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ARGO

Tabla de contenidos

Ficha técnica de ARGO

Título: ARGO
Título original: ARGO
Director: Ben Affleck
Guión: Chris Terrio (basado en El maestro del disfraz, de Tony Mendez)
Producción: Ben Affleck, Grant Heslov y George Clooney
Nacionalidad: USA
Año: 2012

Duración: 120′
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Rodrigo Prieto
Distribuidora: Warner Bros. Pictures, Village Roadshow Pictures
Productora: GK Films, Smokehouse Pictures y Warner Bros.

Ficha artística

Ben Affleck – Tony Mendez
Bryan Cranston – Jack O’Donnell (supervisor de Mendez)
Alan Arkin – Productor de cine Lester Siegel
John Goodman – Maquillador John Chambers
Tate Donovan – Robert Anders
Clea DuVall – Cora Lijek
Christopher Denham – Mark Lijek
Scoot McNairy – Joe Stafford
Kerry Bishe – Kathy Stafford
Rory Cochrane – Lee Shatz
Victor Garber – Embajador canadiense en Irán, Ken Taylor
Kyle Chandler – Jefe de gabinete de la Casa Blanca, Hamilton Jordan
Phillip Baker Hall – Director de la CIA, Stansfield Turner
Michael Parks – Jack Kirby

Esta es una de esas historias de cine y del cine que merece ser contada

La película se la debemos tanto a Ben Affleck como al protagonista que encarna en ella, el personaje y persona real, Tony Mendez.
Mendez fue agente de la CIA y se ganó a pulso el sobrenombre de el maestro del disfraz por sus ocurrencias a la hora de afrontar misiones con ideas tan extravagantes como eficaces.
Ben Affleck rescató el texto y se propuso llevarlo al cine para hacer una de esas películas que hacen bueno el tópico de la realidad supera a la ficción. Mención a parte a Grant Heslov y George Clooney que ayudaron a producirla.
A grandes trazos, Argo sería una película que nos habla de cómo la industria del cine se pone en marcha para buscar un guion y hacer una película con un nombre mitológico, cuya lógica os razonaré más adelante. Para ello no se escatima un centavo y se procede, incluso, a la creación de una productora con un nombre alegórico.
Buscan director, productores, hacen un casting, preparan una campaña de comunicación. Contratan un director de arte (del que luego os hablaré), equipos de maquillaje y vestuario para filmar una Space Opera en el desierto y, cuando se tiene todo reunido, dejar de hacerla. No por mala gestión, ni por algún percance. Porque estaba preconcebida, desde el primer momento para no ser hecha.

Cada cosa en su momento…

Luego os explicaré qué es una space opera y por qué se eligió éste subgénero de la ficción. También profundizaré en el director artístico… y en muchas otras cosas más de interés para todos, o eso espero. Ahora me vais a permitir cambiar de registro, subirnos a un avión e irnos de California a Teherán, en Irán.
  • 22 de octubre de 1979: el sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi viaja a Nueva York por motivos de salud
  • 1 de noviembre de 1979: El ayatolá Homeini lidera una revolución para poner un nuevo gobierno islamista y teócrata. Lo hace alegando que el sha es un aliado de los Estados Unidos
  • 4 de noviembre de 1979: un grupo indeterminado de islamistas rodea la Embajada de los Estados Unidos. Unas cifras hablan de unos 500 y otras de unos 3000
  • Asaltan la embajada y toman 52 rehenes que mantendrán cautivos durante 444 días esperando que El gran Satán (los Estados Unidos) extraditen al sha para ser juzgado por traición al pueblo iraní
  • El presidente estadounidense, Carter, se niega a ceder al chantaje del terrorismo y la anarquía
  • 6 diplomáticos americanos huyen de la embajada: ¡Cámara y… acción!

Y aquí llega ARGO

Bueno, ARGO tardará un poco en llegar, lo que aquí empieza es la trama de ésta película.

Recapitulemos…

Miembros de la Embajada de los Estados Unidos mirando por las ventanas viendo cómo una masa humana rodea esa pequeña isla de territorio estadounidense. Por fuera, supongo, habría habido, en su momento, policía iraní. Habrán puesto pies en polvorosa. Por dentro la protege un puñado de marines estadounidenses.

