a la película La burbuja en la que nos contaban, en clave de humor, cómo se filmaban las pelis en tiempos de pandemia. Por cierto, también de NETFLIX y también comentada en el fancine: La burbuja. No me imagino yo a Adam Sandler contratando matones para perseguir a los actores que se saltan esa burbuja… ¿o sí?

Adam Sandler

Yo he conocido a dos Adam Sandler, el actor en que se convirtió (o maduró) a partir de los 90s y el Adam Sandler cómico de Standup de los 80s. Os prometo que no reconocía al 2º en el 1º. Dio un cambio de registro increíble y edulcoró sobremanera su persona o quizás sus personajes. Muchas personas critican sus pelis como sensibleras y sus personajes como caramelitos. Pero quienes hubieran escuchado They’re all gonna laugh at you! antes de verle en el cine, como era mi caso, entonces alucinarían, como aluciné yo, viendo el cambio de un registro al otro.

Dicho sea de paso, pienso que esta es su mejor película. En ella se desmarca del 1er Adam Sandler y del 2º que os acabo de comentar. Y aflora un 3º. El actor maduro que salta de la comedia al drama. Y he de deciros que en esta ocasión me vi forzado a terminar de ver la peli y ponerla otra vez. Me ha fascinado su interpretación y la he disfrutado de principio a fin.

Stanley no sería el mismo interpretado por otro actor. La bondad del actor traspasa a la del personaje y éste se embebe de ella hasta el punto de (y vuelvo al principio del comentario y a la resiliencia) conmovernos cuando vemos cómo no tiene suficiente tiempo para celebrar el mejor día de su vida porque termina convirtiéndose en el peor, de golpe y porrazo. Y nos llega al corazón viéndole intentando no defraudar a su esposa, a su hija y a Bo cuando se cruzan sus caminos. Intenta tirar de todos ellos para delante con la sonrisa en el rostro y la congoja en el corazón, poniendo buena cara al mal tiempo y apretando los dientes para batirse el cobre un día tras otro.

Esto siento cuando veo a Sandler en Garra

Por eso, fundamentalmente por eso, estoy dedicándole este comentario en el fancine

La entrada de Anthony Edwards en la peli fue fruto de la insistencia del propio Juancho.

Por entonces eran compañeros y buenos amigos en Minnesota Timberwolves, ¡uno de mis dos equipos de la NBA! pues, como bien sabréis los que me leéis desde 2008, viví en Minneapolis y me aficioné al equipo. Eso pasó en 1992 y 1993, hasta entonces tuve otro equipo NBA que sigue siendomi otro favorito: los Boston Celtics, por Larry Bird.

Dicho sea de paso: mi club de baloncesto, ahora y siempre, ha sido, es y será el Real Madrid

Mi padre jugó en él allá por los años ’50s. Pero no tardó en pasar a formar parte del mítico equipo de gimnasia olímpica del mismo Real Madrid, con De la cuadra Salcedo, Blume…

Y mi tía Emilita jugó en el Real Madrid féminas, también por aquellos tiempos. Como veréis mi amor por el Madrid proviene de casta. Si de algo me arrepiento en esta vida fue darme de baja como abonado del Real Madrid y de socio al mismo tiempo, no tendría que haber hecho esto último jamás, pero cuando me di cuenta ya era demasiado tarde.

Vuelvo a finales de los 80s y principios de los años 90s…

En aquellos tiempos devoraba NBA y ACB a partes iguales. Iba a todos los partidos posibles en Madrid y los de la NBA me quedaba por las noches esperando para verlos por la tele, con mi padre, en Navacerrada, frente a la chimenea. Sobre todo para ver a Larry Bird y a Fernando Martín.

Acabo de irme por las ramas. Os decía que Edwards entró en la peli vía Hernangómez quien vio que el papel de Kermit le venía como anillo al dedo. Y hacen una gran pareja de rivales en la película. Creo que se nota buen rollo fuera de la pista pero, como si se tratara de actores de verdad, en la película se les ve picados como si fueran enemigos mortales. Y eso tiene doble mérito porque son jugadores de baloncesto interpretando a jugadores de baloncesto, y no actores haciendo de deportistas. Estos son los detalles que hacen que me guste tanto esta película.

Por cierto… jugadores veremos a puñados. Y no jugadores. La verdad es que es una maravilla (la peli) para los amantes de los cameos. Creo que no les falta nadie por asomar la patita. Hasta aparecerán varios jugadores de la Selección Española de Baloncesto: Calderón, su hermano Willy, Oriola, Albrines y el mítico Fernando Reyes aparecerán como eso, jugadores de la Selección Española. E invitarán a Bo a entrenar con ellos cuando lo descubre Stanley, para ver cómo rinde entre profesionales.

Al parecer grabaron esa secuencia en Mallorca y tardaron como nueve días que se pasaron comiendo y visitando la casa de Hernangómez 😉

Una peli que, por ponerle un pero, creo que se podría haber ahorrado las dos referencias al consumo de porno digital. Sin ellas, para mi gusto, esta habría sido una peli perfecta para ver en familia con niños pequeños: porque les enseña el camino a seguir y a no rendirse jamás. Pero que el protagonista consuma porno en Internet, para mi gusto, hace que abandone ese carácter familiar que tantos éxitos podría darle a la peli.

Incluiré Garra en mis Pelis para MIBers

Un artículo (de mi otro blog «el troblogdita») en el que explico la digitalización mediante el cine. Y lo haré precisamente para abordar el consumo de porno en Internet. Cuando lo actualice, porque llevo unos cuantos meses sin hacerlo.

Eso o de los youtubers, o de los influencers, porque si Stanley logra invertir la inercia negativa en la que había entrado Bo es por tirar de su móvil y llamar a algunos amigos que lo están petando en Youtube y demás redes sociales para que retransmitan los partidos callejeros que le irá organizando por la ciudad. Así hasta convertirlo en toda una celebridad digital.

Coproducida por el mismo Adam Sandler y LeBron James. Como veréis, la cojais por donde la cojáis supura NBA y baloncesto en general. Si enumerara todos los cameos se haría más largo que enumerar los easter eggs de Ready Player One (novela y peli juntas).

En cualquier caso esta peli supura amor al baloncesto, un amor que comparto por un deporte que no practico desde diciembre de 2021, por mi accidente con la moto.

Otras películas

Ir al contenido