Tres de la Cruz Roja es un viaje en el tiempo.
Sin necesidad de un DeLorean, y sin multiversos ni superhéroes. Salvo los jugadores del Madrid, pero de eso hablará más tarde.
Hacía tiempo que quería comentar esta peli, pero la acción, la actualidad y la cartelera la han ido postergando hasta hoy. De hoy no pasa. Porque hoy ha anunciado su retirada del fútbol uno de los centrocampistas más grandes que ha dado el fútbol: Toni Kroos. Nada menos que cinco veces campeón de la Copa de Europa: 1 con el Bayern de Múnich + 4 con el Real Madrid. Aunque de esto hablaré también un poquito más tarde.
El tercer melón será la propia Cruz Roja que aparece en el título. Institución creada para socorrer a civiles en tiempos de paz. Pero, y, sobre todo, para asistir a los combatientes heridos en el campo de batalla, en tiempos de guerra. Nació en 1863 pero se constituyó y se consolidó en 1864, en Suiza.
Ya son tres melones que abriré en breve:
Viaje en el tiempo + Cruz Roja + Real Madrid
Empezaré por contextualizar la peli
No sólo en la Historia de España, que en ella centraré el comentario de la peli, sino de mi propia familia, pues para mi esta peli va ligada, sin remisión, a mi padre. Quien por cierto hizo sus pinitos en el Real Madrid de baloncesto, en los años 50s del siglo XX. Pero sobre todo como gimnasta olímpico, pues militó en…
El mítico equipo de Gimnasia del Real Madrid de los años 50s
Mítico porque entrenó y compitió con…
Joaquín Blume, Miguel de la Cuadra Salcedo, Jacinto Molina, Pedro García San Nicolás y Julio Baena
Curiosidades de la vida, yo tuve ocasión de conocer bien a Julio, el mejor amigo de mi padre. Una amistad que duró hasta que les dio por reunirse de nuevo, esta vez en el cielo. Pero también conocí, sin estrechar la relación, a Jacinto Molina, de halterofilia, que años más tarde sería El hombre lobo español. Se cambió de nombre por uno artístico, Paul Naschy y, a la sazón, era el padre de un compañero mío de clase: Sergio Molina. Abajo encontraréis un enlace a un artículo de mi sección Cosas de cine en el que os hablo de nuestro gimnasta lupino.
Ya vais viendo por dónde va lo del viaje en el tiempo… Por mi padre, quien gozaba y disfrutaba viendo esta película. Pero todavía hay más conexiones, no es creáis que ya las he contado todas. Por ejemplo, mi tía Emilita militó también en el Real Madrid féminas de baloncesto. Pues ya por esos tiempos el Madrid estaba en la vanguardia del deporte masculino y femenino. Y era el santo y seña de la modernización de España, de la mano de Santiago Bernabéu, como ocurre en nuestros días con Florentino Pérez.
Decía que el vínculo entre todos los temas será mi padre, y lo comprenderéis. Pero vaya por delante que escribo esta entrada antes de la final de la Copa de Europa que enfrentará al Real Madrid y al Borussia Dortmund. En homenaje a mi padre con quien habría deseado poder sentarme a ver el partido, junto con Chema, mi mejor amigo y su padre.
Hechas las presentaciones, sigo con el comentario de la peli…
La cruz Roja Española
Otro vínculo.
Aunque para éste hemos de dar un salto en el tiempo todavía más grande. Nos vamos a Plasencia, Cáceres. Donde vivía mi abuela. Estuvo en la Cruz Roja durante la guerra, en el bando nacional. De hecho, en la Sección Femenina de Falange. Allí conoció a mi abuelo, cuando cayó herido en Badajoz. Luego se recuperó y volvió al frente. Pero ese encuentro selló un amor que no se apagó jamás.
Y aquí estoy yo, su nieto. Hablando de cine y de Historia para contextualizar esta película.
La Cruz Roja Española estuvo presente en ambos bandos. De manera literal, no es que hubiera una Cruz Roja y actuara en el bando republicano y en el nacional. Hubo dos Cruces Rojas Españolas. La Cruz Roja Española republicana y la Cruz Roja Española nacional. Porque los españoles «semos asín«. ¿Todos los países tienen una Cruz Roja? Nosotros dos, porque lo valemos.
