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1917

Tabla de contenidos

Ficha técnica de 1917

 
Título: 1917
Título original: 1917
Director: Sam Mendes
Guión: Sam Mendes, Krysty Wilson- Cairns
Producción: Sam Mendes, Pippa Harris, Jayme-Ann Tenggren, Callum McDougall y Brian Oliver
Nacionalidad: Reino Unido, USA
Año: 2019

Duración: 119′
Música: Thomas Newman
Fotografía: Roger Deakins
Productora: Neal Street Productions, Amblin Partners

Distribuidora: Universal Studios

Ficha artística

 
Benedict Cumberbatch – Coronel Mackenzie
George MacKay – Cabo Schofield
Dean-Charles Chapman – Cabo Tom Blake
Colin Firth – General Erinmore
Mark Strong – Capitán Smith
Andrew Scott – Teniente Leslie
Adrian Scarborough – Comandante Hepburn

He dejado pasar un tiempo para comentar 1917 en el fancine

 
No quería comentarla en caliente para poder hacer la justicia que se merece sin dejarme arrastrar por la marea. Tampoco quería que mi gusto por el cine bélico influyera en el comentario. Un comentario, por cierto, subjetivo, como todos los que hago en mi blog. Aportaré mis apreciaciones y mi propio punto de vista, que no tiene por qué coincidir con el tuyo, aunque espero que ambos sean complementarios.
 
Esperaba con ansiedad el estreno. De hecho fui a verla el primer viernes que estuvo en cartelera. Y al salir del cine empecé a barruntar una serie de ideas que me han ido retrasando porque, si bien las tenía bien claras en mi mente, no terminaba de entrever cómo expresarlas. De ahí la demora.
 

Podcast de Cine de trincheras en Antena Historia

Para el especial «Trincheras en el cine» sobre la Primera Guerra Mundial. Al final lo llamamos Cine de trincheras con la colaboración de Mi cine bélico.

 
Mi primer pensamiento fue no he visto una película de guerra. Así… acaba de impactar un torpedo en la línea de flotación. Insisto… mi reflexión de fondo es que no he visto una peli de guerra. Suena duro, ¿verdad?
 
Esta peli tiene un guión chulísimo. Una fotografía superlativa. La interpretación de los actores remarca un realismo que fluye por toda la cinta. Y su música… trepidante. El acompañamiento perfecto para la aventura que protagonizarán los protagonistas. Pero la suma de todo esto no nos da una película de cine bélico.
 
He visto una peli ambientada en la guerra, que no es lo mismo. De hecho la guerra podría ser uno de los protagonistas de esta peli, pero no la incluiría entre los principales, más bien como secundario. La capacidad de superación. El sentido del deber, del compromiso. El valor para domeñar al miedo. La sensación de formar parte de un algo que te supera, que no sabes nombrar pero que se mantendrá o se desplomará en tanto en cuanto te mantengas tú en pie… con la Primera Guerra Mundial como escenario, pero… insisto: no he visto una película de guerra.
 

Mucha acción, pero nada de guerra

Alguna pelea, ningún combate. ¿Os acordáis de lo que dije cuando comenté Dunkerque?

Que había visto una película que hacía trampas.

Esconder al enemigo. Como en Tiburón

La trampa de esconder al enemigo, hacerlo latente o ausente. Omnipresente en su ausencia. Pues esta peli hace la misma trampa al espectador que acude a verla ávido de placer cinematográfico. Y lo recibe, yo lo recibí, pero por todos esos aspectos técnicos que, como decía arriba, entre todos ellos no suman una peli de guerra.
 
Tras comentar que he visto la peli me han preguntado sin cesar si me ha gustado.
 
Me preguntan si es buena… con toda la carga subjetiva que lleva decir si lo es o no. Como bien decía al principio, no me queda otra que opinar. Y sí. La película es buena, muy buena. Cosa que sé que relajó a muchos que me leyeron dicha respuesta. Pero cuando apostillaba pero no es una película de guerra, sé que más de una mandíbula se desencajó sin creer lo que les decía.
 

La trinchera

Hace unos meses comenté La trinchera, película que nos narraba el estadio previo a la batalla del Somme.

En realidad las horas previas a la carnicería del Somme. Por cierto, otra peli «no de guerra». Ambientada en la guerra, pero no bélica propiamente dicho.
 
Pues bien. Cronológicamente, si hubiera una trilogía que hablara de «antes del Somme, Somme y después de Somme», ésta sería ese «después«.
 
