Montaje: Maryann Brandon
Sonido: Mathew Wood
Carrie Fisher – General Leia Organa Skywalker
Peter Mayhew – Chewbacca
Anthony Daniels – C3PO
Kenny Baker – R2D2
Mark Hamill – Luke Skywalker
Adam Driver – Kylo Ren / Ben
Daisy Ridley – Rey
Oscar Isaac – Poe Dameron
John Boyega – Finn
Andy Serkis – Líder supremo Snoke
Max von Sydow – Lord San Tekka
Gwendoline Christie – Capitana Phasma
Domhnall Gleeson – General Hux
Lupita Nyong’o – Maz Kanata
Si no has visto la película todavía, por favor no sigas leyendo para evitar leer algo que pueda arruinarte la experiencia como espectador. Voy a contar y reflexionar algunas cosas que, de no avisar podrían incurrir en spoiler y no es mi intención privar a nadie del placer de ver El despertar de la Fuerza sin saber qué le depara.
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| Star Wars – El despertar de la Fuerza – Episodio VII Cine Fantástico – El fancine – ÁlvaroGP – el troblogdita |
Dicho esto, espero que si sigues leyendo sea porque ya la has visto y buscas contrastar tu experiencia con la mía, que por cierto… allá va…
Quiero empezar por deciros que no dudéis en ir a verla. Es espectacular. Yo tenía mis reticencias hacia J.J. Abrams (por su pasado siniestro vinculado a Star Trek) y confieso que he salido satisfecho del cine. Tanto que esta tarde iré a verla por segunda vez.
Espectacular en dos sentidos: en si misma, visualmente y porque recupera el sentir original de La guerra de las galaxias. Bueno, tanto que, realmente en este mismo punto he de aclarar un «pero» que, desde mi punto de vista, no empaña la experiencia Episodio VII pero sí te deja con una duda, una curiosidad… ¿J.J. Abrams, o el mismo Lucas no han caído en que el guión de El despertar de la Fuerza es el mismo que el de Una nueva esperanza? Porque lo es. Y si no lo fuera tendría un 95% de ingredientes en común; el otro 5% restante viene de sacar escenas de El imperio contraataca y/o de El retorno del Jedi. Un pelín de descaro… Una cosa es resucitar el espíritu original… otra cosa es rescatar el molde y volver a hacer el mismo pastel. Eso sí… ¡qué pastel! Reúne todos los ingredientes y están combinados a la perfección. Por lo que… haré la vista gorda.
En lo visual me encanta porque se ha desmarcado por completo de la impronta de las películas I-III (ver comentario de La venganza de los Sith) en las que pecaba de recursos digitales y dejaba sensación de vacío sin saber rellenar adecuadamente huecos y espacios dando un resultado desalmado y frío, sin encanto, que nos dejó a los amantes de la trilogía original con una sensación de fraude e insatisfacción total. Abrams ha sabido recuperar la impronta, ha vuelto a colocar las piezas de un puzzle y todo cobra sentido de nuevo: naves oxidadas, viejas, que se caen a trozos y dan a entender que están ahí por algo, que tienen un pasado y una historia que contarte si estás dispuesto a escucharla.
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Volvemos a encontrarnos con los protagonistas de toda la vida, Han Solo, Luke Skywalker, la princesa (ahora «General») Leia, Chewbacca… qué ganas teníamos de volverlos a ver, yo por lo menos. Y otro protagonista… el mismísimo Halcón Milenario, con sus problemas y sus peripecias… sabor a Star Wars por los cuatro costados.
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Personajes de siempre combinados con nuevos protagonistas: Finn, Rey, Kylo Ren, Poi Dameron… Finn será un soldado de la Primera Orden que deserta porque comprende que esa vida no está hecha para él. Rey es «la nueva Princesa», Poi es el mejor piloto de la Galaxia y Kylo Ren (el más flojete) toma el testigo de Darth Vader y se erige como Sith reanudando la historia años después de donde lo dejamos al término de El retorno del Jedi.
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¿Dónde nos quedamos?
La Alianza Rebelde derrotaba al Imperio destruyendo la Estrella de la Muerte, la flota imperial, matando (Luke Skywalker) al emperador y con un Darth Vader redimido que moría feliz al abandonar el Lado Oscuro. Y Han y Leia más felices que nadie al quitarse las respectivas caretas y declararse un amor que todos conocíamos desde el Episodio IV.
Han pasado treinta años y lejos de mejorar las cosas, han ido a peor. La República no se salvó, como cabría haber esperado, si no que vuelve a estar arrinconada y sometida a los restos del imperio que, reunificado y habiéndose rehecho a si mismo ha vuelto, esta vez con más fuerzas si cabe, en forma de la Primera Orden.
