Ficha técnica
- Título original: Atraco a las 3
- Nacionalidad: España
- Año: 1962
- Producción: Hesperia Films
- Duración: 92’
- Guion: Vicente Coello, Pedro Masó y Rafael J. Savia
- Fotografía: Alejandro Ulloa
- Música: Adolfo Waitzman
- Montaje: Pedro del Rey
Ficha artística
- Alfredo Landa (Castrillo)
- Agustín González (Cordero)
- José Luis López Vázquez (Galindo)
- Gracita Morales (Enriqueta)
- Manuel Alexandre (Benítez)
- Manuel Díaz González (Don Prudencio)
- Cassen (Martínez)
El eterno sueño del dinero fácil
Atraco a las 3 refleja dos realidades paralelas en cualquier sociedad: la opulencia de la clase acomodada y la pobreza de la clase trabajadora. Pasando de puntillas por una clase media a caballo entre una y otra gracias a sus orígenes humildes y a sus esfuerzos cotidianos.
Se trata de una película coral, esto es, una película con múltiples protagonistas, de entre los que podríamos destacar alguno, pero no podríamos dar la espalda a ninguno.
Galindo (José Luis López Vázquez) encarnará como nadie al personaje gris que trabaja toda una vida detrás de una ventanilla. Es el cajero de una sucursal de banco, asqueado de ver pasar entre sus dedos millones de pesetas “sin tiempo para disfrutarlo”.
Un grupo de trabajadores que supera el día a día con un trabajo honrado aunque poco satisfactorio, todo llevadero gracias a la gentileza y amabilidad de su Director, un hombre que mas consideran como a un padre que como a un jefe.
Todo monótono y triste hasta que un buen día, sin comerlo ni beberlo, el Director General se presentará en persona para comunicar al Director que es la hora de “irse de vacaciones” tras una serie de préstamos ofrecidos por la sucursal que responden a la necesidad de quienes lo han solicitado pero que distan muy mucho del tipo de negocio que desea el Director General.
Y el cambio, como sucede tantas veces con tal: es para mal. Hace bueno lo de “más vale malo conocido…” El caso es que el nuevo Director resulta (como cabría esperar, por otro lado), ser el grano más incómodo de toda la oficina, una persona que no tiene sangre y respira para el banco, con ansiedad de medrar, hoy en día se le llamaría “trepa”, dispuesto a amargar a todos los empleados (otrora compañeros) con tal de tener un buen expediente de cara a su futuro.
Y es en este momento, en concreto cuando Don Prudencio se despide de los empleados, que Galindo se destapa dejando aflorar una idea que seguramente le ha carcomido el cerebro durante años: atracar el banco.
Razona a todos sus compañeros, Don Prudencio incluido, que si no se ha atrevido jamás a atracarlo antes, es por el cariño que siente por el ahora exdirector. Se enfada con todos los presentes y les “convoca” en su casa para discutir los pormenores de un plan que ha mascullado tantas veces mientras despachaba en ventanilla.
En el intervalo entre la hipotética reunión y la despedida de Don Prudencio, José María Forqué nos retratará las vidas miserables de cada uno de los protagonistas de esta película coral.
Vidas tan miserables y vacías que harán que de uno en uno vayan llegando a su domicilio para formar parte del plan que sólo Galindo conoce.