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Cavernícola

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Cavernícola

Título: Cavernícola
Título original: Caveman
Director: Carl Gottlieb
Guión: Rudy de Luca y Carl Gottlieb
Nacionalidad: USA
Año: 1981
Duración: 91′
Fotografía: Alan Hume
Montaje: Gene Fowler Jr.
Música: Lalo Schifrin
Producción: David Foster
Productora: United Artist
Distribuidora: United Artist
                   

Ficha artística

Ringo Starr – Atouk
Dennis Quaid – Lar
Shelley Long – Tala
Barbara Bach – Lana
John Matuszak – Tonda
Jack Gilford – Gog
Evan C. Kim – Nook
 

¿Alguna vez habéis visto un cine lleno de mecheros encendidos?

 
Durante una peli.

Yo guardo ese recuerdo viendo Cavernícola

La he visto decenas de veces a lo largo de mi vida y las primeras no entendía más que las bromas más básicas, pues era un crío, y aún así me servía para pasar un rato divertidísimo.
 
Volvamos a esa primera vez. A la del cine lleno de mecheros encendidos. El cine, por cierto, estaba en los sótanos de la Plaza de los Cubos, en Madrid, al lado de la Plaza de España y mi colegio. El mismo en el que vi por primera vez y sin enterarme de nada El Señor de los Anillos de Ralph Bakshi.
 
Os preguntaréis… ¿por qué había mecheros encendidos? Muy sencillo: esta película transcurre en la Edad de Piedra y sus personajes se comunican con un vocabulario reducido de 15 palabras.
 
Al entrar en el cine nos dieron nuestras entradas y un papel fotocopiado y recortado, recuerdo que de color azul, con esas 15 palabras:
  • Alunda: amor
  • Bobo: amigo
  • Haraka: fuego
  • Macha: monstruo
  • Siyee: ayuda
  • Ya: sí
  • Nya: no
  • Ool: comida
  • Pooka: roto y/o dolor
  • Ugh: gustar
  • Zug-zug: sirve para designar pareja o referirse al sexo
  • Kuda: vamos
  • Caca: mierda
  • Guwi: ir a por algo
  • Gluglug: Ahogarse
Y la broma consistía en que la gente encendía su mechero cuando uno de los personajes decía «bobo», «zug-zug» o «haraka». Se veía cómo se encendían los mecheros, se iluminaban los rostros, igual que los papelitos y se oían risitas por todas partes, a veces carcajadas o gente que repetía las palabras en «primitivo».
 
Ese es el recuerdo que tengo de la primera vez que vi esta peli.
 
Más que de la peli en si, cuya escena del huevo me pareció igual de genial entonces que ahora, me acuerdo de mi hermano. Decían una palabra, él encendía su mechero, la buscaba, me decía lo que significaba y le veía partiéndose de risa. Ese es mi recuerdo de esta peli.
 
Es más, cuando comenté En busca del fuego la compartí en Facebook, como en el resto de mis perfiles, pero en Facebook resulta que está mi hermano, y su única respuesta fue: «a ver cuándo comentas El cavernícola». Pues aquí la tienes.
 
Es más, querido Pedro, (mi hermano), voy a comentar El cavernícola con todo mi alunda, con el deseo de que lo leas y te ugh hasta el pooka como la primera vez. Ten tu haraka a mano porque nos kuda a gluglug de risa con esta caca peli.

Dicho esto… vamos con Cavernícola

Para empezar, cuál será su trascendencia en la Historia del cine que hasta que me he decidido a comentarla la llamaba por otro nombre, equivocado por cierto: Los cavernícolas. Tenía que confesarlo.
 
Pero da igual. Esa es la magia de esta peli. Que todo da igual y que todo está hecho, pensado y concebido para hacernos reír.
 

