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Descifrando Enigma

Tabla de contenidos

Ficha técnica de Descifrando Enigma

Título: Descifrando Enigma
Título original: The imitation game
Director: Morten Tyldum
Nacionalidad: USA
Año: 2014
Duración: 113′
Guión: Graham Moore
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Óscar Faura
Montaje: William Goldenberg
Producción: Nora Grossman, Ido Ostrowsky y Teedy Schwarzman
Productora: Black Bear Pictures & Bristol Automotive
Distribuidora: StudioCanal y TheWeinstein COmpany

Ficha artística

Benedict Cumberbach – Alan Turing
Keira Knightley – Joan Clarke
Matthew Goode – Hugh Alexander
Mark Strong – General de división Stewart Menzies
Charles Dance – Alastair Denniston
Allen Leech – John Cairncross
Matthew Beard – Peter Hilton
Rory Kinear – Detective Nock
Jack Bannon – Christopher Morcom
Steven Waddington – Superintendente Smith


Rejewski, Polonia y Enigma

Hablar de Enigma debería implicar que la peli, y el comentario, dedicaran sus respectivos cominezos a hablar de Pejewski, el verdadero artífice de la desencriptación de Enigma, en Polonia.

Ya en 1932 había dado con la clave interpretativa de Enigma. Unas semanas antes de la invasión de Polonia compartió sus conocimientos con los servicios de Inteligencia británico y francés. Él trabajaba para la Oficina de Cifrado del Estado Mayor de Polonia. Es decir, todo lo que vemos en la peli Descifrando Enigma hunde sus raíces en los esfuerzos de un polaco cuyo nombre Rejewski, salvo error por mi parte, no aparece ni una vez en toda la peli, centrada en Alan Turing como único artífice de todo esto.

Un Turing que tuvo su buena parte de protagonismo, no os quepa duda.

Pero el impulso inicial lo dieron los polacos.

Polonia es la eterna olvidada de la Segunda Guerra Mundial

Los polacos fueron apuñalados por nazis y comunistas, que se repartieron Polonia. Traicionados por Francia y el Reino Unido. Con quienes tenían sendos pactos de mutua protección que ambos obviaron cuando los nazis arrasaron Polonia con las orugas de sus Panzer.

Antes de sumergirme en Descifrando Enigma, permitidme recomendaros otras dos pelis: Enigma (2001), un telefilm en el que la trama avanza conforme un grupo de lingüistas desencripta Enigma a partir de la traducción de los mensajes que interceptan a la Wehrmacht, ejército alemán. Lo curioso es que esos mensajes los emiten los alemanes, anodadados, desde Katym, tras descubrir las fosas comunes abarrotadas de polacos asesinados por los soviets. La otra película es Katyn (2007), basada en la masacre que hizo el ejército rojo tras repartirse Polonia con los nazis.

Los comunistas asesinaron a 22.000 polacos en un mes, y los enterraron en el bosque de Katym

Oficiales, suboficiales, doctores, profesores… Todo el que pudiera haber supuesto una amenaza física o intelectual para el régimen comunista fue fusilado y enterrado. Y ese es el punto de partida para esa otra peli, ciertamente de menor calidad que comento hoy. .Pero miy entretenida

Hoy os hablo de Descifrando Enigma

 

Enigma tiene podcast de cine sobre «Enigma« y películas de submarinos en la Segunda Guerra Mundial


Una película muy apreciable en cuanto a su fotografía y medios. Pero con un guión que sube y baja con aires de grandeza y evitando la mediocridad propia de nuestros días en buena parte del mismo. Un guión que centra todos sus esfuerzos en reflejar los papeles de Turing y de Joan Clarke. Como representantes de dos colectivos infravalorados en la vida cotidiana inglesa en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

Un homosexual y la segunda una mujer

Visto así entonces se salva el texto. A pesar de que haya escenas sumamente predecibles con diálogos que desmerecen al resto de la peli. Obviando estas lagunas del guión, el resto me parece bastante bueno.

Lo que más me gusta del papel de Clarke es que nos refleja su pundonor al luchar de tú a tú con sus colegas varones en un mundo masculino. Triplemente masculino, pues a su rol femenino hay que añadir que se medirá intelectualmente con varios portentos contemporáneos dentro del ambiente militar, lo cual no dobla sino que redobla su papel y su importancia, por su esfuerzo, su superación, su trabajo y su cuajo al no temblarle el pulso y basar todos sus logros en pura meritocracia.

