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Uno, dos, tres

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Uno, dos, tres

Título: Uno, dos, tres
Director: Billy Wilder
Año: 1961
Título original: One, two, three
Nacionalidad: EE.UU.
Producción: I.A.L. Diamond, Doane Harrison, Billy Wilder
Duración: 115 minutos
Guión: Billy Wilder, I.A.L. Diamond (Novela: Ferenc Molnar)
Fotografía: Daniel L. Fapp (B/N)
Música: André Previn
Decorados: Alexander Trauner
 

Ficha artística

James Cagney (Sr. MacNamara)
Horst Buchholz (Otto)
Pamela Tiffin (Scarlett)
Arlene Francis (Phyllis)
 

¿Uno, dos, tres es la mejor comedia de Billy Wilder?

Me gustaría decir que sí

Pero su filmografía incluye títulos como El apartamento y Con faldas y a lo loco

 
Y esoas películas son palabras mayores.
 
A mi me gusta más que las otras dos, pero no estamos aquí para hacer un ranking sino para descubriros una comedia divertidísima. De esas que vez una y otra vez, sin cansarte de ella.
 
Uno, dos, tres es una comedia salvaje y trepidante.
 

115 minutos de infarto que atenazan y asfixian al espectador

 
El comienzo de la película es tan frenético que durante los primeros quince minutos uno espera que la trama levante el pie del acelerador y se relaje: nada más distante de la realidad. El ritmo inhumano del Sr. MacNamara será el nexo entre una vorágine de personajes que revolotean a su alrededor como luciérnagas en un farolillo.
 

El Sr. MacNamara es un americano que trabaja y dirige la planta de Coca-Cola en Berlín

 
Espera todo el tiempo caer en gracia la central en Atlanta para lograr el puesto en Londres o bien regresar a Estados Unidos, tras quince años haciendo meritos para Coca-Cola en todo el mundo.
 
Esto provoca tensiones familiares pues su mujer hace años que desea regresar a su hogar y fundamentalmente, no quiere seguir siendo testigo de las aventuras indeseadas pero consentidas de su marido con sus secretarias: caldo de cultivo para enfrentar los intereses personales los profesionales.
 
MacNamara se encuentra a las puertas de entrar de lleno en el mercado soviético, desde Ucrania hasta Mongolia…
 

Al oeste del muro de Berlín: capitalismo y Libertad. Al oeste comunismo y esclavitud

 
Hablamos de los años de la Guerra Fría en los que las democracias occidentales libraban un pulso de paciencia y desafío con el poderoso oso rojo.
 
Con todo esto, ubicamos la película en Berlín, como dijera al principio. En el Berlin Occidental, europeo, libre del Comunismo. Sin embargo habrá una serie de saltos que nos llevarán de la zona capitalista a la comunista, en concreto unos saltos nocturnos y sigilosos que hará Scarlett noche tras noche para buscar muchachos y pasarlo en grande…
 
¿Scarlett?
 
Scarlett es la hija de la persona que puede decidir el nombre de quien dirigirá Coca-Cola en Europa. El puesto anhelado por MacNamara.
 
Al principio de la película no solo le manifiesta su descontento con el propósito de MacNamara de expandir el negocio a los “rojos”, sino que le pide un favor personal: cuidar de su hija en su paso por Alemania durante dos semanas, (se alarga un par de meses). 
 
Scarlett resulta ser una chica inconsciente que se ve atrapada una y otra vez por muchachos que no convienen a la familia, de ahí su “viaje” a Europa. Para distanciarla de un novio. Pues bien, llegara a Berlín y complicará la existencia al pobre MacNamara no solo conociendo a un muchacho soviético, del Berlín Oriental, sino además, casándose con él, a escondidas de sus anfitriones.
 

48 horas desternillantes

 
Esto originará una espiral de situaciones cómicas y trepidantes que se desarrollan en apenas 48 horas.
 
Plazo que tienen para:
 
  1. Cerrar el negocio con los rusos, (incluye la posible venta de su propia secretaria)
  2. Reventarlo después
  3. Encontrar a la chica que se fuga
  4. Sabotear al muchacho para que la policía alemana (soviética) lo tome por espía americano
  5. Rescatarlo, adecentarlo e instruir su mente, adoctrinada por los comunistas, para que a la llegada de los padres de Scarlett (que vienen) se haga pasar por un aristócrata y caiga en gracia y de paso no fulmine las expectativas personales de Mr. Macnamara
 

Todo a contrarreloj

 
Casi dos horas a un ritmo exagerado, por desbordante. Que no mengua sino crece con el paso de los minutos sostenido de cabo a rabo por el protagonista y sus casi monólogos breves pero contantes.
 
Si a esto le sumamos unos rusos, (los compradores), de dudosa calificación moral… Al muchacho que bebe los vientos por ir a vivir a Moscú y convertirse en ingeniero aeroespacial. Una secretaria que se lo come a besos. Un asistente que niega haber militado en el Partido Nazi, pero que se cuadra y taconea cada vez que saluda. Empleados disciplinados, a la antigua usanza que cada vez que aparece el jefe se levantan en bloque, para su desesperación. Al periodista del corazón alemán, entrometido y escaldado. Un reloj de cuco cuyo cuco es el Tío Sam, policías rojos sobornables con Coca-Colas y una esposa con un humor ácido donde los haya.
 
Comprenderán los lectores que pocas obras cómicas han sabido solapar carcajada tras carcajada como la que acabo de comentar.
 
Por no mencionar el final de la película, justo los últimos 5 segundos que hacen que la película termine en todo lo alto.

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