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La vida de los otros

Tabla de contenidos

Ficha técnica de La vida de los otros

Título: La vida de los otros
Título original: Das Leben der Anderen
Director: Florian Henckel von Donnersmarck
Nacionalidad: Alemania
Año: 2006
Productora: Wiedermann & Berg Bayerlscher Rundfunk
Producción: Quirin Berg, Max Wiedermann, Dirk Hamm
Distribuidora: Sony Pictures Classics
Duración: 127’
Guión: Florian Henckel von Donnersmarck
Fotografía: Hagen Bogdanski
Montaje: Patricia Rommel
 

Ficha artística

Ulrich Mühe – Capitán Gerd Wiesler
Martina Gedeck – Christa-Maria Sieland
Sebastian Koch – Georg Dreyman
Ulrich Tukur: Teniente Coronel Anton Grubitz
Thomas Thieme – Ministro Bruno Hempf
Volkmar Kleinert – Albert Jerska
Matthias Brenner – Karl Wallner
Charly Hübner: Udo
 

Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa en 2007 y multitud de premios más.

El NKVD es la semilla del KGB

Ya lo comenté cuando escribí el artículo sobre las memorias de Josep Landowsky en mi blog el troblogdita, en la entrada de Sinfonía en Rojo Mayor, «No había mayor terror que recibir una visita del NKVD de madrugada…«. De hecho es la frase con la que inicio aquella entrada, y no es para menos porque hoy rescato el tema para comentar esta película: La vida de los otros.¿Qué tema?

En realidad son varios…

Dejemos claro que el KGB fue el padre de todas las policías secretas que aterrorizaron a los países de la Europa del Este. Bajo el yugo comunista en la época soviética. Precisamente esta película versa sobre la Stasi.

La Stasi es «la niña de sus ojos» del KGB

El bastión comunista que sirvió de muro defensivo para la Unión Soviética y de punta de lanza para reventar cualquier conato de disidencia. Cualquier anhelo de Libertad y todo sueño democrático. A pesar, eso sí, de que precisamente fuera la policía secreta de la paradójicamente autodenominada República Democrática de Alemania (RDA).

La RDA, la misma que levantó el muro de la vergüenza para dividir Berlín en dos y separar las dos Alemanias: Demócrata (República Federal de Alemania, la del Oeste) y la otra, sometida a una dictadura comunista. De esta última hablaré a lo largo de toda esta peli.

No es casualidad que mencionara el mismo muro…

El Muro de Berlín

Lo mencioné en mi película anterior: El puente de los espías. Ahí surgió mi necesidad de rescatar esta joya del cine. Un muro que ya apareció también en otra entrega, en el comentario de Uno, dos, tres. Trata el mismo horror pero en clave de humor (luego volveré sobre el humor).

Eterna lucha entre Libertad y Totalitarismo.

Un totalitarismo (volviendo a la película) ejercido con puño de hierro hasta el año 1989. Año en que se desplomó la Unión Soviética y sus estados satélites empezaron a huir. Y digo «huir» porque todo lo que comente en esta película será trasladable a cualquiera de las naciones sometidas a la URSS: Polonia, Alemania del Este, Rumanía, Ucrania…

La mitad geográfica de una Europa que tenía dos caras:

  1. Capitalista del Oeste, en donde se estilaba la libertad de Prensa, en el Arte, de credo, pensamiento y el sufragio universal
  2. Y la del Este, (la que nos concierne) en la que la Prensa pertenecía al Estado, el arte (con minúsculas) solo podía reflejar las bondades del régimen y/o de los semidioses que lo sustentaban. El credo era único adorando al becerro de oro Stalin. Se descartaba el pensamiento para no dar con tus huesos en un campo de exterminio, que ellos llamaban de trabajo, o de reeducación

 

El mejor ejemplo de estos campos de exterminio lo vemos en otra joya: Los gritos del silencio, ambientada en la Camboya comunista, para variar. Eso o terminar secuestrado, torturado y asesinado en las comisarías políticas en la España republicana. Centros de secuestro, tortura y asesinato a manos de partidos políticos y sindicatos del Frente Popular, PCE, PSOE, PNV, CNT-FAI… También hay una peli sobre esto: Gernika.

