American Underdog se ha colado en el fancine.
Eso es ser un Underdog
Algo parecido a «Ir de tapadillo». A «ir de tapadillo y dar la campanada». Quizás así lo entendáis mejor. El «Underdog» es un término utilizado para denominar a aquel que no es candidato para ganar, que no tiene, aparentemente, las aptitudes y/o actitudes para alzarse con la victoria… y gana.
Para que os hagáis una idea con un ejemplo real: El Real Madrid de la 14ª Champions League era un Underdog.
¿Por qué? Pues porque al inicio de la temporada 21/22 nadie daba un duro por él. Los favoritos para ganar esa Champions eran, y creo que por este orden: PSG – Manchester City – Bayern Munich – Chelsea – Manchester Utd.
Del Madrid, ni rastro. Pero ganó la Champios. Eso es ser un Underdog
Dicho sea de paso, no sé qué pasará al final de la presente temporada 22/23, pero la cosa está como sigue: PSG – Manchester City – F.C. Barcelona – Bayern Munich – Manchester Utd.
De nuevo nadie apuesta por el Madrid y, esta vez, el Barça se ha colado aprovechando la lluvia de millones que le ha caído vendiendo el patrimonio del Club por parcelitas, por lo que peligra su existencia a medio/largo plazo.
Pero no creáis que yo entiendo de todo. Ni mucho menos. Lo que hago es dejarme rodear por los mejores, y en el campo de la psicología mi referente es mi amigo y colega MIBer Enhamed. El mismo que me recomendó y descubrió En busca de la felicidad.
Mi amigo y colega MIBer, y psicólogo, Enhamed Enhamed me explicó qué es un Underdog
Cuando tuve el placer de trabajar con él su SEO y contenidos entre 2017 y 2021, en su antigua Web. Y me gustó el concepto… Cuando eres uno del montón; No estás entre los favoritos; Tu nombre no entra en las quinielas y ¡Zas! Terminas ganando.
Una victoria que, como veremos en la peli, no es por casualidad. Nadie la regala. Esa victoria es fruto de un trabajo, de un esfuerzo y de enormes sacrificios diarios. Personales, familiares, económicos… Eso es lo que pasa cuando uno tiene que salir adelante por sus propios medios, sin que nadie confíe en ti y sin que nadie se percate, si quiera, de tu existencia para echarte una mano.
Y poquito a poco, explicando el concepto Underdog voy llegando a la peli. Permitidme haber dado este rodeo pero no todo el mundo comprende el término y explicar una película a partir de un concepto desconocido no me parecía el camino.
El underdog en esta peli es el quarterback Kurt Warner
Uno de los mejores de todos los tiempos.
Quarterback es el «Mariscal de campo». Un concepto bélico, o militar, llevado a índole deportiva incomprensible fuera de los Estados Unidos. Está claro qué es un «mariscal de campo» y cuáles son sus funciones dentro de un plan de guerra, ¿pero por qué se usa éste término en el fútbol americano? Porque éste deporte, fundamentalmente, el béisbol y el baloncesto son los tres deportes por excelencia en Estados Unidos. Y los tres fundamentan su jugabilidad en la estrategia. Y para que tal estrategia cuaje y funcione, debe haber una táctica, unas piezas y un tablero.
En el fútbol americano no se deja nada a la improvisación. O por lo menos ésta está casi descartada, salvo cuando el propio mariscal de campo entiende que hay margen para ella. El resto, todo lo demás, responde a lo planificado sobre una pizarra. Por eso los equipos se dividen en dos: Ataque y Defensa. Cada uno con su entrenador y cada uno con sus tácticas (del entrenador principal).
El fútbol americano es como un ajedrez humano
Y dudo que me equivocara mucho al definirlo de tal modo. Los entrenadores diseñan cada jugada para ganar una yarda o treinta en el tablero que es el campo. Las piezas, obviamente, son los jugadores. Estos recibirán la jugada del entrenador y la ejecutarán casi de un modo mecánico, sin salirse del guion, insisto que dejando muy poco margen a la improvisación y depositando toda la responsabilidad en el Mariscal de campo, que es la pieza clave para el desarrollo de la jugada.
Él será, y lo veremos en la peli, quien reciba el balón, de un paso atrás, tres, o ninguno y busque con su mirada el objetivo y lance el balón cual obús. Los pasos atrás, el tiempo que tarde en lanzar y la precisión dependerán, en buen grado, de sus defensas.
Porque el Quarterback tiene sus guardaespaldas en el campo. Literalmente unos tíos como armarios empotrados que se dejarán el pellejo protegiendo al mariscal para darle el tiempo suficiente para lazar el balón y lanzarlo bien. De ahí que los extremos tengan que ser rápidos, muy rápidos, y correr como un relámpago, porque ellos serán quienes reciban el pase del Quarterback, pero para recibirlo tendrán que haber llegado a la distancia o al sitio previsto. Y es ese tiempo que se toman para llegar el tiempo que el quarterback tiene que aprender a controlar sus nervios para retener la posesión del balón y retrasar el lanzamiento esperando a que el receptor llegue a su sitio… De ahí la importancia de sus guardaespaldas, que irán tumbando uno a uno a todos los defensas del equipo rival. Y todos ellos tienen un único objetivo: tumbar al quarterback.