Pues sucede unas fechas después de la mítica batalla. Los alemanes se repliegan unos kilómetros uniendo dos puntos de territorio alemán que se adentraba en Francia en lo que se llamaría Operación Alberich. Cediendo esta porción de terreno los alemanes conseguían reagruparse. Consolidarían una defensa robusta de los puestos fronterizos de la Línea Hindenburg y, lo que era más importante, enviar 16 divisiones a retaguardia para descansar. Y de paso, emboscar al británico que tome el repliegue por retirada y ose avanzar sobre los pasos de los alemanes. Para ello concentrarán infantería y artillería, para freír a los anglosajones (que partieron hacia el oeste desde la Europa central). Los herederos de los escotos, pictos, celtas y bretones…
 
En su repliegue devastarán todas sus instalaciones y armamento pesado para que los ingleses no lo puedan utilizar. Será como la tierra quemada que sufrió Napoleón en Rusia. Los británicos tendrán la falsa conciencia de avanzar y ganar terreno a los alemanes. Los alemanes se repliegan y les tienden una trampa.
 

1917 es un año decisivo para la Primera Guerra Mundial

 
Datos de interés ocurridos en este año: En abril entrará en guerra Estados Unidos. En buena parte lo hará para suplir a las tropas rusas que firmarán el armisticio tras el golpe de estado bolchevique que aupó a Lenin al gobierno y a liderar la revolución rusa del mes de octubre. De ahí el nombre del submarino Octubre rojo, el mismo de La caza del Octubre Rojo… por si se le había escapado a alguno.
 
Aquí hago un pequeño alto, para comentar una maldad. Lenin se haría pronto con las riendas del oso ruso, herido de muerte por el caos político y social. Pero para liderar su revolución recibió la ayuda de Alemania. Lenin vivía exiliado y los teutones financiaron su regreso a Rusia en la falsa creencia de que su mera presencia traería la paz a la frontera del este. Y en cierto modo sucedió así.

Lenin – El caballo de Troya alemán que salió mal para la Humanidad

Si en Francia hubo alguna revuelta porque había soldados que se negaban a abandonar las trincheras para no convertirse en blanco de las ametralladoras alemanas, en Rusia pasaba tres cuartos de lo mismo. Pero con el agravante de que se había terminado un sistema político secular. El nuevo gobierno liderado por Kerensky, sería casi de transición entre el zar imperial y el dictador comunista.
 
Este Kerensky rechazará el clamor popular de salir de la guerra y esto hará que los bolcheviques, y en menor medida los mencheviques, azucen, agiten y alboroten al pueblo allanando el terreno a Lenin.
 
Para que os hagáis una idea del personaje, el mismo día que se puso al frente del gobierno empezó su régimen de terror. Tomaron el Palacio de Invierno, protegido por mujeres. Las capturaron los bolcheviques, se emborracharon y se desfogaron violando a las soldados y matando a alguna de ellas.
 
Todo esto porque los alemanes habían soltado a la comadreja en el gallinero…

Rusia abandona la guerra… para refundarse en Unión Soviética

Rusia firmaría el armisticio y se saldría de la guerra. Pero lo haría para recrearse a si misma y convertirse en el embrión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que volvería décadas después, como los hunos, para arrasar media Europa y tomar Berlín. Así de mal calibraron los tudescos la capacidad revolucionaria de Lenin cuando lo enviaron a Rusia. A corto plazo les medio funcionó, pero a largo…
Mientras tanto los submarinos alemanes hundieron algunos buques mercantes americanos y fueron tensando las relaciones diplomáticas con los americanos hasta que dijeron ¡basta! y declararon la guerra a los alemanes y a sus aliados.
1916 se cerró con el Somme y 1917 sería un cóctel de acontecimientos políticos que pondrían al mundo patas arriba.
Ahí están nuestros protagonistas. Los cabos Schofield y Blake
Llamados, contra todo pronóstico, a protagonizar una aventura épica. Mejor sería decir a encarnar una de las batallitas que el abuelo de Sam Mendes le contó a su nieto, a la sazón, el director y coguionista de esta película. ¿Verdadera o falsa? Chi lo sa.
 
El caso es que él tenía esta historia metida en su cabeza desde que se la contó.
 
Me figuro que su abuelo se la recontaría mil veces hasta que la terminó plasmando en un guion y después en esta maravillosa peli épica y de aventuras. Para batallitas de abuelos en la guerra os contaré yo una de una cantimplora que me contó mi abuelo una y mil veces también. Algún día… En mi caso como respuesta a mi pregunta de nieto ingenuo (y chavalín) «abuelo, ¿por qué nunca bebes agua?». Ya la leeréis.
 