Imagino a esos funcionarios perplejos siendo testigos de algo que los sobrepasaba. Una manifestación fuera de control que bien podría truncarse en linchamiento. La primera línea de protección ha sido rebasada, la segunda, la americana, temerosa de provocar un conflicto internacional evita el uso de la fuerza. Y cuanta menos fuerza muestra, más se refuerza el asedio.
Llega un momento en que lo único que los separaba de la turba era una cadena para cerrar la cancela. Salta por los aires, empiezan a entrar en la Embajada.

Es la hora de eliminar el material sensible

Documentos secretos. Contratos locales. Correspondencia diplomática…
Todo tiene que desaparecer y, como no puede arder, lo pasan por las máquinas trituradoras para borrar el rastro de cualquier acto o manifiesto que pudiera comprometer a los Estados Unidos. Recordemos que estaban en su propia embajada y esto es, mientras impere el respeto a la Ley, territorio americano. Como la embajada iraní es territorio iraní en los Estados Unidos. Esas son las reglas del juego en los estados que celebran la Diplomacia, para negociar en vez de pelear.
Pero asaltaron la embajada y las máquinas trituradoras empezaron a echar humo.
Superado el momento de pánico inicial, se desata otro de más pánico todavía. Sálvese quien pueda… y de todos, sólo pudieron escapar seis diplomáticos.
Empieza la mayor crisis con rehenes vivida por una Administración estadounidense. Mientras el mundo enmudece mirando al televisor, estos seis diplomáticos (vale, ya sé que solo salen 5 en el fotograma, pero hay otro, creedme) escapan de la embajada y logran que una de las intérpretes locales les procure guía en su huida.
Se dirigen a la residencia de otro diplomático, la de Kenneth Taylor embajador canadiense. Él los cobija y esconde. Nadie imaginará que deberán pasar allí 85 días encerrados.

85 días eternos…

Porque se saben prófugos sin haber cometido delito alguno. Y saben, sobre todo, el destino que les espera si son capturados después de haber burlado a las autoridades durante tanto tiempo.
El Gobierno de los Estados Unidos empieza a gestionar dos crisis: por un lado el rechazo a la negociación para liberar a los rehenes americanos cediendo al chantaje. Por otro lado quieren sacar a los seis diplomáticos de Irán y llevarlos de vuelta a casa. Pero no saben cómo.
Aparece la CIA. Y en la CIA se empiezan a barajar diferentes alternativas como posibles planes para una evacuación discreta. En paralelo se estudiaba la evacuación de los otros 52 rehenes mediante la operación Eagle Claw (Garra de águila). Esta llevaría marines a bordo de 8 helicópteros dispuestos a asaltar el lugar en que tenían a los rehenes y devolverlos al portaaviones del Mar del Coral mediante los helicópteros.
Pero la misión fue un fracaso total llegándose a perder algunos helicópteros y vidas humanas por problemas con tormentas de arena y un accidente que se llevó por delante un helicóptero y un avión cargado de gasóleo y la vida de sus tripulantes. Homeini quiso ver la mano de Dios en esta acción y aprovechó, como es normal, la ocasión para hacer propaganda por haber asestado un segundo golpe a la todopoderosa Estados Unidos.

La operación fue una vergüenza

Y en paralelo, nuestros 6 diplomáticos. Enclaustrados (gracias a la humanidad del embajador canadiense) en la casa de su colega y vecino del norte. Sin poder asomar la cabeza. A sabiendas de que la policía y las milicias iraníes están estrechando el cerco en su búsqueda.
Los iraníes habían puesto a todo un batallón de personas a recomponer todos los documentos que habían triturado los americanos en su embajada. Recogieron hasta la última papelera y se pusieron a hacer macro rompecabezas de miles de piezas, una a una, para recuperar todos los documentos. Y entre esos documentos figuraban fotografías de todos los miembros del personal diplomático.
Y las cuentas empezaron a fallar cuando fueron comprobando que había diplomáticos que no estaban entre los rehenes.