Esta peli tiene todo cuanto una película histórica (o prehistórica) debe tener

 
Un guion maravilloso. Una trama sensible. Diálogos muy elaborados. Personajes profundos. Y respeto por la historia (en este caso, prehistoria). Su rigor científico es total. Absoluto. Y en su día sirvió para sentar las bases de toda una corriente de la paleoantropología que hoy en día se llamaría Ley de la Memoria Prehistórica, pues sirvió para reescribir la Prehistoria (no puede haber mayor ironía que lo de «reescribir la Prehistoria»). Una Ley a caballo entre la veracidad y la desinformación pretendida en la que nuestros ancestros convivían con dinosaurios. Ahí es nada.
 
Pero ¿sabéis una cosa?
 
Nos da igual.
 
Una vez que empiezas a ver la peli tienes dos opciones: llevarte las manos a la cabeza y abandonar la sala, o abandonarte a la locura que plantea y partirte de risa. Yo me quedo con la segunda opción.
 
Al comprarla, es decir, al aceptar que está escrita en clave de humor y que no pretende sentar cátedra alguna, nos enfrentamos a una peli mala, malísima, pero divertidísima.
 
Para empezar nos toparemos con un universo tan falso como el que pudimos ver (si es que la habéis visto) en Hace un millón de años. Película, a diferencia de esta, que siendo de ficción se inventaba una prehistoria cercana a lo ridículo. Más ridícula que ésta de hoy porque, al fin y al cabo, ésta es una comedia, pura y dura.
 
Sentadas las bases os puedo decir sin miedo a los spoilers, pues esta peli es de 1981 y ya hemos tenido tiempo más que suficiente para haberla visto, que aquí vamos a ver a seres humanos luchando con dinosaurios. Casi nada…
 

Empecemos por el principio (de los tiempos…) – El protagonista es el Beatle Ringo Starr

 
Un cantante con una amplia filmografía que redunda casi una y otra vez en The Beatles, cosa lógica, y algunos documentales. Musicales y documentales al margen, creo, o por lo menos para mi, que esta es su mejor peli. Y lo es por su afán de hacernos reír sin florituras. Abandonado al sentido del humor y al slapstick puro.
 
El slapstick implica un humor que recrea el infortunio de su(s) protagonista(s) a base de humor sencillo, a veces surrealista, y lo adereza con golpetazos, caídas y peleas más ridículas que sus protagonistas y el guion en las que se incluyen. Algunos de sus pioneros, o quizás sus máximos exponentes serían los mismísimos Chaplin y Buster Keaton, un subgénero más propio del cine mudo que aplica perfectamente a ésta peli con un vocabulario tan reducido como ya expuse al principio.
 
Con esta premisa y con el marco de una prehistoria ridícula, nos sumergimos en una comedia que, como también decía, si la ves con ganas de reírte, te hará reír a carcajadas.
 
Hay quien dice que Ringo Starr se metió en esta peli para huir de la cruda realidad en la que se había convertido su vida tras un matrimonio fracasado. Fracasado por su tendencia violenta, pues por muy pacifista que fuera y por mucho «haz el amor y no la guerra» que predicara, de puertas para dentro era un maltratador y, según él mismo confesó, amargó la vida a su primera mujer propinándola alguna que otra paliza.

Esta peli sería una terapia personal para Ringo

No podría arreglar el mal que ya había hecho a su mujer y a sus hijos, pero él sí podría reconducirse y reinventarse mediante el humor. Y se reinventó. Nos hizo reír a todos, superando su drama personal y dominando su bestia interna. Y para colmo encontró a la que se convertiría en su nueva esposa con quien, si no estoy mal informado, sigue felizmente casado.
 
La afortunada sería Barbara Bach, en el papel de Lana, la mujer exuberante del jefe del clan, Tonda, al que pertenece Atouk (Ringo Starr). Ella será quien termine haciendo sentar la cabeza a Ringo y le ayudará a reiniciar su vida.
 
Pero Lana… como Lana era manipuladora y se servía de su físico para tener su sustento garantizado. Por un lado se sabía deseada por Atouk, que estaba enamorado de ella hasta las trancas y era incapaz de ver que nunca ella nunca sería suya pero siempre se aprovechaba de él para que le suministrara alimentos extra en épocas de carestía. Para ella y para Tonda.
 