Una meritocracia que supo encauzar Turing. Quizás sensibilizado con la causa de su compañera a tenor del secreto que él mismo guardaba relacionado con su sexualidad. No podemos olvidar que la homosexualidad no es que estuviera mal vista en la Inglaterra de aquellos tiempos: Estaba considerada como un delito y por lo tanto era perseguible y estaba castigada. Hemos de entender la carga cultural, social y psicológica.

Turing tuvo que lidiar con su secreto

Tuvo que mantener a buen recaudo su homosexualidad, y penó por su condición y sufrió lo suyo antes, durante y después de la guerra. No obstante, pese a ser el héroe de esta película (y uno de los héroes de toda la guerra, pues su trabajo ahorró como mínimo un par de años de contienda) al final recibió el descrédito por parte de las autoridades. Es triste que estemos hablando de uno de los episodios más hermosos de la guerra, esa lucha intelectual por interpretar lo ininterpretable. Al término de la guerra, lejos de ser condecorado y encumbrado como se merecía, fue condenado por «prácticas inmorales y degeneradas» a ojos de sus contemporáneos.

Y también tuvo que guardar su gesta con Enigma en secreto

Por razones de Inteligencia (espionaje y esas cosas). Y sólo salió a la luz por su condición de homosexual y ésta le costó el descrédito y la pérdida de su cátedra en Cambridge.

Pero esto no sería lo peor. Sino habéis visto la peli, y comprendiendo que no conozcáis el hecho histórico al que hago referencia, sabed que…

Fue juzgado por ser homosexual

Esto parece anodino a fecha de hoy, pero la cosa fue mucho más allá. Él acudió a la policía para denunciar un robo en su casa. Un robo inducido por un ex amante suyo. Al hacer las pertinentes declaraciones en la comisaría, a lo largo del interrogatorio salió a la luz su condición de homosexual. No olvidemos que él era la víctima del robo, porque es rocambolesco. Al final terminó ante un juez por vicio y perversión y tuvo que elegir entre dos opciones: ir a la cárcel o ser castrado químicamente.

En vez de ser condecorado y encumbrado por méritos propios

Termina sin reconocimiento alguno a su gesta y procesado por su vida privada. Pues sí, tal cual lo estáis leyendo. Eligió la castración y los estrógenos que le metieron, amén de provocarle impotencia le dejaron secuelas físicas y psíquicas de las que nunca se recuperó.

Otra cosa es que no me acabe de gustar cómo lo interpreta Benedict Cumberbatch. Justo en las escenas en las que expresa sus trastornos, incluso previos al procesamiento, me parecen forzados y pasados de rosca. Lo mismo que diría de Russell Crow en Una mente maravillosa.

Eso o quita que me saliera de la peli, una y otra vez, cuando en medio de una trama fascinante me sacara de ella para ir viéndole de pequeñito e irnos mostrando cómo iba descubriendo su sexualidad, en secreto. Por mediación de un amigo del colegio que lo había acogido como igual. La parte fascinante de la peli es el esfuerzo que hace por desencriptar Enigma para descifrar sus mensajes e interceptar las telecomunicaiones nazis para adelantarse a sus movimientos y dejarles KO en altamar, en medio de la Batalla del Atlántico. Cuando los submarinos nazis campaban a sus anchas y atacaban indiscriminadamente a convoyes civiles que venían a auxiliar a las islas.

Es cierto, y en este aspecto sí me parece habilidoso Morten Tyldum, que ese descubrimiento de su propia personalidad lo hará a escondidas, mediante mensajes «encriptados» que compartirán ambos amigos. Unos mensajes con códigos privados que se convertían en ilegibles para todos menos para ellos dos. Ahí por lo menos demuestra ingenio Graham Moore al saber hilvanar e intercalar el desarrollo de una personalidad introspectiva, en aras de su propia protección «del qué dirán» de Turing. Y esa personalidad, con esa carga de secretismo será el germen de su posterior pasión por cualquier clase de código que ocultara un mensaje interno.