Eso sí, tampoco asesinaban a todos. Algunos se libraban terminados reclutados, por la fuerza, para hacer de espías entre sus vecinos, compañeros de trabajo, amigos y familiares. Era esto, o caer muerto en una zanja con un tiro en la nuca. Del derecho al voto ni hablo… Aunque no podemos negar que en algunos países había elecciones pero con un sólo candidato, el del Partido Comunista.

De todo esto habla la película.

Es más… Aquí podría dar por terminado el comentario y ya os habría contado todo lo importante de ella.

Voy a hablaros de terror

De miedo… Miedo a la policía, a la Justicia, a los políticos, a tus amigos, a tu familia, a tus compañeros de trabajo. También miedo a tus profesores, a tus alumnos; y miedo al portero de tu edificio. He dicho que voy a hablaros de miedo, y para hablar de Miedo, qué mejor que meternos de lleno en el comunismo.

La película empieza con un interrogatorio

Un muchacho cualquiera que pasa unas horas con un amigo huido a Occidente. Esto mete en un verdadero lío a todo su círculo de conocidos, sean amigos, familiares o meros vecinos.

Le mete en un lío porque, obviamente…

Está prohibido huir de Alemania del Este

Fueron muchos los que intentaron saltar el muro y pocos los que sobrevivieron al intento. Pero cuando uno lo intentaba sus allegados tenían que prepararse para ser sometidos a todo tipo de interrogatorios, torturas y amenazas para descubrir por qué ha huido el sujeto en cuestión. Qué medios ha utilizado, si ha tenido contactos en el otro lado del muro. Quiénes estaban al corriente de sus intenciones (y en caso de haberlo estado ¡ay como no le hubieras denunciado! Y si su acto ha servido para inspirar a otros que pronto intentarán imitarle y huir como él.

Eso era la Stasi: la policía secreta de la Alemania comunista

Una trituradora humana que no escatimó ni un marco a la hora de espiar, curiosear, calumniar, perseguir, cercar y agotar a sus conciudadanos.

HGW XX/77

Decía que la película empieza en un interrogatorio, y cierto es. Pero éste no es más que la excusa para presentarnos a HGW XX/77, Gerd Wiesler. Capitán de la Stasi y comunista «practicante«, en su faceta docente, pues toda esa presentación: interrogatorio; tortura; muchacho detenido y demás será el punto de partida para adoctrinar a sus alumnos aspirantes a policía de la Stasi.

HGW XX/77 es, como decía, un comunista convencido. Un producto del régimen magistralmente interpretado por Ulrich Mühe. Capaz de hacernos comprender a su personaje desde el minuto 1 de la película. Una estatua de mármol. Insensible al arte, a la gastronomía, a la amistad, al sufrimiento ajeno, a la alegría y carente de sentido del humor (ya apuntaba arriba).

Un sentido del humor que, en según qué círculos y en según qué compañías podía dar al traste con tu carrera. Como poco. Si el humor iba dirigido hacia el régimen comunista, hacia Stalin, o hacia el presidente de turno… lo normal es que terminaras en una celda, y dando gracias.

Porque el humor es un rasgo de inteligencia

Le vemos pues, a las primeras de cambio, en dos de sus facetas: torturador y profesor. Aunque no tardaremos en verle en su verdadera faceta: espía.

Porque la Stasi espiaba a todo bicho viviente.

El espionaje era el germen del miedo

Lo mencionaba arriba.

Saberte espiado en todo momento. Saberte observado, seguido, perseguido, y rodeado. ¿Quién podía ser un agente de la Stasi? ya lo he dicho antes: tu padre, tu marido, tu vecino, tu mejor amigo, tu hijo, tu profesor… 

La Stasi tenía más de 200.000 «informantes» repartidos por la RDA. Espía podía serlo cualquiera. Bastaba con una denuncia falsa por celos, odio, despecho, rencor o envidia. Podían denunciarte, anónimamente, de una presunta inclinación pro capitalista y esa novia despechada, ese alumno suspendido, ese amigo resentido te arruinaba la existencia.