Pues bien. Recapitulemos: los alemanes se han replegado en la línea Hindenburg. Los oficiales británicos están seguros de que dicho repliegue es una retirada. Pero unos aviadores traen noticias al alto mando y éste deduce que sus muchachos van a meterse en una ratonera. Los oficiales del regimiento entrampado se están frotando las manos pensando en una victoria segura que, en realidad, supondrá la pérdida de 1600 soldados que avanzan hacia una muerte segura.
 
El oficial al mando hace llamar a Blake y Schofield. En realidad sólo llama a Blake y le deja elegir a un compañero, aunque no sabía para qué era. Al cabo de un paseo se reunirán en las trincheras, en un bunker, con el jefazo, el General Erinmore (Colin Firth, el comodoro de Kursk) quien les explicará toda la película a los dos cabos y les dice que están condenados a morir todos.
 
Comprendemos la cara de tonto que tienen los dos suboficiales recibiendo órdenes de todo un general. Hasta que Blake comprende el por qué. Su hermano mayor está entre los 1600 soldados que morirán sí o sí como entablen combate y les cojan por sorpresa.

A partir de aquí haré spoiler

Tú decides si avanzas en la lectura o no.

Tienen hasta el amanecer para recorrer (no recuerdo la cifra exacta pero oscilaría en torno a los 15 ó 20 Km) la distancia que les separaba del batallón de su hermano.
 
La distancia en si misma no es definitiva, el problema es que son 15 km de tierra de nadie en los que no saben qué se van a encontrar. Tienen que superar las líneas británicas y adentrarse hasta la punta de lanza aliada sin saber si tendrán que atravesar tierras infestadas de alemanes.
 
Y la verdad es que no habrá alemanes. Por lo menos no demasiados. Pero sí irán tropezando con algunas bolsas de resistencia, un francotirador y trampas como la que sufrirán cuando avancen por las trincheras de 5 estrellas alemanas.
 
Hay que agradecer a Mendes que el francotirador sea un soldado alemán y no intente rompernos el corazón con la niña de La chaqueta metálica ni el niño de Uno rojo, División de choque. La guerra, guerra es y la libran los soldados.

Galerías de trincheras

Menudas instalaciones tenían excavadas en el suelo.
 
Mientras que franceses e ingleses dormían envueltos en mantas (el que tenía una manta) y rebozados en lodo, los alemanes tenían un resort subterráneo. Pasillos, despensas, salones y dormitorios con literas para que descansaran sus soldados. Y entre medias alguna sorpresita para fastidiar a los británicos que se atrevieran a inspeccionar las instalaciones.
 
El caso es que les explotará una bomba que hará que Shofield quede sepultado y Blake tenga que rescatarlo. La verdad es que el paseo que se darán no será de los más atractivos que hayan dado en sus vidas. Tendrán que arrastrarse entre alambradas de espino, sobre lodo, gasolina, sangre y quién sabe qué más cosas.
 
También tendrán que zafarse y revolverse entre corrientes de cuerpos humanos arrastrados por el cauce del río. O sortear fosos de bombas, superar piezas de artillería condenadas y eludir algunas balas.
 
El momento más trágico de la peli será cuando queden fascinados por un combate aéreo.
 

Los pilotos eran caballeros del aire

 
Últimos vestigios de un concepto bélico que estaba a punto de extinguirse.
 
La caballerosidad de los combatientes aéreos y la elegancia de sus movimiento sutiles haciendo filigranas en el aire y dibujando el cielo con sus balas. Capaces de saludarse antes de entablar combate y de rendir honores a sus rivales porque se sentían identificados los unos en los otros.
 
Tanto se obnubilarán que al final el piloto alemán será abatido y se estrellará en la misma granja desde la que observaban el combate. Y casi se les cae encima. En un gesto de humanidad, Blake procurará auxilio al piloto alemán, cuyo avión está a punto de explotar porque se ha incendiado.
 
Esto suena muy romántico. Atendiendo a un soldado enemigo para salvarle la vida. Sonaría romántico, decía, si no fuera porque entonces Mendes abre la mano bien abierta y nos sacude una bofetada en la conciencia de especie que nos deja tiritando. El alemán auxiliado recopila las pocas fuerzas que tiene para apuñalar a su salvador Blake, el cabo inglés.
 
Shofield será más práctico y le reventará de un tiro a bocajarro.
 
A continuación iremos viendo cómo se le escapa la sangre a Blake y con su sangre, su vida. Conforme se desangre iremos viendo como palidece y pierde el color de su rostro, de su mano, hasta que, sin color ni calor alguno dentro de su cuerpo, fallece. Y Shofield  llora a su amigo.
 