La Diplomacia es una tradición secular

Una cosa es el funcionario que desempeña su labor para un cuerpo diplomático y otra cosa es el diplomático que lo es porque lleva la Diplomacia en sus venas.
Y parece ser que el canadiense lo era. Y supo aplacar la ansiedad de los americanos desarrollando una vida ficticia y totalmente normal usando su domicilio como un lugar para reuniones sociales para miembros de otras embajadas. Todo esto era el pretexto para conceder a sus invitados estadounidenses una vida social que aplacara su ansiedad. Con la colaboración y el silencio de los miembros de otros cuerpos diplomáticos, que se prestaban a echar una mano y a guardar silencio sabedores de que hoy ayudaban ellos pero mañana quizás fueran los necesitados de auxilio. Una gran familia diplomática.

Ahora volvamos a los Estados Unidos

Dejemos a los diplomáticos por un rato y centrémonos en la sede de la CIA.
Allí se reúne un grupo de analistas de datos, y otros cargos con la meta de aunar sus esfuerzos intelectuales para concebir un plan que permita sacar a los 6 americanos de Irán y repatriarlos.
Dos objetivos: a) personal – salvar a los seis diplomáticos de la muerte y de la tortura en caso de ser encontrados. b) tener una victoria politica que compensara un poco la situación.
El de la foto de arriba es Jacl O’Donnell, el jefe del de la foto de abajo, Tony Mendez.
Como en toda lluvia de ideas se escuchan posibles planes malos, regulares y buenos. Aunque buenos… lo que se dice buenos, en el caso que nos concierne, a priori, no había ninguno que lo fuera.
Harto de escuchar ideas peregrinas Tony Mendez tomó la palabra para desacreditarlas. Cosas como hacer llegar seis bicicletas para que los diplomáticos se atravesaran el país pedaleando, hasta ser recogidos en un puesto fronterizo…
No.
Este rescate necesitará algo más de ingenio y, sobre todo, un plan que despiste a los iraníes para intentar sacar a los estadounidenses del país delante de sus propias narices.
Y narices, lo que se dice narices, será lo que eche Mendez. Al idear un plan, al compartirlo con sus superiores, al exponerlo y defenderlo ante el grupo de expertos y al asumir el liderazgo del mismo para materializarlo.
A partir de aquí comprenderéis lo que dije antes de que la realidad supera a la ficción.
A ver si sé explicarlo. Hasta ahora me he limitado a pasar la corbata por el cuello de la camisa.

Todos hemos visto La guerra de las galaxias

Una película de 1977 que puso el cine patas arriba y reinventó el concepto. Concebida como una peli de Serie B, de aventuras, reventó y sigue reventando a fecha de hoy, las máquinas de contar dinero. Éxito demoledor en taquilla y en merchandising. Lo nunca visto.
Y todo por una space opera grabada en parte, en un desierto… Empiezo a anudar la corbata.
¿Veis la foto de arriba? La del niño en la cama. Es el hijo de Mendez, luego diré su por qué. En ella vemos el póster de La guerra de las galaxias. Y si afináis la vista, veréis que las cortinas también son de Star Wars (como la llamamos ahora). Como la funda de la almohada. Y si os fijáis más todavía, en la estantería veréis una nave, el clásico Caza Tie imperial y algunos muñequitos de Star Wars.

Space Opera

Ahora viene lo de la Space Opera. Subgénero cinematográfico (y literario) al que pertenece Una nueva esperanza, lo que es lo mismo que el Episodio IV de La guerra de las galaxias. Una Space Opera inventa situaciones, por lo general, futuristas, de aventuras y también habitualmente en el espacio.

Casualmente Star Wars se grabó, la parte de Tatooine, en el desierto de Túnez. Aprieto el nudo de la corbata y me miro en el espejo. ¿Veis por dónde voy?

En aquel momento se puso de moda el subgénero. Lo puso esta peli, heredera de Flash Gordon. De la serie y del cómic, que la peli vendría en 1980. O sea, estaba a punto de salir; a punto de caramelo. Ergo (que no Argo) estaban de moda y era de dominio público que la más famosa de todas se había filmado, en parte, en un desierto.