Test de Turing en los albores de la IA

Hablamos de una eminencia intelectual capaz de revolucionar las matemáticas, impulsar la aparición de los ordenadores y fue el creador del Test de Turing para computar el grado de sensibilidad o sentimientos que podría almacenar una máquina en los albores de la Inteligencia Artificial. Esta peli irá de cabeza a mis Pelis par Mibers, como comprenderá quien haya leído el artículo de mi otro blog, «el troblogdita» en el que explico la Digitalización mediante el cine.

Y ahora pongamos la peli y la máquina de la que habla la peli en contexto y entremos en materia…

Las diferentes conferencias navales de Londres (Ginebra, Washington DC…) terminarían siendo escaparates de la ruina que supone el buenismo para las democracias.

De lo imbécil que puede llegar a ser el buenista y de la tajada que sacan las dictaduras ante gobernantes blanditos que no quieren ver el mal hasta que empiezan a enterrar a los suyos. Gobernantes que prefieren ignorar los riesgos pensando que pasarán de largo si no haces nada antes que ser valientes y enfrentarlos con todo. Me desespera que por culpa de su extrema bondad se dejen arrollar por el mal.

Estos líderes mantienen posturas equidistantes para no manchar sus nombres en los libros de Historia, pero logran todo lo contrario. Por la política de apaciguamiento de Chamberlain los londinenses tuvieron que refugiarse en las estaciones del Metro. Tras mucho repetir que Hitler era pacifista sin querer reconocer la amenaza.

Cuando el bien duda, el mal actúa

Volvamos pues a las conferencias como ejemplo del ridículo que los buenos pueden hacer cuando los gobernantes se pasan de buenos a buenistas. Estas citas derivaban del Tratado de Versalles y la supervisión del límite armamentístico impuesto a los teutones al término de la 1ª Guerra Mundial. Se reflejaban los límites del poderío naval que podía alcanzar Alemania, como castigo a su soberanía. Naval, submarino (en particular), terrestre y aéreo… y se abordaban conceptos como la guerra submarina y la envergadura de flotas.

Tratado de Versalles

Según el Tratado de Versalles, la Armada de la República de Weimar pasaría a ser la sombra de la Royal Navy. Hitler puso en duda la necesidad de existencia de una Armada concebida para no luchar. Pero lejos de tirar la toalla, como malo que era, se revolvió para reírse de los mandos de su propia Armada. Se rió de del Tratado de Versalles y se rió de Chamberlain. Hitler se rió de todos porque todos quisieron pasarle la mano por el lomo creyendo que así lo apaciguarían.

Hitler se negó a que el poderío naval de la Armada alemana permaneciera a la sombre de la británica. Americanos, ingleses y franceses competían por ver quién pintaba el cielo más hermoso con un emoticono sonriente. Italia se puso de perfil para colmar sus aspiraciones coloniales en Abisinia y el Japón se retiró de la mesa de negociaciones enfrascado, como estaba, en Manchuria. Alemania ausente y los otros discutiendo el tamaño de los barcos, si se podían armar los buques mercantes en tiempos de guerra y si el arma submarina se podría emplear o no en futuros conflictos. No es poner puertas al campo, es no querer ver la realidad.

La inversión en la Información

Los ingleses apuestan por la Inteligencia y los nazis por la Propaganda

En esas circunstancias veremos dos maneras diferentes de abordar un hecho crucial para entender la Segunda Guerra Mundial en general y la submarina en particular: la inversión en la información. Crucial en tiempos de guerra, en tiempos de paz y en tiempos de pandemias.

Los británicos, esto sí lo harán bien. Invertirán en la rama de Inteligencia (en el aspecto inglés del término queriendo decir «Inteligencia militar» (investigación, espionaje…). Por contra los alemanes lo apostarán todo a otra rama de la misma información: la propaganda.

La inteligencia apunta a lo objetivo: conseguimos un dato, lo aislamos, lo estudiamos, buscamos conclusiones y procuramos que nos ayude a ganar la guerra (como vemos en ésta película). La propaganda sería el sentido romántico de la información. Más que romántico, subjetivo y enardecedor. Consiste en usar la información para moldear y modelar las mentes de quienes consumen la información (como vemos en la película U 47: Comandante Prien).