Esta es la película.

Veremos cómo las paredes escuchan, las lámparas escuchan, los teléfonos escuchan y todo queda apuntado, registrado y archivado por tipos como este HGW XX/77. Todo. Tus gustos, tus aficiones, tus comentarios, tus amores y desamores. Todo quedaba registrado para, con el tiempo y si hacía afalta, usar cualquier dato para extorsionarte y someterte a la Stasi para sacarte información de los tuyos.

HGW XX/77 se pone a investigar a Georg Dreyman

Georg es un escritor del régimen. Y digo del régimen porque, como adelanté antes, las artes (con minúsculas) estaban al servicio del Comunismo. Solo podía escribir quien tenía licencia para hacerlo y solo podías publicar si te lo autorizaba la Stasi.

Por lo tanto, siguiendo las doctrinas de la Unión Soviética, el arte estaba al servicio de régimen y si no te ceñías a éste, no podías expresarte. No solo el arte, las ciudades respondían todas al modelo de arquitectura socialista, por obra y gracia de Stalin. Ciudades grises, proletarias, industriales… Ciudades sin alma para ciudadanos sin almas con gobernantes desalmados. Que no desarmados.

A partir de aquí combinaremos miedo con miseria. Miseria humana. Dreyman, escritor consagrado favorable al régimen tiene una novia, Christa-Maria, la mejor actriz de la RDA. Por la que se muere de deseo carnal el mismísimo Bruno Hempf, Ministro de Cultura. Quiere beneficiársela y no escatimará en utilizar sus poderes «plenipotenciarios» para triturar a Dreyman y poseer a la actriz.

Aquí entra HGW XX/7. Empieza a espiarle. Tiene que buscar todos sus trapos sucios, tiene que delatarle, buscar y encontrar algo que permita hacer desaparecer al escritor. Y esta será su perdición.

Perdición de ambos

De Dreyman porque se verá metido, sin comerlo ni beberlo, en una trama de espionaje en torno a su persona. Del capitán porque conforme avance su investigación implacable irá perdiendo su inhumanidad e irá comprendiendo el error en el que vive.

Por esto es maravillosa esta película. Porque refleja el horror y el miedo sin paños calientes y porque nos hace pensar, pese a los reveses que iremos viendo conforme avanza la película, que el hombre, por ser hombre, está llamado a ser libre y que, por muy capitán de la Stasi que seas, a veces puedes albergar sentimientos. Escondidos, renegados, enterrados en las entrañas, pero latentes.

¿O no?

No pienso destruiros el final de esta película

Tampoco os diré qué le sucede a los protagonistas. No diré nada más de ninguno de ellos, salvo que Dreyman, como intelectual que es, y viendo y por fin comprendiendo, lo que sucede a su alrededor, decide hacer caso a su conciencia y, a escondidas, denunciar la realidad del Comunismo escribiendo artículos para la Prensa occidental.

Es fabuloso (y desdeñable) ver cómo evolucionan los personajes. Y no es menos interesante ver cómo tenían que apañarse los intelectuales (la población en general) para revelarse a la dictadura y luchar contra ella. Veremos cómo de escritor convencido se va desengañando, cómo caerán colegas por el camino por ejercer algo que no tienen: Libertad de expresión. Y cómo se hará con una máquina de escribir para no redactar sus artículos políticos con su propia máquina para evitar que le sigan el rastro.

Veremos también cómo la Stasi le investigará, a él y al autor de esos textos, veremos los estudios que hacían de tipografías, tipos de máquinas de escribir, tintas, papeles usados… y cómo la otra parte arriesga su vida por escribir y cómo esconde sus herramientas por miedo a ser descubierto.

Miedo…

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