Por eso Mendez ideó un plan

Vamos a filmar una película de ciencia ficción; una space opera que se desarrollará en un planeta árido y hostil. Y vamos a grabar las escenas de los exteriores en Irán. Y los seis diplomáticos serán parte del equipo de la película. Iremos hasta allí y nos los traeremos por el morro.

El primer fichaje sería John Chambers, quien tenía un oscar por el maquillaje de El planeta de los simios.

Ya os he dado unos cuantos detalles sobre las space opera… pero no me resisto a explicaros quien sería una de las personas que colaboraría en toda esta farsa… Jack Kirby. A la mayoría (inmensa mayoría) de vosotros no le habrá llamado la atención este nombre. Pero a mi me fascinó.

Jack Kirby es el co-creador de Los 4 Fantásticos, junto con Stan Lee

A la sazón mi grupo de superhéroes favoritos. Por encima de Los Vengadores, por encima de La Liga de la Justicia y a años luz de X-Men. El propio Kirby colaboró (aunque de un modo secundario) en la creación de mi súper fetiche y favorito: Daredevil. Personaje que, paradógicamente, fue interpretado por el propio Ben Affleck en 2003).

Eligen pues a Kirby porque, precisamente, Los 4 Fantásticos pasan buena parte de sus grapas de cómics volando por el espacio. Son el único grupo que incorpora problemas cotidianos a sus personajes y que se los lleva en naves espaciales diseñadas por Reed Richards (Sr. Fantástico) y pilotadas por Benn Grimm (La Cosa). Todo esto le hacía ser el mejor candidato para ambientar una supuesta película de ciencia ficción / Space opera en un planeta hostil y desértico. Fichado para ARGO. Y…

Así empezó a gestarse ARGO

Como veréis, para tratarse de una gran mentira, se rodearon de un grupo de primeras espadas que aportaban credibilidad a la publicidad del proyecto.

ARGO saca el nombre del barco Argos, el de Jasón y los Jasón y los argonautas. Eligieron este nombre para su peli ficticia porque aportaría más credibilidad al dar un toque mitológico a una película futurista.

Y lo que es más importante…

Encontraron hasta un productor que pusiera pasta para una peli que no se iba a filmar

Pero que tendría que contratar a todo su equipo y publicitarla por todo lo alto para que la noticia de la película llegara a Irán y en Irán supieran que había una peli llamada ARGO que tenía pensado ir allí a grabar.

Por aquel entonces la economía iraní andaba algo tocada y la industria del cine les proporcionaba pingües beneficios, algo así como en España, con Almería y las pelis de vaqueros y péplum que se rodaban por nuestra tierra.

Pensándolo bien, el plan podría tener hasta cierta lógica. La parte complicada es que el propio Mendez sería quien volara hasta Teherán y se encargaría personalmente de traerlos sanos y salvos a todos o morir con ellos en una muerte lenta, agónica y dolorosa para restregar el sufrimiento de los americanos a todo Occidente.

Pero era su trabajo. Creó una productora bautizada como Estudio 6, por los 6 diplomáticos a los que se disponía a rescatar y se fue a Irán.

Su mayor aliado sería, de nuevo, el embajador canadiense


Ejercería nuevamente como anfitrión y facilitador de todo cuanto necesitara Mendez.

Y Mendez puso en antecedentes a los miembros del cuerpo diplomático. Pero antes los visitó con una identidad falsa para estudiarlos y evaluarlos psicológicamente para ver si eran aptos para hacer esa misión. Eso y para ver quién sería más vulnerable a un interrogatorio y se podría venir abajo con mayor facilidad. De este modo, cuando les comunicara el plan sabría a quién dirigir las miradas, cómo, cuándo y dónde enfatizar el mensaje y cómo meterse en el bolsillo a los menos animados a colaborar.

A partir de hacerse las presentaciones Mendez repartirá un dossier a cada diplomático para que conozcan su nueva identidad. Sus nuevos nombres, estados civiles, estudios, familias, presente y pasado. Serían nuevas personas por si terminaban sentados delante de un flexo sufriendo un interrogatorio. Bueno… realmente por si tenían que pasar un control de policía, porque llegados al flexo tarde o temprano habrían sucumbido.