Otra manera de ver la diferencia entre una información y otra sería: la Inteligencia recaba datos y la propaganda los propaga. La primera busca la discreción y la segunda avasalla hasta la saturación.

Para terminar entendiendo la importancia de Enigma, que la explicaré aquí, hemos de comprender que era el nexo de unión entre toda la flota de submarinos y su cuartel general en Alemania. Interceptar sus comunicaciones favorecería la localización e intercepción de los submarinos alemanes.

Enigma no es una máquina exclusiva de la Segunda Guerra Mundial

Al contrario de lo que se pudiera pensar se remonta a la 1ª. Otra cosa es que su puliera con el tiempo y se dificultara más y más su clave y su proceso de encriptación para complicar la vida a los aliados. Como dije al comienzo del artículo fue Rejewski quien desencriptó buena parte de Enigma, pero sólo pudo descifrar mensajes de la Wehrmacht y de la Luftwafe (ejércitos de tierra y aire alemanes) y no los de Kriegsmarine (Armada) porque usaban 8 rodillos en vez de 5.

¿Rodillos?

Ahora empieza lo bueno…

Enigma es una máquina de escribir que, si no entiendes sus entresijos te podría parecer que se ha vuelto loca porque aparenta escribir cosas incongruentes. Esa es la clave: encriptar el mensaje para que, a sabiendas de que será interceptado, no podrá ser leído ni interpretado.

La base del lenguaje es la comunicación. Y para que haya comunicación tiene que haber una comprensión del código empleado por parte del emisor y del receptor. En este caso el emisor usaba la máquina (de escribir) Enigma para enviar un mensaje que recibía el receptor y se traducía mediante otra máquina Enigma.

Los aliados que no tenían esa clave de interpretación sólo acumulaban bloques de letras sin sentido alguno.

El quid de la cuestión radica en cómo se encripta el mensaje porque el emisor, cuando lo escribe, lo hace con lenguaje ordinario. Enigma lleva un mecanismo que incluye un teclado (al estilo de una máquina de escribir corriente y moliente) y un juego de lamparitas con letras por encima del teclado.

Y pensaréis: si pulso la tecla A, se encenderá la letra A. Pues no. Si pulsas la tecla A se enciende la letra P, por ejemplo. Pero la cosa se vuelve más loca cuando vuelves a pulsar A y ves que se enciende B en vez de P o A. Pero si vuelves a pulsar A, entonces se enciende Z. Una locura, ¿verdad?

Ahí radica el éxito de éste engendro de las telecomunicaciones

Digo engendro porque supuso muchas muertes, pero para mi, como lingüista y filólogo es una maravilla de artefacto. Y este artefacto, en esencia intrínseca funciona como un algoritmo en si mismo.

Dejemos ahí el algoritmo, por el momento. Sigamos con la máquina.

Ya hemos visto dos partes de Enigma: teclado y lamparitas con letras. ¿Qué hace que cada vez que pulso la misma tecla se encienda una letra distinta? En la imagen de abajo veréis tres discos dentados en la parte superior de la máquina. Cada una de esas ruedas tiene 26 dientes. Quedaros ahí un momento porque vamos a meter la parte eléctrica para complicarlo todavía un poco más.

En la parte inferior del teclado hay unas clavijas o enchufes, hasta un total de 26 cables que salen de cada una de las letras del alfabeto (del teclado). Recordad éste número (26). Cada uno de esos cables pasa por debajo del teclado hasta conectarse con la primera rueda que no es otra cosa que la parte externa de un rotor. Cada uno de esos rotores os dije que tenía, también, 26 dientes, y cada diente tiene designada una letra del alfabeto. Esto implica que hay tantos dientes en una de esas ruedas dentadas como letras y tantas letras como hay en el teclado.

Ahora olvidad, por un momento, que hay otras dos ruedas. Cuando tú, emisor del mensaje, pulsas la tecla A en el teclado de la máquina, el cable de esa tecla A se conecta con la rueda, que gira e ilumina una letra, digamos X. ¿Por qué X? Porque antes de emitirse un mensaje tenías que ajustarte a un código de claves y esa clave era la que establecía la equivalencia entre tecla y rotor. Por lo tanto, cada vez que escribes un texto la rueda irá girando hasta un total e 26 vueltas, pero el cable se queda fijo, es la letra la que rota con los dientes.

