Ficha técnica
- Título original: Bajarse al moro
- Director: Fernando Colomo
- Nacionalidad: España
- Año: 1989
- Producción: Lola Films
- Duración: 88’
- Guion: Fernando Colomo, Joaquín Oristrell, José Luis Alonso de Santos
- Fotografía: Javier G. Salmones
- Música: Pata Negra
- Montaje: Miguel Ángel Santamaría
Ficha artística
- Verónica Forqué (Chusa)
- Antonio Banderas (Alberto)
- Juan Echanove (Jaimito)
- Aitana Sánchez-Gijón (Elena)
José Luis Alonso de Santos escribió una obra de teatro con el objetivo de reflejar con la mayor fidelidad posible el Madrid de los años ’80. Un Madrid revolucionado por “la movida madrileña”, la contracultura y el “underground”. Un Madrid dominado por la música, la anarquía y las drogas.
La adaptación cinematográfica se acercará, (si cabe), todavía más a la realidad social de una juventud deformada y desorientada. No toda, pero sí una gran parte de ella que se dejaría llevar por las drogas y la “subcultura” y no supo desmarcarse del rigor, sobre todo de las primeras, las drogas.
Se trata de una comedia, con algunas pinceladas agridulces propias de la misma realidad, los sinsabores del desamor, del paso de “controlo la droga” a “las drogas me controlan”.
La protagonista de la película, Chusa, (Verónica Forqué), es una muchacha que desde hace años sobrevive dedicándose al trapicheo con drogas. De ahí el nombre de la película: “Bajarse al moro”, ilustrando una actividad, todavía existente, en la que los pequeños camellos de barrio que bajan periódicamente a Marruecos para comprar hachís. En la película se verán fielmente los métodos que hay para pasar la frontera con las drogas, los eficaces y los que no lo son.
Y por los que no lo son empieza la película. Chusa no podrá pasar la droga que trae de contrabando y se verá forzada a volver a Madrid con las manos vacías y mal vivir hasta la siguiente ocasión en que hayan reunido el suficiente dinero como para costear el viaje y la compra de la mercancía.
Hasta aquí poco vemos de cómico, obviamente se trata de reflejar un dilema social, que en este caso se adereza con las personalidades de los personajes para derivarlo en una comedia.
Chusa, cuya pareja es Alberto, (Antonio Banderas), un Policía Nacional, convive con su primo, Jaimito, (Juan Echanove), un maleante de poca monta que trapichea con las drogas de su prima y subsiste gracias a un puesto en el Rastro madrileño.
Poco a poco se irán cruzando diferentes personajes secundarios. Sus primeras apariciones serán siempre curiosas y divertidas, debido al efecto de las drogas, sea por el “mono” (síndrome de abstinencia), sea por el “subidón” que han experimentado por las drogas, pero que se irán deteriorando a lo largo de la película.
Toda su (mala, pero amena y llevadera) vida, cambiará una mañana en la que Chusa se cruzará con Elena, una muchacha un tanto ingenua que se ha escapado de casa y huye de su madre. Ella la acogerá y la inducirá a bajar al moro con ella para ganarse la vida. Esto y las circunstancias derivadas del método empleado para traficar harán que tenga que poner a Elena en manos de su primo, primero y de su novio (ella lo llama “pareja”), después.
Podríamos decir que es una película que refleja el esperpento de las vidas marginales, con rasgos duros y detalles que arrancarán más de una sonrisa.