El cabo Shofield es ya nuestro protagonista

 
Para entender su comportamiento hemos de retrotraernos al comienzo de la aventura. Cuando Blake le despertó para que le acompañara para una misión que todavía desconocía.
 
Dos cabos anónimos con una misión suicida que a nadie gustaría tener que intentar cumplir. Pero desde el momento en que Blake descubre que tiene 1599 soldados que salvar y un último, el 1600, es su propio hermano… ahí muta su expresión.
Dejará de ser el suboficial escurridizo y cándido. Será un tipo decidido y resoluto. Llevará a cabo su misión y nada podrá frenarlo. Ni si quiera Shofield que lo intenta. O por lo menos procura ralentizar su salida para aguardar a la noche y evitar a los francotiradores, si los hubiera. Una misión al más puro estilo de los Scouts, o proto scouts de Baden Powell en Mafeking, en las guerras Boer. Cuando BP alistó a muchachos que no llegaban a los 15 para usarlos como «exploradores» y tenerlos como enlaces de comunicación entre puesto y puesto para no distraer ni un soldado.

Scouts…

 
Esa será su función. Pero en este caso serán dos soldados y no paramilitares (Scouts) quienes lo hagan. Por eso llevarán sus armas y no les deberá temblar el pulso en caso de cruzarse con un enemigo y descerrajarlo a tiros, o esperar a ser descerrajados, claro.

Ya os hablé del escultismo en mi artículo dedicado a los Scouts y a mi grupo Scout, el Kimball 110

 
Pues bien, Blake recibirá una cuchillada de medio palmo de acero frío e insensible en su vientre y sus entrañas se escurrirán fuera de su cuerpo cayendo entre los dedos de su amigo que no puede sino despedirse de él entre lágrimas.
 
¿Lo mejor de la peli? Sin duda.
 
Una peli que salta de escenario en escenario, de la trinchera británica a la alemana, de trincheras curtidas a improvisadas. Salta del bosque al páramo. Del campo de cultivo al yermo. De un cráter abierto por una explosión que ha removido 1T de arena a una granja, de un campo de minas a un cúmulo de cadáveres o una ciudad en ruinas… En este aspecto Mendes lo borda porque te insufla coraje a través del valor de los protagonistas. Te agita el corazón con sus cambios de ritmo, rara vez a la baja, casi todos en crescendo.
 
Creo que borda esta sensación maratoniana, de contrarreloj.
 
Muerto Blake, Shofield irá encontrándose con soldados, suboficiales y oficiales, pero no da con el Coronel Mackenzie. Se acerca la hora y no quiere sentir vibrar el pitido del silbato en sus tímpanos. Hacerlo significará que por lo menos la primera oleada, 400 hombres, caerán agujereados por el fuego raso de las ametralladoras alemanas apostadas frente a sus líneas. Y el hermano de Blake podría estar entre ellos. No lo puede consentir.
 
Lamentablemente, con lo fenomenal que iba la peli, en esta secuencia final patiné, se me bloquearon los frenos y me salí de la peli en la primera curva. Al más puro estilo Le Mans ’66 (mi candidata para los Oscar). Y, faltando lo mejor, como falta, os preguntaréis ¿por qué?
 
Porque ya había visto esta escena.
 
Amplío: ya había visto esta escena final en una película.

Gallipoli, la película de 1981

 
Y la otra peli sí que era de guerra. Ahí se me escapó el globo de los dedos mientras lo hinchaba Mendes y se fue desinflando haciendo quiebros en el aire. No me fastidies Mendes… no lo hagas. Pero lo hizo.
Que bajón cuando me enfrento al final de Gallipoli en todo el último tramo de la película
 
Antes de ir al final, dejadme pensar en voz alta.
 
La carrera que se mete Shofield en las ruinas de la ciudad se la podría haber ahorrado si se hubiera cargado al alemán que hace guardia borracho. Viene de cargarse al otro, al más puro estilo Salvar al soldado Ryan en la pelea entre nazi y judío.
 
Sin embargo agita él solito el avispero para que los alemanes se lancen a cazarlo. Pero en fin, acepto pulpo como animal de compañía… Pero la escena del silbato.
 
No Mendes… eso no me lo hagas. He aceptado y dado por bueno que me estás haciendo la misma trampa que me hicieron en Dunkerque al venderme como bélica una peli que, en el fondo no lo era, y ésta menos todavía. Pero repetir la escenita del suboficial esperando para soplar el silbato fatídico y el soldado (enlace) resoplando por llegar antes de que se de la orden y mande a los muchachos a morir… ese final ya lo había visto.
 