Incluso si escribieras la letra A 4 veces seguidas AAAA, nunca daría un mismo resultado, seria, por ejemplo: PIUC. Bien… esto hasta que la primera rueda ha girado 26 veces, ¿qué pasa si el mensaje tiene 27 ó más letras? Que se activa el segundo rotor, que a su vez tiene otras 26 equivalencias diferentes para las 26 letras del teclado original… Por lo que el PIUC pasaría a ser PIUC OMEC para AAAA AAAA y con el 3º pasa lo mismo. AAAA AAAA AAAA = PIUC OMEC PSUA, por ejemplo. Y éste grupo de letras sería el mensaje que recibiría la máquina Enigma receptora.

Pero… ojo… Que todavía se complica más la cosa.

Emisor y receptor son conscientes de la clave que se usará. Esto es, que los rotores no tienen las letras colocadas del 1 al 26 uno detrás de otro. No. Antes del mensaje ambos sabían una combinación numérica presente en el libro de códigos (asignadas al barco o al capitán) por la que las 26 letras empezarían con cada mensaje en un orden distinto. Por ejemplo, para que los cuatro rotores empezaran por la A para arrojar un AAAA, la cominación numérica sería, por fuerza 1111. Ahora escribid 4 veces el abecedario, asignan un número a cada letra e imagina que el código os dice: 1-5-25-2. Esto implicaría que los rotores empezarían desde el siguiente orden de letras como punto de partida: A-E-O-Y y cada avance la letra correría un espacio. Divertido, ¿verdad?

¿Cómo lo lee el receptor?

Me imagino al pobre Turing en frente de sus notas, citas, fórmulas matemáticas y reflexiones intentando encajar todos estos conceptos…

Muy sencillo: porque ambos, emisor y receptor disponen de un libro con un código de referencias que especifica la clave de referencias entre letras y el número de rodillos de que dispone la máquina emisora. Porque nos hemos vuelto locos al pensar en las combinaciones posibles con los tres rodillos, pero había máquinas que tenían 4. El problema es que existen 150 trillones de opciones diferentes para plasmar un mismo mensaje en función de los (3) rodillos que tiene. Shark era la variante específica para los submarinos, añade un cuarto rodillo que aumenta las opciones a 4 mil trillones. Había que capturar una sí o sí.

Se me olvidaba un detallito sin importancia. Os dije que Enigma tenía cables que salían de debajo del teclado. Cadacable estaba asignado a una letra, pero tenías la opción de asignar una subletra a cada letra por lo que tú sabías (y el recpetor también) que cuando pulsabas A y salía B, en realidad B quería decir A, y así se volvían a disparar las posibilidades de combinaciones posibles.

La suma de las claves + la máquina Enigma (teclado + cables + rotores + luces) daría como resultado un algoritmo. Es la cosificación del concepto. Y el algoritmo, en la era digital lo es todo, como vimos en La red social, puestos a hablar de Comunicación, Medios de Comunicación, Propaganda e Inteligencia de algoritmos, patrones de conducta…

Puestos a alabar a Turing digamos que fue capaz de idear una máquina que computara los mensajes encriptados para deshacer los movimientos, creo que a la inversa, para facilitar su desencriptación.

¿Era o no un genio?

Volviendo a Enigma, como cosa física… una máquina pequeña y compacta que pesaba 12 kg, ahora comprenderéis la importancia capital que le dieron los servicios de Inteligencia a la captura de un submarino, por encima de su hundimiento. Por eso cada submarino británico (y alguno americano unos años después) llevaba un comando de operaciones especiales a bordo. Su misión: abordar y apresar el submarino rendido antes de que lo hunda su capitán para hacerse con la máquina Enigma y con su libro de claves. La máquina corría dos riesgos: que la tiraran por la borda, al mar, o que se cubriera de agua si el submarino había sido impactado. Por eso cada minuto era crucial. DE hecho en torno a esto girará buena parte de otra película, quizás la siguiente en el blog: U 571.