Tras la guerra, reunificada España, la Cruz Roja también se reunificó
Iba a decir que se revalorizó, pero no cabe revalorizar algo que ya entraña un valor intrínseco de Humanismo y Humanidad.
La Cruz Roja ha sido siempre una institución humanitaria y no podemos negar que algunas causas y gobiernos y doctrinas han barrido para casa buscando apropiársela. Pero siempre se mantuvo apolítica, o por lo menos lo intentaba. Creo que supo sobrevivir a dictaduras de uno y otro ámbito político, menos a la del buenismo y del wokismo.
Otro pilar de la Civilización occidental carcomido, corrompido, pervertido y derribado.
El campamento militar de Robledo – Milicia Militar Universitaria
Creo que se llamaba así. Allí recibirán la instrucción los tres protagonistas. Otro vínculo más con mi padre. O de mi padre con la peli. Porque allí hizo él su instrucción militar para convertirse en alférez.
Las veces que habré ido con él. Para pasear por el campamento. Aquí pasó esto… Aquí pasó aquello. Esos paseos en los que él retrocedía veinte años en su vida y a mi me fascinaba con sus historias. Precisamente esas en las que estaba estudiando Derecho; Cuando estaba en el Real Madrid, o de su instrucción militar. O de las pelis que vio filmar en ese mismo sitio.
Anécdotas y más anécdotas. Y aquí estoy yo ahora, contándoos a vosotros mi anécdota con él. Creo que le habría gustado leer este artículo.
El Real Madrid
El Real Madrid es el Mejor Club del Siglo XX. Lo dice la FIFA.
Y, si nos ceñimos a las cifras, por ahora también lo es de lo que va del Siglo XXI. Lo dicen las matemáticas.
Y Lo será cuando termine el presente Siglo. Lo digo yo.
No me cabe la menor duda. Y sin gastar 1€ en árbitros. Que el Barça tuvo unas décadas en las que se acercó al Madrid, pero luego hemos sabido que pagó a los árbitros. No pagarán por hacer trampas. Ni pagarán por corromper la competición. Ni compensarán a los equipos perjudicados. Para el Barça la Justicia es una ficción. Y para el Madrid es una pena no contar con un Barça fuerte, ético y legal.
A los madridistas nos gustan los clubes fuertes porque la competición sana nos fortalece a todos. Pero para que haya Jedis tiene que haber Sith. Las dos caras de la moneda, el bien y el mal. Y el Madrid siempre estará en el lado de la Luz. El lado oscuro, las tinieblas se las dejamos todas para los culés que La corrupció del futbol parla en català.
Real Madrid y Cruz Roja = Valor y valores
Por eso, a la hora de hacer la película, eligieron el Bernabéu y al Real Madrid, como catalizador para esta película. Y a la Cruz Roja de entonces. Porque sin comerlo ni beberlo, ambas Instituciones servirán para enderezar a tres mozos descarriados. A base de insuflar valor y valores.
Nada más empezar la película vemos a Matías Prats, el original, haciendo una crónica deportiva desde el entrenamiento del Real Madrid en el Bernabéu. Puskas, Di Stéfano… Ya os decía que la despedida de Kroos era el mejor día para ponerme a escribir esta entrada.
Un Real Madrid en blanco y negro, como las primeras 6 Copas de Europa. Para mi la mejor será siempre la 7ª, con el gol de Mijatovic. Ya vamos por 14.
Tres de la Cruz Roja
Me pongo con la peli.
Ya he mencionado a Puskas. Y no es mi primera mención en un comentario de peli. También lo hice cuando hablé de Two half times in Hell. La peli que inspiró Evasión o Victoria. 3 Copas de Europa… Esas cifras parecieron imposibles de ser igualadas durante treinta años. Como os decía antes, Kroos ha ganado 4 con el Madrid (y una quinta con el Bayern). El madridismo está viviendo una segunda época dorada.
Pues bien, la peli arranca con la noticia de la recuperación de Puskas. Ha estado lesionado unas jornadas y volverá a estar en la alineación. Esto lo sabemos porque la peli arranca con esa noticia en la tele y vemos que hay dos personas viéndola: Pepe y su hijo. Un fontanero, algo (muy) caradura que los sábados provoca averías en las cañerías de la casa de una gentil dama para colarse en ella y ver las noticias sobre su Real Madrid.
Acto seguido llama por teléfono a Manolo, su amigo barbero. Le dice la alineación del partido y quedan en la puerta nº30 del Santiago Bernabéu.