El otro, Atouk, ingenuo, se las ingeniará para arrancarla una sonrisa agasajándola con frutas que recoge especialmente para ella. Aunque al final sea Tonda quien se las beneficie a ambas. A la fruta y a Lana. Para desgracia de Atouk.
 
Huelga decir que Atouk es un tirillas y que no tiene ninguna posibilidad de enfrentarse a Tonda, por lo que asume con resignación su papel de hombre invisible. Pero que sea invisible y tirillas no lo convierten en bueno por naturaleza.
 
De hecho veremos cómo a lo largo de la peli Tonda lo usará para probar alimentos, que Atouk catará para saber si son venenosos o comestibles y con uno de estos, que tendrá los efectos de una droga que te deja fuera de juego, ingeniará un plan. Un plan nada delicado ni romántico. Nada sensible ni respetuoso hacia Lana…
 
Digo esto porque veremos cómo, en repetidas ocasiones, procurará drogarla para beneficiársela, como lo oís, y hasta intentará secuestrarla para llevársela por la fuerza. Es decir, que de bueno no tiene ni un pelo. Más bien de granuja.
Entre aventura y aventura su único amigo en el clan, Lar, resultará herido (porque se le enroscarán las piernas y quedará cojo) y es abandonado, dejado atrás por el clan.
 
Esto desesperará si cabe más a Atouk porque no podrá lograr poseer a la mujer que desea y tampoco tendrá el consuelo de la amistad de Lar, porque ya no está en el clan.
 
En una de las intentonas de Atouk por beneficiarse a Lana a escondidas se dormirá entre ella y Tonda y cuando éste último se despierte tontorrón y se percate de que a quien está manoseando no es Lana sino el pesado de Atouk intentará cargárselo y éste saldrá por patas para salvar su vida. No será desterrado por muerte como Ayka en El clan del oso cavernario, pero sí le tocará buscarse las habichuelas por su cuenta.
 
Y en su huida se topará con Lar, con quien se abrazará y, al hacerlo con demasiado ímpetu sus respectivas columnas crujirán y se erguirán abandonando su condición de primitivos y adquiriendo cierta confianza en si mismos. Pasarán de ser los tontos del clan a crear un nuevo clan, a priori, de tontos.
 
Tres cosas…
 
La primera, Lar es un jovencísimo Dennis Quaid que, a partir de ahora, veremos como fiel amigo y escudero de Atouk. Ya había filmado algunas pelis pero no adquirirá renombre hasta rodar pelis como Enemigo mío y, por encima de todas, protagonizar el biopic de Jerry Lee Lewis Gran bola de fuego (Great balls of fire!). Ojo que la traducción literal en hispanoamérica fue «Grandes bolas de fuego»… que es peor todavía. Literal, sí… pero peor.
 
La segunda es que el reencuentro con Lar precipitará el guion. Por un lado vimos que gracias al reencuentro adquirirán la postura erguida que los humanizará. Por otro lado esa primera escena entre ambos terminará con ambos durmiendo en la intemperie y ahí sucederá una de las escenas más recordadas de la peli: cuando un insecto gigante se posa en la cara de Lar y Atouk lo aplasta en su rostro.
 
El tercer punto es que al día siguiente entrará en acción uno de los amores de mi infancia: Shelley Long, que aquí interpretará a Tala. Una mujer que deambula de un lado para otro, sin clan, cuidando de su padre ciego. Shelley Long había salido en MASH y en Vacaciones en el mar, pero después de esta peli, ya en 1982, se incorporaría a la serie que realmente la inmortalizaría: CHEERS. Yo veía esta serie para verla a ella. Aunque fuera sin volumen.
 
Tala recibirá la ayuda de Lar y Atouk y «se erguirá» junto con su padre cuando los dos jóvenes hayan salvado al padre de morir ahogado en arenas movedizas. Ella se enamorará desde el minuto 1 de Atouk pero el imbécil de Atouk no la corresponderá, ni se lo planteará, encoñado como está con Lana.