Los ingleses llevaban sus comandos como los nazis enviaban a un corresponsal de guerra (lo vimos en la peli El submarino) que en verdad era el encargado de la propaganda (ya lo apunté al principio). Igual que harían los comunistas, ejercería de comisario político del Partido Nazi para denunciar a los que atentaran contra el espíritu nazi o no tuvieran fe en Hitler o en las posibilidades de victoria del III Reich.

¿Qué había pasado para llegar hasta aquí? ¿Dónde y sobre todo, cuándo empezó la escalada pro submarinos en Alemania?

El acuerdo angloalemán permitía a los segundos la construcción de 48 submarinos siempre que se acogieran al Derecho de presa. Dönitz programaría la producción de esos 48 buques en paralelo al Plan Z (secreto) que implicaba elevar dicha producción a 300, por la cara. Lo dije antes, los buenistas quieren ver lo bueno de los malos, pero los malos no tienen nada bueno.

Dönitz siempre apuntó a tres problemas que dificultarían la viabilidad de su estrategia de guerra submarina: a) Carecer de aviación que sirviera de ojos para los capitanes de los submarinos; b) El sonar como enemigo a batir (pues delataba a los submarinos) y c) La radio debería restringirse salvo para casos excepcionales.

La vulnerabilidad del submarino en un combate cara a cara hacía que necesitara ser silencioso para poder atacar por sorpresa. Hemos de tener en cuenta que los británicos eran capaces de adelantarse a los ataques alemanes gracias a ASDIC, que localizaba a los buques sumergidos. Y esto se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza para Dönitz, que ideó una nueva táctica, osada pero efectiva al principio: las manadas de lobos. Espero verlas en la película Greyhound cuyo estreno estaba previsto para estas fechas antes del Coronavirus.

Vamos por partes…

Un submarino en superficie era «visible» al radar a 4’5km de distancia. Uno sumergido podía acercarse a una presa hasta 2’5km y uno sumergido, en profundidad de periscopio (y usándolo), era localizable a 1’2km… todo esto, junto con la limitación de la velocidad en inmersión con un tope aproximado de 7 nudos con motor eléctrico (una miseria comparada con los 18 nudos que rendía su motor diésel en superficie) y su vulnerabilidad a ser detectados por la aviación aliada hicieron que Dönitz ideara la «manada de lobos» para atacar en grupo a una misma presa y aumentar el ratio de hundimientos.

Esa manada de lobos estaba compuesta por un grupo de submarinos independientes que operaban en un mismo escenario. Unos en el Golfo de Bizcaya; otros la entrada del Mediterráneo, cubriendo la colonia británica de Gibraltar. Otros rumbo a Noruega, Islandia… Cuando uno de esos submarinos veía una presa no atacaba. Se limitaba a dar el aviso al resto de submarinos y dilataban el ataque hasta que se concentrara una manada lo suficientemente potente como para encarar en grupo a los buques escolta. ¿Buques escolta? Os lo explico: si bien había barcos que cruzaban el Atlántico en solitario, los más veloces, había otros, mas lentos, que se reunían en convoyes para ir en grupo de Estados Unidos al Reino Unido y viceversa.

Esos convoyes recibían escoltas estadounidenses, canadienses y británicas. Luego se aliarían Islandia y otros territorios como Groenlandia a cambio de protección naval en sus propias ensenadas y puertos. Incluso los brasileños en el Atlántico Sur. La escolta no zarpaba con ellos y hacía toda la ruta escoltando: llagaban a un punto en el que eran relevados por la escolta de destino.

Los convoyes no eran todos iguales ni todas sus escoltas tampoco. Los números de unos y otros variaban. Hubo incluso, y de manera lógica, una relajación en el tratado con el que empecé el comentario para permitir que los buques mercantes se armaran para su propia defensa. Más o menos lo mismo que lo que os expliqué en Capitán Phillips, en aquel caso para combatir a los piratas del Índico y en éste para protegerse de los nazis.

Como apuntaba un poco más arriba, los buques aliados contaban con radares para detectar a los submarinos. Pero además contaban también con hidroaviones y aviones, y lo que es mejor, con portaaviones que permitían patrullas aéreas para localizar submarinos y perseguirlos. Por contra, los alemanes contaban con el periscopio y, una vez en superficie, cuando podían asomarse en la vela, prismáticos. No tenían más ventaja que ir por debajo del agua, pero no siempre funcionaba, de ahí el número absurdamente elevado de caídos.