Inciso sobre digitalización
Estas cosas se les escapan a los jóvenes de hoy en día.
Fijaros bien: para ver la tele se tienen que colar en la casa de una señora con recursos. Para comunicarse con un amigo tiene que usar el teléfono fijo de la misma señora y llamar al fijo de la barbería. Y cada llamada costaba su dinerito, que no había tarifas planas. Tampoco móviles, ni pantallas, ni aplicaciones como YouTube, WhatsApp ni plataformas para ver la tele. Sólo existía eso: el teléfono fijo y RTVE. Por cierto, esta peli la tenéis disponible en el Archivo de RTVE. Lo mismo que os dije cuando comenté La cabina. Buena labor de recuperación de películas españolas.
Antes no conocíamos la inmediatez en la comunicación. Si estabas por la calle y tenías un problema, o una urgencia, tenías que buscar una cabina y tener 15 pesetas para establecer una llamada, si es que el destinatario estaba en casa para recibirla. Luego vinieron los contestadores automáticos y así fuimos evolucionando hasta digitalizarnos. Ahora, hemos pasado de no echar en falta algo prescindible a depender del móvil hasta puntos que podríamos tachar de obsesivos, compulsivos y adictivos.
Manolo llama a Jacinto, un comercial de esos que miente más que habla para llevarse una comisión. Y le da la alineación… tiempos aquellos en los que no podías ir a Google para buscar lo que fuera, cuando fuera y donde fuera.
El portero les cuenta los goles y ellos intentan colarse en el estadio. Antes de ser socio, y abonado, nos colaba un amigo que trabajaba en una de las puertas, un tal Carlos Comeche. Estos tres diablos no pueden entrar en el campo porque andan sin tela. En estas que se cruzan con uno de la Cruz Roja, vestido con un uniforme del Ejército de Tierra y los distintivos de la Cruz Roja.
Se camelan al muchacho que les explica que la Cruz Roja es voluntaria, no implica cobrar un sueldo, pero, a cambio, te sirve para acceder a todo tipo de espectáculo, incluido el fútbol. No como espectadores, sino de guardia, para asistir al público y a los jugadores.
Pícaros y listillos
De ellos está nuestra Literatura. Y nuestro cine.
Para muestra estos tres. Que se alistan en la Cruz Roja sin vocación de servicio. Sin espíritu cívico. Son tres caraduras capaces de enrolarse para colarse en el Bernabéu, preferiblemente «en el Fondo Sur«. Menos mal que los ultras no llegaron hasta los años 80s.
Los tenemos en Robledo, el campamento del que os hablé antes. Haciendo su instrucción, sudando la gota gorda. Deseando un permiso y, más que un permiso, ir a velar por la salud de los espectadores del Santiago Bernabéu. Pero el capitán les toma la medida desde el mismo día en que se alistan, y se las hará pasar canutas.
Batallitas y fanfarronadas
Iremos viendo cómo evolucionan los tres protagonistas. Por cierto, interpretados por Tony Leblanc, Manolo Gómez Bur y José Luis López Vázquez. Menudo trío… Pepe, Manolo y Jacinto.
Por eso pusieron a estos tres en la Cruz Roja. Para que contrastaran con sus valores. Y para que pudiéramos apreciar su evolución como personajes. Como cuando se mofan del corneta para zamparse el embutido que le ha enviado su familia. Estaban de guardia, castigados por pedir ir al Bernabéu. Se burlan del muchacho y terminará auxiliando a una señora que ha tenido un accidente de tráfico. En contra de su voluntad, porque vaya tres.
Empecemos por Pepe… el caradura.
El que se lleva la palma es Pepe (Tony Leblanc)
Un jeta de tomo y lomo.
Sobre todo cuando descubra que puede comer a dos carrillos, y ser invitado por lucir el uniforme de la Cruz Roja. Eso demuestra cuán apreciada, valorada y respetada estaba en aquellos días.
No tiene un ápice de vergüenza. Hasta se diría que se liga a una muchacha para vivir a costa del restaurante de su padre. Siempre fanfarroneando y siempre mintiendo para ablandar el corazón de Don Andrés, el padre de su (ahora) novia.
Se hace el héroe y se atribuye los méritos de la Institución. Casualmente hará cosas del modo correcto que él venderá al dueño del restaurante como proezas. Se postula como nuevo caballero andante para ablandar el corazón de su novia, pero sobre todo para el padre no se canse de agasajarle con viandas.