Desde este momento se sucederán dos tipos de acciones en paralelo

Por un lado Atouk irá teniendo una suerte inconcebible e irá siendo testigo de fenécenos meteorológicos y demás cosas fortuitas que harán que protagonice todos los saltos evolutivos atribuibles al ser humano. Él dominará el fuego después de una tormenta en una descarada alusión a 2001: Una odisea en el espacio.
 
Aprenderá, por casualidad siempre, que es útil para procesar los alimentos y como método defensivo. No puedo dejar de comparar estas alusiones al fuego con la película En busca del fuego.
 
Por otro lado irá creando un clan a su alrededor reuniendo a todos los que por un motivo u otro han terminado por su cuenta. Su clan lo formarán los cuatro ya descritos mas un negro, un japonés (que les enseñará a hablar en inglés) que les enseñará que los animales salvajes se pueden domesticar, una pareja un tanto grimosa que resultarán raritos a los ojos de Atouk y se nos presentarán como la primera pareja gay de la prehistoria, un enano y así hasta formar un nuevo clan.
 
También descubrirán la música, y también por error. Y se lo pasarán en grande con una melodía que parece sacada de la Luna de Endor de El retorno del Jedi y sus ewooks. Con la salvedad de que esa musiquilla, tan parecida, se adelantará dos años al Episodio VI de La guerra de las galaxias.
 
Uno de los factores que determinarán el éxito del nuevo y líder Atouk, será que parecerá estar bendecido con un conjuro de buena suerte pues hasta sus encuentros con bestias irreales e impensables, o peor aún con dinosaurios reales pero anacrónicos, se saldarán con una victoria tras otra.
 
Pero no penséis que vencerá a las bestias por su ardor guerrero. Ni por su compromiso hacia los suyos. Siempre será por casualidad, por error, o, como en el caso del tiranosaurio rex por deducir que si él se quemó con el fuego, el lagarto gigante se quemará también. Esas gestas y una buena dosis de autobombo lo encumbrarán.

Estas victorias le conferirán confianza y auto estima

Su nuevo clan lo verá como un líder y Tala se irá enamorando y enamorando más y más de él.
 
Pero alcanzará tanta confianza en si mismo que terminará liderando a su nueva familia a un combate idiota contra su antiguo clan. No tanto por derrotar a Tonda como por hacerse con Lana. Llegando incluso a despreciar a Lana porque quiere zug-zug con Lana dando forma invisible a los dos pechos inmensos de su amada y provocando que Tala, que los tiene chiquititos se sienta acomplejada.
 
Pero antes de esto empezarán (su clan y él) una travesía por su particular desierto al no tener qué llevarse a la boca. Cosa que Tonda, con todo lo bruto o malo que fuera (malo por celos) no permitía que pasara porque era quien lideraba las partidas de caza, como vimos en Alpha, y volvía siempre con alimentos.
 
En una de estas, buscando qué echarse a la boca para comer, se encontrarán con el huevo gigante de un pterodáctilo. Esta es, sin duda, la escena por la que se conocerá y reconocerá El cavernícola: sobre todo porque veremos al clan trasportando el huevo al ritmo de la melodía de El puente sobre el río Kwai. Para su desgracia, una vez que se han hecho con el huevo aparecerán Tonda y sus cazadores y se lo arrebatarán para ser perseguidos por el pterodáctilo y terminar perdiendo el huevo que cae por un acantilado y se rompe en un géiser.
 
Ahí reaparecerán Atouk y los suyos y se encontrarán con el primer huevo frito de la historia. Y les gustará y después de saciar su hambre se llevarán los restos para repartirlo entre su nuevo clan, pero Tonda y los suyos, que estarán al acecho, intentarán robarles la comida, aunque sin éxito. El fuego, desconocido para Tonda, será un arma en manos de Atouk y echarán a los de su antiguo clan.
 