Es apasionante.
Y verlo allí, in situ, es increíble. Yo tuve la oportunidad de seguir bien de cerca al equipo de fútbol americano de mi colegio en Minnesota, finalistas de la Liga estatal en 1993. Y recuerdo esa final, que perdimos, en el Metrodome. Que es como si en España la final escolar se jugara en el Bernabéu.
La disciplina, la rigidez, la fuerza y la agresividad, casi violencia, con que se juega y ejecutan las órdenes del entrenador…
Kurt Warner, nuestro American underdog
Y su historia, la que vemos (parcialmente) en la película es apasionante. Tanto como que veremos cómo cada vez que parece que se le abre una puerta se le cerrarán dos. Y cada vez que parezca que alcanza su meta lo cogerán por los tobillos, tirarán de él, lo tumbarán en el barro y lo arrastrarán veinte metros para atrás.
Y con cada caía; Cada vez que sea arrastrado hacia atrás; cada vez que le pisen la cabeza y le hundan el rostro en el barro, él se levantará, con dolor, con lágrimas, con tristeza y con fe. Se levantará y volverá a pelear, porque ha nacido para pelear. Se sabe triunfador, se sabe capaz. Pero nadie más lo sabe y nadie confía en él. Y sus años jóvenes pasan y, como quien dice, él ve que se le está pasando el arroz sin conseguir su meta.
Los demás jugadores. Los entrenadores. Periodistas especializados… todos se mofan de él, si es que lo recuerdan. Y todos, cuando lo mencionan, lo hacen con una sonrisa en el rostro. Sonrisa condescendiente, burlona otras veces. Sonrisa grotesca de quien se relame el colmillo pensando en el siguiente comentario mordaz para hundir a quien no hace sino luchar.
Soñaba con ser el mejor jugador en una Superbowl
Eso es soñar… Es como querer ser un Vinicius Jr. en una final de la Champions League. Jugadores hay millones. Que lleguen a profesional decenas de miles. Capaces de entrar en 1ª división unos centenares. De ganar la Liga de campeones sólo 20 al año, y de esos 2, sólo 1 es el MVP. Y ese era su sueño. Y cada año que pasa, lejos de acercarse a él, se aleja: por edad y por falta de oportunidades.
Mientras no logró jugar al fútbol americano en la NFL hizo lo que pudo para sacar a su nueva familia adelante. Desde trabajar en un supermercado a participar en una liga rara de jugadores de segunda o tercera y cuarta fila en una competición llamada Arena Football League.
De ahí, y no lo vemos en la peli, pasó a la liga de fútbol americano europea, la NFL Europe. Él jugó en Amsterdam Admirals. Mi equipo era el Barcelona Dragons, uno de los seis equipos fundadores de esta competición. No aparece esta temporada en su biopic, cosa que me parece un error porque esta «travesía por el desierto» exiliándose en Europa demuestra hasta qué punto tenía fe en si mismo.
Elipsis narrativa al margen…
Fichará por los carneros de SanLuis, o los St. Louis Rams
Era un equipo californiano que se trasladó a San Luis entre 1994 y 2016. Pero incluso aquí fue nuevamente un Underdog
Esta parte de su vida justificaría, con creces, lo de «underdog». Cuando todo estaba perdido y ya nadie apostaba un céntimo por él, logró entrar en la NFL por la puerta de atrás.
Pero todavía habrá mucho más: él no fichó como quarterback titular. Ese puesto era para Trent Green. Pero Tren se rompió la rodilla en la pretemporada, cuando no había margen para reaccionar y sustituirlo, por lo que Kurt tuvo que dar un paso al frente y asumir la responsabilidad de liderar al equipo.
El resto es leyenda. Qué digo leyenda, es Historia del Fútbol Americano, de los Rams, de la NFL y de la Superbowl
Porque Kurt, de tapadillo: fichado por encima de la edad normal; Sustituyendo al quarterback lesionado… y con toda la afición, cuerpo técnico, directiva y prensa en contra, logró batir todos los récords y lideró con mano de hierro a los Rams hasta ganar la Superbowl y convertirse en el MVP del partido y del torneo.
Pulverizó el número de pases acertados, con un promedio del 93% de efectividad y con miles de yardas conseguidas y centenares de touchdown para su equipo.
De ahí le viene lo del American Underdog, y espero que lo entendáis ahora. Lo de underdog y el título de su biopic. Una peli muy de nicho, pues te tiene que gustar el fútbol americano para enterarte de su trama. Pero su afán por conseguir su sueño es motivo más que suficiente para entrar en el fancine, como premio para los luchadores.