Los antiguos «Rebeldes» ahora son «la resistencia». La República (lo que queda de ella) vive más allá de las fronteras del Imperio y esta «resistencia» se aventura a vivir dentro de los límites del Imperio para ir asestando golpe tras golpe, dentro de su territorio, a las órdenes del General Skywalker, que no es otro que la propia (otrora) princesa Leia.
Han y Leia tuvieron un hijo, Ben. La Fuerza era poderosa en él y partió para vivir en un lugar remoto con su tío Luke. Luke pretende recuperar la orden Jedi y está instruyendo a un grupo de muchachos prometedores. Ben, el hijo de Han, su sobrino, se revuelve y se abandona al poder intrínseco que lleva dentro, que lo supera y posee. Se vuelve al lado oscuro, destruye todo (y a todos) aquello por lo que Luke está luchando y se pone al servicio del Líder supremo Snoke (personaje «virtual» en todos los sentidos: en la peli es un holograma, en la vida real es Andy Serkis haciendo lo mismo que hizo con Gollum en El Señor de los Anillos).
Ya tenemos un punto de partida.
El resto, Finn (FN2187), descubre que no quiere ser soldado, se asquea y busca un modo de huir para desertar. El modo es Poe, el mejor piloto de la galaxia, enviado por Leia a cumplir una misión secreta y capturado en tierra firme. FN2187 le ayudará a escapar a cambio de que lo lleve con él. Ahí nacerá una amistad que entiendo pervivirá a lo largo de esta tercera trilogía. Es el propio Poe quien «rebautiza» a FN como Finn.
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La nave se estrella en Jakku y ambos salen despedidos por separado, dándose mutuamente por muertos inician caminos diferentes. Finn conocerá a Rey y la engañará haciéndose pasar por miembro de la resistencia.
El motivo de la misión secreta de Poe será dar con el paradero oculto de Luke Skywalker, retirado a modo de ermitaño tras el fracaso con Ben. Logra conseguir un mapa pero se deshace de él al recibir un ataque de la Primera Orden y el mapa queda dentro de BB8, su androide. Este termina en manos de Rey y cuando se cruzan el BB8, Rey y Finn se ensamblan todas las piezas para tener que autoimponerse la misión de llevar el mapa a Leia.
¿Nos suena?
En el camino se subirán a «un montón de chatarra» que hará las delicias de todos: el Halcón Milenario, y al cabo de un tiempo aparecerán mis dos personajes preferidos: Chewbacca y Han Solo. Líos, más líos, timos de Han Solo, persecuciones, el «rescate» de la nueva princesa y combates con unos efectos especiales que te mantienen, literalmente, dos horas sin que te llegue el aire a los pulmones.
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Una trama floja salvada por un unos recursos visuales y sonoros espectaculares. Ya he comentado Jakku, con una escena brutal del Halcón Milenario, pero no dejemos atrás Takadona y el combate entre cazas de ambas facciones.
No puedo dejar pasar la ocasión de destacar un detalle que me ha llamado la atención: el saludo comunista de los miembros de la Primera Orden, puño izquierdo en alto. Curioso detalle cuando toda la estética invita a pensar en una pátina «nazi» para los malos.
Dije antes que Ben era el personaje «más flojo» de la película, pero no lo es, este título se lo otorgo a la capitana Phasma cuyo personaje sigo intentando entender y cuya utilidad no encuentro por ninguna parte (encarnada por Gwendoline Christie (Brienne de Tarth en Juego de Tronos)). Hecha esta aclaración, retomo «la flojera» de Ben, en parte voluntaria, porque Abrams nos lo pinta como indeciso. No es su abuelo Darth Vader. Es un tirano con los suyos porque no logra imponer su voluntad porque lo que le sobre de Fuerza le falta de carisma y autoridad. El propio Líder Supremo cuestiona su fidelidad al Lado Oscuro y teme que le tiemble el pulso tentado por La Luz de la Fuerza y se cambie de bando en caso de cruzarse con su padre, Han.
Para ir echando el telón, permitirme un resumen breve: ¿original? No. ¿Maravillosa? Sí. Un guión, como decía, que bebe de las entregas IV, V y VI (cuando no saca escenas calcadas de ellas) ejecutado con maestría devolviendo el sabor de Star Wars a la saga y haciéndonos eliminar, de una vez por todas, el mal recuerdo de los episodios I, II y III.
Veremos cómo se revuelve la Fuerza en el Episodio VIII y esperemos que el bien vuelva a triunfar, aunque, como de costumbre, Lucas nos brindará (espero) una película oscura y dura de roer para terminar en un clímax con la IX.
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