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THX 1138

Tabla de contenidos

Ficha técnica

  • Título: THX 1138
  • Director: George Lucas
  • Título original: THX 1138
  • Año: 1971
  • Nacionalidad: USA
  • Producción: Francis Ford Coppola, Edward Folger, Lawrence Sturhahn
  • Productora: Warner Bros, American Zoetrope
  • Duración: 88’
  • Guión: George Lucas, Walter Murch
  • Fotografía: David Myers, Albert Khin
  • Múscia: Lalo Schifrin

 

Ficha artística

  • Robert Duvall (THX 1138)
  • Maggie McOmie (LUH 3417)
  • Donald Pleasence (SEN)
  • Don Pedro Colley (SRT)
  • Ian Wolfe (PTO)
  • James Wheaton (voz de OMM)

 

Ya he comentado en algunas películas de “cine fantástico” el atractivo por especular con el futuro existente entre finales de los ’60 y mediados de los ’80 (Cuando el destino nos alcance y El planeta de los simios), incluso en una del actual siglo (La carretera) con un toque de realismo y algo menos de fantasía que las dos anteriores (y la presente). Y sin embargo todas ellas comparten una visión negativa de lo que nos depara el futuro, cada una a su estilo.

Esta es la primera película de Lucas, que toma como punto de partida un cortometraje (suyo también) hecho en 1967, en su época universitaria: Electronic Labyrinth THX 1138:4EB, del que se sirve incluso como fuente para el nombre definitivo (y abreviado) de THX 1138.

Otra fuente de inspiración será el cortometraje 21-87 (de Arthur Lipsett – 1964) en el que subyace el universo del 1984 de Orwell, a modo de “gran hermano” con una sucesión de personas inconexas a lo largo de toda la cinta.

Pero no solo hablaré de las fuentes que inspiraron a Lucas para hacer esta película, también ella sirvió para poner los cimientos de La guerra de las galaxias (así conocimos a la primera película de la saga, el Episodio IV, ahora rebautizada como Una nueva esperanza tras sacar los tres primeros episodios: para no confundir (si cabe más) a los espectadores y reservar el nombre original para el conjunto de todas las películas). Y es curioso este aspecto, sobre todo porque veremos escenas a lo largo de los episodios IV al VI que guardan una íntima relación con THX 1138, sobre todo en la V, El imperio contraataca.

No deja de ser paradójico que Lucas hiciera el corto primero, y la película después, con el ánimo de incorporarse a la cinematografía de Ciencia Ficción de la época con ganas de renovarla, con ganas de rescatar el género y con ganas de abanderar un estilo de cine independiente y de autor. Paradójico porque dicho corto (el del nombre largo (otra paradoja)) le supuso obtener una beca de Warner y de ahí que el propio Francis Ford Coppola produjera esta película: el verdadero empujón que necesitaba (no negaremos que estaba repleto de talento) para que aflorara el gran director que llevaba dentro.

Pero paradójico, sobre todo, porque esa beca, ese apadrinamiento (del Director de El padrino, nada menos) hizo que se desentendiera de todo ese halo de cineasta de autor y entrara en un proceso de creación de cine para masas hasta llegar a imponer el concepto de “merchandising” con la saga de La guerra de las galaxias relajando sus principios y (seguro que en la intimidad lo reconocerá) vendiéndose al consumismo. Y no le ha ido nada mal.

THX 1138, cuya estética me evoca en muchos momentos a La naranja mecánica, se ha convertido en una película de culto para los amantes del género de ficción, del cine fantástico y futurista, preñado, como en todos los ejemplos expuestos, de crítica social y pesadumbre ante un futuro incierto que pasa sin remedio por la alienación del ser.

Alienación a base de extirpar emociones y sentimientos, deshumanizando a las personas y habituándolas al trabajo mecánico. Odio, alegría, miedo… son todos sentimientos ajenos a los protagonistas, sedados permanentemente para evitar que se inclinen por algunos de estos sentimientos y reduzcan su productividad. Sentimientos y en otros casos sensaciones, llegando a prohibir hasta las relaciones sexuales.

La sociedad que nos refleja Lucas se encuentra en el subsuelo, cosa que no comprenderemos por completo hasta el final de la película, reduciendo a las personas a meras máquinas que fabrican máquinas para que controlen a sus fabricantes.

Unas máquinas, robots, que ejercerán de policía sin escrúpulos y cuya estética, junto con la de los humanos, se convertirán en icono de la película. Junto con el holograma de Jesucristo, confesor, Dios y canal de comunicación utilizado por los humanos para saciar sus episodios de transcendentalismo y sonsacarles sus debilidades.

THX (el protagonista masculino de la película) romperá con toda esta inercia inducido (pervertido, mal influido) por LUH 3417, la verdadera artífice de la humanización de THX. Ella retira las drogas de la dieta de THX para seducirlo y lo seduce. Hasta el punto de infringir la Ley manteniendo relaciones sexuales, lo cual le costará la Libertad (si es que la habían conocido) a ambos, yendo a dar con sus huesos en la cárcel.

Una dieta, que por cierto, nos presenta una gastronomía muy acorde con la trama de la película (vuelvo a pensar en Cuando el destino nos alcance) a base de pastillas, drogas y concentrados de supuestos alimentos que no nos permiten reconocer materia prima alguna (Soylent Green) y que sirve tan solo para saciar la sensación de apetito y canalizador para las drogas que mantienen aletargada a la población.

A partir de aquí, la ruptura. No de la pareja, que por supuesto se produce y por imposición, si no de él con la vida que conoce. Huida hacia delante en una espiral de agresividad contenida en busca de la Libertad fuera de ese mundo que se le ha quedado pequeño.

Aprovecho para apostillar algo que me acaba de recordar Juan Solo en Twitter a propósito del título de la película, al preguntar a los seguidores de el fancine en qué película sale el robot que habréis visto arriba. Una vez que lo tenía claro me ha preguntado: «¿Tiene título de sonido?»

Sí, efectivamente, tiene título de sonido: THX. Que sirvió para que Tomlinson Holman, empleado de Lucasfilm bautizara con tal nombre (obviamente inspirado en esta película del propio Lucas) el control de calidad de sonido de El retorno del Jedi, con el propósito de garantizar la correcta audición de los efectos sonoros de la película.

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