Gallipoli = ANZAC

Un cuerpo de ejército compuesto por australianos y neozelandeses que combatieron codo con codo en la Primera Guerra Mundial. Desembarcaron en Gallipoli dispuestos a tomar una posición a los turcos y quedaron desparramados por la arena. Tendrían que recogerlos con colador. Esta derrota sirvió, no obstante, para forjar una amistad, casi hermandad, y para reforzar sendos sentimientos y espíritus nacionales australianos y neozelandeses.
 
Pero como no me quiero despedir con el mal sabor de boca de una peli que apunta, apunta y apunta para terminar errando el disparo, dejadme destacar algo sencillamente maravilloso. Su fotografía. Solo por esto merece todos los premios que reciba. Sobre todo la primera que he usado, la de los dos amigos acurrucados en el cráter de una bomba.
 
Viendo la peli me dije a mi mismo que tenía que encontrar esa escena para hacerme con ese fotograma. ¿Será mera casualidad? ¿Veo yo lo que quiero ver? ¿O Sam Mendes hace un pequeño homenaje a los lectores de El Señor de los Anillos: El retorno del Rey? En la peli, porque en la novela esta escena ocurría en Las dos torres.

Sam y Frodo en las ciéngas de los muertos

 
Dudo mucho que sea a conciencia. Lo creo más fruto de una casualidad, pero al ver esa escena no pude reprimir dar un salto a la Tierra Media para recordar a Sam y Frodo en las ciénagas de los muertos, acechados por un názgul, aquí los dos biplanos. ¿Casualidad? Fijo que sí.
 
Pero no del todo imposible dado que Tolkien, el propio John Ronald Reuel Tolkien combatió en el Somme, la célebre batalla de la Primera Guerra Mundial, la de La trinchera que tuvo lugar a penas unas fechas previas a esta ofensiva. De estas escenas de una sociedad deshecha a jirones, del miedo que pasó en las trincheras y de las pesadillas que le acompañarían de por vida (esto último me lo figuro), junto con el dolor de sus amigos caídos, nació la maldad del poder del Anillo. Así nació el Balrog, los Nazgul, Smaug y el propio Sauron.
 
Ya puestos os recomiendo también Sin novedad en el frente, para comprender esta misma guerra vista con los ojos de un alemán.
 
Será una simple casualidad, pero veo a los dos inglesitos (hoy, precisamente hoy que se consuma el BREXIT) y rememoro a Tolkien y a su obra.

MIBers – Digitalización – Cine

 
He decidido incluir esta peli en mis Pelis para MIBers explicando la digitalización con cine, atendiendo al carácter de la misma y a la carrera que se meten los dos cabos para llegar hasta el frente y transmitir la orden de abortar la misión… encasillándola en los juegos de disparos en tercera persona, tipo Fornite, el mítico Tomb Raider o el grandioso (y en breve película) Uncharted.
 
Lo peor de la peli… hablando de aspectos digitales, las llamas digitales que salen del avión alemán derribado.
 
Podrían haber disimulado un poquito fingiendo que se tiznaba el aparato y manchándolo de negro, por humo, combustible o por vergüenza. Ver cómo se abrasa el avión sin que se queme ni un poquito daba un poco de pena. Y no pena por el piloto que iba a morir, que se lo ha ganado a pulso, sino por desmerecer a la película dejando pasar por alto un detalle tan nimio como este.
 
Sin embargo, prefiero terminar la peli agradeciendo algo a Sam Mendes.
 
Cuando toda la tensión vital y cinematográfica se concentra en el Coronel Mackenzie, (Benedict Cumberbatch, el mismísimo Doctor Estrange). En ese justo instante temí que me hiciera un Peter Jackson. Esto es: cuando te tienen inmovilizado mediante una llave de ninjuntsu haciéndote una luxación en la muñeca, es decir: estás derrotado y a merced de tu enemigo. Entonces va Peter Jackson y te luxa también el codo, retorciéndote en la butaca. ¿Cómo? Con salidas de pata de banco como «Gondor no vendrá» o con la aparición de unos elfos en el Abismo de Helm.
 
No.
 
Mendes se sabe contener en ese aspecto.
 
Os prometo que clavé las uñas en la butaca cuando vi al coronel mirando a cámara (aquí es donde Jackson habría metido la pata retorciendo el guión). Pero no, recibe su orden, sopesa las consecuencias de aceptar o no el escalafón y la acata, sin más. El resto son florituras innecesarias de guiones mediocres.
 
Esta es mi interpretación de una película muy, pero que muy entretenida. De aventuras ambientadas en un contexto bélico que no implica necesariamente que esta película sea una peli de guerra.

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