Se dejaron ver con cierto disimulo por la ciudad

Para simular ese falso glamour y justificar que estaban buscando exteriores para la peli. Y cuando volvían al domicilio del canadiense, Mendez se dedicaba a ultimar todos los detalles para que la documentación falsa diera el pego y no les pusieran obstáculos para subirse al avión.

En un momento dado se llego a preocupar porque parecía que los diplomáticos no eran del todo conscientes de lo que se jugaban.

Serían considerados como espías y la muerte sería lo mejor que podría pasarles. Hasta alcanzarla sufrirían mucho y despacio.

Se disfrazó de policía y fingió interrogarlos de uno en uno para apretarles las clavijas y que fueran conscientes de hasta qué punto podrían o deberían resistir. Sobre todo uno de ellos que no se quería ir a casa y dejar a sus amigos entre los rehenes.

Por fin llegaría la hora para ver si todo el plan había merecido la pena o no.

Y la verdad es que todo fluyó a las mil maravillas. Tanto que para aportar más emoción, si cabe, la película incorpora una persecución en la misma pista de despegue que nuca tuvo lugar.

La cosa fue tan sencilla como que al pasar por donde tenían que mostrar los pasaportes no había nadie porque el responsable había ido a hacer té. Para no llamar la atención, esperaron y terminaron llamando al policía que llegó un opoco abrumado con la tetera en la mano pidiéndoles disculpas. Puso la tetera en el mostrador, recogió los pasaportes (falsos) y se los devolvió sin más, sin comprobar los visados de entrada ni los de salida, ni nada.

Pasaron a la sala de espera antes de embarcar y la espera se prolongaría 4 horas y pico con el consiguiente miedo a ser detectados. Algunos de ellos trabajaban en la sección de visados para los Estados Unidos de la Embajada y por lo tanto tenían rostros reconocibles en caso de que algún funcionario iraní hubiera estado con ellos con anterioridad.

Pero afortunadamente no pasó nada y pudieron embarcar en el avión de Swissair y volar hasta Europa y de allí a América del Norte. Uno de los detalles más curiosos es que Mendez viajaba con un ayudante americano y, al llegar a Suiza, los diplomáticos se volvieron locos porque fueron a dar las gracias a Mendez pero había desaparecido, junto con su auxiliar, y no volvieron a verlos. Se fueron de escena con la discreción pertinente para un agente de servicio que ha culminado con éxito su misión.

Se mantendría como TOP SECRET durante 17 años, hasta su desclasificación

Esta película demuestra que no hace falta un disparo ni una derroche de CGI ni efectos especiales o coreografías ridículas para mantenerte en tensión durante dos horas de cine en estado puro.

Esta peli ganó el Oscar al mejor vestuario y se dio a conocer mediante vídeo conferencia por la mismísima Michelle Obama desde La casa Blanca. A modo de reconocimiento a la labor del agente de la CIA.

Al principio sugerí unas cuantas fechas clave para entender el conflicto en el que se desarrolló ARGO.

Rescato fechas clave y aumento para que veáis su cronología…

  • 22 de octubre de 1979: el sha de Irán, Mohammad Reza Pahlevi viaja a Nueva York por motivos de salud
  • 1 de noviembre de 1979: El ayatolá Homeini lidera una revolución para poner un nuevo gobierno islamista y teócrata. Lo hace alegando que el sha es un aliado de los Estados Unidos
  • 4 de noviembre de 1979: un grupo indeterminado de islamistas rodea la Embajada de los Estados Unidos. Unas cifras hablan de unos 500 y otras de unos 3000
  • La reacción Internacional no se hace esperar y Canadá brinda todo su apoyo a los diplomáticos estadounidenses
  • Estados Unidos: planifica un sinfín de escenarios, civilies y militares para repatriar a los suyos. Al final el conflicto se suavizará cuando Iran invada Irak y surjan otros… problemas en el horizonte.
  • En España, en 1982 la banda punk rock Siniestro Total saca la canción de Ayatollah no me toques la pirola

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