Por todo esto surgieron las manadas de lobos y se reinventaron para atacar en superficie y por la noche. Elegían la noche porque era cuando menos visibilidad tenían los buques aliados y mejor podían calcular y planificar sus ataques.

Ya hemos visto uno de los puntos del tratado de guerra marítimo que se relajó, el de armar a los mercantes. Cosa de cajón para poderte defender de un buque militar que te manda al fondo del mar a pesar de ser civiles. Esto en cuanto a los aliados, porque los alemanes se negaron al Derecho de presa.

La presa era el barco al que iban a hundir, y su derecho, el de la presa, siendo civiles, era a ser avisados antes de ser atacados para poder evacuar el barco y hundirlo sin nadie a bordo para no provocar víctimas civiles. Pero los alemanes se lo pasaron por el forro. Y tampoco recogieron a los náufragos. Pero ojo, aquí haré un apunte: los alemanes dejaban a los náufragos vivos, flotando o a bordo de algún bote salvavidas. No los auxiliaban, pero tampoco los mataban (como veremos cuando comente U 571) a diferencia de los británicos, que sí mataban a los náufragos ametrallándolos desde la borda de sus barcos y submarinos.

La mayor flota mercante enfrentada a la mayor flota de submarinos nazis sin idea, a priori, de dónde estaban ambos.

Así con todo, una vez comprendido el funcionamiento de la máquina todavía no estaba aclarado ni su realidad ni su utilidad. La realidad se alcanzó cuando cruzaron la desencriptación de los mensajes de Enigma mediante (valga la redundancia) Enigma, como Ultra o versión inglesa, misión pareja para investigar la otra que pasaba por confirma que coincidían los partes meteorológicos alemanes con los británicos pues ya los tenían descodificados de antemano. Todo esto me recuerda, cada vez más, a su vertiente en el Pacífico como os expliqué en La batalla de Midway y Midwaycon un tal Rochefort para identificar los mensajes japoneses.

El dilema surgió cuando por fin descifraron Enigma. Entonces, cuando todos estaban felices comprendieron que no la podrían usar. No indiscriminadamente al menos. Tendrían que dosificar su uso para no delatar su descubrimiento a los nazis. Si lo hubieran hecho los teutones habrían modificado todo el libro de claves, para empezar, por lo que habrían tenido que empezar de cero.

Y dicho dilema se convertirá en dilema moral cuando comprendanque tendrán que hacer un patrón matemático para saber a qué convoy alertarán del ataque de las manadas de lobos y a cuales no. Sólo de este modo, sacrificando algunos barcos los alemanes creerían inviolable su máquina y seguirían regalando la información a los británicos. Enigma y su código pasaron a ser TOP SECRET.

A lo largo de la peli veremos diferentes aspectos comentado en otras pelis en el fancine.

Ya he mencionado U 571 que caerá en breve y El submarino que es la mejor película del subgénero de submarinos de toda la Historia del cine. En el fancine veréis también mi comentario de El submarino 2, que no la llega ni a la altura de la suela.

Los bombardeos del principio de la peli serían aplicables tanto a La batalla de Inglaterra como al biopic de Churchill Durante la tormenta. El colofón, para terminar, serán los niños que veremos en los trenes huyendo de Londres. Es una clara referencia a la Operación Pied Piper (flautista) que sirve de punto de partida para la peli El señor de las moscas. En dicha misión los niños eran llevados fuera de las ciudades, de los centros militares o industriales para evitar los bombardeos. En el comentario de la peli os hablo de su rotundo fracaso por los abusos que recibieron miles de niños de entre 5 y 11 años al llegar a casas y residencias de acogidas viajando solos.

Una curiosidad: si tengo bien entendido, el propio Steve Jobs admiró a Turing dada su aportación a los ordenadores y a la Inteligencia Artificial y por ello, según entiendo, se decantó por la manzana a la hora de poner un logo para su empresa, y la llamó Apple en homenaje al propio Turing que se suicidó mordiendo una manzana envenada porque no aguantaba la persecución a la que lo sometieron por ser homosexual.

Películas sobre guerra submarina 2GM en el fancine:

Otras películas

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