Ahora es cuando se tendrán que ver las caras definitivamente. Tonda huye pero en su huida roban el fuego. Atouk y los suyos irán a la caverna de Lana. Entre medias Tonda habrá descubierto de Atouk el secreto de la espalda erguida y erguirá a todo su clan y entre todo su clan lo erguirán a él. Dicho sea de paso esta mala bestia estaba interpretada por John Matuszak, un jugador profesional de fútbol americano que terminaría siendo actor.
 
En el trayecto hacia la caverna de Tonda Atouk y los suyos volverán a enfrentarse a un Tiranosaurio Rex. Bueno, huirán de él y sólo al final Atouk reunirá el valor necesario para salva a Tala metiendo en la boca del bicho un arbusto de esos alucinógenos que él había catado al comienzo de la peli.
 
Veremos cómo llegan a la caverna, roban el fuego porque no hay nadie y cuando huyen se cruzan con una partida de pesca de su antiguo clan. El método empleado se las trae, por cierto, agarrando por los tobillos a las mujeres y sumergiéndolas para que pesquen con las manos.
 
Lana será arrastrada por la corriente y Atouk no dudará ni un instante en saltar al agua para rescatarla. En el rescate, acompañado por Lar, salvarán a Lana y Lar será quien termine arrastrado por la corriente hasta desaparecer.
 
Lana aceptará que, por el azar, ha tenido que cambiar de clan y ahora se arrimará a Atouk porque es el único que le puede mantener su vida privilegiada. Por interés, porque seguirá viendo en él a un pingajo. Esto despertará los celos en Tala, que ve en Lana a un rival invencible porque Lana demuestra, desde que entra en escena, que se las sabe todas y sabe cómo manipular a un hombre.
 
Y, dentro de todo lo surrealista que es la peli entera, Lar reaparecerá en una era o zona presa de la glaciación y sin saberlo será perseguido por un bicho que es lo más parecido a un yeti.
 
Atouk partirá en busca de Lar y por segunda vez, no lo mencioné antes, escucharemos melodías que parecen sacadas de La naranja mecánica.
 
A partir de aquí se abrirán dos arcos narrativos: Atouk y sus cazadores se adentran en esas cavernas de hielo (que por cierto, son las mismas que vimos en El imperio contraataca. Sí, es el mismo set usado para grabar la escena del wampa con Luke Skywalker. Encontrarán a Lar congelado, huyendo del yeti. Por otro lado Tala aprovechará que los varones se han largado para ir en busca de Tonda para decirle que Lana está viva y dónde puede encontrarla.
 
La escena en la que Tonda y Tala se conocen es mondante. Tonda da por perdida a Lana y está haciendo un proceso de selección para elegir nueva hembra para él. De hecho va comprobando sus pechos, sus vientres, sus zonas íntimas y sus nalgas… Liderados por Tala llegarán a por Lana y, de paso, secuestran a todas las hembras del clan. Entonces Atouk descubrirá la industria armamentística, crearán armas, armaduras y domesticarán saurios gigantes para el combate.

Parten para la guerra

El factor sorpresa, el uso de las armas y las bestias domesticadas dará el triunfo a Atouk y los suyos y, al final, cuando Tala comprenda que no tiene nada que hacer porque Atouk vuelve a elegir a Lana como pareja, la alegría volverá a su rostro cuando vea que Atouk, con la marcha imperial británica de fondo, tire a Lana a un montón de mierda. Literalmente.
 
Los bichos, los dinosaurios y los lagartos gigantes están hechos mediante stop motion, como vimos en películas clásicas dentro de este campo como Jasón y los argonautas y Furia de titanes. La verdad es que están fenomenalmente hechos y nada tienen que envidiar de Parque jurásico. Esto último es coña, por supuesto.
 
No sé qué pensará Arsuaga de esta peli. O qué habría pensado el mismísimo Marcelino Sanz de Sautuola de haberla visto en su época… pero quiero creer que tanto los expertos de Atapuerca como los de Altamira sabrán apreciar las dosis (o sobredosis) de humor que supone esta película ajena a cualquier rigor histórico que se precie.

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