Siempre va a trabajar con su sobrino Pepe, lector de cómics y fan de Superman.
Jacinto (José Luis López Vázquez) se desmaya con la sangre
No sólo rescata a la accidentada… Bueno, a ver… Rescatar… él no rescata a nadie. Se desmayó cuando vio el accidente. Pero sí que sirvió para hacer la trasfusión de sangre, porque era el único que la tenía compatible con la señorita.
Una señorita que pide conocerle. Flechazo entre ambos… Los 60cc de sangre mejor invertidos en su vida.
Estaba medio ennoviado con una farmacéutica a la que vendía cepillos de dientes, pero se nos enamora de la accidentada…
Manolo (Manolo Gómez Bur) va caminito del altar
Aunque él pone todos los obstáculos posibles para truncar los planes de boda de su novia.
18000 pesetas un dormitorio. Menudo robo, pensarán. Su sueldo de barbero no da para semejantes gastos. Entre medias se escapa del cuartel para ir a comprar el dichoso dormitorio. Pero llega tarde y esto le lleva a claudicar, a aceptar que se casará con su novia, quien le da 899 pesetas para pagar, al día siguiente, la entrada del dormitorio. Hasta que le pilla el capitán.
¡Por fin al Bernabéu!
Llegamos a la escena más célebre de la película.
Los tres sentados en la banda, disfrutando con el partido. Hasta que el Osasuna marca un gol y se desmaya Don José. Don José es un aficionado que pierde el conocimiento cuando pierde su Real Madrid.
Esta escena, breve pero definitoria, nos muestra lo que les cuesta cumplir con su labor porque ello implica tener que dejar de ver el partido en primera fila, a pie del césped.
La cosa se desmorona…
Al peluquero le quiere cortar el pelo su capitán, por su escapada para lo del dormitorio. Bueno, no a él, sino a todo el cuartel, y gratis, como castigo. Al comercial se le bajan los humos cuando visita a la accidentada en su casa y se entera de que tiene novio.
Para colmo el peluquero se enfrasca en una aventura nocturna imprevista. Mientras recoge los restos del corte de pelo masivo aparece una niña en la puerta del cuartel pidiendo ayuda. Su madre está enferma y no puede hacer frente a los gastos de las medicinas, por lo que Manolo termina gastándose el dinero de la entrada para el dormitorio en medicamentos.
Pepe no puede dejar de mentir. Es lo que tiene mentir, que cuando empiezas, no puedes parar. Una mentira sobre otra. Hasta presume de haber salvado la carrera del mismo Puskas.
Arde el asilo de San Javier
Pepe hace creer a su sobrino Lolo que es íntimo del capitán y se lo quiere demostrar llevándoselo consigo al Bernabéu.
Antes de llegar vemos a todos los mandos reunidos para ir al asilo de San Javier que está en llamas y repleto de niños.
Cuando Pepe llega, con Lolo, al cuartel, se lo encuentra revuelto como un avispero. Todos movilizados, menos Pepe que no acepta la orden de ir al asilo porque no quiere perderse el partido. El capitán le dice que devuelva el uniforme y se largue por donde ha venido.
Esto decepciona a Lolo. De tal manera que termina echándole en cara a su tío Pepe que es un mentiroso y un cobarde. Se gana un guantazo, pero más que la propia bofetada le duele haber encumbrado a un canalla como su tío.
Esto enerva a Pepe quien, lejos de derrumbarse, acude voluntario y de paisano al incendio.
Héroes fortuitos
Pepe rescata al último niño del asilo.
Arriesga su vida y se le desploma el techo, en llamas, sobre la cabeza.
Cuando lo vemos de nuevo sigue mintiendo, porque la mentira es compulsiva e irreprimible, pero esta vez la mentira tiene un poso de verdad.
Al final son condecorados por su labor en el rescate y la peli termina fenomenal. Como todas las comedias de la época que siguen el patrón de las comedias americanas de los años 50s en los que sus protagonistas entrecruzan sus historias.
Cierro este comentario como lo inicié, recordando a mi padre por las veces que la vimos juntos. Y porque su Real Madrid volverá a una final de la Copa de Europa en un par de semanas. Y para despedirme de Kroos, agradeciendo su fútbol, a mi manera: escribiendo.